Feliz? Cumpleaños (02: Llegan los invitados)

Una chica va a pasar con su novio unos dias en la casa de la playa de este, pero las cosas no son lo que parecen y poco a poco ira entrando en un oscuro mundo.

Feliz? Cumpleaños

(II Parte Llegan los invitados)

Las nueve y cuarto, llaman al timbre, Ricardo se despierta, y va a abrir la puerta, yo le acompaño, se oye bastante jaleo fuera, cuando abre la puerta me quedo con al boca abierta, allí hay cinco chicos, a tres de ellos los conozco Diego, Luis y Pedro, son compañeros de clase, sus amigos del instituto, a los otros dos no los había visto en mi vida, van pasando uno por uno saludando a Ricardo, y dándome dos besos a mi, los dos desconocidos son Javi y Marcos, compañeros de juerga de Ricardo, parece que ninguno sabe que es mi cumpleaños, ya que ninguno me felicita, únicamente me dan bolsas que parece que contienen mas alcohol.

Pasan todos al salón se sientan, y Ricardo me dice:

Ricardo: Virgi, anda sírvenos unas copas.

Virginia: Si, esta bien, que queréis?

Javi: Un whisky solo y con hielo, del bueno, mira en una bolsa de las que te he dado.

Diego: Para mi una cerveza fresquita

Pedro: A mi ponme otra de esas, anda

Marcos: Ponme un Vodka con limón

Luis: Pues a mi hazme una clarita

Ricardo: Para mi lo de siempre.

Poco a poco voy sirviéndoles a cada uno lo que han pedido, no puedo evitar incomodarme un poco ante las miradas que me echan algunos de ellos, cuando acabo de servirles las copas, cojo una cerveza y me siento con ellos, Ricardo me mira en su cara no hay una sonrisa precisamente, no me dice nada, sigue hablando con sus amigos, hablan de todo un poco, de chicas, fútbol, ordenadores, etc.

Finalmente Ricardo me dice, Virginia, asegurate de que la comida no este fría que enseguida cenaremos.

Me levanto y hago lo que me dice, estoy tan sorprendida que ni me he planteado el responder o plantar cara, así que le obedezco, saco los canalones del horno, aun están calientes y los pongo sobre la mesa, de pronto caigo en la cuenta, son cinco los invitados, mas Ricardo hacen seis, parece que hay uno de ultima hora, así que comienzo a reorganizar la mesa para añadir a alguien mas, lo estoy haciendo cuando entra Ricardo seguido de los demás, y me pregunta:

Ricardo: Que estas haciendo?

Virginia: Nada, parece que ha habido un error lo había preparado todo para seis personas y al final somos siete, así que estaba poniendo otro plato en la mesa.

Ricardo: Virginia, recuerdas lo que te he dicho en el coche?

Virginia: Si

Ricardo: yo te he dicho algo de que ponga otro plato en la mesa?

Virginia: No, pero….

Ricardo: Pero nada!, ya sabes lo que te he dicho antes así que déjalo todo como estaba antes y comienza a servir la comida.

Las piernas me tiemblan, no entiendo nada, lo que tenia que ser una cena romántica por mi cumpleaños se ha convertido en una cena en la que no tengo ni voz ni voto, en la que según parece mi papel será el de sirvienta, se me pasa por la cabeza, negarme, decirle que me lleve a casa y olvidar este mal trago, pero luego pienso en lo que me ha dicho, en que si no obedecía en todo me dejaría, no se si podría soportarlo, quizás vale la pena callar, obedecer y ver que es lo que pasa, no se, quizás todo sea una broma, si, será eso, seguro que hay algo de eso.

Virginia: Vale, como quieras

Retiro el plato y la silla y voy sirviendo la comida mientras ellos se sientan y siguen charlando como si nada, cuando he servido la ensalada y el vino a cada uno de ellos, Ricardo me mira y me dice:

Ricardo: Bien, por ahora no te necesitamos, vete a la cocina y come algo allí, cuando te necesitemos ya te lo haremos saber.

Me voy triste, a la cocina, no tengo nada de hambre, no se que hacer, tengo ganas de llorar pero no quiero hacerlo, tendré que aguantar todo esto sea como sea, lo tomare como una prueba del amor que siento por el, si de veras le quiero aguantare este fin de semana por terrible que parezca.

Pasa el rato, y de pronto oigo que me llaman.

Ven aquí a servirnos el segundo plato, y trae más vino, que estamos secos.

Voy a hacer lo que me ordenan, les sirvo los canalones y mas vino, cuando estoy sirviendo a Marcos, este me da una palmada en el culo, y me dice:

Marcos: Hasta ahora esta todo bien, veremos que tal sigue.

Me quedo parada la cara se me pone roja como un tomate se hace silencio en la mesa, miro a Ricardo, este me mira severamente y me dice:

Ricardo: Virginia, no has oído lo que ha dicho, te ha elogiado, deberías darle las gracias, no?

Virginia: Si, claro, Gracias Marcos

Marcos: De nada preciosa (y mientras dice esto me da otra palmada en el culo).

Acabo de servir a los demás corriendo y vuelvo a toda prisa a la cocina, no puedo aguantar mas, me pongo a llorar, estoy asustada, no se que pasa, no entiendo que es lo que pretende Ricardo, tenia que ser mi fiesta de cumpleaños, una celebración intima, y ahora parece que no solo no le importa, sino que consiente que uno de sus amigos me toque el culo sin ningún pudor.

Lloro desconsoladamente, de pronto noto un golpecito en la espalda, es Luis, me giro y me seco las lágrimas con el delantal, el me mira tiernamente y me dice:

Luis: Ricardo te esta llamando, quiere que vayas con los postres, que te pasa estas llorando?

Virginia: No, no es nada, la cebolla de la ensalada

Luis: No te preocupes, se que todo esto te parecerá raro, pero creeme, luego te gustara, Ricardo te quiere, aunque no lo demuestra de la manera normal, siempre que habla de ti lo hace de un modo especial, se le nota que esta enamorado, pero es así, es frío y distante, no te lo dirá a menudo, pero ya iras conociéndole, no te preocupes, anda, será mejor que te seques esas lagrimas y salgas, no querrás hacer enfadar a tu novio esta noche verdad?

Levanto la mirada, le miro, le sonrío, y le digo:

Virginia: Si, ahora voy, gracias por hablar conmigo, me has ayudado mucho.

Luis vuelve a la mesa, y oigo como les dice a los demás que ahora voy, que he tenido un pequeño problema pero que ya esta solucionado.

Me seco las lagrimas, y salgo a servir los postres, una vez están todos servidos pregunto quien querrá café, y voy a prepararlos, al cabo de un rato los sirvo, les sirvo también unas copas y vuelvo a la cocina, oigo como hablan, están todos bastante alegres por la bebida, los comentarios machistas suben de tono, y comienzan a decir groserías, algunas de ellas sobre chicas de la clase que conozco, no puedo evitar sonrojarme cuando Marcos suelta:

Marcos: Pues anda que la Golfilla que tienes en la cocina no esta buena ni nada, sabes?.

A lo que Ricardo salta y dice:

Ricardo: Cuidado con lo que dices, no te pases ni un pelo, ya sabéis lo que os dije, habrá tiempo para todo, pero cada cosa en su momento.

Me quedo pensativa sobre esa frase, por un lado me ha gustado que haya saltado en mi defensa, pero lo que me desconcierta es la segunda frase, en fin, para que preocuparme, que sea lo que dios quiera.

Finalmente acaban con las copas, entonces Ricardo me dice:

Ricardo: Virginia, ven con nosotros a tomar algo mujer, que parece que no te gusten mis amigos.

Virginia: Si, ahora mismo voy

Por dentro me alegro, no me ha olvidado, quiere que tome algo con ellos, estoy algo mas contenta, quizás todo lo malo ha pasado ya, y ahora empiece a mejorar todo.

NOTA DEL AUTOR: Todo en este relato es completamente ficticio, desde nombres, personas hasta la situación, las situaciones aquí expuestas son fantasías, en ningún caso deberían llevarse a la práctica, no solo por tratarse de un delito, sino por que con ello se estaría destrozando una vida.

El respeto es vital en toda relación, por tanto conmino a los lectores a que sean respetuosos con las personas que los rodean.

Me disculpo si he herido de cualquier modo la sensibilidad de algún lector, y espero que el relato sea entendido como lo que es, un ensayo de ficción.

Me gustaría recibir comentarios, críticas y sugerencias de cualquier tipo, ya que mi idea es seguir escribiendo.

Gracias por la atención prestada, se me puede localizar a través de e-mail en la siguiente dirección: