Favor, con favor, se paga (11)

“Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas. Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...”, Groucho Marx. Relato en 11 trozos.

FAVOR, CON FAVOR, SE PAGA

(11-11)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

. - sí, creo que sí. Ayer ayudé a su abuelo a regresar a su casa. Tiene Alzheimer y se había perdido.

. - ¿te gusta?

. - ¿celosa? No seas avariciosa, tienes tu hora diaria.

. - casi diaria.

. - pues eso, tienes tu hora, casi diaria. Ya os dije a las dos que fuera tengo otros asuntos y ella es otro asunto que espero que fructifique, ya me entiendes.

. - entiendo.

. - hola –dijo la chica que subía y se sentaba a mi otro lado. Estaba rebuena-.

. - hola. No sabía que estudiaras aquí.

. - sí, intento sacar una carrera. Aunque ésta no es mi clase ahora.

. - ¿cómo está el abuelo?

. - sigue diciendo barbaridades. Lo dejé en la residencia como siempre, lo recojo a la tarde.

. - no me importa –dije como si nada-.

. - ¿el que no te importa?

. - ya sabes qué.

. - ah, eso. Gracias.

. - de nada.

. - me llamo Araceli.

. - yo, Salvador –dije dándole la mano. Ella me la estrechó-.

. - Salvador –dijo Consti dándome un codazo suave-.

. - dime, Consti.

. - ¿puede venir luego un amigo a las clases?, le gusta eso… -e hizo con una mano un agujero y con un dedo de la otra mano lo metía y sacaba. Dando a entender que le gustaba follar. Pero, ¿con quién?, con mis chicas, no, eso no. Para eso estaba aquí el semental que se bastaba-.

La señalé a ella y luego a mí, como preguntándole. Ella me señaló a mí con discreción. Entones levanté el pulgar dándole el visto bueno y sonrió.

. - ¿sois amigos? –dijo Araceli al otro lado, señalando a la gordita-.

. - sí, somos amigos sexuales –dije-.

. - ¿sexuales? –preguntó ella-.

. - sí, solo follamos, nada más –entró en la conversación Consti con una sonrisa, mientras metía su brazo bajo el mío-.

. - ah, ya entiendo. Una relación puramente sexual.

. - así es.

. - ¿me das tu número de móvil? –dijo la pechugona y buenorra de Araceli-.

. - ¿para qué? –pregunta tonta, pero tenía que hacerla, pues hasta para mí era demasiado pronto el pedirle un número de móvil a alguien que he acabado de conocer-.

. - no, déjalo –se arrepintió ella-.

Aun así, le cogí la mano y en su palma le apunté mi número. Luego me olvidé del asunto. Ella se levantó y se fue del aula. Por lo visto había quedado prendada de mí. ¿O no?

Pasaron dos semanas y no volví a verla. Según supe, su clase no coincidía con las mías. Y pasé de ella.

Pasé de ella y me metí de lleno en los estudios. A Rebeca, achuchones y comidas de coño. A Pátrick me lo follaba cuando rondaba por casa y que era a todas horas y a las gorditas… a esas las tenía bien alimentadas de mi lechita cada tarde.

Y pasó el primer mes y la cosa marchaba en los estudios, así como el sexo con mis amantes, así hasta que sonó una tarde el móvil mientras me tomaba un bocata en un bar de estudiantes cerca de la universidad.

. - ¿el sr. Salvador? –preguntaron al otro lado-.

. - sí, ¿quién llama?

. - la Guardia Civil.

. - ¿qué ocurre? –se me erizaron los pelos. La Guardia Civil no te llamaba para felicitarte las fiestas, sino para algún accidente. ¿Papá?, ¿mamá?

. - es con relación a un anciano que no lleva encima sino un par de números de móviles. El suyo es el segundo, el otro no lo cogen.

. - debe ser el abuelo de una amiga. ¿Dónde están exactamente?

Me dio la dirección y partí hacia allí. Media hora después tocaba en la puerta de su casa, con el abuelo. De nuevo, se había escapado. No me abrió nadie en su casa, así que le cogí el papel donde estaba mi número y el de la nieta y la llamé.

. - hola, ¿eres Araceli?

. - sí, tú eres Salvador, ¿verdad?

. - sí, soy Salvador. Y tengo que abroncarte, muñeca.

. - a mí, ¿por qué?

. - me llamó la Guardia Civil para que recogiera a tu abuelo. Tú no estabas disponible. El número que me pediste era para esto, ¿verdad?

. - bueno, no exactamente. Pero una vez lo pensé…

. - anda, dime donde dejo a tu abuelo, estoy en la puerta de tu casa. Y date prisa, me está pidiendo más de lo mismo.

. - ¿qué se la…?

. - eso es. ¿Dónde coño estás?

. - Voy en autobús de camino a casa. ¿Puedes esperar un cuarto de hora, por favor?

. - vale, no tardes, que me dejó con el bocata a medias.

. - gracias –y colgamos-.

. - abuelo, habrá que esperar a tu nieta.

. - ¿y me vas a hacer la mamada?

. - espera a que venga tu nieta. Ella dirá si te la hago o no.

. - ¿mi nieta?, ¿quién es mi nieta?

. - ¿cómo es posible que te olvides de tu nieta cada dos por tres y nunca te olvides de pedirme una mamada?

. - porque me gusta mamar pollas y que me la mamen.

. - ya, eso lo supongo. Y también chochitos, ¿o?

. - oh, sí. Y el de mi nieta esta riquísimo. ¿Lo has probado?

. - joder… ¿ya te acuerdas de quien es tu nieta?

. - ¿mi nieta?, ¿quién es mi nieta?, ¿quién eres tú?

. - vale, déjalo abuelo.

Nos sentamos en la misma acera esperando a la chica, la cual llegó casi corriendo.

. - abuelo, pero, ¿otra vez te escapaste del centro de mayores?

. - allí nadie me chupa la polla.

. - ya. Entremos y no demos un escándalo -dijo mirando a ambos lados de la calle- Pasa, Salvador. Que menos que hacerte un bocata por el que dejaste de comerte.

. - bueno, menos da una piedra –y entré-.

Los tres en la cocina entramos. El abuelo y yo nos sentamos, mientras ella le daba un vaso de leche a su abuelo y luego se puso a hacerme un bocata sin preguntarme de que me gustaba o me disgustaba.

. - no quiero esta leche. Quiero leche de polla –dijo el abuelo- ¿no vas a dejar que te mame la polla, hijo?-.

. - dígaselo a su nieta.

. - nieta, deja mamarle la polla a este chico tan simpático.

. - pero abuelo, eso no está bien.

. - pero si tú me la mamas cada noche, nieta.

. - no digas esas cosas abuelo.

. - Araceli, déjalo. Ya te dije que no me importaba. No me importa que se la mames a tu abuelo, ni me importa que me la mame a mí o yo a él.

. - ¿estás seguro, Salvador?

. - segurísimo. De hecho, el viejo me la ha puesto dura por el camino de tanto pedírmelo.

. - no te he dado las gracias por ir a buscarlo.

. - esa es otra. La próxima vez consúltame si puedes darle el número a cualquiera.

. - el abuelo no es cualquiera.

. - cierto, pero para ser la niñera de tu abuelo…

. - lo siento, a veces mi móvil no quiere funcionar y pensé que poniéndole el tuyo en el papel…

. - okey, ya no vale la pena discutir por ello. Bueno, ¿dime que hago con la petición del abuelo?

. - si quieres puedes mamarlo y dejarte mamar. A ver si así se tranquiliza un poco, hoy está más nervioso que de costumbre.

. - ¿se toma las pastillas?

. - sí, pero algunas veces no le hacen efecto. O eso o las escupe según me doy la vuelta.

. - bueno, ¿me mamas o no la polla?, quiero que me la mame nieta y yo mamársela a él –insistía el viejo como un loro-.

. - ya tu vez como está hoy.

. - de acuerdo. Abuelo venga para acá.

. - ¿te la vas a sacar aquí mismo, en la cocina y delante de mí?

. - Araceli, no vale la pena que digas que no se la mamas a tu abuelo y el a ti tu vagina. Los niños, los borrachos y los que tienen Alzheimer, no mienten o eso creo. Venga, abuelo. Venga a disfrutar un poco –dije bajándome los pantalones y el slip y volviéndome a sentar-.

La respiración de la chica se disparó mirándome la polla toda dura y mirando al techo. Hasta se olvidó del bocata.

El abuelo se adueñó de mi polla y me la mamó a toda mecha.

Ella, estática, la hice venir hacia nosotros. Se vino sin preguntar nada. A nuestro lado se puso y mi mano lancé bajo su falda. Le recorrí el muslo hacia arriba por su parte trasera, hasta llegar a sus braguitas, las cuales sorteé para meterle varios dedos en su trasero y seguidamente, jugar un poco con su vagina con mis especializados dedos sexuales. Ella cerró los ojos y empezó a gemir y correrse como Dios manda.

Lo siguiente fue bajarle las bragas hasta las rodillas.

. - abuelo, deje que su nieta se siente sobre mi polla un momento, luego puede seguir.

. - sí, sí. Ahora quiero chumino. Chumino de nieta.

Ella tragó saliva y como si estuviera hipnotizada, avanzó y se sentó encima de mi tranca. Entonces el viejo prosiguió comiendo esta vez su chumino. Ella jadeaba y jadeaba.

Como mis manos no podían estarse quietas, le saqué la camiseta por encima y sus mamas gigantes fueron liberadas de su prisión, adueñándome de ellas con mis manos.

Ella gemía cada vez más alto, pues entre la polla que tenía metida en su vagina, la comida de chumino de su abuelo y el magreo de su delantera, se corría patas abajo cantidad.

Un rato después me la quité de encima y sin esperar una mierda, la puse apoyada contra la mesa, para levantarle la falda y enculármelas hasta los huevos. Ahora gritaba, más que gemía.

El abuelo, que era lento, pero seguro, se bajó los pantalones y poniéndose detrás de mí logró metérmela. Más con mi ayuda, que, con la suya propia, pues no acertaba con el agujero.

. - ah, ah, ah, ah, ah –decía ella cada vez que la empalaba con mi polla a toda velocidad. Para después y ante de que me corriera, salirme de su culo y sacando la polla del viejo del mío, me di la vuelta y lo puse a comerse la polla. Aprovechó hasta la última gota de leche cuando me corrí en su boca-.

Su nieta, que parecía que no había roto un plato en su vida, se metió entre los dos y se apoderó de la polla de su abuelo, tragándola con algunos condimentos extras. Al final el viejo se corrió y ella se tomó cuanto soltó el abuelo, quedando claro que aquello era diario y no mentía el vejete en absoluto.

. - tenías razón –dijo cuándo se pudo recomponer un poco- el abuelo me ha enviciado a comerle el rabo y él mi vagina-.

. - me alegro que lo hayas confirmado, de nada valía negarlo. Anda, tiéndete en la mesa. Aun deseo sacarte un poco de tu jugo vaginal.

Se tendió y allí metí mi boca. La hice retorcerse de placer hasta decir basta . Lo siguiente fue una ducha a tres bandas. Ambos duchamos al viejo y lo llevamos a su cama. Enseguida de tomarse la leche y sus pastillas, se durmió.

Ambos seguimos desnudos y nos miramos a los ojos. Entonces me cogió de la mano y me llevó a su habitación, no saliendo de ella hasta altas horas de la madrugada. El disfrute que nos dimos no lo superaba ni mis dos gorditas juntas.

Al día siguiente, estando aun en la cama…

. - el abuelo se me ha muerto –oigo que dice Araceli al otro lado del teléfono-.

. - ¿como? –dije como un loro. Sabía lo que había dicho, pero no era posible. Si anoche lo dejamos más contento que unas pascuas-.

. - lo acabo de encontrar, está frío, ¿qué hago?, ayúdame, por favor.

. - llama a urgencias e informa de que tu abuelo ha amanecido muerto. Ya luego vendrán y se lo llevarán. Voy para allá enseguida.

. - gracias, sabía que no me fallarías.

Por una cosa así no me importaba perder algunas clases. Así que cogí un taxi y en unos pocos minutos, ya estaba allí. La ambulancia fue rápida y se llevaban al abuelo. Ella firmó unos papeles y salieron disparados.

Al verme, se me abrazó llorando.

. - entremos –y cerré tras de nosotros. Al final tuve que follármela a conciencia para que se tranquilizara lo suficiente para seguir con los trámites del entierro del viejo-.

Una vez duchados, me dijo que no tenía dinero para la caja, que prácticamente vivía con la pensión del viejo y que no tenía familia a la que acudir, sino a una tía que vivía en la otra punta de la ciudad.

. - pues a esa le pedimos el dinero. Déjame su teléfono y dirección. Yo la llamaré. Veremos cómo reacciona.

La puta tía no quiso saber nada del abuelo. Según me dijo, se odiaban cordialmente desde siempre y más o menos, me quiso decir que bien muerto estaba el muy cabrón. Bueno, al menos la pude convencer para que mandara el dinero y que su sobrina lo enterrara. Ni siquiera vendría al entierro, tal era el odio que le tenía al viejo. Algo es algo, le dije a Araceli.

Una vez hecha la autopsia, visitado por cuatro conocidos y enterrado, Araceli volvió a hundirse en lágrimas. Suerte que fue en su casa y allí la pude cuidar a base de polla, mucha polla.

. - ¿qué hago yo ahora sola, Salvador?, no tengo recursos para mantenerme.

. - tienes esta casa. Alquílala o véndela.

. - no son tiempos de vender, tal como está el patio. ¿Alquilarla?, ¿a quién se la alquilo?

. - pues a mí mismo. Así tendrás inquilino, amigo y amante. Todo el paquete completo.

. - ¿te vendrías a vivir conmigo?

. - claro que sí. Conozco a la dueña y está muy buena, además, me gustaría acostarme con ella cada noche y pasarlo en grande –¿he dicho yo eso?, no Dios. Debo estar en shock por lo del viejo aún-.

. - oh, cariño. Gracias, gracias, mi amor.

. - de nada. Ahora tranquilízate, todo se solucionará. Déjame hacer unas llamadas para ver como soluciono algunas cosas.

Antes de llamar, pensé que me había vuelto loco. Iba a dejar la casa con Rebeca, con la que no follaba para que no me entorpeciera en los estudios y ahora iba a convivir con una chica con la que no paraba de romperle el culo. Aquello parecía una incongruencia total. La cosa era que Araceli me necesitaba ahora y no más adelante e iba a dar ese paso, pese a quebrantar mis propias normas. Eso sí, le dejaré bien claro, que no me coartará para seguir teniendo sexo con mis gorditas y todo aquel en quien lo quisiera tener. Y así se lo dije.

. - puedes follarte a media universidad si quieres. Yo te tendré cada noche en mi cama y si me ayudas con la casa, ¿qué más puedo pedirte?, ¿lo hacemos de nuevo?

. - joder, Araceli. Déjame que coja aire al menos –dije cogiendo el móvil y avisando a Pátrick, que era el único al que le podía interesar un cambio de aires-.

Por supuesto, le interesó. Así podría estar follando todo el santo día hasta que la picha se le cayera a cachos, pues la Rebeca era una comedora de hombres que no veas. Era insaciable la tía. Si se lo cargaba en la cama, me importaba una mierda. Así el dinero que pagaba por el piso, lo emplearía pagándole a Araceli y así le ayudaría en sus problemas económicos.

En cuanto a mis dos gorditas, no faltaba a los días lectivos, respetando el horario de estudio y el de sexo a granel con mis dos leonas. Salía de allí cada tarde que no veas. Suerte que hasta que ingresaba en la cama con Araceli, me daba tiempo para recuperar fuerzas y poder cumplir.

Aún no sabía dónde estaba el puto amigo que quedó en venir a las clases con mis gorditas y de paso darle por su puto culo. Ni esa tarde, ni las demás apareció. Ni ellas sabían del chico. Una lástima, mi culo no lo llegó a catar nunca.

Las vacaciones las pasé en casa con papá y mamá, donde se resarcieron de lo lindo de los días ausentes de sus lechos. Cuando la cosa se normalizó, me pasé por la casa de mis gorditos ricos y sus dos hijos. Follamos a lo grande, sin dejar de hacerlo con los farmacéuticos y mi antes delgada muñeca y añora una bella jovencita con su cuerpo negro azabache bastante más relleno.

Acabada las vacaciones, regresé a la universidad y a la vorágine del día a día en los estudios. Al final tuve que poner freno y el sexo con mis gorditas fue solo de un par de veces por semana. Con Pátrick y Rebeca, de vez en cuando, muy de vez en cuando y con Araceli, pues toda la noche me daba una mamada revitalizadora, para después romperle el culo. Con ella no tenía restricciones, pues entre sus estudios y el trabajo que tuvo que coger para mantenerse, andaba poco por casa y solo nos veíamos por las noches y claro, no iba a negarle darle polla para su descanso mental y muscular, pues todo ayuda en esta vida.


Esto es la gloria puta. Heme aquí, ya realizado profesionalmente en la mesa de mi despacho de la misma universidad donde obtuve mi matrícula de honor cum laude de matemáticas. Me pagan bien y disfruto de unos privilegios que no todos los profesores obtienen.

Uno de esos privilegios estaba bajo mi mesa mientras me la mamaba una de mis alumnas menos aventajadas. Así ganaba créditos para superar mis exámenes, que no todo es sacar dieces.

. - ¿le ha gustado, profesor?

. - mucho, Miranda. Sigue así y aprobarás seguro.

. - gracias, profesor.

. - ahora vete, tengo que dar clases dentro de poco.

La despampanante guarrilla que me la mamó salió moviendo el culamen. Me limpié el cipote y me lo guardé. Nada como una buena mamada para empezar el día.

No, rebobinemos. Esos sueños son bonitos, pero acaban estallándote en la cara. O te cogen in fraganti, o la guarra de turno se venga por no ponerle un sobresaliente. No, mis actividades extra-curriculares estaban asentadas en el sexo con personas que sabían a lo que iban. Follar para pasar el rato y de paso, descargar adrenalina.

Al volver a casa, pues seguía viviendo con la que ahora es mi esposa, Araceli, según llegaba, ya estaba con las piernas abiertas y sin bragas, pues sabía que el descanso del guerrero era su chumino, su ojete y sus protuberantes mamas, aumentadas con el amamantamiento de nuestro hijo José Luis, de apenas un par de meses. Era la única a la que le había hablado de mis dos errores de juventud o no, según se mire. No le importó, es más, quedó en ayudarme cuando se descubriera el pastel, algo que la hacía más apetecible si cabe.

La tenía bien alimentada de polla, como debe ser. Sus mamas eran mi segundo alimento, después de ella misma. Pues me había hecho adicto a su leche de teta, que fabricaba tanta que me pasaba horas tragando mientras no follábamos.

Así transcurría mi vida, entre Araceli, la universidad y mis amantes externos, consentidas por una Araceli que daba gracias cada vez que regresaba con ella, algo que nunca he entendido, pues si era mi esposa, lo era para lo bueno y lo malo, al menos así pienso yo, pese a los cuernos consentidos por ella.

Como iba diciendo, así transcurría mi vida hasta hoy, que tocan en la puerta y voy a abrir. Si llego a saber lo que se me viene encima, hubiese salido por la ventana. ¿O no?, tiempo al tiempo.

Abro la puerta y allí estaba Cristina, mi hija/hermana, que recientemente, había cumplido los 18 años, la cual, la había tenido con mamá, según los análisis que al final se hizo y no quiso decirme al principio. Al final, me lo dijo, donde papá estuvo de acuerdo con ello. A su lado, había un chico de su edad y con algo de parecidos entre los dos.

. - hola hermanita, ¿cómo tú por aquí?

. - ¿hermanita?, ¿hermanita?, déjate de hermanita, hermanito –dijo con retintín-.

. - pero, ¿qué te pasa, cariño?

. - me pasa que hoy amanecí siendo tu hija y no tu hermanita. Según parece, papá, no es papá. Tendrás que explicarme mucho, papá –dicho con retintín- Y con pelos y señales. Mamá me ha dicho que tienes carta blanca para lo que creas conveniente, que tú entenderías. Eso también tendrás que explicármelo, papá –dicho con retintín de nuevo-.

Pisando fuerte me rodeó y se metió en casa, para sentarse con las piernas cerradas y muy molesta en el sofá.

En cuanto al otro chico, cada vez estaba más nervioso. Llevaba un sobre en su mano derecha y lo tenía medio escuchimizado de tanto apretarlo.

. - ¿y bien?, ¿tú que dices, chico?

. - yo me llamo Salvador y según mamá, soy tu hijo.

. - no me jodas. ¿Otro hijo?

. - mamá me dio esta carta para que la leyera. Me dijo que pasara las vacaciones con usted. Que confiaba en usted para educarme.

. - ¿quién es tu madre, chico?, –¿sería o no sería?, si no era quien pensaba, resultaba que ya tenía cuatro hijos-.

. - Adelaida.

Gracias a Dios, solo tenía tres vástagos.

. - ¿y tu hermana?, ¿cómo está?

. - me hermana falleció siendo yo pequeño.

. - vaya, cuanto lo siento. No me avisaron. Era una chica preciosa, como su madre –mentí, pero no todo era belleza facial, ella era bella por dentro- Anda, pasa y dame esa carta o acabarás rompiéndola –alargué la mano y se la cogí-.

Entramos los dos y se fue a sentar junto a Cristina. Yo me senté en otro sofá frente a ellos. Abrí la carta y la leí.

Salvador, cariño. No sabes cuánto te he echado de menos. Nuestra Ángela se fue al cielo al poco de separarnos. Creíamos que había remitido su leucemia según nos dijeron los médicos, pero se equivocaron y recayó hasta irse al cielo. No quise que lo supieras, ya bastante trauma tenía yo como para hacértelo saber. Suerte que tenía un bebé en camino. Es nuestro hijo Salvador Junior. Si, al final quede preñada de ti. Perdona por huir de ti.

He creído que ya iba siendo hora de que conociera a su padre y te lo he enviado en taxi. Si voy yo, lo estropearía todo con nuestro hijo y con tu ahora esposa, que la he visto y es preciosa y con grandes mamas como a ti te gustan. Espero que seas feliz y perdóname por mandarte a Salvador sin avisar. De momento, solo serán estas vacaciones, si congeniáis, más adelante ya hablaremos.

Una vez que ha cumplido la mayoría de edad, creí necesario que supiera quien es su padre. Le dije que le enseñarías cosas importantes. Ya sabes a lo que me refiero exactamente. Cuando me lo devuelvas, espero que mi hijo siga practicando con su madre, pues me siento muy sola sin ti y sin nuestra Ángela. Dile que su madre le dará todo el amor que quiera recibir y no me refiero al amor de madre, que ese siempre lo ha tenido. Ábrele los ojos y conviértelo en lo que tú eras cuando te conocí. Ya no soy tan joven, pero mi corazón sigue ardiendo por ti. Te extraño, amor mío. Si aún sigues teniendo amigas fuera de tu matrimonio, espero que un día me visites. Un beso muy grande y no me olvides, por favor. Espero que hasta muy pronto, cariño. Adiós

. - Bueno chicos, ha llegado el momento de que preguntéis lo que queráis, intentaré no irme por las ramas. ¿Quién empieza?

. - ¿eres mi padre?, ¿cómo?, ¿por qué?, ¿cuándo? –dijo Cristina esta cantidad de preguntas-.

. - has entrado fuerte, cariño. Te diré y esto va también para ti, Salvador Junior. Tu madre, Junior y tu madre, Cristina, son dos personas con la que aprendí a desarrollarme sexualmente. También con papá, sin duda. Todo comenzó un día, tendría yo unos 18 años, cuando estaba en el baño haciéndome y perdonad que sea tan crudo, haciéndome una paja y papá entró y me cogió in fraganti, entonces papá…

Les conté hasta la fabricación, como si dijéramos, de Cristina con mamá y el sexo que aún tenía con los dos progenitores. Que intentamos que Cristina no se diera cuenta hasta que tuviera edad suficiente y parece que ya había llegado.

. - eso en lo que a ti te concierne, Cristina. Ahora en lo relativo a ti, Junior. Tu madre era mi profesora de mates y me relacioné sexualmente primero con tu hermana Ángela, que era un verdadero ángel. Tenía leucemia y quise ayudarle donándole médula espinal. No funcionó la cosa, aunque parecía remitir su enfermedad, al final acabó sucumbiendo según me ha dicho tu madre en la carta, pues tu madre y yo también nos relacionamos sexualmente. Fue un amor bonito con las dos. Ella quiso quedarse embarazada para no estar sola cuando tu hermana…, ya me entiendes. Bueno, cuando tu madre quedó encinta de ti, se fue de donde estaba y marchó a otro lugar para tenerte. Luego no supe más de vosotros. Esa es la verdad.

. - ¿qué quiso decir mamá de que me enseñarías?, ¿el qué?

. - a desarrollarte sexualmente conmigo y con mi esposa, que sabe toda la historia. Tu madre me lo ha dicho muy claro. Cuando vuelvas con ella, serás, si tú quieres, además de tu madre, tu amante en su cama. Eso solo si tú lo deseas, ella lo desea con toda su alma. De hecho, me añora tanto, que me pide que le haga una visita cuando pueda. Toma la carta y léela, es tanto para ti, como para mí, así entenderás el amor que nos profesamos tu madre y yo –se la entregué-.

. - ¿entonces lo que ha dicho mamá de que tú sabías…?

-dijo Cristina-.

. - es algo similar a lo de tu hermano. Que te haga una experta sexualmente, tanto con hombres, como con mujeres y sí, con mamá y papá, porque siendo tu padre también, pese a lo de hoy, puedes tener relaciones sexuales con ambos. Es tu decisión, al igual que lo es de Junior. Así que, si lo deseáis, practicaréis los dos conmigo y mi esposa. Y que creo que llega, pues oigo la cerradura de la puerta.

Efectivamente, la buenorra de mi mujer, Araceli, llegaba con una bolsa con comestibles.

. - hola, guapo –dijo llegándose hasta mí y besándonos- ¿son ellos?

. - sí, los dos.

. - son bien guapos, no salieron a ti –sonrió-.

. - anda ya, Araceli. Si soy guapísimo. Mamá siempre me lo decía.

. - lo que dicen las madres y la realidad, a veces difiere un poco –dijo besándome de nuevo- voy a cambiarme y traer al bebé para darle de mamar-.

Una vez salió de nuestra vista, los dos chicos se quedaron mirándola.

. - sé lo que estáis pensando. Mi Araceli es una buena pieza y está mal que lo diga yo, pero está muy buena. ¿A que sí, Junior?

El chiquillo sonrió rojo grana. Cristina no era menos.

. - tiene un par de tetas que no veas. No me canso de mamárselas –sonreí-.

. - ¿qué le estas contando de mis tetas, Salvador?, mira que eres deslenguado –dijo Araceli llegando con el bebé y una bata puesta- chicos, hacedme un hueco –dijo sentándose entre los dos-.

Una vez sentada se abrió la bata y se le vieron ambas ubres, hermosas ubres. Los chicos se intimidaron, Junior, más que Cristina, por razones obvias.

Puso a mamar al crío, que lo hacía con ansia.

. - mira que tiene hambre mi José Luis. Chicos, ¿la habéis probado hace poco? –dijo mirando a ambos chicos-.

. - ¿el qué? –dijo Junior haciéndose el tonto-.

. - Salvi, mi amor. Tu hijo se hace el loco. Anda, tonto, mámame y pruébala. A tu padre le chifla mamarme.

. - ¿puedo? –dijo mirándome-.

. - claro, hombre. Si te la está ofreciendo en bandeja.

El chico sonrió y se puso a mamar con delicadeza. Al segundo siguiente le cogió la súper teta de Araceli y la apretó para que saliera cantidad.

. - joder, es tu hijo, sin ninguna duda. Has salido a tu padre, chico.

. - ¿y tú que dices, hija? –le hablé a Cristina-.

. - un poco, solo un poco. Por probarla nada más –dijo ruborizada-.

. - querida, ¿puedes esperar un momento a que José Luis se tome su lechita? –dijo Araceli-.

. - claro, no hay prisa –dijo ella-.

. - puede mamar de ésta –dijo Junior- yo puedo seguir después si puede ser-.

. - pues claro, junior. Mis pechos fabrican más leche de la que se puedan tomar tu padre y mi José Luis.

. - pues anda Cristina, sustituye a tu hermano –le dije-.

La chica se movió y Junior se apartó. Una vez se puso a mamar, Araceli me guiñó el ojo y acabó de abrirse la bata, dejando a la vista su hermosa vagina.

. - acércate Salvador, hijo. ¿Podrías comerme el chichi, por favor? –le dijo a junior-.

. - ¿el chichi?, no sé cómo se come.

. - querido, hazle una demostración a tu hijo.

. - esto está hecho, cariño. ¿Has tomado la píldora, amor?

. - claro, querido. Vuelvo a ser fértil y aún es un poco pronto para tener otro hijo.

. - perfecto –dije sacándome la ropa de encima y quedándome en pelotas. Los ojos de los chicos estaban abiertos como platos. No les hice caso, solo me metí entre las piernas de Araceli y comencé a comerle el chichi. Se retorcía de placer, para al poco alzarme y meterle la polla en toda la vagina y más se retorcía mi Araceli. Luego me salí y me senté junto a ella.

. - vamos, hijo. Hazlo ahora tú.

El chiquito tragó saliva y se puso entre las piernas de mi esposa. Me miró, miró a Cristina y miró finalmente a Araceli. Luego sacó la lengua y se puso a lengüetearle el coño.

Al final tuvo que apretarle la cabeza al chico para sentir algo decente en su coño.

. - Cristina, cariño. Deja de mamar, luego seguirás cuanto quieras –le dije-.

La chica dejó la teta y se fue hacia mí y se me sentó a mi lado, sin dejar de mirarme el pene empinado.

. - puedes tocarla, no muerde –le dije-.

. - ¿esto es lo que quiere mamá que me enseñes?

. - no solo esto, más, mucho más. Luego cuando tu hermano termine con Araceli, prueba tú.

. - si lo dice mamá… -dijo cogiéndomela. La recorría toda ella, excitándome su contacto. Al poco ya le estaba lanzando su lengua a la punta, para un rato después, mamármela y meterse cuanta podía. Lo hacía a toda mecha-.

. - más despacio, cariño, más despacio.

Siguió más despacio, hasta que la detuve. Aún tenía que probarla su hermano.

. - gracias, hija. Junior, deja ahora a tu hermana que disfrute del chichi de Araceli.

El chico salió con toda la cara húmeda del zumo vaginal de Araceli. Su cara sonriente, lo decía todo.

Cristina se fue a la entrepierna de mi esposa y le pedí al chico que se me acercara. Sabía a qué y lo hizo tímidamente. Una vez a mi lado y sin dejar de mirarme el pito, respiró hondamente.

. - ¿tengo que meterme tu pito en mi boca?

. - hijo, esto es un aprendizaje. Cuando salgas al mundo, solo tendrás que hacer lo que te guste hacer. Puedes estar con chicos o con chicas. El que me la mames no quiere decir que seas esto o aquello. Es puro aprendizaje, es solo para que tengas un poco de práctica. De esta casa no saldrá nada que os pueda perjudicar, al contrario.

. - ¿me meterás tu pito en mi culo?

. - así es. Es otra manera de disfrutar tú y quien te penetre. Lo mismo haremos Araceli y yo con tu hermana.

. - cariño, no los asustes de antemano –dijo Araceli- Mi amor –por Junior- vente aquí-.

El chico, una vez a su lado, esperó. Araceli me entregó el bebé y lo llevé a su camita. Cuando regresé, Araceli estaba mamando a Junior, el cual estaba disfrutando el momento. Tanto disfrutaba hasta que se corrió en su boca. Riendo avergonzado, se la guardó.

. - vaya, la primera mamada que te hacen, Junior. ¿Que se dice?

. - gracias, señora.

. - de nada, hijo. Cristina, levanta, por favor –dijo ella-.

Cristina se puso a su lado y se sentó. Luego le bajó las braguitas y sin decir nada, se puso a comerle el chochito a la chica. Ella reía pues le hacía gracia lo que le hacía a su vagina. Además, le gustaba.

Me coloqué al lado de Junior y lo invité a tomarse un tentempié. Tragó saliva Junior y se inclinó, tragándose mi polla.

Miré a Araceli y sonreímos ambos. Aquello iba viento en popa.

Al final me corrí en la boca de Junior, tosiendo al sentir la lechada en su garganta.

. - no la escupas, hijo. Saboréala y tragátela.

Una vez dejó de mamármela, me fui hacia Cristina con mi polla chorreante. Tenía los ojos cerrados por el placer que estaba recibiendo de Araceli, cuando los abrió y vio mi polla ante sus narices, con una sonrisa, la invité. Tragó saliva y cerrando los ojos de nuevo, abrió la boca y se la metí unos centímetros. Mamó y mamó hasta ir diluyéndose la lechada que aún quedaba en mi polla. Luego abrió los ojos y continuó mamándome, agarrándose de mi tranca para que no se le escapara. Al final me la dejó sin leche y se la saqué de su boca para sustituir a Araceli en su coñito y devorarlo. Sus orgasmos me los tomaba según los fabricaba.

Araceli cogió de la mano a Junior y se fue al baño. Allí lo desnudó y se metieron en la ducha, lavándolo muy pulcramente cada recoveco del chico. Luego dejó que Junior hiciera con ella lo mismo, saliendo ambos del baño y poniéndose una nueva bata ella y otra mía, el chico. Le quedaba como el culo, ya mañana le compraría un par a él y otro a Cristina, se dijo Araceli.

Al ver que salían del baño, entramos Cristina y yo, allí más de lo mismo. La levanté en alto y continué comiéndole el chichi, para luego ella tragarse mi descargada polla. Sus pechos disfruté como un niño chico, ella también. Una vez duchados ambos, salimos en bata también hacia la cocina, lugar donde estaban Araceli y Junior.

. - voy a hacer una tortilla bien grande de las que le gustan tanto a vuestro padre, con mucho perejil y sin cebolla.

. - Mientras vuestra segunda madre hace la tortilla, quiero que cada uno investigue cada pliegue del otro, así conoceréis mejor al otro sexo. Subiros a la mesa, mamá os da permiso, ¿verdad, cariño?

. - claro, mi amor. Sobre esa mesa hemos pasado muy buenos momentos vuestro padre y yo.

. - y que lo digas, querida. Vamos, chicos, dejad las batas en las sillas.

Una vez desnudos, se subieron a la mesa.

. - empieza tú, Cristina. Las damas primero. Junior, tiéndete en la mesa.

Una vez tendido, Cristina se recorrió el cuerpo de Junior, sobre todo su zona baja.

. - métetela en la boca, cariño.

. - es mi hermano, ¿verdad?

. - así es y ambos también sois mis hijos. Entre los dos tendréis también sexo, es puro aprendizaje.

Tragó saliva y le cogió la polla descargada y se la metió en la boca y mamó como antes la mía. Junior temblaba un poco y bien tenso estaba.

. - no olvides sus huevos, cariño. Son muy sensibles. No los muerdas, ni seas brusca con ellos. A la vez, métele un dedo primero y luego dos en su ano mientras disfrutas de su pene y sus huevos.

Ahora fueron ambos chicos los que tragaron saliva. Aun así, Cristina se puso a ello, haciendo vibrar a Junior, hasta que se volvió a correr mínimamente en la boca de su hermana Cristina.

. - se ha corrido en mi boca.

. - pues alégrate, ya se había corrido antes. Eso quiere decir que es rápido como su padre fabricando semen. Ahora al revés, Junior.

Se puso encima de Cristina y fue a sus pechos, los cuales mamó concienzudamente, dándole placer a su hermana. Todo ello mientras le metía mano a su vagina. Sonreí, pues estaba aprendiendo rápidamente.

Seguidamente se fue directamente a su vagina y allí se quedó comiéndole el coño a la chica, haciendo que se retorciera de placer y soltando jugo vaginal, sobre todo cuando le dije donde tenía el clítoris su hermana.

Cuando se cansó y lo dejó, me alcé y me abrí la bata.

. - hijo, dale ahora gusto a tu padre –le dije pegándome a la mesa. El chico se fue hacia ella y sin mirarme, empezó a comerme el rabo. Su hermana no quería ser menos y también se unió a la fiesta y se comía tanto mis huevos, como el resto de polla que junior no se tragaba. Todo ello, mientras me metían ambos varios dedos en el culo-.

Cuando olí la tortilla y vi que ya casi estaba, le pedí que dejara mi rabo en paz, se lavaran las manos y se sentaran en sus sillas.

Con todos nosotros sentados, llegó Araceli con su bata abierta de par en par con la tortilla humeante. No hizo nada por cerrársela. Puso un plato a cada uno y un trozo de tortilla. Luego trajo refrescos y zumos para todos y se sentó entre los dos chicos, sonriéndoles y dándoles un beso en la boca a cada uno.

Junior hasta se atrevió a cogerle el pecho más cercano y mamárselo un momento.

. - cariño, luego podrás mamarme cuanto quieras. Come ahora, si no, no tendrás fuerzas para follarme después en la cama.

. - ¿voy a follarte, Araceli?

. - por supuesto y también a tu hermana por ambos agujeros. Ya veremos si hacemos lo mismo con el tuyo –dijo mirándome y sonriendo-.

Junior se puso a comerse su tortilla pensando en el momento en que estaría dentro de su madrasta y dentro de su hermana. Ni se le ocurrió pensar en ser él el follado.

La cena era la tortilla y los extras el sexo desenfrenado entre los cuatro.

Para recuperar fuerzas, después de la cena, pasamos un rato a ver la televisión para recuperarnos los machos, que las hembras ya sabemos cómo son de rápidas.

Al llegar a la cama matrimonial, Araceli y yo nos sacamos las batas, los chicos nos imitaron. Subimos todos a la cama y pusimos la maquinaria en marcha para el desvirgamiento de mis dos retoños.

. - óyeme bien, cariño –le dije a Junior- Como no hay condón para tu pene, no te corras por ningún motivo en la vagina de tu hermana. Lo puedes hacer en el de Araceli o en mi ano. Pero nunca, nunca en la vagina de tu hermana. Sí lo puedes hacer también en su ano. ¿Me has entendido, hijo?

. - sí, papá. Nunca en su vagina.

. - muy bien. Ahora quiero que nos beséis a Araceli y a mí. Os enseñaremos cómo se hace.

Junior se besó con mi mujer y Cristina conmigo. Fueron besos exploratorios y con lengua incluida. Nos estuvimos besando un buen rato, para después intercambiarnos. Junior se frenó un segundo, pero cuando vio a su hermana besándose con Araceli, unió su boca a la mía y no paramos de besarnos hasta que el chico le cogió el tranquillo de comerse la boca del otro.

. - ahora imaginaros que sois pareja vosotros dos y hacéis el amor. Empieza por la boca de tu hermana y ve bajando, Junior.

Así lo hizo, lanzándole la lengua por todo el cuerpo de la chica. Sus pechos no los olvidó.

. - Pasando por el ombligo, llégate hasta su vagina y allí pásale la lengua por toda ella. Seguidamente búscale el clítoris a Cristina y no pares de comértelo hasta que no diga basta o quieras pasar al siguiente paso, la penetración vaginal.

Al chico lo que le interesaba era follársela directamente, así que pasó rápidamente por la vagina de la chica y desde que pudo, se cogió la polla y se la metió hasta sus huevos. Cristina se dolió, pero nada dijo.

Junior se la follaba frenéticamente, hasta que le tuve que decir que se saliera, no fuera a correrse a la primera de cambio.

. - Bien, ahora Cristina, cómele el pene, y después te das la vuelta y te pones a cuatro patas, Junior te enculará.

. - pero me dolerá, papá.

. - sí, así es, pero no será ni la décima parte de cuando yo lo haga. Practica antes con tu hermano.

Una vez mamada su polla, Junior se la encajó a todo lo que daba en el culo de ella. Gritó, pero menos que cuando yo me la follara, eso seguro.

. - Salte hijo y ahora fóllate a tu segunda madre de la misma manera, empieza por su boca y bajando. Intenta no correrte, luego me follarás el culo a mí.

Mientras Junior disfrutaba de Araceli, yo cogí a Cristina y le di una comida de coño. Estaba muy corrida y lubricada, aun así, saqué un bote de vaselina de la mesa de noche y me unté la polla y la otra parte a friccionar, su vagina.

. - no te tenses, cariño. Lo haré despacio. Avísame si te duele y me detengo, luego continuaré hasta que me avises de nuevo. ¿Lo has entendido?

. - sí, te aviso si me duele.

. - eso. Ahora no te tenses, suelta los músculos, sobre todo los de la vagina y empiezo ya.

Mientras Junior enculaba a su madrasta, yo comencé a entrar dentro de Cristina. No entré un centímetro y me paré por orden suya. Al poco y respirando largo, me dio el pase de nuevo, para otra vez pararme. Así hasta que le metí media polla y la dejé descansar.

Tardé bastante, pero al final logré penetrarla con toda mi polla, algo que la dejó exhausta. Solo cuando me dio permiso de nuevo y con la supervisión de una Araceli que había acabado con Junior, acabé la follada entrando y saliendo de su vagina.

No quise prolongar más mi pene en su interior, así que me salí y puse a Junior a cuatro patas también y con vaselina le unté su ano y mi rabo de nuevo.

Cristina era consolada por Araceli, que le comía el coño para bajarle el dolor vaginal.

El culo de Junior era un poco estrecho, pero la vaselina hizo milagros. Creí que sería más difícil, pero me equivoqué. El dolor sin duda no lo pudo evitar, pero se tragó mi polla, toda mi polla muy rápidamente. Así fue como llegué hasta el tope de mis huevos y allí se la dejé el tiempo que tardó en recuperarse.

Cuando me dijo que prosiguiera, la cosa fue coser y cantar, pues el trabajo preliminar ya estaba hecho. Entré y salí de su culo por un buen rato, hasta que me salí definitivamente, para preguntar a Cristina si estaba lo suficientemente fuerte para entregarme su ano.

Tragó saliva varias veces. Después asintió. Por lo que unté su ano y mi polla con más vaselina y se la metí en su culo.

Como con su hermano, fue más rápido que en su vagina, llegando a penetrarla bien rápidamente. Cosa extraña, era, desde luego. Una vez la dejé descansar, me la follé a gusto como con su hermano, hasta que me salí para metérsela a una caliente Araceli que le comía el ano a cada uno de ellos para calmarles un poco el dolor.

Con mi polla en su culo, le di fuerte candela, tan caliente estaba que exploté allí dentro. Luego les expliqué que, si la metía en un culo, debía tomármela y sacarla de allí. Eso fue lo que yo hice con el culo de mi amada esposa, dejándole el ano sin semen introducido.

. - Junior, vente a follarte a tu padre ahora.

Me tendí con la polla hacia arriba. Junior se metió entre mis piernas y sin remilgos ya, me la enterró de un solo golpe. No era gran cosa, pero menos daba una piedra. Solo esperaba que le siguiera creciendo, hasta parecerse a la mía.

Acabó corriéndose en mi culo y claro, tuvo que succionar lo que me metió. Para eso me puse en la mejor posición para que la gravedad hiciera la mitad del trabajo.

Mientras Junior se tomaba su leche de mi culo, su hermana ya estaba comiéndole la polla al chico. Al principio casi se muere por el olor, pero se olvidó de él y tragó aquella polla, dejándosela bien escurrida y limpia de todo lo que llevaba encima.

Una vez todo el mundo follado, nos dimos una ducha en profundidad, para seguidamente, cambiar las sábanas y meternos en la cama, con cada chico a un lado de Araceli. Allí mismo y mientras veíamos una película del oeste, la mamaban y mamaban. Yo, ensimismado en la película solo me di cuenta de que alguien estaba de nuevo tragándose mi polla al hacerme correr de nuevo. Al no ver la cabeza de Junior tragando de la teta de Araceli, comprendí y sonreí, dejándolo allí abajo para que siguiera disfrutando de mi tranca.

Esa noche Cristina tuvo el honor de ser follada vaginalmente y analmente doblemente por ambos agujeros. Eso sí, por separado.

Cuando Junior fue enculado por mí hasta hartarme, nos volvimos a dar una ducha conjunta y de nuevo a la cama, para esta vez dormir como marmotas. Era viernes y el fin de semana solo había hecho más que empezar.

Al despertar vi a mis dos retoños mamando de una aún dormida Araceli. Los miré y sonrieron, yo también. Al poco me toqué el rabo y supe que alguien me había sacado la leche de nuevo y yo no me había enterado. A preguntar quién fue el ladrón, Cristina, sonriendo, levantó la mano inculpándose sin dejar de mamar a su madrasta.

Allí mismo me metí bajo la sábana y buscando, encontré el chochito de mi niña, el cual disfruté cantidad.

Solo cuando el crío empezó a berrear, su madre se despertó. Me bajé y lo cogí, para después ponérselo en una teta, que fue cedida por Junior.

Su cara sonriente, la de Junior, me dijo que tenía ganas de más guerra y me la dio. Me hizo ponerme a cuatro patas y me enterró su polla hasta sus huevos, no corriéndose, pero sí jodiéndome bien el culo. Seguidamente pidió y fue aceptado el culo de cristina, la cual se lo entregó de inmediato.

La follada entre mis dos retoños acabó en corrida en la boca de la hembra, su hermana. Yo, por mi parte ya estaba entre las piernas de mi esposa, haciéndola correrse en varias ocasiones, para finalmente dedicarme a mamarla del pezón liberado por Cristina.

Como no quería estar todo el día follando, la familia se fue de playa. Lo pasamos divinamente. Entonces una sugerencia hizo acto de presencia.

. - ¿Por qué no le damos una sorpresa a tu madre, Junior y vamos a vuestra casa? –dijo Araceli-.

. - me gustaría. Así podría poner en práctica lo aprendido con ella.

. - muy bien, iremos pues –dije yo-.

Toc-toc, toc-toc. Tocó con la palma de la mano Junior. El timbre estaba a su lado, pero ni lo intentó.

Toc-toc, toc-toc. A la tercera intentona, abrió Adelaida en bata con el pelo mojado y secándoselo. Sin duda la cogimos en la ducha.

. - hijo, ¿qué tan pronto aquí?

. - vengo con papá y más gente –dijo dándose la vuelta-.

. - Salvador, hola, querido, Qué guapo estás. Pero que bien que has venido tan pronto. Pero pasad, no os quedéis fuera.

Dejé entrar a Araceli con el bebé y a Cristina, que miraba a la mujer que nos abrió. Luego entré yo y besé sus labios por varias veces y uno al final más prolongado.

. - ¿cómo estás, querida?

. - bien, me cogiste en la ducha. Cómo me alegro que hayáis venido.

. - somos familia, recuérdalo. Tenemos un hijo en común.

. - sí, es cierto. Sentaros todos, por favor. ¿Queréis tomar algo?

. - yo quiero algo, mamá. Te quiero comer a ti –dijo sonriendo Junior colocándose a su lado y abriéndole la bata. Su hermoso cuerpo aun perduraba en el tiempo. Sobre todo, su delantera que tanto disfruté-.

Junior le cogió un pecho y se lo mamó.

. - pero hijo, que van a decir nuestros invitados –dijo ella nerviosa-.

. - que yo también quiero comerte toda, aún me acuerdo de lo bien que lo pasaba con tus pechos –dije colocándome a su otro lado y cogiéndole el pecho libre-.

Ella sonreía algo avergonzada, pero pronto un orgasmo le hizo olvidarse y abrirse de piernas. Entonces su hijo, más rápido que Billy el Niño, se metió entre ellas y le empezó a comer el coño a su madre.

Mientras, Araceli se sacó ambos pechos y les dio de mamar a José Luis y a Cristina, mientras ambas miraban como nos amábamos a un metro de ellas.

Pronto me desnudé y Junior me imitó, para de inmediato Adelaida volver a disfrutar de mi dura polla como en los viejos tiempos. Me la mamaba con verdadera fruición. Era como si le hubiera faltado durante mucho tiempo algo tan sabroso como una polla en su boca.

Pronto tuve a Adelaida sentada sobre mi tranca mientras me comía su boca y sus pechos, disfrutando ambos. Su hijo consiguió ponerse detrás y empalándole con su polla, consiguió emparedar a Adelaida entre los dos.

. - oh, gracias, hijo. Tú y yo lo vamos a pasar muy bien conforme vayas creciendo.

. - gracias, mamá. Yo también deseo crecer un poco más para tenerla más grande y que te dé más gusto cuando la tenga dentro de ti.

. - es cuanto deseaba, Salvador. Gracias por conseguirlo y tan rápido.

. - ya me conoces, no dejes para mañana y bla…, bla…, bla… –dije mordiéndole ambos pezones, para luego mamárselos desaforadamente mientras mi polla se metía una y otra vez en su rajita vaginal-.

Después Ángela se sentó encima de la polla de su hijo y fui yo quien la enculé. Ahora sí que la sentía dentro y bien que la sentía, pues llevaba muchos años sin tener una en su culo y ésta la recordaba muy bien por lo bien que lo pasó en su momento.

El dolor regresó, pero sabía que pronto bajaría hasta desaparecer, no en vano tenía el ojo del culo cerradito para todo, menos para hacer sus necesidades fisiológicas.

Almorzamos allí mismo, Adelaida nos hizo un caldo de cilantro rápido y todos disfrutamos de la buena compañía que daba el sexo, no en vano Adelaida y Araceli hicieron buenas migas y es que la leche materna, une a cualquiera.

Cristina no fue la excepción y buenas comidas de chumino les hizo a Adelaida y a Araceli, al igual que el suyo fue saboreado por ellas y por los machos, siendo penetrada por ambos, de nuevo.

Pasamos allí la noche también, donde lo menos que se hizo, fue dormir, disfrutando los unos de los otros como si aquello fuera algo que lo hubiéramos estado haciendo toda la vida.

. - tengo una idea –dijo Cristina mientras Adelaida le estaba comiendo el clítoris- ¿por qué no le damos también una sorpresa a mamá y a… papá?

. - sería estupendo. Sí, mañana mismo vamos todos –dije-.

. - ¿yo también, cariño?, ¿no crees que me recibirán mal por lo nuestro?

. - cuando papá consiga meter su polla dentro de ti, se olvidará de todo lo negativo. Y más sabiendo que ha ganado un nieto más con el que puede hacer algo más que jugar a la pelota.

. - aun así…

. - no te preocupes, si se ponen tontos, nos marchamos y listo. ¿Y ahora quien quiere que su culito disfrute mi herramienta?

Cristina fue la más rápida, se salió de Adelaida y se dio la vuelta. Sonreí y hacia su culo se dirigió mi polla, enterrándosela hasta mis huevos. Gritó, pero cada vez lo hacía menos, pues ya se estaba haciendo al paño de mi polla. Su otro padre estará deseoso también de metérsela como lo hacía con su otro hijo en los primeros tiempos.

Esta vez Cristina abrió la puerta con su llave. Entramos y nadie gritó, es más, la pequeñaja se puso un dedo en sus labios, pues oía algo en la alcoba. Despacio y sigilosamente fuimos todos hacia allí.

Sí, conforme nos acercábamos, los gemidos de mamá y papá aumentaban. Al entrar por la puerta del dormitorio, papá estaba enculando a mamá con la violencia que se requiere para estos casos.

. - papá, deja algo para los demás.

. - diablos, hijo, qué susto me has dado –dijo papá deteniéndose y sin sacársela, mirando hacia la puerta. Mamá también lo hizo-.

Segundos después, papá se salía de mamá y nos daba la cara y la polla, mamá se giró del todo también, ofreciéndonos la visión de su hermoso cuerpo de veterana.

. - papá, mamá, os presento a Adelaida y a su hijo Junior. Junior es hijo mío. Así que tenéis dos hijos y dos nietos.

. - ¿de verdad, Salvi? –preguntó mamá incrédula aún-.

. - verdad de la buena. Lo tuve a los 18 años con Adelaida. Luego perdimos el contacto hasta hace un par de días que los volví a encontrar.

. - acércate, hijo –le dijo a Junior-.

El chico sonrió al verle las tetas tan sabrosas que tenía su abuela y el cacho rabo de su abuelo. Una vez a su lado. No pidió permiso y le cogió un pecho a mamá y se lo llevó a la boca para mamárselo. Mamá sonrió y me miró.

. - ya vez, mamá. Ahora tienes a una hija y a un nieto que estarán deseosos de que disfrutes con ellos, tú también estás invitado, papá –dije-.

Conforme mamá se dejaba mamar, ella fue desnudándolo. En eso, Cristina se acercó a su padre y ante su sorpresa inicial, le cogió el rabo y se lo metió en la boca para mamárselo como se le había enseñado.

. - subid, subid todos a la cama. Y no os preocupéis, está reforzada. No en vano, Salvador y Araceli ya han pasado buenos momentos en ella. Vente, Adelaida, quiero conocerte mejor y seguro que mi marido también –dijo sonriendo-.

. - sin duda, mucho mejor –dijo el viejo-.

Sonriendo Adelaida, Araceli y yo, dejó mi esposa al crío en la camita que siempre había allí para él. Los tres nos desnudamos y pasamos a la acción.

Ya papá se estaba follando a su hijita del alma y ella tan contenta de que así fuera. Aunque le dolía cantidad, intentaba ignorarlo por el disfrute añadido que estaba recibiendo. Mamá ya le tenía la vagina preparada a Junior, un Junior que no estaba para nada nervioso y se la metía tan tranquilo como cuando se la metía a su padre.

Pronto se intercambiaron agujeros y el viejo se empaló el culo de Adelaida, mientras mamá le comía el chumino sabrosón que se gastaba.

Las tetas de Araceli eran rebajadas de su líquido elemento por un servidor, mientras Junior se sentaba sobre mi polla y su hermana le comía los huevos al chico, para luego pasarse a comerse los de su padre no natural.

En aquella casa se comió tarde, muy tarde. Al final pasamos varios días en la casa, decidiéndose que, ya que la casa lo permitía, se conviviría durante un tiempo, al menos las vacaciones de los chicos, ya después se vería, conforme los trabajos nos lo permitieran.

No sabía con quién, pero Adelaida volvió a quedar preñada y ella tan contenta de tener otro retoño al que mamar y pervertir ella y los demás también.

Para no crear más problemas de los necesarios, lo reconocí como hijo mío, así que ya tenía cuatro hijos putativos.

El sexo era tan importante en nuestras vidas, que se decidió hacer un solo núcleo familiar y vender las tres casas y adquirir una más grande lo más cercana posible a los trabajos de los que estaban empleados y también cercana a los institutos de los chicos.

Eso sí, de puertas afuera, éramos una familia standard, estaban los abuelos, yo como hijo de ellos, luego mi esposa y también mi ex esposa, Adelaida, que a ojos de los demás, así informamos a quien quiso saberlo, y por supuesto, mis hijos.

Convivíamos todos juntos y también se follaba y éramos follados tanto por unos, como por otros. Allí nadie negaba a nadie ser disfrutado vaginalmente o analmente.

A papá le encantaba trajinarse a Cristina, ¿y a quien no?, la cual era su niña bonita. Siempre la tenía mirando hacia oriente y a cuatro patas.

Conforme los chicos crecían, más placer recibíamos de ellos y ellos de nosotros. No coartándose la libertad de los chicos para relacionarse sexualmente con los de su edad, pero siempre en la más absoluta discreción, lo que pasaba en casa, se quedaba en casa.

En cuanto a mis amistades externas, no he dejado de tener relación con mi Alicia y su familia, ni tampoco con la negrita y su familia farmacéutica. Los chicos, aunque ya están casados, aun los sigo visitando para pasar un rato con ellos ya sea en la cama o donde nos dé el apretón. Sus maridos y la esposa de Marcos, no saben nada, ni falta que hace.

Aparte de los de siempre, también tengo a Eusebio, un vecino impedido de las piernas, pero no de su sabroso culo que disfruto cada vez que se me antoja. Su enfermera de pago era también una amante suya y mía. Entre los dos la empalábamos cada vez que los visitaba.

También está el matrimonio formado por Sebastián y Trini, a estos dos los visitamos Araceli y yo juntos y pasamos fines de semanas con ellos y su hija Margarita de 19 años, que no sale de casa por una fobia que les tiene a los espacios abiertos. A ella también nos la trajinamos mi esposa y yo, como también sus propios padres.

Hay algunos más, como Cándido, el conserje para todo de la universidad. El día que lo vi pajeándose en el baño, me dije que era mía aquella cacho polla que se gastaba el tío y así ha sido hasta ahora. Le suelo visitar cuando me da apretones y no tengo donde descargar. Me voy a su cuarto y si no está, le llamo al móvil y espero. La follada es vista y no vista. Ambos culos son follados rápidamente y me largo para continuar con lo que estaba haciendo.

No me gusta que me visiten mis amantes a casa por razones obvias. Solo decir que Araceli se relaciona con compañeros de trabajo, con dos me ha dicho ella. Le dije que siguiera teniéndolos entre sus piernas y que siempre lo hicieran con condones. Que los disfrutara como yo lo hago con mis amantes no compartidos. Es de recibo que ella también tenga libertad para follar y ser follada fuera del núcleo familiar, pero siempre con seguridad, pues había más gente a la que podía dañar.

Cuando a uno de los dos no le gusta con quien se relaciona sexualmente la otra parte, por el motivo que sea, y no incluyo lo que hacemos dentro de la familia, porque ambos participamos, rompemos relaciones con esa persona y ya está. No hay que darle más vueltas. Lo importante es que mi esposa y yo, follemos con todo aquel que nos pueda aportar algo bueno. Hay demasiados culos, pollas y chichis en el mundo, como para discutir por uno u otro. Lo importante, es la paz familiar.

Y no es por nada, pero me alegro que a mi querida esposa se la follen dos tíos en su trabajo. Es que mi esposa está tan buena…, que hasta yo me la follaría, si no fuera mi esposa…

FIN

Yo…                                     Salvador

Papá y mamá…                   papá y mamá

Hija con mamá…                Cristina

Hijo con Adelaida…            Salvador (Junior)

Hijo con Araceli…               José Luis

Profesora de mates…         Adelaida

Hija Adelaida…                    Ángela –leucemia-

Novietas instituto…            Marisa, Manuela, Alicia

Hermano Alicia...                Marcos

Amigo instituto…                Rogelio

Chica piscina…                   Bea

Encargado piscina…           Juanito

Instituto vecino…amante…Silverio

Hija farmacéuticos…          Sabrina

Farmacéuticos…                 Pilar y Vicente

UNIVERSIDAD

Compañera de piso…        Rebeca

Hermana Rebeca…           Alejandra.

Madre de Rebeca…           Pilar

Chico atlético…                Patricio –Pátrick-

Chicas gorditas…             Constanza (Consti) y Filomena (Filo)

Chica buenorra…              Araceli

Abuelo Araceli…               abuelo