Feliz año taxista

En la fiesta de fin de año familiar, decidí irme con un vestido negro ajustadito, resaltaba muy bien mis enormes senos y mis nalgas, noche tranquila de estar con la familia, hablar, bailar y principalmente tomar.

Esa noche decidí ir sin carro a lo cual el alcohol y cada trago que me ofrecía yo los tomaba sin ningún problema.

Ya siendo casi las 4 de la madrugada estaba ya muy borracha muy mareada, así que llame un taxi para poder irme a mi apto.

El taxi tardo 10 minutos, espere un poco afuera, no hacia tanto frio, pero la borrachera era brava

-          ¿Eres Marcela?

-          Si soy yo

-          Sube linda – Caminé lentamente me tambaleaba un poco, el me abrió la puerta de adelante y yo subí allí

-          Por favor me llevas a… - Le di la dirección de mi apto, el taxi arranco, mis ojos me pesaban un poco

-          Estuvo como buena la fiesta de fin de año nena

-          Mmmmmm si un poco jaja mucho trago

-          Eso noto, estas como mareadita

-          Un poco

El tipo seguía conduciendo, yo me quede un poco dormida

Al rato comencé a sentir una mano cerca de mi rodilla y a mi muslo, alguien me estaba consintiendo, no me salía palabras, medio abrí los ojos era el taxista con sus manos gorda, un hombre de 1,80, gordo muy gordo de unos 40 años. Volví a quedarme dormida.

Sentí su mano, pero esta vez ya no en mi pierna, ya su mano subió así mis tetas, no traía brasier ya que me puse el vestido, estaba casi a punto de sacarme las tetas, no sabía ni cómo reaccionar, su mano manoseaba mi pezón por encima del vestido, paro el taxi, llegamos a mi edificio.

El taxista salió del carro, dio la vuelta rápido y abrió la puerta del copiloto para ayudarme a salir, busco en mi bolso las llaves y rápidamente me levanto, me tomo de la cintura y lo más rápido que pudo me llevo a la puerta de la portería del edificio, probo llave por llave hasta llegar a la correcta, abrió la puerta

-          Mija en que piso vives, en que apto

-          502 – Dije como puede

El con su fuerza me alzo y subí los 5 pisos como pudo, yo seguía mareada.

Al llegar a la puerta de mi apto, volvió a probar llave con llave hasta abrir la puerta, me metió como pudo cerro el apartamento y con una sonrisa de enfermo sexual me miro.

-          Mija cómo vas a salir así vestidita y sola, no ves que calientas a los hombre

Lo mire algo rara pero casi no me podía mantener de pie.

Me volvió a tomar de la cintura y me llevo al cuarto, prendió la luz y me empujo a la cama, caí boca abajo. Comencé a escuchar cómo alguien se estaba quitando un cinturón y caía ropa.

-          Mija este será mi regalo de año nuevo – Me nalgueo.

Comenzó a subirme el vestido como con desesperación, mis nalgas estaban al aire

-          Mirala ni tangas llevas, tú te lo buscas mija

Y sin medir distancias comenzó a penetrar, su gorda verga entraba duro en mí, me daba con ganas con emoción sin parar, cada embestida era más dura que la anterior, no pude evitarlo, empecé a gemir.

No paraba sus movimientos eran delicioso, me embestía como un animal en celo, hasta que saco su verga, me elevo un poco las pompas y empezó lentamente a penetrarme el culito, sentía el dolor de su gran pene entrando en mi colita, pero me calentaba no podía parar de gemir.

-          Que apretada estas, que rica puta

Luego de casi romperme el culo saco su verga, me levanto un poco y empezó a quitarme el vestido totalmente, mis tetas estaban al aire.

-          Tetas de perra barata

Se empezó a masturbar frente a mí, mientras que con su otra mano manoseaba y golpeaba suavemente mis tetas, tenía una cara de enfermo que no es normal, se pajeo rápidamente, hasta que comenzó a gemir y se corrió encima de mis tetas, salto un poco de leche en mi cara.

-          AHHHHHHHHHHHHHH FELIZ AÑO MARCELITA

Tomo sus pantalones y no supe más, me quede desnuda y con la leche del taxista dormida, así inicio mi 2022.