Favor Mutuo - Mascarilla para mi suegra

La suegra le pide a su yerno un favor, semen, para una mascarilla estética, eso involucra que se masturbe pero él, al pasar por una etapa de rechazo por parte de su esposa, tiene otro plan.

Siempre he tenido una relación bastante amigable con mi suegra, al haber tenido a mi esposa siendo aún una adolescente, eran muy poca la brecha generacional entre ella y nosotros, mi esposa de 30 y yo de 32, y mi suegra aún no llegaba a los 50; desde que la conocí hace ya casi seis años se mantiene en forma y saludable y sigue haciéndolo, va al gym, cuida su alimentación y constantemente está en busca de nuevos tratamientos para mejorar su cutis.

Antes de seguir voy a describir a los protagonistas de esta historia, mi suegra mide al rededor de 1.70 mts, tez blanca, cabello castaño oscuro, ojos verdes y como ya dije, se mantiene delgada, con unas tetas bien firmes, pero lo que más me gusta de ella son sus caderas y su trasero, bien marcadas y redondas, muy seguido usa pantalones ajustados, y cada vez que se inclina o se pone en cuclillas mis ojos se quieren salir, pero trato de disimularlo, el menos mi esposa no me ha dicho nada aún. Yo soy delgado, hago ejercicio de vez en cuando y trato de cuidar lo que como, mido 1.80 mts. Mi esposa heredó la belleza de su madre, es delgada, de tez blanca, cabello liso negro, ojos color miel y tiene unas nalgas redondas y carnosas que me encanta acariciar, piernas largas y torneadas y unas tetas de tamaño perfecto con pezones grandes y deliciosos

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Mi suegra y yo nos llevamos tan bien que podría decirse que la veo como una amiga, confidente que me aconseja cada vez que mi esposa y yo tenemos alguna dificultad, aún así me sigo dirigiendo a ella como "Señora"; esta era una de esas ocasiones, mi suegra me había llamado para pedirme que la ayudase con unos desperfectos en su casa y yo tenía la intención de aprovechar el momento para platicar con ella acerca de un problema que tenía con mi esposa, pero dudaba en hacerlo ya que el tema esta vez era sexo.

Hacía varias semanas, meses ya, que mi esposa me rechazaba, su explicación es que no sabía que le pasaba, que no era por mí sino ella, que me amaba pero no sentía necesidad de tener sexo. Las pocas veces que llegamos a hacerlo ella se sentía a kilómetros de distancia, yo me sentía desmotivado e incluso no podía lograr una erección completa, todo un desastre, nos estábamos apartando mutuamente; llegué a pensar que tenía un amante, una relación que se estaba volviendo seria, pero también teníamos otras dificultades, más que nada económicas, que eventualmente superamos, yo sigo pensando que esa fue la causa, como fuera, necesitaba hablar con alguien, pero no sabía si mi suegra era la persona indicada.

Ese fin de semana mi mujer se encontraba fuera de la ciudad por cuestiones de trabajo, llegué a casa de mi suegra a media mañana, al recibirme vi que llevaba puestas unos leggins grises y una playera entallada que apenas cubrían su trasero, inmediatamente me puse a trabajar, arreglé unos detalles eléctricos en su casa y pinté un muro que acababan de arreglar en un baño, al terminar todo esto ya era hora de comer, me quedé, comimos una ensalada ligera y de postre pay de manzana; ya en la plática de sobremesa mi suegra me contó de una mascarilla que le habían recomendado, que contiene un gran número de minerales, vitaminas, calcio, proteínas y antioxidantes, y habían algunos productos comerciales basados en esta mascarilla pero lo mejor era extraerla directamente, la fuente de esta mascarilla es el semen.

Al escuchar la platica de mi suegra me limité a decirle "Qué interesante" y entonces vino su solicitud: "Me gustaría probar esta mascarilla pero no tengo una fuente de extracción de confianza" Empecé a sentir un hormigueo, como un hueco que empezaba en el centro de mi estómago e iba bajando a mi entrepierna "Así que aprovecho la ocasión para preguntarte si podrías ser tú esa fuente." Ahora sí, mi pene empezaba a palpitar, mi rostro debió verse pálido al estar toda mi sangre concentrada en mi verga que se sentía caliente, le contesté "Yo? Qué hay del tipo este con el que salía?" Ella me contestó "Hace varias semanas que no nos vemos, eres el único hombre al que le tengo confianza en este momento". Yo no decía nada pero asentía con la cabeza, ella siguió "Sólo tienes que vaciarlo en este frasco y listo" Yo seguía incrédulo "Pero y si...?" Me interrumpió "Mi hija no tiene por qué enterarse, no sé cómo lo tomaría ella y prefiero no saberlo, por eso esperé a este día para pedírtelo".

Ahí vi la oportunidad de platicarle el problema que tenía en esos días, semanas, meses con mi esposa, de forma que este asunto resultara para mi beneficio también, le dije "Muy bien, sí, pero tengo una petición de mi parte, Señora" "Cuál es?" me preguntó, "Que lo extraiga usted misma". Sus ojos se abrieron y en su rostro se notaba algo de temor por lo que le acababa de decir, antes de que me dijera una negativa le expliqué toda la situación entre su hija, y yo, como nos estábamos distanciando y lo inseguro e inestable que me sentía, no tenía intención de serle infiel, y si bien masturbarme era un desfogue a veces necesario, no se compara nunca con sentir el contacto de una pareja, una mujer. "Con usted me siento en confianza, por eso le cuento lo que me pasa y por eso le hago esta petición, sentirla y verla a usted es con sentirla a ella, de alguna manera".

Al decirle todo esto su mirada era de amor, incluso sonreía ligeramente. "Creo que entiendo perfectamente cómo te sientes" me dijo, yo ya no tenía nada más que decir, ella me tomó de la mano y me llevó a su sala de T.V. donde tiene un sofá súper cómodo y suave que hasta parece cama, de asiento muy profundo, para llegar al respaldo tienes que acostarte literalmente; me dijo "Siéntate" pero antes de eso le dije "Espere" y fui por un espejo grande cuadrado que tenía en un pasillo de su casa, lo recargué en el piso frente al sofá y ya sentado podía ver toda la escena desde la alfombra hasta mi cabeza, pero me interesaba más la vista baja.

Mi suegra se sentó a mi lado y me sonrió como una mamá lo hace orgullosa de su hijo, "Listo?" Los nervios y la excitación comenzaban a apoderarse de mí pero respiré profundo y asentí con la cabeza, ella tenía un tubo de crema y estaba a punto de ponerse en su mano derecha, entonces la dije "No querrá que se contamine la mascarilla con esa crema, o sí?" "Es verdad, tendrá que ser al natural" me dijo, me desabrochó el pantalón y me ayudó a quitármelo por completo, "Así, más cómodo" dijo ella. empezó acariciándome los muslos con sus dos manos, los masajeaba y poco a poco llegó a ropa interior, mi paquete ya se veía tratando de escapar de su escondite, ella se mordía los labios, yo tragaba saliva mientras sentía sus caricias, como pudo metió su mano derecha debajo y comenzó a acariciar mi trasero, con la palma de su mano izquierda acariciaba mi pene, sin darme cuenta metió su mano derecha dentro de mis calzones para masajear mis nalgas directamente, sentí un dedo frotándome el ano, parecía que quería meterlo y lego seguía frotándolo, se sentía muy rico, sacó su mano y me bajó los calzones, volteé al espejo y vi como mi verga dio un salto de libertad, chorreaba liquido pre seminal, estaba roja e hinchada, con su mano derecha apretó toda mi verga y más liquido salió de la punta, aprovechó y lo untó primero en la cabeza y luego por todo el falo, yo gemía y ella sonría viéndose en el espejo, se saboreaba mientras me masturbaba, comencé a acariciar su cabello y su rostro, se veía hermosa.

Ella se abalanzó sobre mí y me dio un beso en la mejilla, luego otro más profundo en la comisura de los labios, después bajó su mirada y su cabeza también para ver de cerca mi verga que para este momento ya estaba al rojo vivo, comencé a acariciar su espalda y le dije "Déjeme ver sus ojos, quiero verla a los ojos mientras me lo hace", "Yo quiero ver tu hermoso falo" me dijo viéndome a través del espejo y sonriendo sin dejar de jalármela, "Hínquese frente a mí", lo hizo recargando sus brazos en mis piernas, volteé otra vez al espejo y ahora sí tenía vista que esperaba, su redondo trasero en esos leggins grises, yo seguía acariciando su rostro y sintiendo como mi verga resbalaba en su mano, le dije "Haga lo que se le antoje, confío en usted".

Mi suegra dejó de jalármela, dio un suspiro profundo y comenzó a darle besos muy suaves, lentos y pegajosos a la cabeza de mi verga, bajó hasta la base y subió otra vez, luego la lamió toda muy despacio, finalmente se la metió en la boca, casi toda, y la sacó, bajó más y comenzó a chuparme los huevos, volvió a jalármela más despacio, yo como pude levanté mi espalda y estiré mis brazos para acariciar su trasero, masajeé sus nalgas y apreté en su entrepierna sobre la tela de su ropa, su respiración se aceleró sentir mis caricias, pero seguía chupándome la verga y los huevos, enseguida metí mis manos en sus leggins y se los bajé, ella me ayudó y se los quitó por completo. volteé al espejo y ahí estaba mi suegra, chupándomela y con sus nalgas, redondas, carnosas, descubiertas, yo se las apretaba, masajeaba, y las abría para ver su culo y su concha, que se veía y escuchaba húmeda, ahora ella era la que gemía, una vez más metió su mano debajo de mi para acariciar mi trasero, y sobre todo para sobarme el culo, yo me volví a recargar en el sofá para ver a través del espejo todo lo que pasaba, ella me veía fijamente, ahora solo me la jalaba y masajeaba mi ano con su dedo índice, me dijo "Ya quiero mi mascarilla" con una sonrisa pícara, "Está bien" le dije, me levanté otra vez, besé sus mejillas mientras le levantaba la camiseta que llevaba, desabroche su sostén por el frente y finalmente quedó totalmente desnuda frente a mí, sus tetas son perfectas, con unos pezones grandes y areolas grandes, no muy oscuras, me abalancé sobre ellas y se las apreté y lamí, seguí masajeándolas y dejé que ella siguiera, con su mano derecha volvió a masturbarme y se chupó el dedo índice de la mano izquierda, comenzó lentamente a meterme la punta en el culo y poco a poco lo metió más, no sé hasta qué punto lo metió pero yo me estaba volviendo loco de placer. volvió a chupármela y seguía bombeando mi ano con su dedo, yo ya no aguantaba más, gemía cada vez más y seguía apretando y masajeando sus tetas, entonces le dije "Ya, ya viene", ella sacó su dedo de mi culo y tomó una copa de cristal vacía que tenía a la mano, seguía jalándomela y lamiéndomela, metió la cabeza de mi verga en la copa y los chorros de semen comenzaron a salir, hacía mucho que no me tocaba y tenía mucha carga guardada, la copa no era muy grande y parecía que era la súper descarga de leche.

Yo acariciaba el rostro de mi suegra, ella sonreía, me dijo "Tengo que ponerme esta mascarilla ya o perderá sus propiedades", "Es verdad, adelante" le dije. Se untó todo lo que pudo en la frente, nariz, mejillas, barbilla y en el cuello, y se sentó a mi lado, "20 minutos y me lavo, muchas gracias hijo" acarició mi rostro y su mano se fue enseguida a mi pene que estaba a media erección ya que yo seguía excitado con todo lo que acababa de pasar. "Permítame agradecerle" le dije, y ahora fui yo quien se arrodillo a sus pies, ella acariciaba mi pelo y mi cara, yo comencé a oler su sexo que estaba chorreando de caliente, empecé a besarlo y lamerlo, a darle las gracias por este favor mutuo, uno que al parecer seguiríamos haciéndonos.