Fantasy Maker
Como realizar todas las fantasías sexuales de un hombre joven.
Antes de nada, me gustaría como siempre que escribo un relato, pedir disculpas de antemano, ya que soy consciente de que cometo varios errores ortográficos, y espero que aún así consiga entreteneros con mi relato.
También me gustaría confesar que el siguiente relato, está basado en una película, que vi hace tiempo, y que me gustaría dar el título, sólo que el tiempo y la memoria, lo han borrado de mi mente.
Era un martes de Febrero, el frío y la poca luz invitaban a quedarse en casa, más aún después de un duro día de trabajo.
Eran las 7 de la tarde, y yo pasaba el rato chateando por msn, aburrido, ya que ninguno de mis amigos tenía tiempo para mantener una conversación un poco duradera, estaba distraído cuando de repente, Carlos un amigo de toda la vida, se conecto, y me mandó un mensaje.
-Hola, estás por ahí?
Me sorprendió gratamente, ya que hacía mucho tiempo que no veía a Carlos, ya que últimamente, estaba todo el día trabajando en un proyecto para una empresa de telecomunicaciones, y casi nunca tenía tiempo para nada.
-yo-Hombre Carlitos, cuanto tiempo, como así por aquí?, estás malo o de vacaciones j e je.
-Carlos: si bueno medio de vacaciones, resulta que ayer por fin terminamos el proyecto y salimos a celebrarlo, así que hoy, me he tomado el día libre para pasar la resaca j eje.
-yo- que cabrón¡¡¡ j eje, así que por fin acabasteis, y que era lo que hacíais?
-Carlos: si te lo digo no te lo creerías ni en un millón de años.
-yo-Hombre¡¡¡ no te flipes, que estabais haciendo la máquina del tiempo? Je je.
-Carlos: pues no te lo creerás pero casi.
-yo- que dices hombre, no será para tanto..
-Carlos- que no? tengo una idea, si no tienes nada que hacer, pásate por el laboratorio, te vas a quedar de piedra
-yo- venga, esta bien, te paso a buscar y vamos, así me cuentas que es de tu vida, y me enseñas esa maravilla
Pasé a buscar a Carlos, más con la intención de pasar un poco la tarde, y hablar un ratillo con el, ya que hacía tiempo que no le veía, un poco con la excusa de ver el proyecto en el que había estado trabajando tantos años, y que la verdad, no me interesaba lo más mínimo, ya que me imaginaba que sería algún rollo tecnológico, que serviría para cualquier historia rara.
Se le notaba feliz, contento, hacía tiempo que no le veía así, siempre preocupada con su trabajo, y sin tiempo para nada,
-yo- que te pasa Carlos, te has echado novia o algún rollete? Estás irreconocible.
-Carlos- Estoy encantado con lo que hemos conseguido, ya verás cuando lo veas
-yo- pero qué es?ya me esas dejando intrigado.
-Carlos- pasa al laboratorio y tu mismo lo verás, no sabría explicártelo si no.
Entramos al laboratorio, en la mitad de la sala había colgado un traje como de astronauta, con muchos cables, que iban todos hacia una mesa con ordenadores, yo cuando lo ví, me quede dubitativo
-yo-¿Esto es eso tan grandioso?
-Carlos- ¿Sabes lo que hace ese traje?
-yo- pues no se, es tu disfraz de carnavales, dije en tono burlón.
-Carlos- Ese traje es el sueño de todo ser humano con deseos sexuales, ese traje, hace que puedas vivir, todas las fantasías sexuales que pasen por tu cabeza, y lo mejor, que te crea una realidad virtual, con un 98% de realismo, y además con esos sensores, te proporciona sensaciones parecidas al tacto humano.
-yo- ¿Qué dices?- dije sin creerme lo que me estaba contando, estaba ante el mayor sueño de mi vida.
-Carlos- ¿Quieres probarlo?
No dude ni un segundo, casi sin terminar de acabar la frase me estaba poniendo el traje.
-yo- pero es seguro?, está todo bien probado? No me dará ningún calambre, y lo más importante, no te dirán nada por dejármelo probar?
-Carlos- por eso no te preocupes, nos servirás de conejillo de indias para calibrar mejor las prestaciones del traje, y por los calambres no te preocupes, ¿Te crees que íbamos a tener esto y no lo íbamos a probar?
Terminé de ponerme el traje, mientras Carlos y me iba explicando mejor todos los detalles del traje.
-Carlos- antes de nada debes ponerte un preservativo..
-yo- que dices puedo dejar embarazada a la máquina? Je je.
-Carlos-no hombre¡¡ animal¡¡ es para no ensuciar el traje, y aparte te tengo que comentar, para que no te lleves una sorpresa, el programa del traje, analiza tus fantasías más ocultas, quizás veas algo que ni te acuerdas, o que te pensabas que ya no te produciría morbo, pero creeme, que el traje está programado para ver cuales son las fantasías que te producen más excitación.
Me pasó entonces a otra habitación, tenía una pequeña ventana la puerta, por lo que veía como Carlos manipulaba los ordenadores, estaba nervioso por comprobar como funcionaba este inventazo, y si era tan bueno como el decía.
De repente mi visión de la sala se oscureció, y empecé a distinguir como se transformaba en un pequeño salón de una casa, era impresionante el realismo con lo que veía las cosas, y la sensación que me producía al tocar los muebles y objetos virtuales, y como podía moverlos, al fondo, sobre un sillón de orejas, empecé a distinguir una figura femenina.
Me fui acercando poco a poco, hasta que ya distinguí de quién se trataba, era Leo, una vecina cincuentona, con la que casi no me hablaba, ya que había tenido alguna que otra discusión por temas vecinales, me sorprendió muchísimo, ya que consideraba que la tenía mas odio que admiración.
Leo como digo, es una mujer cincuentona, tenía de esos cuerpos, que aunque se ve que tiene algo de sobrepeso, es proporcionado, como si sería un contorno ideal pero con más volumen, media melena morena, una buena estatura para una mujer, con 1.70 m de estatura, y unos grandísimos pechos, eso sí un poco caídos, pero muy apetecibles, y que sin duda, era eso lo que me excitaba, y quizás analizando, ese aire de desprecio con el que me trataba.
Estaba sentada en el sillón, vestida únicamente con una blusa desabrochada, que la tapaba lo justo, ya que entre su abertura se podía ver el gran canalillo de entre sus pechos, y por abajo conseguía tapar justo hasta donde acababa su trasero.Estaba leyendo un libro, por lo que además llevaba unas gafas de pasta que la daban un aire muy autoritario.
Leo miraba el libro con atención, hasta que levantó la vista y me miró, haciendo un gesto de desaprobación, yo me quedé atontado, ¿Qué pasa, no intereso ya ni a los ordenadores? Pensé, Leo volvió a levantar la mirada y con un tono de bordería se dirigió a mí.
-Leo- ¿Qué pasa, no te puedes acercar o que?
-Yo- si sí, dije yo flipando todavía con el realismo que producía la máquina, que incluso imitaba el carácter enfadado de mi vecina.
Me acerqué hacia donde estaba ella, Leo dejo su libro encima de una mesilla pequeña que había junto a ella y se me quedó mirando, yo me abalancé directamente hacia sus enormes pechos, abriendo su blusa, con lo que ella reaccionó y me apartó con el brazo,
-Leo- Que sepas que no vas a tocar nada que yo no quiera, y cuando quiera.
Me quedé de pie al lado de ella, ella se cambió de postura en el sillón sentándose en el borde del asiento, cogió mi polla con la mano y empezó a realizarme una masturbación.
Era impresionante, la sensación que me proporcionaba esa imagen virtual era totalmente parecida a la real.
Leo me masturbaba lentamente, compaginando el movimiento con la mano, con unas pequeñas succiones con la boca, no cambiaba su actitud, mostraba una cara de desprecio, que me hizo reconsiderar, el por que me creaba morbo esa situación, y lo mejor ¿Cuándo lo había yo pensado para que la máquina lo eligiese?.
Manoseaba mi pene aumentando el ritmo de la masturbación, jugando con su lengua con el frenillo de la piel de mi pene, parecía no tener sentimientos, ya no se si por culpa de tratarse de una imagen creada por ordenador o por el carácter que yo la asociaba a esta persona.
De repente me soltó el miembro y con su tono ya al que me había acostumbrado de bordería, me dijo
-Leo- ya me he cansado, trabaja un poco para mí
se recostó en el sillón subiendo ambas piernas por los brazos del sillón dejando al descubierto su coñito, también muy apetecible, depilado en su mayoría con la excepción de una pequeña línea.
Yo me agache y miré de cerca, estaba muy conseguido, incluso se apreciaban la humedad de excitación que produce en las mujeres,y los pelillos, cerré los ojos y empecé a lamer, jugueteaba con la puntita de la lengua, en su clítoris, mientras con el dedo índice jugueteaba por dentro, buscando poder romper ya ese muro de hielo que la rodeaba, sin duda parecía un fallo del ordenador, pero dado el carácter de esa mujer en la realidad, la venía que ni pintada, y que cada vez me excitaba más.
Yo no podía más, tenía ya que consumar el acto, ella por lo visto, o la máquina más bien creo yo, lo detecto, y se incorporó sentándose como cuando me masturbaba, yo me incorporé de rodillas y me acerqué a ella, tanto que ella estrujaba sus grandes tetas contra mi pecho, y mi polla se estrellaba contra su coñito.Cogió mi polla con su mano y se la introdujo, que gran sensación, no tenía nada que envidiar al tacto humano real, empecé el movimiento de penetración, lentamente, inclinándome hacia arriba y abajo con cada envestida, para poder rozar la parte de arriba y de debajo de los labios de su coñito, ella con sus manos me cogió de ambas nalgas, con fuerza, casi haciéndome ya daño, para marcar el ritmo de la penetración, y estrujaba sus grandes tetas contra mi pecho, que placer, ni me acordaba de que era una máquina, y lo tonto que parecería visto desde fuera dando pollazos al aire.Leo marcaba el ritmo, un ritmo fuerte, me concentraba para durar todo lo posible, y así disfrutar lo máximo posible, pero ella no me daba tregua, al tener agarrado cada parón que hacía, para prolongar ella forzaba para que siguiese.
-Leo,-¿Ya te vas a correr? Dijo con la dulzura que la caracterizaba.
Viendo que con ese ritmo me iba a ir enseguida, me soltó, y entonces cambió de postura, dándome un pequeño respiro para que no me corriese tan rápido, se puso de pie, se inclinó apoyando su mano en el brazo del sofá, dejándome abierta todo su coño delante de mí, me acerqué de nuevo, y ella otra vez fue la que dirigió la operación, me agarró la polla con la mano y me acercó tirando de ella hacia detrás, guió la polla hacia su coño y se la introdujo, parecía mentira, pero no cambiaba su expresión, parecía como que iba nada con ella, seguí a lo mío dándola unas embestidas que la hacían casi caerse de morros contra el sillón, aceleré ya el ritmo de penetración buscando la gran corrida, que intuía por el grado de excitación que tenía, hasta que no pude más y me deshice en unos eléctricos espasmos de placer, me tumbé en el suelo y ella se inclinó para terminar de sacar toda la leche que aún me quedaba.
Me miró y la primera vez que sonrió para decirme en un robotico adiós, y se desvaneció, yo me quedé tirado, con un gran satisfacción por el placer que me había dado la maquinita. Carlos se acercó a la ventana y dando unos golpecillos al cristal para llamar mi atención me pregunto.
-Carlos- Estás bien?
-yo- Cojonudo macho, que inventazo, cuánto vale una maquinita de estas, que me la compro ya¡¡¡.
- Carlos- Je Je río- demasiado para un currante como tú, te tendrás que conformar por ahora como el resto de la gente
-yo- ¿puedo repetir?
-Carlos- deja descansar a la máquina, lleva unas piezas muy sensibles, que se calientan enseguida, si quieres dentro de un rato puedes repetir, la máquina se reactivará sola, además debes concluir el ciclo.
-yo- ¿Cómo el ciclo?
-Carlos- la máquina ya ha absorbido todos tus datos, y debe de satisfacer todas tus fantasías, no se puede parar a la mitad.
-yo- ¿y que me voy a quedar encerrado aquí hasta que acabe?
-Carlos- depende del número de fantasías que tengas, puedes acabar rápido o lento, depende de tu mente, quizás te tendría que habértelo dicho antes .