Feliz Navidad, en familia.

Unas vacaciones de navidad horrorosas se convirtieron en unas en las que iba a gozar como un niño con juguetes nuevos...

Feliz Navidad, en familia.

Si había algo que a Luis le jodiera más, era tener que ver a sus tíos, tías, primos y primas. Todas las malditas navidades lo mismo. Bueno, la navidad pasada gracias a Dios no tuvo que aguantarles esas semanas en las que solo le tocaban las pelotas. O escuchar a sus queridas primas llamarle Luisito como si fuera un niño de guardería, no me jodas. Un año sin verlos, que alegría. Además sabía que ninguno de sus tíos lo tragaba por el simple hecho de ser hijo de un hombre que le sacaba treinta años a su esposa y, por otro lado, era más rico que todos ellos el cuádruple de veces naciendo y volviendo a nacer.

Su madre, María, lo sabía pero que iba a hacer… era su familia y la quería. Su padre, Fernando, se la traía floja lo que pensase esa gente hacía el o hacía su hijo. Eran felices en un pequeño pueblo de Andorra y solo tenían que verse en las vacaciones pertinentes y nada más.

-Luis, hijo… ¿estás listo? –dijo María desde el coche- Se nos hace tarde…

-¡Ya voy mamá! – cerró la puerta con las llaves- ¿Por qué no me puedo quedar? –preguntó cerrando la puerta del coche.

-Por que es mi familia y tenemos que ir –respondió alterada María.

-No te cabrees mujer y arranca –puso paz Fernando.

-Podrías ir tu sola… no nos pueden ver, ni a papá ni a mi… -quiso hacer daños Luis.

-Es cierto… -se pudo serio justo cuando le guiño un ojo a su hijo- Pero es familia y tenemos que ir, se acabó.

Esa era la conversación más repetida durante los preparativos antes de marchar. Y encima tenían que ir en coche. Con ese humor de perros, Luis calló y se mantuvo en silencio en todo el trayecto hasta llegar al lugar en el que se reunían toda la familia. Claro que como casi siempre, su padre era el que pagaba los gastos de una casa en la sierra más grande que un campo de fútbol para contentar a sus familiares políticos. Si es que cuanto más pensaba en ellos más gordos les caía, todos. A ojos de Luis, todos y cada uno de su familia eran unos falsos que no se atrevían a decir nada a la cara pero luego iban sonrientes a esas casas que alquilaba su padre como si nada.

Lo único bueno de todo aquello era lo buenas que estaban sus primas. Si, si… todo lo buenas que tú quieras pero eran una golfas de no te menees. Cuantas veces tuvo que ver como calentaban a los chicos en las discotecas para sacarles algunas bebidas gratis. Claro, ellas se lo pagaban dejándose follar como unas zorras. Luis solo las miraba con pena y asco por ser tan simples cada noche que salía con ellas a la fuerza.

Nada más llegar ya los esperaba todos reunidos a las puertas de aquel caserón. Eran en total tres familias. Todas ellas eran hermanas. María la menor, Matilde la del medio y Luisa la mayor. José marido de Matilde y Luisa que era divorciada, su marido se los ponía a pares. Luego estaban los hijos e hijas de cada una. Susana, Alberto y Mercedes, hijos de Luisa. Leonardo, Clara, Lola y Lucas hijos de Matilde. Los abuelos que fallecieron bastantes años atrás no presenciaban aquella estampa.

Fue bajar y llegar los gritos de las hermanas y los besos. Al pobre de Luis le dejaron los cachetes llenos de pintalabios. Cuando tuvo que saludar a sus primos con besos y abrazos falsos casi vuelve echar el desayuno. Como una patada en las pelotas, vamos.

Luego de todo aquello se instalaron en sus respectivas habitaciones. Luis eligió la mas apartada de todos para no cruzarse demasiadas veces con los familiares a los que tanto quería, es sarcasmo. La única alegría de todo aquello era una piscina climatizada en la parte de atrás de la casa. Ya se veía el todas las noches nadando para luego dormir más tranquilo que un bebé.

El tiempo voló cuando su madre le empezó a llamar diciendo aquello de ‘’a comer’’. Salió de su habitación parando antes en el baño para lavarse las manos. Al abrir la puerta se llevó una sorpresa bastante agradable. Su prima, Susana, medio desnuda enseñando los pechos y las braguitas.

-Perdón… -cerró la puerta no sin antes darle una buena ojeada de arriba abajo.

Tuvo que lavarse las manos en el baño de sus padres y salir a toda leche hasta el comedor sentándose en la silla más cercana de la chimenea.

-¿Ayudas? –preguntó su madre con segundas.

-Si, si claro… -dijo levantándose y colocando los cubiertos.

Cuando todos se sentaron a almorzar, se percató de la sonrisa de su prima Susana cada vez que la miraba. Con tanta tontería se le cayó al suelo el tenedor y al agacharse vio como Susana se acariciaba el coño lentamente. Al ver aquello se dio un golpe en la cabeza al intentar salir lo más rápido posible de aquel lugar.

Sí, todos se rieron menos su primita que le seguía sonriendo como una zorra. Susana era a la que menos tragaba. ¿Por qué? Porque aparte de ser una zorra con los chulos de las discotecas lo era también con su primo Leonardo, el mayor de todos. Una vez los pilló masturbándose en el sótano de la abuela. Por suerte ellos no lo vieron y salió sin hacer ruido alguno. Vamos que a ellos era a los que menos tragaba de lejos, muy de lejos. Leonardo un chulito y prepotente que se daba de macho delante de todos y Susana que era la más zorra de la familia. Para ser totalmente sincero hay que decir que Luis se ha masturbado mas de una vez pensando en Susana y en ese culazo que tenía, tiene y seguramente tendrá toda la vida. La muy golfa sabía menearlo a un ritmo rimbombante.

Luego de la cena y las miraditas de superioridad de su primita, llegó el postre. Helado, helado, yogurt, manzana y Susana un plátano. ¿Qué cojones quería aquella zorra con el plátano? Demostrar lo buena que era chupando las cosas largas. Menuda zorra, lo miraba con esos ojos de zorrón y lamía el plátano de arriba abajo como si nada. La familia que no se daba ni puta cuenta y seguía a lo suyo. Y él con la polla como un garrote.

Tras el postre y haber quitado toda la mesa, al pobre de Luis lo mandaron a por leña. Agachó la cabeza maldiciendo y fue a por la madera para la chimenea.

-¡Hola Luisito! –gritaron Susana y Mercedes asustando al pobre Luis.

-Hola… -dijo con mal humor cogiendo mas leña.

-Que fuerte estás, llevas dos palitos y mira que músculos –dijo Susana irónica y tocando la espalda y brazos de Luis.

Este dejó caer la leña y la sujetó de la muñeca derecha colocando la mano totalmente abierta en su polla.

-¿A que está más fuerte?-sonrió sabiendo que era el ganador- La próxima vez ten cuidado con lo que tocas, primita. –volvió a sacar aquella media sonrisa agachándose y cogiendo la leña- Adiós, Susanita… -entró en la casa.

Allí las dejó a las dos hermanas boquiabiertas y con los ojos totalmente abiertos. Luis se arrepintió de aquello nada mas pensar en la hostia que le daría su madre si se llegase a enterar. Dejó la leña al lado de la chimenea y se despidió de los familiares dirigiéndose a su habitación a paso ligero.

Abrió el agua esperando a que saliese caliente y se metió. El agua caía sobre su cuerpo calentándolo del frío invierno. Al enjabonarse y llegar al pene lo tenía duro al recordar la mano de su prima encima. Colocó la mano derecha y empuñó la polla bajando y subiendo el pellejo comenzando a masturbarse. El jabón ayudaba al movimiento de la mano sobre su polla. No tardó en llegar a correrse en proporciones grandes.

Se fue directo a la cama. Bien tapadito, hasta la cabeza, y quedó ‘frito’. El movimiento en los pasillos de la casa lo despertaron poco a poco. Hacía tiempo que no dormía tan bien, semanas. Los exámenes finales del primer trimestre es lo que tenían. Era el típico adolescente que estudiaba el día antes del examen y aprobaba por los pelos, al menos aprobaba. Por poco le queda una pero por suerte no fue así, aunque si lo pensase bien, si fuera suspendido no tendría que estar en ese pueblo perdido en la montaña con la familia feliz.

-Buenos días hijo –dijo María al entrar su Luis en la cocina- Eres el último en levantarse, anda y desayuna. –dio al botón del microondas empezando a calentarse el vaso lleno de leche fría.

-¿Qué vas a hacer hoy? –preguntó Luis sentándose.

-Tus tíos y papá iremos a darnos una vuelta esta tarde, quizás cenemos fuera. –echó dos cucharadas de cacao en la leche y lo removió, lo colocó frente a su hijo-Toma.

-Gracias.

Si todos se iban se quedaría solo a no ser que sus primos dijeran de quedarse en la casa, cosa que a él no le hacía ni pizca de gracia. Sería el plan perfecto. Una bolsa de palomitas, de mantequilla claro, un refresco, la mantita y una peli.

Durante la mañana dio una vuelta por los alrededores de la casa. Estuvo tentado de coger algunas setas cuando se adentró en el pequeño bosque cercano a la casa pero tuvo otra cosa mucho mejor que hacer. A lo lejos tras unos árboles de hoja perenne cuyas hojas estaban bañadas por una fina capa de nieve, se encontraba su prima Susana junto a Leonardo besándose y metiéndose mano como unos animales.

-Joder… como si no se fuesen visto en unos años –sonrió- Creo que voy a hacer una fotito de recuerdo –sacó el móvil y acercó lo máximo posible para reconocer las caras.

Si antes saca el móvil, antes su prima se pone de rodillas y saca la polla de la bragueta totalmente tiesa y llevársela a la boca.

-Luego dicen que con las cosas de comer no se juega… -rió- Vaya golfita está hecha.

Tras guardar la foto se fue a casa preparando alguna bromita a su primita. Hacía muchos años que no los había visto haciendo de las suyas quizás por no estar atento a sus escapaditas o simplemente por qué pasaba de ellos y no le interesaba en absoluto. Pero ahora era diferente, estaba totalmente cansado de las bromitas de Susana y sus diminutivos, aparte de que siempre le tuvieron tirria por ser hijo de quien era, y los iba a hacer pagar a los dos por encima de los demás. Los demás primos no eran tan cabrones como ellos dos, pero tampoco hacían por llevarse bien con él, si al menos hubieran sido familiares en algún momento de sus vidas… pero nunca lo fueron, al menos con él.

El almuerzo fue de lo más entretenido. Por una parte se reía de sus primos por aparentar ser filiales a ojos de todos, casi no se rozaban a la vista de los demás, y también por la sorpresita que tenía preparada Luis. Hacía unos meses atrás y después de ahorrar cada dinero que recibía a la semana por sus padres, Luis se compró un móvil nuevo que era de Dual Sim, esos Android a los que se le puede poner dos tarjetas sim y usarlas a la vez. Cuando todos terminaban de cenar, y aprovechando que varias personas en la mesa trasteaban con su móvil, abrió el whatssap y usó el número que no tenía su primita querida, envió la foto y esperó su reacción casi partiéndose de risa.

Se puso blanca como el papel nada más ver la imagen de la pillada. Se levantó excusándose y desapareció por la puerta.

-¿Quién eres? –recibió el primer whatssap de Susana.

-Adivina… =P

-No tiene ni puta gracia, ¡dímelo! =@

-Estoy sentad@ en la mesa jajaja!

-Eres Leonardo, ¿cierto?

-Frío, frío...

-Por favor borra esa foto, por favor…

-¿Qué harás por mi?

-Lo que quieras, de verdad…

-Lo pensaré durante la tarde… ¡Adiós PUTITA! =P

-¡Por favor!

La muy golfa estaba totalmente acojonada. Antes de volver a la mesa bombardeó con un par de whatssap pero Luis desconectó el móvil para no llamar la atención, entre otras cosas por si Susana le diese por llamar y lo pillase al instante.

Lo bueno, que la tenía donde quería… Lo malo, que no iba a salir esa tarde noche por el acojone que tenía encima. Claro, si no va Susana no va nadie y todos los primitos, a excepción de Leonardo y Alberto que les daba igual todo. Adiós a la tranquilidad de la película con su mantita por encima y sin nadie que le molestase porque sus primas se apuntaron a ver la película perteneciente a la saga Harry Potter que compró Luis cuando se estrenó en Bluray. Pues ahí sentados estaban Mercedes, Lola y Lucas en el sillón más grande y Luis en el biplaza totalmente estirado de largo a largo. Encendió el móvil sabiendo que Susana seguía encerrada en su habitación, no estaría tranquilo viendo la película, pero al menos jugaría con Susana.

-Hola Susana =P

-Has pensado ya que es lo que quieres???

-Si… jejeje

-Dime

-Vas a venir y ver la película con nosotros

-Nada mas??

-Pero sin bragas jeje

-Que coño dices enfermo??? Estás loco, yo no voy a hacer eso

-Harás lo que yo digo, o si no la fotito se la enviaré a toda tu familia y la colgaré en las redes sociales jajaja!

-Vale…

Parecía bastante fácil. Demasiado fácil. Al verla entrar se quedó de pie sin saber donde sentarse. Por un lado los tres primos ocupaban todo el sillón, y en el otro estaba Luis acostado.

-¿Me dejas sentarme? –preguntó sonando mas a una orden que a una petición.

-Claro… -dijo Luis levantándose y sentándose.

Antes de que Susana llegara al salón, Luis ya había quitado el sonido al móvil.

-¿Quieres manta? –preguntó inocentemente Luis.

-Vale… -respondió Susana cogiendo un trozo de manta y tapándose hasta la barbilla.

Necesitaba enviarle otro whatssap pero era imposible al estar su prima más pendiente de todos ellos que de la película en si. Cuando Harry y Ron hablaban con la araña gigante, Merche y Lucas sacaron el móvil casi a la vez, momento que Luis aprovechó para enviarle otro whatssap a Susana.

-Eres una buena PUTITA, ahora vas a empezar a tocarte el coño con los dedos lentamente. No quiero que me respondas y solo hazlo PUTITA!

La muy zorra no tardó ni un minuto en empezar a tocarse el coño como le habían ordenado. Una sonrisa nació en los labios de Luis al ver como Susana no podía aguantarse los gemidos.

-¿Estás bien Susana? –preguntó con doble intención Luis.

-Si, si claro que si –dijo quitando la mano del coño asustada.

Rápidamente volvió a sus quehaceres tranquilamente mientras Luis la miraba de reojo. Con los pasos de los minutos Luis se hizo el dormido echando la cabeza hacia atrás sabiendo que sus siguientes pasos lo destaparían como el acosador de su prima. Lentamente, y como el que no quiere la cosa, su cabeza se apoyó en el hombro de Susana asustándola, no dijo nada creyéndose que dormía. Al compartir la manta, la mano derecha de Luis se fue acercando a la pierna de su prima quedando apoyada en el muslo y asustándola aunque no hizo nada por quitarla de allí. Esperó unos segundo tanteando el terreno y prosiguió acercándola a su coño. Cuando llegó a la altura del sexo de su prima, esta intentó quitarla. Luis fue más rápido y le agarró su mano y acercó sus labios a la oreja izquierda de su prima.

-Tranquila putita…

Se había despojado de su máscara y ahora sí que su prima sabía quién era el que le envió la foto.

-Suéltame la mano zorrita que tu primo Luisito te va a hacer una masajitos.

La mano de Luis, que para todos seguía dormido menos para Susana, se coló dentro del pantalón color rosa y acarició el coño caliente de su prima.

-Parece un bollito recién horneado –dijo mordiéndole la oreja.

Tras palparlo con el dedo índice buscó rápidamente el clítoris encontrándolo rápidamente hinchado. Lo agarró con el dedo índice y pulgar y empezó a machacarlo. Aquello era de una lujuria increíble. Nadie se daba cuenta del juego al que tenía sometida a su prima bajo aquella manta oscura. Era como un sueño, un sueño que le puso la polla dura casi para explotar.

-Disfruta de los mimitos que te da tu primo Luisito –murmulló de nuevo a Susana.

En ese momento es cuando Susana se dejó llevar completamente. La mano de Luis la masturbaba serenamente haciéndola gozar como ningún otro hombre la había hecho llegar a ese punto de éxtasis. No es que fuera un amante exquisito, que va, era el simple hecho de estar rodeado de todos los primos que no se percataban de nada. Llegó el momento en que se tensó al llegar al grandioso orgasmo gracias a la mano de Luisito, como ella lo llamaba para hacer daño. Ese pánfilo había hecho lo que le había dado la real gana con ella, con una simple foto.

Luis se desperezó como si se acabara de despertar, y salió del salón camino a la ducha. Menuda paja le iba a dedicar a Susana nada más entrar.

Al día siguiente despertó más temprano que de costumbre, en vacaciones lo normal era despertarse al medio día como muy pronto. Miró el móvil antes de salir de la habitación, ningún whatssap de su prima. No sabía como tomárselo, bueno o malo… Lo bueno de todo aquello es que Susana nunca se ‘chivaría’ de los mensajes de Luis por el simple hecho que la mataban si su mamá o su tía se enterasen de sus juegos con Lucas. Lo malo, que ya sabía quién era el cabrón que la tenía en sus manos.

Al despertarse tan temprano no encontró a nadie en la cocina y mucho menos despierto. Cerró la puerta de la cocina para no despertar a nadie y empezó a prepararse una cola cao calentito con algo de bollería que había guardada en una de las puertas de la encimera. La cocina al ser pequeña en comparación a la casa, solo se podía poner una pequeña mesa con dos sillas en cada lado. Es graciosa la comparación, lo sé.

En esos pensamientos estaba cuando la puerta se abrió y apareció Susana en pijama desperezándose, Luis la miró sonriente.

-Buenos días Susanita… -se sentó en la mesa- ¿O debería llamarte putita? –le dio un bocado al bollo relleno de chocolate.

-Eres un cerdo, borra la foto ahora mismo –ordenó- Ya tienes recuerdos para tus putas paja cabrón.

-No sé… -empezó a jugar de nuevo- ¿Qué me darías a cambio? –sonrió.

-Eres un hijo de puta –se tiró hacia Luis que recibió el guantazo que le dio Susana.

Luis se levantó tras aquel ‘sopapo’ y agarró del cuello a Susana empotrándola contra en frigorífico.

-Yo elegiré… -dijo Luis girando a Susana dejando su espectacular culo en pompa.

-Suéltame o chillo –dijo en voz baja Susana.

Al tener el culo más deseado de su vida frente a él, se arrimó y empezó a frotar su polla lentamente.

-¿Sabes cuantas veces he soñado con esto? –Empezó un lento vaivén, como si la follase con la ropa puesta- Menudas pajas le he dedicado a este culo –rió.

Siguió con esos movimientos cada vez que le contaba sus pajas pensando en ella. Aquello excitaba sobremanera a su prima, lo notó cuando era ella la que echaba hacia atrás buscando la polla dura de Luis.

-Te voy a follar… -agarró de nuevo a su prima cambiando el frigorífico por la mesa.

No decía nada. Susana no decía nada, no respondía, solamente dejó caer su cuerpo aplastando sus pechos con la madera de la mesa y dejando el culo a merced de su primo.

-¿Lo deseas? –preguntó Luis sin esperar respuesta bajándole el pijama y viendo por primera vez el coño pelado de su prima- Si que lo deseas –acarició el coño con la mano, estaba totalmente húmedo.

Sacó su polla del pantalón, se llevó dos dedos a la boca y embadurnó de saliva el capullo. La penetró. Fueron unos segundos que parecieron años. Era un sueño, una fantasía eterna de sus pajas. Quería disfrutar cada embestida de aquello. El pantalón de pijama por los tobillos y follandose a su prima.

-¿Te gusta? –preguntó de nuevo al escuchar a Susana jadear suavemente- Que zorra eres… si lo llego a saber antes, te estaría follando cada vez que nos viéramos. –le dio una palmada en la nalga.

Por un lado disfrutaba y por el otro tenía miedo que los pillasen enganchados follando como cerdos. La verdad es que ese miedo era lo que le hacía disfrutar. Esa presión en el pecho sabiendo que podrían abrir la puerta.

-Dime que te folle, dímelo –aumentó la velocidad de la follada.

-Mmmm… Ahhh –gemía Susana gozando como la zorra que era.

-Dime que te folle putita –ordenó nuevamente.

-Fo… Ahh… ¡FOLLAME! –gritó importándole un pimiento que se despertasen los familiares que dormían plácidamente en sus habitaciones- Follame… -se entregó.

Luis la agarró del cabello echándola hacia atrás y le mordió el cuello. Susana giró la cabeza y besó a su primo en la boca sacando la lengua después y fundiéndose en un morreo salvaje. Aquello fue el detonante de que los dos llegaran a correrse como descosidos, el dentro de ella y ella sobre la polla de él.

Tras el polvo siguieron besándose durante un rato. Se dieron cuenta que seguía Susana desnuda de cintura para abajo y despegaron sus labios para adecentarse un poco. Abrieron la ventana de la cocina para refrescar la habitación y que se diluyera el olor a sexo concentrado entre las cuatro paredes. Se miraron cómplices sabiendo que aquello era el comienzo de una locura excitante.

Lo que estaba claro, es que las vacaciones en familia habían cambiado rotundamente esas navidades. Todavía no han acabado y ya está deseando otras vacaciones.

No hay nada como estar en familia, se arropan entre si y se dan un amor inmenso los unos a los otros. Bueno… quien dice amor, dice unos polvos colosales.

-Hay que ver Susanita… que bien nos lo vamos a pasar –sonrió malévolo- ¿Alguna vez has follado en una piscina climatizada? –se sentó bebiendo del cola cao frío.

Feliz Navidad.

FIN.