Fea pero con tremendo culo V
El Regreso de Marisol y mi culo favorito
Fea, pero con Tremendo Culo V
Habían pasado ya unos cinco años desde la última vez que estuve con Marisol, y solo dos años desde que se lo empujé a Doña Maria, la mamá de Marisol (Ver Fea pero con tremendo culo I, II, III y IV). Ya tenía 45 años cumplidos y mi vida pasaba sin pena ni gloria. Seguía trabajando muy duro y estaba tan concentrado en las labores industriales que mi condición (mi necesidad de culo) había estado en un periodo de “Hold”… Fue cuando murió Don Moncho, el Tío de Marisol y hermano de Doña Maria… que la volví a ver. Me enteré de la muerte de Don Moncho a través de un primo, de esos que siempre se ocupan de que la familia se mantenga informada de aquellos que pasan a “mejor vida”…
Salí tarde del trabajo como siempre, y me dirigí al barrio aquel en que me había criado. Don Moncho había vivido en la misma casa de siempre, así que no me fue difícil llegar. Llegué, Saludé y entré a la casa donde estaba el muerto. Vi a Doña Maria rezando el rosario… y a su lado sus hijas… y entre ellas… Marisol. ¿Qué Cómo?... ¡Ahí Esta! ¡Maldita sea!.... se me revolcó el estomago de tal manera que no podía estar de pie. Estaba en cierto ángulo que no podía verla bien, pero su cara la veía completamente. Era ella, definitivamente era ella… Fea como siempre, pero un tanto más arreglada, un tanto madura. De ahí que el rosario se prolongaba demasiado… ella era mi Ave Maria!... y junto a su mama rezaba tranquilamente. De pronto, una de sus hermanas comenzó a llorar creando un pequeño revolú en las que varias personas, entre ellas Marisol, se movieran a “consolar” a la del llanto. Y ahí tuve la oportunidad de verla completa desde el ángulo en que estaba… Ella no se había percatado de mi presencia pero no tardo mucho en mirar. Su mirada fue un tanto esquiva, pero con cierta alegría de haberme visto nuevamente. No sé si por el deseo de verme o por los recuerdos que le habrán pasado por su mente en esa fracción de tiempo… Estaba en un traje muy conservador, pero su trasero no lo podía disimular. Le levantaba el traje un tanto… Ahhh… me dije. Ahí está mi tesoro!...
Al cabo de varios minutos, ya la “llorona” se había calmado. Doña María terminó el rosario y lo despidió. Había mucha gente en la pequeña salita, de manera que todavía no era tiempo de mi ataque… En un momento pensé: Yo estoy aquí por la muerte de Don Moncho, o buscando el culo de Marisol?... La verdad es que ya no me importaba el muerto… solo quería llegar a ver de cerca a mi “Fea, pero con tremendo culo”.
La gente fue entrando y saliendo de la sala… todos para darle el ultimo adiós a Don Moncho. Yo Salí de la sala y comencé a disimular que ya me iba. Estaba tratando de provocar alguna reacción en Marisol. Ella, al ver que yo me “despedía”, cayó en mi trampa. Casi corrió tras de mi… por el angosto caminito que conducía a la casa del velorio. Y de esa manera se dio el encuentro. Me di la vuelta al sonido tonto de su voz:
- ¿Ya te vas?.. – me preguntó
- Hola… ¿como estas? - Le dije
- Bien… me contesto con una mirada extraña. – ¿deseas que te acompañe hasta el carro?
- Si claro!... ven!
- ¿Porque te vas tan pronto? – me preguntó
- Me sonreí y le dije: - en verdad no pensaba irme. Quise provocar que vinieras conmigo… - le dije con sonrisa malévola.
- ¡Maldito eres! – me dijo riendo- Sabias que iba a venir detrás de ti como una tonta.
- Jajaja.. lo sé… y así lo quería yo también…
Ya estábamos saliendo del lugar del velorio a un lugar más oscuro y solitario. Se acercó más a mí y se sujetó de mi brazo izquierdo para buscar más apoyo mientras caminaba con los tacos altos que llevaba puestos. Llegamos a mi auto que distaba algunos 30 metros de la casa. Todavía veíamos la gente en el velorio, pero desde un lugar más oscuro… De repente comenzó una bendición del cielo… empezó una llovizna y una brisa como anuncio de mas agua… Ella que por tener el pelo estirado gracias a la magia del “blower” y de la “keratina” no podía darse el lujo de humedad en su cabello, pues retornaría a su condición natural de “pelo de negra”.
- Ayy está lloviendo! Se me moja el pelo!
- No te preocupes, entra al auto!... – Que conveniente, me dije.
Entramos al carro, en verdad era una camioneta (Pickup, Ford 150) grande de cabina ancha y cómoda. (Todo parece que estaba alineado para algún propósito) Fue cuando tuve la oportunidad de ver su hermoso culo apretado en su traje. En su intento de treparse en la guagua alta, los tacones la hacían más sensual mientras abría las piernas para montarse. Y sentí como se me iba parando el “condenado amigo come culito”…mi pene. Una vez ella montada y adentro, di la vuelta me monté por el lado del chofer.
- Espera – le dije – tengo una toalla pequeña por aquí, para que te seques.
- Mami va estar buscándome ya mismo – dijo
- No te preocupes, vas a estar en buenas manos. Doña María sabe que yo te cuido bien.
- Precisamente por eso… te conoce muy bien! – me dijo ella – ¿Por qué no me das un abrazo de bienvenida? ¿Ah?
Y nos dimos un abrazo tierno y prolongado; como que hacía tiempo que no nos veíamos y teníamos la oportunidad de hacerlo. En el abrazo me di cuenta que estábamos un tanto mojados por la lluvia que nos cayó camino a la camioneta. Así que le dije:
- Ven estas un poco mojada, sécate con la toallita.
Y comencé a secarle los hombros, sus brazos… y sus piernas. Ella en silencio… luego comenzó a quitarse los zapatos… y me ofreció sus pies para que se los secara también. Le mire el rostro y noté sus intenciones… los tomé con delicadeza, se los sequé, luego los levanté para besarlos… y comencé a chuparlos. Recordé la primera vez que hicimos lo mismo, que la excitó tanto que se me echó encima. Esta vez quizás lo hará otra vez, pensé.
Estaba chupándole los pies cuando me dijo:
- Junior, no hagas eso!… mis pies deben estar apestositos, pues llevo estos zapatos desde esta tarde!... Además me estas excitando! Tu sabes que me da con darte el culo cada vez que me pones bellaca! (“Cachonda” según nuestros hermanos latinos)
¿QUEE!! … tan rápido cayó la nena? Ni me imagine que estaba tan dispuesta!! Pensé. Y la vi como comenzó a buscarse debajo del traje. Se metió la mano derecha entre sus panties y comenzó a tocarse, a masturbarse mientras yo le “comía” los pies. Soltó uno de sus pies de mis manos y mi boca y comenzó a hurgarme el pene con su pie. Yo sin pensarlo procedí a sacármelo del pantalón. Lo tenía duro y caliente… Y con su pie comenzó a darme un “Footjob”… Marisol tenia habilidades con sus pies… me excitaba sobremanera cuando me “acariciaba” el miembro con sus pies; y ella le excitaba el asunto fetichista.
- Umm casi se me olvidaba lo gordo que lo tienes… y lo siento tan calientito y duro – me dijo mientras continuaba el “masaje” en mi miembro.
- Y tus pies están fríos… le dije- pero están ricos, huelen y saben a ti.
- ¿Y porque no me mamas el culito también? -Me dijo-, ¿tienes miedo? ¿o ya no te interesa?
- Dámelo!... que te lo voy a lamer!
Se arrodilló en el asiento, y me ofreció el enorme culo que tenia. Hasta lo vi más grande y carnoso desde la última vez hacía ya varios años. Le procedí a quitar los panties e inmediatamente metí mi cara entre sus nalgotas… Umm que olor tan rico tenía su culito! Y tan pronto le metí la lengua dentro del roto del culo comenzó a suspirar:
- Ahhh… que rico! Me hacías tanta falta papi.!! Nadie como tú para manejar mi culo! Te he extrañado tanto! ¡AAyyyy que rico, coño me gusta tanto!.... Ay papito, te necesito dentro de mi ya!... ven Junior! ¡cómeme el culo! ¿sí? ¿Quieres mi amor?
Ella estaba que no podía más. Mientras más le chupaba el culito, mas cliente se ponía! Así que después de un sublime ofrecimiento, rápidamente busque entre mis cosas, saqué una cremita y se la unté en el culo. Mientras se la untaba, más caliente se ponía.
- Ay que rico mi amor!... prepáralo bien, que quiero tu maceta dentro de mí! –decía mientras le metía el dedo pulgar en el culito.- No sigas con el dedo! Que me vas a hacer venir! y yo te quiero a ti!
Le continuaba metiendo el dedo pulgar completo, mientras ella se masturbaba como una loca de lo bellaca que estaba. Mientras tanto, yo le mordía las nalgas. Y con la otra mano me iba bajando el pantalón y los calzoncillos.
- Saca el dedo ese, por favor y dame lo mío! Ven, ponte detrás de mí y dámela como me gusta!
Le saqué el dedo, y con la crema que me quedaba en la mano, me unté un poco en mi miembro… que ya estaba tan duro como hacía tiempo no lo veía. Lo estaba frotando de arriba abajo, pero tan pronto ella lo vio, lo buscó con su mano derecha mientras se apoyaba con la otra. Lo dirigió hacia la raja de sus nalgas, y comenzó a buscar su culito con mi miembro. Tan pronto lo encontró, se quedó quieta mientras se iba sentando sobre él. Yo lo sentí rápido…
- Ahí está, mi amor ahí lo tienes… - le dije- ¿Que quieres hacer ahora?
- ¡Me lo quiero meter todo por el culo! –me dijo mientras se iba sentando sobre él.
Inmediatamente iba sintiendo como se le abría el culo y dejaba entrar a mi gordito… la cabeza iba entrando…cuando de repente le entró la cabeza completa y casi la mitad de lo demás…, pero le entro tan de repente que gritó…
- AAYY Puñeta me duele!!!!
- ¡Sácatelo! Mi amor…
- ¡No!!! Me duele, pero gusta tanto! –decía mientras soltó mi miembro y pasó a masturbarse otra vez.
Se quedaba un tanto quieta y no permitía que le entrase mas. Seguramente esperando acostumbrarse a mi bicho de nuevo, pero seguía masturbándose mientras miraba al techo de mi camioneta. Yo seguía ahí, solo mirando el espectáculo de aquel culo tan carnoso que se tragaba todo lo mío. Su culo estaba más apretado de lo normal, no sé si por el tiempo que había pasado desde la última vez o porque nadie se lo había metido recientemente… y solo le había entrado la mitad.
- Ay que rico lo siento hoy! Está diferente. –decía mientras se masturbaba el clítoris y culeaba para arriba y abajo, pero sin metérselo completo.
- Ay junior, creo que ya me vengo! Me vengo! Ahhhh! Ahí me viene! Siénteme Papi, Siénteme como me vengo! SSSssss Ahhhyyy Siiii! ¡Qué rico es por el Culo! Ahhhh!
Todavía sentía cómo se venía por el culo cuando por un movimiento en falso se sentó sobre mi bicho y se lo metió completo…
- ¡Ay Coño! Me duele, me duele, Ayyy, Ayyy! ¡Qué dolor más rico Carajo!... ¡Me vengo de nuevo!! ¡Ahhhh, que rico es por el culo!!! Siénteme venirme otra vez mi Amor! ¡Cabrón me haces gozar tanto con esa verga tan gorda que me rompe el culito! MMMmm.
La cosa me puso a tal que comencé a culear para venirme yo también, pero la condenada no me lo permitía.
- ¡No te muevas que me duele mucho! Ja, ja, ja Ji, ji…-Se reía mientras me lo decía.
- Pero, ¿por qué te ríes?!...
- Es que me duele un montón, pero me gusta igual y eso me causa risa y cierta cosquillita en el clítoris…. Jajá, Ji, ji.. Quédate quietecito ¿sí? Ya mismo se me pasa.
Ahí estuvimos los dos un rato… ensartados como perros. Yo con mi tranca dura y loco por culearla y venirme para poder decir que le comí el culo;… y ella con todo mi pene dentro de su culo sentada y riéndose por el dolorcito “extraño” que sentía.
De repente miramos hacia atrás y vimos a Doña María que venía caminando hacia nosotros…
- ¡Coño, por ahí viene Mami! Avanza súbete el pantalón!
En menos de 10 segundos, se lo sacó del culo (se le salió un peo), se puso las pantaletas, se bajó el traje, se acomodó en el asiento mientras yo hacía lo mismo… me subí el calzoncillo y el pantalón y me quedé sentado de lo más normal. En verdad en este punto a mi no me importaba si Doña María nos agarraba o no… total, ella lo sabía todo. Además, a ella yo le había comido el culo también… Se acercó a la ventanilla mientras Marisol bajaba el cristal de su lado…
- ¡Bájate! ¡Ahora mismo, so puta!! – le gritó a Marisol
- Si solo estábamos hablando Mami!
- ¡Hablando mierda!.. sal de ahí, Camina! Y vete a la casa!
Marisol sin seguir discutiendo con ella, salió de la camioneta y se fue descalza con los zapatos en la mano hacia el velorio nuevamente. Ni siquiera se despidió de mi. Mientras tanto Doña María mirándome con cara de desprecio me indicó:
- No la busques!, ella es una mujer casada con un hombre decente. No le rompas el matrimonio! Mañana después del entierro tomará el vuelo hacia Texas otra vez… y no la vas a ver, porque yo misma me voy a encargar de eso!...
- Pero Doña María, cójalo con calma, si solo estábamos compartiendo un rato. Mira que hace tiempo no nos veíamos y…
- ¡Y nada! – me interrumpió – Sigue tu camino y déjala quieta!
- Ok, Ok… disculpe usted, no fue nuestra intención hacerle daño a nadie.
Ella se quedó callada; mientras yo dentro de la camioneta y ella afuera nos quedamos en silencio.
- ¿No será que usted esta celosa? – le dije
- Ya yo estoy vieja para esas cosas… me dijo- y continuaba ahí parada sin decir nada-
- ¿Por qué no entra y seguimos hablando aquí dentro?
- No… - me dijo, pero continuaba ahí de pie afuera sin decir nada mas…
¿Qué será lo que quiere esta señora? Me preguntaba para mi interior. ¿Estará esperando que yo me baje y le dé “cariñito”? Los minutos pasaban en silencio. Obviamente, la Doña estaba esperando “algo”, pues no se movía ni decía nada. Como esperando algún movimiento de mi parte. Me convencí entonces de que la vieja quería “cariñito” y que realmente estaba celosa…. Así que, procedí a bajarme de la camioneta, di la vuelta y me coloqué detrás de ella. Ella en silencio… y yo le puse las manos sobre sus hombros descubiertos.
- ¿Está enojada conmigo también?
- Si… un poco
- ¿Celosa?
- Un poco…
- ¿Te hago falta?
- Si… -y se rió-
Me pegué a sus nalgas y la tomé de las caderas… mientras le culeaba suavemente sobre la ropa. Le besé el cuello, y los hombros mientras le acaricié las tetas y las nalgotas. Ella se comenzó a subir el traje mientras miraba hacia la casa donde se efectuaba el velorio… suspiraba y se contorsionaba lentamente indicando que le gustaba lo que le hacía. Con su traje completamente arriba, me mostraba el “nalgaje”. Ella misma se bajó las pantaletas y se apoyó sobre la camioneta… Yo procedí a sacármelo y escupiendo sobre mi verga la lubriqué nuevamente. Le abrí las nalgas y con mis dedos le comencé a tocar el culito. Y de sus labios salió un suspiro con un “Si” apasionado como indicando que eso era lo que quería.
- Ay si… eso es – me dijo- Eso mismo es lo que quiero.
Sin mediar palabras, me lo agarré, lo volví a lubricar con mi saliva y lo guié entre sus nalgas hasta el fondo cuando se encontró con el culo… empujé poco a poco… ella se inclinó un poco más para ayudarme en la tarea anal. Y comenzó a entrar. Primero la cabeza, y un poco de lo demás; pulgada a pulgada se lo iba metiendo a la vez que culeaba hasta casi sacarlo… y volvía a meterlo para ir haciendo espacio… lentamente, hasta que se lo empuje todo… no me importaba si le dolía o no. No lo encontré tan apretado como el de Marisol; estaba un tanto suave que me pareció que no estaba en el culo, sino en la chocha. Así que, procedí a investigar si en verdad estaba dentro del culo hurgando con mis dedos. Me di cuenta que estaba en el culo y en el mismo momento ella me lo confirmó:
- Está bien, esta dentro del culo – me dijo.
- Esta suavecito – le dije
- Es que tengo un culito que se abre fácil …
Parece que le gustaba y lo aceptaba muy bien. Sentí que le entró con facilidad… Y comencé a entrar y a salir del culo… bien suavemente. Seguí así, culeando lentamente y dándole lo que a todas luces ella deseaba.
- ¡Ahh!, Me gusta… se siente rico – me dijo- ¿Para qué quieres el culo de Marisol si tienes el mío todas las veces que quieras? ¿Ah?
- ¿Cuándo yo quiera?
- Si. Cuando tú quieras… tú lo sabes. Este culo grande es tuyo… ahora quiero que te vengas dentro… dame tu lechecita caliente!... ¿Te gusta mi culo?
- Sí, me gusta tu culo… grande y ricas nalgas…
Continué bien lentamente, y justamente cuando me iba a venir, se lo hundí completo y me quede quieto mientras mi miembro palpitaba y bombeaba semen en sus intestinos.
- Ahhh!!! mi amor te siento latiendo dentro de mi culo!! Que rico se vino mi nene!! – siempre me decía “mi nene” cuando me venía dentro de ella. -
Me quede hasta que me vine bien rico dentro de su culo… se lo había vuelto a comer a la mama de Marisol. Se lo deje adentro un rato. Hasta que se le salió solo, ya flácido. Ella se subió las pantaletas, y se acomodó el traje…
- ¡Ahora llevo el culo embarrado para el velorio! ¡Quién lo diría! ¡Me jodieron el culito en medio de un funeral!...
Salió caminando hacia la casa del velorio. No dijo nada más. Yo me subí los calzoncillos y el pantalón… me subí a la camioneta. No sabía que pensar ni que decir. La encendí y me fui a mi casa. Me preguntaba toda la noche: ¿Qué paso aquí?... ¿acaso esto estaba arreglado?
Lo sabré dentro de unos días cuando Doña María llegue a mi casa para darme el culo otra vez. Ya que a Marisol no la podré ver más. Una vez logré tirarle una foto a la mama de Marisol:
Esta historia continúa…