Federico 40a

Entrevistas, inauguración, y pensar que por ella, hace frío, me dejaron afuera.

40A

Federico

Antes de éste relato, se deberían leer “Federico 21 al 39”… éste Federico 40 es la continuidad y algunos personajes o situaciones son enganchados, puede ser que no se comprendan en su totalidad…

Entrevistas…

Les cuento algo de lo que fueron las entrevistas de algunas para contratar el personal del futuro hotel que íbamos a construir…

De entrada nomás me cayeron bien, tanto Josefa como Sigris son dos personas de risa fácil, tienen unos kilos de más, bastante tetonas y culonas, las dos morochas, de pelo negro, dientes bien blancos, ojos saltones…

Josefa es la mayor, también es la jefa de cocina, Sigris acepta gustosa ser la segunda, siempre fue así…

Al rato de charlar ya estábamos haciendo bromas, que Sigris es soltera, que hace como dos años que no tiene una alegría…

Bueno dijo Josefa, mi esposo Ramón se la pasa todo el día llevando mercadería de un lado para otro y a la noche queda fundido, así que también ando muy escasa de alegrías ja ja…

Si bien no sabía preparar las comidas, sabía mucho de compras y de lo que lleva cada plato…

También tuve un jefe de cocina que me tenía cagando, después me enseñó muchísimo…

La idea sería de buena mercadería y platos abundantes, cuando hablábamos se dieron cuenta que sabía lo que decía…

Sigris me dijo que cuando necesitara compañía la llamara… (qué me habrá querido decir, pensé), se turnarían con el trabajo…

Si bien es cierto que cada uno se gana lo que se le paga, no deja de ser algo importante que tengas el trabajo a media hora como mucho de tu casa y más cuando tu casa es en medio de un conglomerado de islas, con canales por todos lados, que si no sos un poco ducho te perdés enseguida…

Así que todos reconocieron que tenían suerte de haber conseguido éste trabajo…

Lo digo porque se estableció casi desde el principio una buena relación entre todos, yo fomentaba mucho los encuentros del personal…

Anteriormente me dio muy buen resultado…

Daniela y Claudia son hermanas mellizas, rubias de ojos verdes, pelo cobrizo, hermosas, se les nota la piel curtida por el sol y el frío, dos muñecas en bruto, veinteañeras, las tuve que “pulir” bastante…

Muy voluntariosas pero atropelladas, en principio estaban para mozas, después las puse como camareras, ya habría tiempo de aprender el oficio de moza…

Implementé los cursos de “aprender de todo”, casi las obligué a Josefa y a Sigris las cocineras, para que enseñaran un poco de lo que sabían, Sigris no tenía muchos problemas pero Josefa parecía que le sacaban una muela sin anestesia…

Se aprendía de moza, de camarera, de ayudante de cocina, de lavacopas…de esa manera teníamos el personal preparado para reemplazar en caso de emergencias…

Las adicionistas las mandó el sindicato…

A veces Claudia se ocupaba…

Con Susana me pasó algo especial, una chica muy tímida, le costaba hablar, la trajo Ramón, el marido de Josefa, la cocinera, el que vende la mercadería en la lancha…

Después de ganarme su confianza se empezó a soltar…

Me contó que tuvo que mentir en la casa para venir, que tiene unos padres muy protectores, tan protectores que no las dejan salir a ningún lado a ella y a tres hermanas más, y que tiene 29 años, quedamos que la llevaría a su casa y hablaría con sus padres…

Que son muy desconfiados…

Para movernos por el agua tenemos un fuera de borda, del velero, a veces el velero, la lancha la usamos para ir rápido al centro, sino hay que dar toda la vuelta por tierra…

Y fuimos a ver a sus padres, me costó como una semana de ir todos los días, me pasaba horas hablando con ellos, quedó que le gustaba mucho la música, en especial la guitarra, que nunca pudieron aprender, pero adoraban “la viola”…

Se me ocurrió invitar a almorzar en su casa a mi viejo, compré asado como para veinte personas…

Les llevé todo y a mi viejo, le conté que necesitaba que tocara la guitarra…

Me dijo…no no no me podés pedir semejante sacrificio ja ja…

El guacho me gastaba, la madre de Susana 29, Inés 27, Dora 23 y Teresa 20 había hecho empanadas, con asado vino y guitarra se pasaron como cinco horas, terminamos de noche con el permiso de que las cuatro chicas trabajarían con nosotros…

Eso sí, son sagradas dijo el padre…

Mi padre asentía con cara de mentiroso y medio borracho…

No tuve muchos inconvenientes en explicarles cómo desempeñarse de mozas, aprendieron rápido, además muy voluntariosas, fue una pegada traerlas como personal…

Manejaban el comedor con una elegancia y una alegría contagiosa…

Siempre agradecían que haya convencido a su padre de dejarlas salir de casa, es más creo que ya están conversando mucho con los de seguridad…

La que vino con el marido, un paraguayo dominador, prepotente, que solo hablaba guaraní…

Ella traducía lo que él me decía…

Y yo lo que quería era entrevistarla a ella…

Edoncella, una señora rústica, pechugona, culona, de piel cobriza, ojos verdes, una hermosura pero chúcara…

Quería trabajar ya que con la pesca del Eusebio, (así dijo) no alcanza…

Le expliqué los trabajos que había que hacer…

Ningún problema me dijo y si quiere le corto el pasto, hago la huerta, alimento a los animales…

Voy a tener que “acomodarla” pensé, como mucama la puse.

Inauguración.

El primero de marzo se inauguró el hotel restaurante Nicolás 1, la idea del nombre había sido de mi viejo, cuando la tiró, las mujeres se pusieron a llorar, era en recuerdo de su padre, del padre de Silvina, del ingeniero Nicolás Barrientos, mi abuelo, el que fue el creador de la semejante empresa que tenemos…

El que nos dejó toda su fortuna…

Nunca estuvo mejor el reconocimiento…

Con 18 habitaciones, sala de música, sala de juegos, sala de gimnasio, de masajes, pileta de natación, restaurante para 50 personas, al que hay que reservar para llegarse, es muy difícil que haya lugar…

El restaurante está en un quincho todo vidriado en el medio del parque, hasta la cocina está vidriada, vos mientras almorzás o cenás ves cómo los cocineros te preparan la comida…

Se ven también las parrillas, tiene aire acondicionado y calefacción…

Eso sí, si llueve por el camino que viene desde el amarradero te mojás y te cagás de frío o de calor…

Desde el hotel el camino es mucho más corto…

La llegada al hotel restaurante es mayormente por el río, atracan los yates, la lancha de pasajeros o lanchas particulares, tenemos un amarradero bastante grande, si hace falta te subimos la lancha y hasta algunos yates no muy grandes…

”La Amistad” la subí un par de veces, cuando me pareció que venía una tormenta importante…

Por tierra hay que tener un plano para llegar, igual en la propaganda hice que lo pusieran, tuvimos que hacer un estacionamiento ya que se puso de moda…

Hicimos muchísima propaganda, invitaciones a todos, los amigos y conocidos de mi familias fueron como cien, a la inauguración, de mi parte vino Juan y Pablo, por suerte como la atención es excelente y la comida excepcional y a precios no demasiado caros tenemos reservaciones para bastante tiempo…

Me parece que es cierto eso de que la plata llama a la plata, empezaron a dejar bastante ganancia los negocios…

Y todo por idea de Teresina, que hay que hacer entretenimiento a los huéspedes, que se los invitaba a caminar o correr en las mañanas, a clases de baile, ella daba los brasileros y me enganchó para los otros…

Natación, masajes, cocina, era de lo más alocado todo y lo mejor era que se prendían muchos…

En el hotel teníamos reservas por tres meses, en el restaurante menos…

Y bueno, trabajo no me faltaba, salía a correr temprano, desayunaba, podía o no dar clases de baile, controlar un poco la natación.

En mi motorhome había establecido mi oficina, ahí controlaba los pedidos, tanto de reservas para el hotel como para el restaurante, las compras, los pagos,  miraba muy someramente, eso era tarea de Isabel, Claudia y Emanuel, pero ojo vigilante ja ja…

Lo que sí me ocupaba era del dinero, toda plata tenía que pasar por mí, yo le pasaba los números a mi vieja, tenía unas planillas espectaculares, en cuanto te acostumbrabas a llenarlas se controlaba todo a la perfección…

También iba al banco a depositar…

Todo el día me la pasaba trabajando, querías trabajar, acá tenés trabajo…

Y pensar que por ella…

Dicen que el tiempo borra cualquier pintura…

En el medio de mi locura de trabajo recibí la noticia de que venía a visitarme Camila, la dueña del viñedo y hotel en Cafayate.

Me daba taquicardia, me temblaban las piernas, creía que me iba a enloquecer como me pasó hace no tanto tiempo, cuando pensé en dejar todo para quedarme con ella, no lo hice y ella prometió que me iba a esperar dos años…

No tardó ni dos meses en romper su promesa…

No digo que no me gustara, pero cuando la fui a buscar al aeroparque no me impactó como creía que lo haría…

Es más, pasado unas horas descubrí que me gustaba más estar con Teresina que con ella…

Vino a una reunión de viñateros, se quedó en nuestro hotel, por la noche se arrimó a mi motorhome, todavía me quedaba cariño, me quedaba ganas y se lo demostré, no paré de besarla, abrazarla, morderla, chuparla, ella gemía y gemía, la desnudé y la acosté con las piernas en mis hombros, no paré de chuparle los labios vaginales, el clítoris.

Siii, siii, que hijo de mil, cómo me hacés gozar, seguí seguí decía…

Y yo seguí, creo que pudo acabar como cuatro veces en la noche, por todos lados hubo penetración, no hemos dejado de practicar nada…

A la mañana la llevé a la dichosa reunión…

En ningún momento se mencionó lo que habíamos tenido…

Es más a la semana recibí un mensaje en la que me agradecía lo bien que lo había pasado, menos mal que pagó todo ja ja…

Los días pasaban, el trabajo era constante, ya todo marchaba muy bien, los empleados sabían lo que tenían que hacer.

El poner a Emanuel como recepcionista, con su particularidad fue un acierto, en varios comentarios de revistas del ramo dejaban sentado su cordialidad y buen trato, atraía clientes…

Con Isabel pasaba lo mismo, ella se ocupaba de dejar cómodas a las señoras mayores, tiene una diplomacia única…

Claudia controla todo, es como la injusticia, está en todos lados, tenía un porcentaje en las ganancias…

Los sueldos de todos y toda la contabilidad la llevaba mi mamá, yo juntaba boletas y boletas, recibos y todo papelito habido y por haber y se lo daba para que trabaje ella…

Hace frío.

Con la llegada del invierno decayó un poco la clientela, hacía frío para estar por los alrededores  del río, la escarcha del agua, la niebla y que se hacía de noche muy temprano, hacían que la gente no viniera tanto, bueno al restaurante porque el hotel estaba siempre lleno, también Teresina los tenía para todos lados a los huéspedes…

Un día anunció que en el futuro los íbamos a enseñar a  hacer pan en la cocina del restaurante…

Josefa la cocinera la miraba con cara de no muy contenta…

Me dejaron afuera…

La que me anunció que vendría fue Estela, la abogada de Formosa, que venía para presenciar un juicio oral en La Plata…

Fuimos a buscarla con mi viejo y Silvina…

Besos y abrazos a todos, a Silvina y a mi viejo los conocía de video llamadas, ellos la han ayudado varias veces en problemas de su estudio jurídico…

Mi viejo mirándome como diciendo es lo que pasa, me dijo. Fede te dejamos acá y te tomás un taxi al Tigre…

Yo los miré, miré a Estela, ella agachó la cabeza, se hizo la boluda…

La puta me cagaron, se fueron los tres y a mí me dejaron para que tomara un taxi…

Después me explicó todo mi viejo, que ya lo tenían arreglado entre los tres, no quisieron avisarme antes por si se echaba atrás Estela…

Qué se va a echar para atrás, ni bola me dieron…

Me contó que fueron al departamento y que la hicieron de goma, no podía ni caminar, irritada la vagina y el culo…

Bien hecho por hija de mil…

Ni un mensaje me mandó…

Ni sé si fue al juicio ese…

Continuará…