Feliz Nochevieja Sobrino II

Después del encuentro fortuito durante la pasada noche vieja, una mujer se acaba follando a su sobrino en la piscina de sus suegros.

Después de lo ocurrido aquella primera noche del año, resultaba doloroso que en vez de estar consumida por la vergüenza, lo que me corroían eran unos deseos irrefrenables de acabar lo que empecé con mi Sobrino.Era ridículo, puesto que él ni se había enterado, pero aquella paja que le hice mientras dormía y el recuerdo de como eyaculó en mi mano envenenaban mis sueños.

Seguía teniendo muy buena relación con mi marido Carlos, de hecho desde el punto de vista sexual atravesábamos un momento dulce, pero poco sospechaba él que realmente mi ardor respondía a que en nuestros encuentros imaginaba de manera lasciva que era a mi sobrino a quien me follaba. La vida y el sexo siempre se abren camino, por eso hay que tener cuidado con lo que deseas.

Efectivamente mi oportunidad surgió pocos meses después, cuando me reencontré con mi sobrino en una casa de veraneo en la costa que es propiedad de mis suegros. Es una casa grande, con piscina y un terreno discreto. La familia solemos sacar partido de nuestras vacaciones de esta casa y de hecho nos reunimos en ella prácticamente a la menor oportunidad. En esta ocasión era semana santa y por cierto con un clima bastante bueno, de manera que podríamos aprovechar la hierba y la piscina. En esta ocasión nos juntamos Carlos y Yo, mis suegros y mis cuñados, los padres de Iker, que también vendría por su parte un día más tarde. Al saber que vendría se me alteraron las hormonas. Por un lado pensaba que eran tonterías mías, porque evidentemente no iba a cometer ninguna estupidez. Por otra no podía evitar hacer cosas raras.... me refiero a cosas del tipo de esmerarme en la elección de la ropa interior, vestir un poco suelta e incluso de rasurarme las ingles de la manera en la que nunca lo hago... ya me entendéis demasiado escotado.

El caso es que el día llegó y con él mi sobrino. Verle aparecer por la verja de la propiedad fue casi como ver a Apolo. La verdad es que era normal que me alterase, al igual que en Nochevieja y es que estaba hecho un portento. El ajeno a todo aquello me saludó efusivamente, como siempre, dándome dos besos y un abrazo que por poco me parte. Aquello era tremendamente peligroso. Teníamos por delante 5 días de descanso y como digo el tiempo acompañaba.

Yo estaba dispuesta a pasarlos sin hacer nada productivo, más allá de tomar el sol y descansar. Me pasaba las tardes y las mañanas en la piscina, acompañado de mi sobrino, aunque no exactamente. El pasaba el tiempo con su amiga Laura. Era una conocida de la infancia, que vivía en la casa de al lado, igual de grande que la de mis suegros, pero sin piscina, de manera que usaban la nuestra como sala de estar. No pude dejar de pensar que el paso del tiempo tampoco había sido inmisericorde con Laura. Al igual que mi sobrino ella también era una mujer y muy bonita. Llamaban la atención sus pechos, como todo lo recién estrenado y desafiando a la gravedad. Por todo ello no había que ser muy lista para darse cuenta de que Iker ya se había percatado de la metamorfosis de Laura. Se le notaba por las tonterías de machito que hacen los chicos a esa edad. Ella no parecía seguirle el rollo, pero tampoco lo cortaba, de manera que mi sobrino en ocasiones se alteraba (lo podía notar en su traje de baño). Podéis comprender que aquello era lo que a mi me faltaba. No perdía detalle y me ponía malita, Casí me daba celos esa mojigata, que desde luego no tenia ninguna atadura ni impedimento para poder disfrutar de mi sobrino, justo al contrario que yo.

Todo se enredó el Viernes a la mañana. Toda la familia decidió pasar el día de turismo, aprovechando las celebraciones de la Semana Santa de los pueblos de alrededor. Es casí una liturgia que hacemos todos los años. Iker dijo que este año no iría y aquello montó un poco de revuelo, porque no querían dejarle solo. Entonces se me encendió el piloto:

  • Yo tampoco voy - dije de repente

  • ¿pero como que no? si nunca te lo pierdes - respondió Carlos, mi marido

-No me importa. Sabes que estoy muy cansada y casi me apetece más quedarme tranquila y disfrutar de la piscina. Además, sin mi sois cinco, podéis ir en un solo coche... que luego siempre hay problemas para aparcar en las fiestas - aquel era buen argumento

-Bueno... - dijo mi cuñada - pero no quiero que te de Iker la tabarra. Que no te tenga de chaha, sino te apetece cocinar que se coma un bocata y punto ¿vale?

-Venga marcharos, que se os hace tarde.

Y así pasó. Yo prometo que no lo hice para quedarme sola con Iker... es verdad que estaba cansada y además me resultaba más divertido el cortejo entre los dos pipiolos. Para las 11 ya estábamos en la piscina mi sobrino y yo. Estuvimos jugando en el agua... aunque para mi ya no era un juego. Me agarraba, me empujaba, jugábamos a ahogarnos... como siempre lo hemos hecho... pero en esta ocasión su contacto me volvía loca. A las 12 se me acabó el recreo. Apareció Laura y aquello puso inicio a la llamada de la naturaleza. Pasé a un segundo plano. Les veía desde mi tumbona, al otro lado de la piscina. estaban tumbados juntos e Iker pasaba de vez en cuando la mano por la espalda de ella, pero ella se le retiraba justo cuando se acercaba a zonas peligrosas. Aquello iba in crecendo. Seguramente el echo de estar solos (o por lo menos solos en mi compañía les daba alas). Hoy parecía que Iker iba a tener más suerte y estaba poniéndose las botas, aunque ella se contenía probablemente porque sabía que estaba observando. Se podía adivinar la tensión sexual en el ambiente, tenían un calentón tremendo y hablaban al oído de algo que no podía llegar a escuchar. De repente Iker se incorporó, se colocó rápidamente la toalla a la cintura, como si saliera de la ducha, en realidad era para ocultar su bulto.

-Oye tía - dijo - vamos dentro a comer algo

-De acuerdo -¿vas a seguir aquí? - preguntó de manera sospechosa...

-Si, un rato más - le dije para ver por donde salían Entonces se levantó Laura y se fueron por la puerta del comedor.

De nuevo la sangre se agolpaba en mis oídos. Era posible que esos dos criajos se fueran a follar delante de mis narices. tranquila pensé, son muy jóvenes... igual estaba siendo una paranoica. Sin embargo la curiosidad y el morbo me pudieron. Iría sigilosamente a ver que hacían. Entre en la sala, allí no estaban. Fui a la cocina, tampoco, de modo que comiendo no estaban. No se oían ruidos arriba, pero subí las escaleras. No estaban en los cuartos. ¿donde estarían? de repente caí. En el cobertizo. El lugar donde siempre jugábamos al escondite con Iker de pequeño. Bajé las escaleras, rodeé la casa y allí estaba la puerta del cobertizo entreabierta. Era una caseta de unos 8 metros cuadrados, de madera, con ventanas en sus cuatro caras. Me acerqué a una de ellas y sorpresa. Allí estaba Iker, apoyado contra una mesa, totalmente desnudo y con una erección que me traía muchos recuerdos. estaba abrazado a Laura, que se mantenía con el biquini puesto. Se besaban acaloradamente y se les notaba excitados, pero algo chirriaba. De vez en cuando Iker intentaba bajar la parte de arriba del biquini de Laura pero esta se lo impedía, estableciendo una lucha casi ridícula. En otras ocasiones el le cogía la mano y se la llevaba hasta la polla, pero ella la soltaba como si agarrara un clavo ardiendo. En fin se estaban dando un lote tremendo, pero tenía toda la pinta de que no iba a ver final feliz. Finalmente ocurrió, Iker apretó el acelerador, intentó bajar la braga de Laura y empezaron a forcejear, el impuso su fuerza y lo iba a conseguir sino fuera porque quedo petrificado por un sopapo tremendo que le soltó Laura a traición. Se lío una buena... laura empezó a llorar y a gritarle y mi sobrino solo acertaba a poner cara de tonto. Al instante Laura recompuso su biquini y dando un portazo salió corriendo para su casa. Gracias al cielo no me vio. Volví a mirar al cobertizo y allí estaba Iker... con la misma cara de haber perdido un caramelo y la misma erección de caballo. Parecía que se iba a recomponer, pero no.... decidió aliviarse. Empezó a masturbarse con furia... daba la sensación de que se la iba a romper. Yo ya estaba con la boca abierta, muerta de deseo. El recuerdo de aquella noche era tan vívido.No podía mas, el destino me gastaba de nuevo otra broma macabra. No podía desaprovechar la situación me arrepentiría toda la vida. Así que giré y abrí la puerta del cobertizo.

-Joder tía - gritó Iker saliendo del trance e intentando sin lograrlo cubrirse con las manos

-uy.... perdona - dije haciéndome la sorprendida

  • venía a por unos cojines de la hamaca - mentí

-Joder que vergüenza - se volvió a lamentar

-Bueno tranquilo. Que todos somos humanos y necesitamos estas cosas ¿pensé que estarías con Laura?

-Estaba... pero se ha marchado enfadada

-¿y eso? -Creo que me he pasado.

-Hombre... tal y como estabais en la piscina, lo normal es que te pasaras.

-¿como? -Que con el calentón que llevabais yo contaba con que estuvierais follando en alguna habitación

-Que más quisiera Yo

-O sea que ahora andas en plan bombero apagando el fuego ¿no?

-Por favor tía....que palo....

-¿pero porque, si es lo más natural que hay?

-Ya.... pero.....

-Tranquilo

  • le dije y me acerqué a el.

Le acaricié la mano y poco a poco descendí por su torso, forjado en mármol, hasta llegar a sus manos, que aun escondían sin poder su miembro tieso. - Déjame ver que es lo que tienes ahí. El estaba perplejo, con la boca abierta pero sin articular sonido. Enseguida se la agarré. recordaba su tacto, mareaba.

-Tia.... - titubeó

-chiss..... tranquilo... ¿quieres que tu tía te ayude? - le pregunté mientras empecé a masturbarlo. No respondía, pero sus jadeos lo delataban. Sobre la balda había un bote de aftersun. Me coloqué una cantidad generosa en la mano y volví a la carga. Aquello le estaba matando, no dudaría mucho.

-¿quieres que me desnude? - le pregunté juguetona

-siii .... - respondió tembloroso. Enseguida me despojé de las dos partes del biquini. Me miraba absorto. Yo no era Laura, pero estaba claro que todavía estoy muy buena. Me pegue a su costado, volví a pajearle, pero ahora restregaba mis tetas contra su hombro.

-¿quieres tocarme? hazlo - casi le ordene.

Me tocaba los pechos torpemente, pero de manera encantadora. El estaba a punto, pero yo fatal. Apoyaba mi sexo contra su muslo y estaba estimulándome mientras mi mano continuaba dándole duro. Entonces habló:

-Tía, no puedo más, por favor déjame que te folle.

-¿y tu que sabes de eso niñato? - le quería hacer rabiar

-Oye que yo no soy virgen

-No pero casi ¿sabes lo que te va a pasar si ahora dejo que me la metas? que me vas a poner la miel en lo labios y en no menos de 10 segundos te habrás desparramado

-¿que? -¿sabes que es mejor idea?

-¿cual? -Tengo un plan maestro

-dímelo por favor......

-te vas a correr en mi mano, te lo voy a limpiar con la boca y te voy a dejar que en el segundo pase, más tranquilo, intentes dar la talla. Dicho y hecho....

No hay nada más cachondo que hablar durante el sexo, a mi por lo menos me pone a mil. Enseguida se tenso, su polla ardía en mi mano y casi notaba como pugnaban por erupcionar chorros de semen. Aquello era un grifo de leche condensada, enseguida me arrodillé delante de el y me la metí en la boca, tragando sus últimos embates. Por fin se relajó. Pero era mi turno.Sé, que con la boca, a un chaval de esta edad lo tendría a punto pronto. Empecé a mamársela, mientras seguía haciéndole una paja. Desde mi posición en cuclillas le miraba a los ojos. El se deleitaba viendo como su pene aparecía y desaparecía en mi boca, casi en mi garganta. Enseguida estaba de nuevo a tope.

-Ahora si cariño... ¿quieres seguir cabalgando esta yegua?

-siiiiii Me senté en la mesa, abrí las piernas lentamente y deje que me contemplara unos segundos. Luego lo atraje hacia mi y dirigí la maniobra de acople. Tenia un pene precioso, henchido, grueso y venoso. Al segundo estaba dentro de mi y lo notaba palpitar. Había que ir con cuidado era como manejar nitroglicerina.

-chist..... quieto - le dije impidiendo que bombeara - quédate un ratito quieto... respira... toma aire... disfruta... este coñito no te lo va a quitar nadie... me lo vas a follar bien follado ¿vale?

-si Tía

-bien, pues atento, quiero que vayas muy despacito, que yo necesito un ratito. Si me das lo que quieras, luego te volveré a dar otro caramelo.

Empezó a bombear, tranquilo, pero no demasiado. Controlé su ritmo, para que fuera más despacio. Le empujaba hasta que casi estaba fuera y luego lo atraía hacia dentro con mi piernas.... era un vaivén delicioso, notaba todo su miembro en ese dulce recorrido. Fueros uno minutos gloriosos. De nuevo se estaba desbocando. Era una gozada ir a ese ritmo, me mataba de gusto, pero se que me dejaría a medias. Lo detuve en seco, abrazándole con mis piernas.

-tranquilo... quieto otro ratito.... bésame - y me beso como a Laura, enredando mi lengua en ángulos imposibles. De nuevo le puse a trabajar. Aquello tenía buena pinta. Iker parecía haber ganado entereza y yo francamente estaba al límite. Así que lo deje hacer.... igual era el momento de soltar las riendas y ver donde me llevaba esa cabalgada. Empezó despacio, pero en seguida se aceleró. esta vez no lo detuve. Cada golpe me acercaba a la meta. Prácticamente gritaba en cada embestida. El estaba en esa posición que, como hombre debe ser la hostia, cuando tienes a una mujer a punto de partirla en dos del placer y se le notaba disfrutando, apretando a tope como si fuera un follador profesional. Y pasó, me corrí y me corrí y me corrí y luego me volví a correr, como una metralleta, a golpes, furiosa, salida, totalmente ida........... Necesité un minuto para reponerme. Tuvo la delicadeza de no estropearlo y estarse dentro de mi, pero quieto y calladito, mientras regresaba al mundo real.

-Bien te toca a ti...... - dije en tono extrañamente serio

  • quiero que me inundes por dentro, tranquilo que tomo la pildora Bajé de la mesa, y me subí a una tumbona, a cuatro patas, enseñando mi gruta.

-Vamos venga, es todo para ti - Se acercó por detrás. Le dejé que el hiciera el acople, resultaba sencillo porque estaba inundada. Sin embargo enfilo hacía el ano, di un respingo

-Uy perdón......

-Es mas al sur cariño -Lo del culo también me mola

-Si, no digo que no, pero tienes que comprender que no me fíe. Me puedes hacer mucho daño sino lo haces bien.

-Ni un poquito

-NO

-venga por favor......

-ufff.....pero solo un poquito...... espera - empezé a trasladar la lubricación de mi vagina al ano con los dedos. Tenía buen suministro. Enseguida quedó bien mojado. Empecé a meterme un dedo, luego dos y pasado un minutos tres. Entonces agarré su polla y la enfile, apoyando el glande con fuerza en mi agujerito. Escucha..... quédate quieto. Soy yo la que manda y maneja esto ¿vale? - Entonces empujé de manera sostenida hasta que el glande se coló. -¿te gusta? - le dije -Si... me encanta, es muy apretado -Déjame que sea yo la que haga - y empecé a moverme. Lo hacía en círculos, manteniendo la base de su glande atrapado. No quería más porción de ese aparato dentro y se que a él le faltaba un empujón. Dolía, pero no mucho, intentaba estar relajada. Y pronto pasó. Se tensó y de un salto salí (no me resulta agradable que acaben hay dentro). Eyaculó en mis glúteos y mi espalda... notaba como el semen resbalaba por mi columna, como una ducha espesa.

A los pocos días nos separamos. El está estudiando su carrera fuera y hemos perdido el contacto. Probablemente hasta el verano. ¿qué pasara?

Lo único claro es que ya no me puedo fiar de mi misma.