Favor con favor se paga (1)

Iniciando a una conocida en los juegos de dominación.

Nos conocimos en la oficina, mientras realizaba una Auditoria. Enseguida tuvimos onda y luego de que ella me preguntase un montón de pavadas innecesarias y yo invirtiese un montón de tiempo en contestarle la invité a almorzar. Finalizado el almuerzo, en que ambos buscamos salir de temas laborales para pasar a otros más picantes le digo con mi mejor cara Vamos... Ana interpretó la indirecta y fuimos a un hotel cercano.

Ni bien entramos en la habitación comenzamos a besarnos, a desnudarnos y rápidamente llegamos al primer polvo. Luego del primer polvo nos pusimos a charlar y encendimos la TV, daban la consabida película porno. En un momento noto que ella deja de prestar atención a la conversación concentrándose más en la película, miro y había una mujer que era obligada a chupar la pija de uno de los tipos

¿Te gusta? – le pregunto

No se, en realidad me atrae. Últimamente he entrado por internet y leo relatos de dominación y ese tipo de cosas – dijo en un tono vergonzoso.

Te voy a confesar que también lo hago, lo que es más he llegado a escribir con el seudónimo de so-metido

¿En serio? ¿En que sitio?

Todorelatos.com

Si también lo conozco, pero no recuerdo haber leído algo tuyo, que lástima

¿Te gustaría probar? – le pregunté

¿Qué?

Jugar juegos de sumisión, donde podes ser pasiva, activa o lo que quieras

Como te dije he leído, pero no se.....

A mí me gustaría que seas una buena chica sumisa – le dije antes de que terminara de hablar y tratando de tomar la iniciativa continué – En realidad hay dos tipos de personas sumisas: las que hacen los que se le piden cuando se le pide, o las que hay que obligarlas para que lo hagan; vos sabrás......

Mientras conversábamos nos encontrábamos acostados, ella boca arriba y yo de costado apoyado en mi antebrazo, ambos desnudos y tapados con una sábana. Comencé a tocarle los pechos, tomándolos por abajo y presionándolos suavemente; luego bajé la mano hacia la concha y la encontré muy mojada (me atrevería a decir más que para el primer polvo) . ´

Veo que sos una putita muy buena ¿Te gusta que te toque así?

Si Dany

Tratame de Señor, así que contestame como corresponde

Si mi Señor – me dijo siguiendo el juego

No soy tu señor – le digo solo para molestarla – vos sos mi putita pero yo tuyo no soy nada, así que abrí bien las piernas – metí mi dedo que entró con mucha facilidad.

Corré la sábana y mirá lo que te estoy haciendo

Inmediatamente quedamos ambos desnudos, como le indiqué se miraba, a través del espejo del techo, como la masturbaba y le chupaba las tetas. Ella comenzó a mover las caderas, mientras respiraba profundamente. Luego extendió la mano y me tomó la pija

Soltala, nadie te indicó que hagas eso – la soltó – Así me gusta, que seas una chica obediente.

¿Te gustaría que te chupe un poquito el clítoris?

Si Señor, me encantaría

Comencé a chuparle el clítoris, siempre moviendo el dedo que tenía en la concha. Cuando noté que su respiración aceleraba, saqué el dedo y dejé de chuparle la concha

¿Qué haces? – dijo ella mirándome

¿Estás loca? – dije mientras le pegaba una suave cachetada en la cara – Acá yo digo que cuando y donde ¿Querés que siga?

Si señor, por favor necesito acabar.

Le volví a meter un dedo en la concha moviéndolo lentamente. La obligué a cambiar de posición poniéndose de costado y comencé a chuparle el culo, ella abrió las piernas permitiéndome un mejor acceso. Vuelvo a notar que de nuevo se acelera su respiración, dejo de chuparle el culo y le pregunto

¿Te gusta que te metan un dedo en el culo?

No señor, no me gusta mucho

Pero a mi sí – le dije

Le indiqué que tome el lubricante que venía con los preservativos y que me ponga un poco en el dedo que mantuve erguido frente a su cara, mientras seguía masturbándola con mi dedo dentro su concha y ahora con el pulgar de la misma mano le frotaba el clítoris. Ella puso la crema en mi dedo y comencé a meterlo en su hermoso culo. Inicialmente puso cara de molestia, pero luego se ve que la molestia aflojó y volvió a mover rítmicamente las caderas.

Para evitar que acabe, decidí sacarle el dedo del clítoris y del culo (mantuve el dedo en la concha). Con la mano libre le tomé un pecho apretándolo con fuerza, pensando que el dolor retrasaría el climax, pero por el contrario lo apresuraba.

Me llamó la atención su mirada, que era una mezcla de loca, desorbitada (caliente); así que le alce las piernas poniéndola sobre mis hombros y comencé a bombear mientras le decía lo puta que es y la obligaba a mirarse en el espejo.

Continué presionando los pezones, mientras le pegaba chirlos en la cola y algunas cachetadas, sin fuerza, en la cara. Comenzó a acabar y, como pocas veces, sentí sobre mi pene la presión de los músculos vaginales obligándome a acabar.

Luego estuvimos un rato callados, pensé que ella no iba a querer continuar con estos juegos ni con la relación. Por el contrario me dijo

La próxima me toca a mí, habíamos quedado así. Además – agregó – favor con favor se paga

La verdad es que no estaba seguro de si habíamos quedando en eso, la calentura hace que me olvide y/o prometa cualquier cosa.