Fauna peninsular,me rio por no llorar.1:El pulpo.
En esta serie, vamos a intentar describir en unos pocos y breves capítulos los más importantes y representativos animales de nuestra fauna autóctona.
Queridos amigos me presento ante ustedes aquí y ahora para introducirles en el mágico mundo del comportamiento animal. En esta serie, vamos a intentar describir en unos pocos y breves capítulos los más importantes y representativos animales de nuestra fauna autóctona.
Antes de empezar con la primera, y sobre el papel más importante especie de nuestra fauna, me gustaría destacar la importancia y singularidad de nuestro biotopo. Nuestra península, otrora paisaje de feraces campiñas, se ha convertido por la acción de esta fauna en un majestuoso desierto rocoso, que aunque aparentemente muerto, alberga una rica variedad de individuos que luchan por sobrevivir. La frase comer y no ser comido es especialmente válida en este difícil entorno.
En este episodio hablaremos del político, una especie, como todas las que habitan esta península de difícil clasificación. Los especialistas en taxonomía, tras largos conciliábulos, les han introducido, pese a vivir en un entorno árido y rocoso en la clase de los cefalópodos y dentro de ésta en el orden de los octópodos debido a su gran afinidad con el más representativo de sus miembros, el pulpo.
Como éste son animales de aspecto no muy agradable aunque sumamente inteligentes y maquiavélicos, característica que junto a su naturaleza escurridiza le hace muy difíciles de pescar. Son sumamente voraces, incluso llegan a atacar a otros individuos de su propia especie para saciar su sed de poder. También son legendarios sus tentáculos que llegan a cualquier lugar en el que haya dinero, poder o mujeres para alimentar su ego.
Suelen tener una infancia difícil. Sólo uno de cada varios cientos logra conseguir un territorio cuya extensión y riquezas dependerá de la suerte y de su habilidad. Como los pulpos, en estos momentos del desarrollo, se valen de ciertas células cromatóforas que les permiten cambiar de color según la conveniencia y de una bolsa de tinta que esparcen a su alrededor en momentos de peligro para confundir a sus enemigos, hasta que al final consiguen acercarse a un adulto, con el que comparte la mayoría de las veces relaciones sexuales o filiación, que le permite sobrevivir y medrar cerca de su ano para aprovechar las sobras hasta que llega a la vida adulta.
El comportamiento reproductor es realmente interesante, suele tener una pareja estable que mantiene durante toda la vida y a la que trata como si fuese la única de cara al resto de sus congéneres, pero en realidad suele tener relaciones fugaces con individuos del mismo o distinto sexo por diversión o por obtener una sensación de poder. En cuanto a su descendencia suelen ser muy solícitos con sus crías y procuran mantenerlos cerca de ellos y cederles pequeñas parcelas de poder que van aumentando con el tiempo hasta que, el más apto de ellos, si tiene suerte, logra el territorio de su progenitor.
Son cazadores astutos y utilizan la mentira y la emboscada para atacar a sus presas. Su principal táctica es la de prometer tomar medidas que sabe de antemano que no va a poder mantener y luego hacer lo que le da la gana o lo que le obliga a hacer el gran superpredador, el banquero.
La muerte sin embargo es un capítulo en la mayoría de las ocasiones sórdido. La mayoría de las ocasiones cae traicionado por el individuo al que ha servido de mentor, aunque no son raros los casos en los que se ve atacado por un individuo ajeno a la comunidad. Sin un territorio donde cazar y saciar así su sed de poder, sus fuerzas se van agotando lentamente hasta caer en el olvido.
Este orden cuenta con numerosas especies de las cuales las más destacadas son:
Octopus tiranicum especie afortunadamente extinguida en nuestra península desde hace cuarenta años, peligrosa en grado sumo acaba con todo lo que signifique progreso y libertad.
Octopus russus y Octopus ceruleus son las especies más abundantes en el país. Son sumamente territoriales y aunque se toleran y mantienen entre ellos una distancia segura son realmente agresivos con el resto de las especies.
Octopus nacionalista algunos especialistas opinan que son subespecies locales de los anteriores pero debido a su especial abundancia en ciertas regiones de la península y ciertos aspectos de su etología llegando a mantener extrañas relaciones con unos y con otros la mayoría prefieren incluirlos en una especie distinta.
Octopus honestus es la especie menos agresiva incluso puede llegar a ser beneficiosa para el ecosistema y por lo tanto la más escasa, atacada por depredadores de este mismo y de distintos géneros, muchos naturalistas la dan por desaparecida. Un servidor después de treinta años de larga búsqueda sigue sin perder la esperanza de encontrar un individuo vivo con capacidad para reproducirse.
Los octópodos aunque sumamente fuertes pueden ser víctima de los grandes superpredadores. Son dos principalmente las especies que les dan caza:
La primera son los jueces, que, en ocasiones atacan a individuos débiles o viejos. Dada la lentitud con que se mueven y las formidables defensas de los octópodos sanos, en contadas ocasiones y con riesgo de su vida atacan a individuos adultos.
La segunda es la más fuerte y majestuosa especie de todas las especies ibéricas, el banquero, del cuál ya hemos hablado con brevedad anteriormente. Éste, da caza a todas las especies del género, tanto adultos como crías. Se caracteriza además, como veremos en el próximo capítulo del que será protagonista, por jugar hábilmente con su víctima antes de darle caza.