Fascinacion por la lenceria ii. me entrego al dese
HOLA MIS AMORES¡¡¡ Nuevamente su amiga Conce, para seguir contándoles mis aventuras después de engolosinarme con el mundo de la lencería
HOLA MIS AMORES¡¡¡
Nuevamente su amiga Conce, para seguir contándoles mis aventuras después de engolosinarme con el mundo de la lencería. Pues bien, después de aquella tanga y, sobre todo de aquella riquísima cogida que ustedes seguramente no han olvidado, (por favor lean el relato FASCINACION POR LA LENCERIA)
se desato
en esta servidora una fiebre de sexo que no había vuelto a sentir desde mi tierna (jajá) adolescencia, en la que fui introducida, y me introdujeron varias vergas ricas, en el maravilloso mundo del sexo, del trasvestismo, y, sobre todo, en el sexo entre familiares, aventuras que, si ustedes lo quieren, les contare en entregas posteriores.
Pues bien, como les decía más arriba, se desato en mí una fiebre de usar cuanta lencería se me ocurriera, además de buscar un remedio a esa calentura que me dominaba y a esa ansia de sentirme la más deseada y, a la vez, la más puta de las mujeres, llevándome a incursionar en los diversos cines porno de mi localidad, y en las páginas de chat de gays, buscando alivio a mi cachondez y a mi puteria, comprando los más diversos artículos, tales como baby dolls, tangas, medias, ligueros, ropa que al final tenía que desechar, con gran tristeza de mi parte, debido a mi condición de “hombre” casado y con familia, con tal de mantener las apariencias ante mis familiares y sociedad en general, y conociendo a gran variedad de hombres, algunos de los cuales recuerdo con cariño, por haber alimentado la ilusión de ser una “mujer” madura y deseosa de placer y, sobre todo, de complacer a mis machos con lo que ellos requerían de esta puta..
Pero nada es para siempre, y mi gozo se fue al pozo, como dice el refrán, cuando en un día de descanso laboral, estando en casa, sola, ya que mi ex esposa no estaba, tuve la mala idea de invitar a uno de mis amantes a mi casa, siendo una cogida fenomenal. Aún recuerdo el conjunto que use en esa ocasión, era un baby doll azul cielo precioso, con tanga y liguero integrado, aun no me animaba a comprar zapatillas, por el hecho de no tener donde ocultarlas, pero lo combine con unas medias del mismo color, quedando, según mi macho, bellísima.
Llego mi hombre y lo recibí discretamente en la puerta. Al cerrar, nos abrazamos y nos besamos con una pasión que no tenía fin. Lentamente, me quite la bata, masculina, que me cubría, y le mostré mis encantos, mismos que el alabo diciéndome que era su puta favorita. Yo, ya embramada, me hinque delante de él y saque su pene, acariciándolo y besándolo, viendo cómo se ponía cada vez más grande en mi boca, empezándolo a mamar con un deseo de que se corriera en mi boca, llenándome de su dulce néctar. Después, ya en la cama y con su pene lubricado, me puso con mi culito en pompa, y, con lujuria, me empezó a dar una cogida de campeonato, poniéndome en diversas posiciones para nuestro goce, yo como hembra en brama y el como el macho cogedor que era, durando en esas acciones tan placenteras para los dos, cerca de dos horas, al final de las cuales, me puso en la posición del misionero y, hundiéndome su caliente ariete hasta el fondo, eyaculo dentro de mi cuerpo, llenándome de su ardiente semen y haciéndome la puta, si la puta más feliz del mundo.
Al final, como a los 15 minutos de
retirarse el, me metí a duchar, dejando la lencería usada tirada en el suelo, cuando oh sorpresa¡ oigo la llave de mi ex esposa girar en la cerradura, y yo sin saber qué hacer, no tuve tiempo de guardar o tirar ese traje tan lindo y sensual que me había contenido poco tiempo antes,
y viendo su cara de sorpresa, tuve que aguantar los reproches de ella, haciéndole creer que en realidad no era mía esa ropa si no de alguna puta que había tenido yo la osadía de meter a su sacrosanto hogar, y dejándola con la incertidumbre de que genero habría sido la prostituta, o prostituto que había estado en la casa. Y para no hacer la historia más tediosa, un mes después me pide el divorcio, y yo, contenta, se lo otorgo, quedando al fin en libertad de expresar mi sexualidad como a mí me gusta.
CON AMOR..
CONCE