Fantasías peligrosas (relato corto)
Pequeño relato basado en la fantasía de una chica que conocí hace algunos años
Estaban en medio del pequeño salón de la casa besándose apasionadamente, sus manos acariciaban sus cuerpos con pasión.
Irene era una chica delgada de pelo negro y piel bronceada vestía una falda por encima de las rodillas morada u una camiseta de tirantes negra y había "conocido" a Samuel en una discoteca, el era un tipo alto y fuerte pelo negro engominado y habían acabado en su "casa".
Samuel sonaba el culo de Irene y subía su falda hasta casi dejar las nalgas de Irene al descubierto mientras ella metía la mano dentro de su ajustado pantalón.
La cosa se estaba calentando y mucho para eso habían acabado juntos, sus lenguas se mezclaban en sus bocas.
-venga putita chupame la polla- dijo Samuel jadeante al contacto de la mano de Irene con su miembro.
-que me has llamado?- dijo ella separándose un poco.
-venga ahora te vas a hacer la tontita?-
-oye tío Estoy muy agusto contigo, pero eso de putita sobra-
-venga va no seas mojigata- dijo mientras agarraba el pelo de Irene y tiraba hacia abajo.
Ella forcejeó y consiguió separarse de él.
-mira tío a mi no me va el rollo del machito, creo que hasta aquí hemos llegado- dijo mientras se apartaba un poco y arreglaba su falda.
El dio un paso hacia delante y cogió su brazo arrastrándo su cuerpo hacía el.
-ni de coña- su fuerte mano apretaba el brazo de Irene.
Ella reaccionó rápido y le dio con la rodilla en la entrepierna, no fue un golpe muy fuerte pero lo suficiente para que él la soltase e inclinó su cuerpo un poco.
-¿De que vas zorra?-
Agarró la camiseta de Irene y tiró con fuerza rompiendo un tirante y dejando un pequeño pero redondeado pecho de Irene a la vista, ella reaccionó rápido de nuevo y llevó su mano hasta los huevos de este apretando los con fuerza.
El grito por el dolor le inclinó su cuerpo intentando apartar su mano pero ella presionaba con fuerza.
-mira imbécil esto llega hasta aquí, o quieres que te revienta los huevos?-
Ejerció más presión sobre los testículos de Samuel y a este le flaquearon las rodillas, puso una rodilla en el suelo e Irene tiró su brazo hacia abajo para no soltar mostrándole una imagen de su escote que en otras circunstancias le habría sido muy agradable.
-su..suéltame por favor- lloriqueo pidiendo clemencia.
Ella giró su mano y luego la retiró y dio un paso hacia atrás viendo al patético chico sujetando sus pelotas.
-eres un cerdo y te mereces que te arranque las bolas, te has equivocado conmigo capullo.
Dicho esto se volteó hacia la mesa donde estaba su chaqueta y su bolso y se dispuso a andar los pocos pasos hasta la puerta de la calle.
El la miró darle la espalda y decidió que esto no había acabado, se levantó lo más rápido que pudo y se abalanzó hacia ella justo en el instante que Irene se disponía a abrir la puerta.
La atrapó entre su fuerte cuerpo y la puerta de la calle y le dio un golpe en la cabeza contra la puerta que la aturdió un poco.
-dejame por favor- dijo ella con la voz quebrada -yo.. yo te he soltado… déjame ir-
-calla perra- dijo este golpeando su cabeza contra la puerta con más fuerza arrancando una gotita de sangre de su ceja, al ver esto Samuel se quedó un poco parado pero en seguida la apoyó contra la puerta y separó sus piernas mientras levantaba su falda.
Irene intentó luchar pero el último golpe la había dejado mareada y noto como Samuel arrancaba sus bragas de un fuerte tirón, escucho el claro sonido de la cremallera del pantalón y noto cómo dirijo su polla a su culo.
-no.. no por favor para-
Pero él empujó fuerte su miembro metiéndolo de golpe en el culo de Irene que gritó por el dolor que le produjo.
Él llevó su mano a la boca de Irene y callo sus gritos mientras comenzaba a follar aquel culo con fuerza, sus embestidas hacían que ella se golpearse más contra la puerta y todo comenzó a darle vueltas mientras notaba como el miembro de Samuel invadía su ser.
Una y otra vez arremetió con su polla el culo de Irene hasta que se corrió dentro a grandes chorros que se salían de su culo por la presión que ejercía su polla.
Luego la sacó jadeante y ella se volteó y cayó al suelo sentada con la espalda apoyada en la pared.
-de… déjame ir por favor- dijo entre sollozos.
El la agarró del pelo y la arrastró por el pequeño salón hasta la cocina, la casa era pequeña y no tenía pasillos, todo se comunicaba con el salón.
-esto no a hecho más que empezar zorra-
La metió en la cocina y la dejó de rodilla frente a él que abriendo un cajón sacó un enorme cuchillo, se apoyó en la bancada de la cocina y se lo puso en el cuello.
-te dije que me la chupara cerda- presionó un poco con el cuchillo sobre el delicado cuello de Irene - y no se te ocurra hacer ninguna tontería- amenaza
Ella miró la polla de Samuel que todavía asomaba una gota de semen y estaba algo fláccida. Con manos temerosas agarró la polla y llevó sus labios a la punta abrazándola con ellos, el jadeo y noto como la lengua de Irene lamía su punta y con la otra mano masturbaba el tronco de su polla. Pronto recobró su erección y ella tomó los huevos de el masajeandolos logrando una mayor excitación.
"Si consigo que acabe pronto me dejará ir" pensaba ella mientras sacudía y lamía la verga de Samuel.
Él no cabía dentro de sí de gozo y sus gemidos llenaban la pequeña cocina, casi no se dio cuenta cuando el cuchillo se le escapó de las manos y cayó al suelo… no se dio cuenta de cuando ella soltó sus huevos, no se dio cuenta hasta que noto el frío metal del cuchillo sobre sus polla y entonces ella dejó de lamer.
Samuel abrió los ojos como platos y la miró horrorizado.
Irene golpeó con el mango del cuchillo los huevos de Samuel que inclinó su cuerpo hacia delante momento que Irene lo puso en su cuello levantándose y agarrando las pelotas del asustado chico.
-si te mueves un solo centímetro te mato cabron-
Y empujó hacia adelante con su mano en los huevos de el y el cuchillo en su cuello contra la bancada de la cocina.
Una mirada rápida y vio el objeto perfecto para su venganza. Vio el mortero en la pila y lo tomó soltando sus huevos pero sin apartar el cuchillo de su cuello. No era un mortero muy grande pero le serviría.
-date la vuelta cerdo- su voz sonó fría.
-que vas a hacer?- pregunto asustado
Ella presionó su cuello con el cuchillo y sacó una gota de sangre, él se volteó asustado y apoyó sus manos sobre la bancada. Con una mano Irene le bajó los pantalones hasta las rodillas mientras cambiaba el cuchillo de su cuello a sus huevos.
-por… por favor déjame.. vete de mi casa-
-ahora te vas a joder cabron- dijo ella separando sus piernas a golpe de mortero, luego le subió con un rápido movimiento y golpeó sus bolas con el, de no estará apoyado con sus manos en la bancada habría caído.
El quiso protestar pero en lugar de hablar emitió un grito desgarrador al notar el mortero entrar en su culo con fuerza.
-Duele verdad?- dijo Irene moviéndolo de lado a lado dentro del culo de Samuel.
Apoyó sus tetas en la espalda de este y agarró su polla con la mano del cuchillo. Notaba el frío acero sobre su polla mientras follaba su culo con el mortero. El gritaba de dolor y pedía que parase pero con cada súplica ella ejercía más fuera.
Estando segura de que lo tenía sometido soltó el cuchillo lejos de ellos y abrazó la polla de Samuel masturbándola hábilmente. Era precisa en sus movimientos sacudía el miembro de Samuel al tiempo que metía y sacaba el mortero de su ano rítmicamente pero sin piedad.
El notaba los duros pezones de Irene sobre su espalda.
-vamos cerdito correte- y aceleró más el ritmo de su polla, esas palabras fueron como un incentivo y su polla comenzó a soltar chorros de semen de nuevo manchando la mano de Irene por completo. Luego soltó su miembro y llevó su mano a la boca de este que trató de evitar.
-vamos perro chupa tu propio semen- dijo mientras introducía sus dedos en la boca de este que saboreo su propia corrida.
Noto como ella sin sacar el mortero de su ano se retiró un par de pasos. Samuel se volteó con los ojos enrojecidos por las lágrimas pero la respiración acelerada, se volteó para ver cómo ella daba un paso hacia atrás y luego tomaba impulso para patear sus pelotas con fuerza desmesurada, su vista se nublo y el dolor subió por su abdomen mandándolo al suelo encogido con sus manos sobre sus huevos.
Vio como ella se arreglaba la falda y de nuevo salió de la cocina.
Samuel tardó unos minutos en recuperarse, terminó de sacarse los pantalones y retirando el mortero de su culo, maldiciendo pues ambos le impedían levantarse, una vez en pie comprobó el estado de sus huevos y vio que su polla seguía medio dura. Salió de la cocina algo sorprendido por el hecho de que su polla parecía querer más guerra.
Irene estaba sentada en el sofá totalmente desnuda y sonriente, él se acercó y ella le tomó los huevos suavemente.
-están bien mis pelotitas?- dijo dulcemente
Él la miró y pasó su dedo por la ceja herida de Irene.
-sí pero tú estás sangrando, deja que vaya a por..- no pudo terminar la frase ella lo tomó de la mano y lo sentó a su lado para luego colocarse encima de él frotando su coño contra su polla y sonriente.
-no te preocupes luego me pongo algo- dijo ella introduciendo su polla en su coño
Él la miró y sonrió.
-joder Irene qué buena idea has tenido con este jueguecito… Ha sido fantástico- dijo Samuel entre jadeos.
Ella le puso el dedo en los labios y comenzó a botar encima de sus polla… Los gritos de placer se escucharon por todo el edificio y juntos descubrieron un maravilloso mundo de posibilidades….
Fin
Pequeño relato basado en la fantasía de una chica que conocí en un chat hace algunos años, espero que os haya gustado.
Como siempre gracias por perder vuestro tiempo leyéndome.
Un saludo.