Fantasías Sexuales (2: Los futbolistas)
Los futbolistas pueden ser muy, muy morbosos.
Fantasías sexuales(2.-Los futbolistas)
Sale por la banda, regatea y gol, gol,gol.gol!!!!!!!!!!! Gol de -Dios, que pesadez, la última vez que me dejaba convencer por Carlos he iba a retrasmitir un partido de fútbol por él para una cadena regional. No me interesa el fútbol y nunca me interesó, e incluso es posible que los oyentes (pocos por ser una cadena minoritaria) lo estuvieran notando pero uno es un profesional y debe poner todo su saber hacer aunque en este caso y tratándose de fútbol mis conocimientos eren mas bien escasos.
Bueno ya no quedaba mucho encuentro y luego solo debía hacer las cuatro preguntas de rigor, muchas veces chorradas del tipo como os sentís después de perder 7-1 y cosas así al equipo local, y cerrar la retrasmisión.
El arbitro marcó tres minutos. El partido iba 3-2 por supuesto perdiendo y jugando en casa. Lógico que estuvieran en puestos de descenso. Para poco más dio el partido aunque de no haber sido por un fuera de juego podrían haber empatado. Tras acabar el encuentro debía dirigirme al terreno de juego y buscar las opiniones del encuentro.
Desde lejos divisé al capitán del equipo el cual al verme aparecer con el micro de la cadena se acercó sabiendo, como es costumbre que le iba a preguntar sobre el partido, el penalti fallado
-El encuentro ha estado reñido-sentencié dándole paso a una respuesta muy fácil para alguien acostumbrado a esta tarea.
-Sí, nos faltó poco para ganar, creo que no estábamos a un nivel inferior y podríamos haber conseguido el triunfo o al menos el empate.
-El próximo encuentro se plantea interesante, debéis ganar o el futuro el año próximo estará sentenciado.
- Si el próximo partido es decisivo y vamos a echar todo lo que haga falta para ganar y no decepcionar a la afición.
Con esto tenía suficiente pero ya que estaba allí quería hacer alguna pregunta a la imagen del equipo, un jovencito que revolucionó al equipo desde su fichaje. Un jovencito sacado del barrio con una pinta de chulo impresionante y que no dejaba indiferente a nadie y menos a mí.
Pregunté al capitán que donde se encontraba, que quería hacer algunas preguntas y me dijo que le acompañara al vestuario que se estarían cambiando, dejé la cámara(hubiera sido un puntazo haberla pasado, pero claro fue imposible) y nos dirigimos hacia la zona interna del estadio.
Cuando llegamos me encontré con los futbolistas cambiándose y algunos debían estar en la ducha porque no se les veía. Pregunté por él y me dijeron que debía estar adentro indicándome el camino. Pensé que lo mejor era esperarle a que saliera porque aunque entre ellos se ducharan juntos no creo que le molara que un extraño entrara y le viera en pelotas solo para preguntarle dos estupideces.
Me quedé sentando en un banco escuchando los comentarios de los futbolistas sobre el partido y sobre los jugadores del otro equipo. No paraban de criticar a uno del otro equipo ,que si era tal, que si era cual
-El maricón ese -en esos momentos se dieron cuenta de mi presencia y de que no había entrado en las duchas
-Puedes pasar- me dijo- no vas a ver nada del otro mundo. Eres un hombre, tiene lo mismo que tú
Después de ese comentario no tuve más remedio que pasar.
Las duchas eran ese tipo de duchas que disponen del grifo en la pared aunque con una especie de bandejitas provistas de todo lo necesario para la ducha. En el fondo divisé a mi objetivo. Me quedé parado como un tonto cuando le vi. Era un cuerpo perfecto. Todo bronceado sin marcas. El culo y las piernas estaban prietas y trabajadas, clarísimo que por las horas de duro entrenamiento. Estaba agachado mientras el agua caía por el pelo y le recorría el cuerpo hasta que se perdía por las piernas y sus gemelos sin ningún pelo, perfectamente depiladas. Buf!!! No me extraña que ocupara las portadas de las revistas para adolescentes con titulares como 10 trucos para seducirle y montártelo con él. Debería haberla leído. Me acerqué y cuando me vio y me presenté. No le dio importancia a mi presencia y por tanto comencé con las preguntas. La última de ella fue
Se podría haber hecho más para ganar?-cuando yo ya no podía controlar mi excitación y empezaba a mostrar un bulto sospechoso dentro de mi pantalón. Mientras contestaba mis preguntas pensaba que no me veía ya que el agua le caía por la cara por lo que aprovechaba para mirar su polla. Estaba completamente depilada como todo su cuerpo y colgaba al compás de sus dos huevos que se balanceaban al contacto con el agua.
Quería y no quería salir de allí. En una parte ese espectáculo era grandioso, su pecho marcado formando los cuadraditos típicos del trabajo de gimnasio pero no podía descubrir mi erección que ya estaba luchando por salir de mi pantalón. Me quedé embobado cuando acabó de contestar mi pregunta no me di cuenta, no me importaba lo más mínimo lo que decía solo su cuerpo.
Entro en ese momento otro jugador en las duchas y fue cuando mi entrevistado lo llamó y le dijo:
-Mira parece que al periodista le está gustando su trabajo hoy mucho mucho- señaló mi pantalón.
-Uy!! Vamos a pasárnoslo muy bien hoy!!- Dijo tocando mi paquete.
Yo mirando a sus rabos con esos tamaños dije:
-Ya lo creo que nos lo vamos a pasar bien.
-No queda nadie?- pregunté a lo que me respondió que no, que ya se habían ido todos menos nosotros que teníamos para un buen rato.
La nueva incorporación en la ducha era un jugador conocido por la cantidad de temporadas que llevaba jugando en el equipo. Era más mayor pero francamente nada desapetecible. Tenía el morbo de un veinteañero con ese peinado que llevaba supongo que aconsejado por su novia, una modelo que siempre va a la última.
Estaba mucho más musculado que nosotros(que mí era bastante fácil) pero lo suyo era bastante exagerado porque le marcaba una espalda increíble.
Con esos brazos me arrastró hacia su polla que rozó mis labios y un olor extraño penetró por mi nariz.
Se notaba que acababa de mear antes de entrar a la ducha y tenía ese sabor. Empezó a restregarme su polla por la cara mientras decía:
-Chupa maricón así que te voy a meter la polla hasta las pelotas.
Su compañero se empezó a masturbar a mi lado mientras su polla empezaba a alcanzar un tamaño enorme.
Cuando lo vio conveniente me metió parte de ella en mi boca y empezó a empujar poco a poco. Al principio pude comérmela entera pero iba creciendo y se me hacía muy difícil chuparla entera. Intenté meterla hasta el final pero me dio una arcada que casi me hace vomitar.
De repente sin saber por qué venía me soltó una bofetada.
-Puta, te la vas a comer hasta el final- mientras decía esto me la introduzco hasta el gaznate y me agarró la cabeza con fuerza sin dejarme respirar por lo que empecé a babear y a ahogarme.
Cuando me soltó me agarró por el cuello me subió hasta su cara y me dio un morreo donde su lengua me tocó la campanilla. Antes de chillar que lo iba a hacer otra vez y así fue durante siete u ocho veces hasta que se cansó y le dieron ganas me sobarme el culo y dejó mi boca a disposición de su compañero el que tenía el trabuco más corto pero un grosor como una morcilla. Para ponérsela del todo dura la agarré, la empujé para abajo y repodó contra su pecho como un muelle, tras repetir ese movimiento durante varias veces la tenía en lo máximo de su tamaño y él estaba en el punto más alto de su excitación ya me dio una cachetada en la cara y me la metió en la boca. Por un momento sentí miedo de que intentara lo mismo que su compañero ya que con aquel grosor era una locura, pero se conformó con follarme la boca con un mete saca prodigioso. El llevaba el ritmo en cada momento y decidía como hacerlo, cuando aceleraba la metía y la sacaba entera pero a veces solo lo hacía con el capullo, supongo que para no correrse tan pronto. En esto estaba ocupado cuando sentí como me metían un dedo por el culo sin ninguna lubricación. No tuve demasiados problemas pues no era la primera vez y comenzó a introducirlo y sacarlo a una velocidad que si no me dolía si que me molestaba un poco.
Lo peor fue cuando en vez de meter dos introdujo tres de golpe.
-Ah!!- grité como pude ya que mi boca estaba demasiado ocupada con otra cosa que la llenaba por completo.
Cuando creyó que era suficiente se colocó un condón y puso su capullo a la entrada de mi culo. Hizo un poco de fuerza y buena parte de su polla entró sin esfuerzo pero sin poder esperar a que me adaptara empujó y la introdujo entera chocando mi culo con sus bolas. Joder si me dolió. Pero tenía que aguantar. Comenzó un mete y saca que introducía y sacaba su tronco sin que apenas se viera.
Yo mientras tanto chupaba los huevos lujuriosamente como si se fueran a desintegrar. Hasta que comencé a bajar hasta su ano que jugueteó con mi lengua que entró la puntita entre gemidos y gemidos.
-Chupa, no pares que gusto, nunca me habían comido el culo. Eres un putón que le encantan las pollas
No se equivocaba . Cuando nos cansamos de esa posición me senté encima de esa polla que empezaba a volverme loco del placer tras el dolor. Cambiaron las posiciones para cogerme los dos y me subí con mis piernas en su cadera mientras me la introducía y me comía el rabo que había tenido en mi culo hasta hacía dos segundos. Quise probar su culo y no me defraudó. Le encantó lo que le hacía y así me lo decía.
-Joder, come es todo tuyo no pares - de la excitación casi me dejaba sin respirar aprisionándome contra su culo. En un momento dado se empezó a masturbar.
-Me voy a correr, te voy a llenar la boca de leche. Aquí viene tu ración de hoy- me metió su polla hasta el final y empezó a descargar en mi boca mandándola directa a mi estómago hasta que el muy cabrón la sacó para acabar en mi boca y que la saboreara. Quería ver como me la tragaba pero antes de eso y aunque me soltara una galleta le besé y se la di a probar. No le disgustó pues era tan cerdo como yo.
Noté una presión en el culo y era que mi otro nuevo amigo estaba por acabar. Y si que acabó me llenó la cara de leche que entre los tres no dejamos desperdiciar ni una gota.
Me sobé mi nabo pues yo era el único que no había acabado y ya no aguantaba más pero antes de hacerlo me empezaron a duchar con su meado mi cuerpo por los dos costados regando mi torso y mis piernas, les encantaban estas guarradas aunque no les dejé que lo hicieran en mi cara, no dejaron sin regar una parte de mi cuerpo lo que me hizo acabar con una de las corridas más grandes de mi vida en siete u ocho chorros que fueron a parar a las manos de mis dos jugadores favoritos a partir de ahora que no dudaron en comérsela hasta limpiarse las manos completamente.
Nos duchamos y nos despedimos pero antes acordamos que no sería la última vez.
No veo el momento que mi compañero no pueda ir a un partido y me lo encargue a mí.