¿Fantasías o deseos?. Capítulo 3
Voyerismo, infidelidad, amistad, sexo...¿sucederá lo previsible o lo menos probable?. En cuatro folios se pueden despejar dudas.
-Hola, dijo Raquel saliendo del agua que le chorreaba por los pechos, vientre, vulva y piernas…¿no os habréis aburrido sin nosotros no?.
-Para nada si nos lo hemos pasado bomba entre chapuzones y una sesión de fotos de dos horas que me ha hecho Carlos en la lancha, las rocas, la arena…
-¿En serio?, me la tienes que enseñar después de comer dijo ella entusiasmada. Bueno, ¿qué os parece si comemos?.
-Genial nosotros montamos la mesa y las sillas. ¿Carlos me echas una mano?.
-Desde luego hombre faltaría más.
En diez minutos la mesa estaba montada y las chicas habían puesto las tortillas, las ensaladillas, langostinos cocidos, mejillones, fruta y bebidas. Los cuatro se sentaron a comer en la diminuta mesa plegable, tan diminuta que estaban casi cara a cara y no podían evitar rozarse las rodillas o pies bajo ella. Ellas frente a ellas y ellos frente a ellos.
-Habríais flipado con la cueva mira que sois tontos, dijo Raquel.
-Eso seguro, jaja, le respondió Marta con un gesto de complicidad que Raquel captó enseguida provocando en ella una risa cómplice que hizo que sus pechos botaran ligeramente arriba y abajo para deleite de los chicos que no podían evitar mirar de reojo tanto a las tetas de una como de la otra. Tampoco Marta era ajena a los pectorales, brazos y espalda de Juan que miraba disimuladamente.
La comida transcurrió durante hora y pico entre risas y conversaciones variadas en las que se fueron conociendo mejor cayéndose cada vez mejor los unos a los otros.
Tras la misma se tumbaron a la sombra en las esterillas quedando las chicas en medio y ellos a los extremos.
-Marta me tienes que enseñar tus fotos, ¿te importa Carlos?, dijo Raquel incorporando el torso.
-Para nada, espera que las tengo ya pasadas a la tableta. Dicho eso Carlos fue a la tienda de campaña donde había dejado su mochila y tras sacar la tableta volvió a su esterilla. Buscó la carpeta donde estaban las fotos, puso a toda pantalla la primera y se la pasó a Raquel.
-¡Ostras qué fotón!, dijo ella porque realmente la foto era espectacular. Marta tumbada en la proa de la lancha con la espalda arqueada, el vientre tenso, las tetas estiradas hacia el cuello, los brazos hacia atrás, una pierna estirada y la otra flexionada.
-A ver, dijo Juan…¡la leche que…!, que…que preciosa foto.
-Jajajajaaj…Raquel no paraba de reir…¡ibas a decir otra cosa!, jaja.
-A ver es que sorprende mucho en esa foto, es normal lo siento.
-Para nada dijo Carlos, me halaga que os guste.
-Pues a mí ni os cuento dijo Marta mirando también muy atenta cómo habían salido las fotos.
Y así fueron pasando foto tras foto.
-¡Joder!, se le escapó a Juan al ver una foto en la que Marta no llevaba sujetador. Perdón no lo esperaba.
Raquel lo miró como con algo de desagrado pero enseguida se le pasó porque la realidad es que las tetas de Marta eran para comérselas. Grandes sin serlo demasiado, redondas, firmes…muy buenas tetas había que reconocerlo.
Una vez las vieron tanto Juan como Raquel se deshacían en halagos lo mismo que Juan.
-Joder Carlos eres un máquina con la cámara, menudos fotones haces, dijo Juan…gracias hombre pero con ésta modelo es fácil, respondió Carlos.
-Que guarra eres Marta estás increíble en todas, le dijo Raquel…yo quiero jajaja.
-Raquel chiquilla que es la cámara y el fotógrafo, tú quedarías mejor incluso. Eres más alta, tienes el pecho grande casi como el mío pero al ser más alta se nota menos…estás más compensada.
-Oye que si quieres una sesión te la hago ahora mismo por mí sin problemas, dijo Carlos mirando a Juan y a Raquel esperando una aprobación.
-¿Y a mí por qué me miráis si Raquel es muy libre de hacer lo que quiera?, dijo él.
-Bueno voy a por la cámara y mientras…¿has traído otro biquini?.
-Si claro varios, vamos a la tienda y te los enseño.
Los dos entraron y se pusieron a buscar él la cámara y ella entre los biquinis que tenía.
-¡Ups!, perdón dijo él tras rozarle el culo con la mano…es que es tan estrecho esto…
-No si apenas me has rozado dijo ella aunque el simple roce la hizo sobresaltarse. ¿Éste rojo burdeos?...no, demasiada copa dijo Carlos, alguno más pequeño, mediano mejor.
-¿Éste?, dijo ella colocándose un biquini negro sobre el que llevaba…genial qué diferencia, ese te quedará de fábula dijo Carlos.
-Vale pues me cambio cuando salgas…te espero fuera dijo él.
Ver a Raquel salir de la tienda vestida con aquel bikini negro formado por dos triángulos anudados a la nuca y espalda y un tanga brasileño también triangular por delante y medio por detrás que cubría solo la parte superior de las nalgas, fue todo un espectáculo hasta para Marta que se quedó flipando.
Caminaba de forma muy natural pero aún así era un gustazo para la vista de cualquiera (hombre o mujer) ver como se movía su cuerpo andar. Cómo sus pechos cobraban una forma u otra según adelantaba una u otra pierna, cómo sus muslos pasaban de la tensión al relax o cómo su culo y caderas se mecían como una barca. Ni Juan recordaba haberla visto nunca así y eso que la había visto de todas las formas posibles.
-Bueno pues colócate tumbada boca arriba en aquella piedra que empezamos…clik…flexiona la pierna…click…túmbate boca abajo…ahora levanta algo el culo…gracias…click…mira el objetivo ahora…click…vale ahora baja de la piedra y estando de pié con los pies separados inclínate hacía mi, coloca tus manos en las caderas y mira a cámara con la coba entreabierta…clik…perfecta. En esa postura el pecho de Raquel quedaba muy adelantado y bajado permitiendo unas vistas de sus tetas increíbles ya que casi se salían del sujetador…a ver túmbate en la arena boca abajo, apoya la barbilla en una mano y flexiona un pie acercándolo al trasero…fenomenal, click.
-Mejor los dejamos solos, ¿no?, dijo Marta.
-Pues si ya veremos las fotos aunque viendo cómo trabaja tu chico serán tan geniales como las tuyas. Oye perdona que dijera lo de joder al verte…bueno al verte sin la parte de arriba.
-¡Pero qué dices!, jaja. No tiene importancia Juan solo te salió y bueno, es un halago.
-De cualquier forma mis disculpas suelo tener más control sobre lo que digo.
Pasadas un par de horas volvieron Raquel y Carlos entre risas, empujones de ella y comentando que si en tal postura esto que si en tal otra aquello…
El resto de la tarde lo pasaron entre chapuzones y alguna siesta. Sobre las nueve de la noche el sol ya andaba bajo y a eso de las y media cenaron entre bromas y risas.
-¿Bueno pues qué os parece si colocamos las esterillas en cruz sobre la arena, pongo el foco naranja de la lancha para iluminarnos sin molestarnos, algo de música y charlamos antes de dormir?.
-Por mi genial suelo dormir tarde, dijo Carlos.
-Si si, hagamos eso , ¿verdad Marta? dijo Raquel con el entusiasmo que siempre le caracterizaba. Preparad vosotros las bebidas, me pido mojitos.
-Vale pongamos las esterillas en cruz y nos tumbamos mirándonos que si no es un poco rollo. Y así lo hicieron, en cinco minutos ya estaban tumbados mirándose unos a otros, charlando y bebiendo.
Del equipo de sonido de la lancha llegaba una canción: …let's get out of this town, baby we're on fire…everyone around here wants to be going down, down…que las chicas empezaron a cantar: “salgamos de esta ciudad nena, estamos en llamas…todos aquí parecen ir hacia abajo, abajo, abajo…”
-Lana del Rey, hace años que no la escuchaba, ¿recuerdas Raquel?.
-Claro si yo tendría como 19 años o 20 o por ahí, ¿no?...mis primeros rolletes, ¡qué tiempos!, dijo ella como si cuatro o cinco años fuesen una eternidad.
-Pues hablando de primeros rolletes podemos jugar a verdad o mentira dijo Marta.
-Va venga chicos si, es muy divertido dijo Raquel sentándose en la esterilla con las piernas en postura como de yoga.
-Por mi vale dijo Juan.
-¡Qué remedio, chicas mandan!, se unió Carlos.
-Vale el juego es así. Yo cojo cuatro cerillas pero corto por la mitad tres y el que saque la más larga pregunta al que quiera y lo que quiera, voy a por ellas.
-Pues ya de paso tráete la tableta que no hemos visto tus fotos, dijo Marta.
-Es que me da cosa…
-Tráela mujer si ya te estamos viendo en bikini en 3D, dijo Juan dándole una palmadita en el trasero.
Ella desapareció volviendo a los dos minutos con cerillas y la tableta que dio a Juan que como tenía a su lado a Marta podían ver las fotos los dos a la vez.
Fueron pasando fotos y eran espectaculares, de revista de moda de baño.
-¡JooooDER! se le volvió a escapar a Juan al ver la primera de las fotos con su chica sin la parte de arriba algo que no esperaba.
-¡Ostras Raquel que tetas tienes!, y decías de las mías, ¡JA!.
A Raquel la cosa parecía no hacerle ni pizca de gracia porque no habían hablado para nada de que ella se quitase la parte de arriba. Pero así lo hizo porque se sintió tan cómoda con Carlos que fue ella misma la que le dijo a él sí podía quitarse esa pieza. Vamos un fotógrafo que cobraba 600 libras por sesión no era cuestión de desperdiciarlo porque eso te pasa una vez en la vida, pensó ella cuando se quitó la parte de arriba.
-A ver Juan, dijo Carlos, tu chica tiene un cuerpo escultural y debes verlo como eso, como unas fotografías muy bellas y nada más. La fotografía es una de las bellas artes.
-No pero si no estoy enfadado en absoluto, solo estoy…gratamente sorprendido, dijo sonriendo a Raquel.
-¡Bufff! gracias no sabía cómo os lo tomaríais, dijo ya más tranquila. A ver que empezamos el juego recordad las reglas: quien saque la cerilla más larga le pregunta el resto lo que desee y no vale mentir pero se puede decir “paso”, ¿vale?.
-Si claro empiezo yo dijo Juan…¡corta!, me libro.
-Vale a ver yo, dijo Carlos…larga, ¡cachis la mar!.
-Venga pues empiezo a preguntar yo, dijo Raquel…a ver…¿con cuantas chicas te has acostado?, dijo mientras miraba con complicidad a Marta.
-46, siguiente, dijo Carlos con seguridad. Las chicas se miraron entre ellas con asombro y no menos asombrado estaba Juan, 46 tías y seguro que casi todas modelos, menuda suerte.
-¡Joder 46 ya te vale!, jaja dijo Marta cogiendo cerillas nuevas…¡larga leches!. Va preguntad.
-Vale voy yo, dijo Carlos…¿has tenido relaciones lésbicas?.
-Si, siguiente, dijo con total seguridad en si misma.
La siguiente cerilla más larga fue para Raquel y la pregunta de Carlos la dejó dudando.
-¿Alguna vez has sido infiel?.
-…Si pero lo matizo. Tenía 19 años, llevaba una semana con un chico y vale si, tuve sexo con otro. Pero vamos eso infidelidad infidelidad no es, creo. Dijo muy segura de que no lo había sido aunque la verdad es que entonces si se sintió infiel.
-Ya yo tampoco lo veo infidelidad dijo Marta. Además con ese chico solo estuviste tres semanas, lo estabas probando no erais una pareja como de años y eso. Marta lo dijo por echarle un capote a Raquel pero en la mente de Juan se formaban otras ideas e imágenes. Vamos que lo primero que le vino a la cabeza era Raquel con 19 años follando en los baños de alguna disco con algún chaval.
-A ver todas las preguntas están siendo muy sexuales, dijo Juan, ¿no podríamos cambiar las preguntas a positivo como por ejemplo qué te gustaría hacer o qué desearías ser o cosas así?, dijo Juan para cambiar el rumbo de las cosas. Es que ya hemos bebido algo y a lo mejor decimos cosas que callaríamos estando completamente sobrios.
De repente Raquel decidió tomar la iniciativa y se las apañó para que, haciendo trampas, a Juan le tocara la más larga. También le susurró algo a Marta al oído y ofreció las cerillas a Juan para que sacara una.
-Larga, joder que mala suerte estoy teniendo. Va venga, disparad dijo Juan.
-Veamos, dijo Marta sabiendo exactamente lo que se decía porque ya lo había hablado con Raquel, ¿cuál es tu deseo erótico?. Ojo no fantasías porque esas normalmente no las hacemos, digo deseo, algo que quieras hacer.
Juan se quedó mirando a Marta y Carlos y finalmente a Raquel que le miraba expectante.
-Vale os parecerá absurdo pero me gustaría ver como otro hombre se folla a Raquel.
Se hizo un silencio que se podía cortar con un cuchillo e inesperadamente fue Raquel la que respondió.
-Vale cuando quieras no es problema si con eso seguimos como hasta ahora, dijo dejando completamente sorprendido a Juan. Venga toma tú las cerillas Carlos, seguimos, dijo como sin dar importancia a la cosa.
Los siguientes deseos fueron intrascendentes hasta que le llegó la pregunta a Carlos de qué desearía hacer sexualmente hablando. Marta le susurró algo al oído que le dejó pasmado…¿en serio?, le dijo…aja, tú di eso.
-Esto…bueno a ver como lo digo sin ofender a nadie…me gustaría follarme a Raquel.
-Ya claro, le respondió él algo desafiante mientras Raquel, Marta y Carlos permanecían expectantes.
-No no, entiéndeme a cualquier hombre le gustaría follar con Marta o Raquel, las dos están tremendas y creo que a ti si te preguntasen también dirías “follarme a Marta” o no porque eres más conservador o educado. Pero sí la pregunta es esa si, me gustaría hacerlo con ella y perdona si te ofendo Juan. De todas formas pasamos a la siguiente pregunta y aquí no ha pasado nada.
Juan tardó en contestar. Miró a Marta y no vio extrañeza ni intranquilidad o desaprobación, parecía que lo esperase. Pero lo que más le desconcertó fue no ver miedo ni rechazo en Raquel, solo le miraba esperando su respuesta.
Juan pensó durante un minuto eterno mientras miraba alternativamente a unos y otros, a Carlos más fijamente.
-Vale pero con preservativo y si noto el más mínimo gesto de que ella quiera parar dejas de follarla, son mis condiciones.
-Por mi perfecto dijo Carlos mirando a Raquel que le mantuvo la mirada para después bajarla al suelo.
Finalmente ella ni respondió y los dejó a los tres perplejos porque se levantó cogiendo su esterilla, se apartó unos 10 metros, se quitó la parte de arriba del bikini, se tumbó, elevó las caderas para sacarse el tanga, abrió sus piernas y las flexionó ya completamente desnuda. Después esperó a Carlos mirando las estrellas del cielo.
Por su parte Marta y Juan cogieron un par de sillas y se sentaron a apenas cuatro metros de Raquel (bastante más cerca de lo que ella hubiera deseado) que permanecía tumbada boca arriba esperando a Carlos mientras miraba las estrellas nerviosa y tensa.
Solo el hecho de verla desnuda, sudorosa y tumbada con las piernas abiertas y flexionadas con el cuerpo rojizo por la luz de la lancha ya le provocó a Juan una erección considerable. Carlos se dirigió hacia ella quitándose el bañador mostrando también su pene erecto.
-¡Eh!, antes ve a por un preservativo, dijo Juan un tanto autoritario. Desde luego a Carlos no le gustaba ese tono pero entre que estaba loco por follarse a Raquel y que Juan si quería lo podía tumbar de un guantazo se dirigió a por un preservativo sin más.
Raquel le vio irse a la tienda, salir y acercarse. Hasta que llegó estuvo frotando con cuatro dedos su vulva para humedecerse y facilitar la penetración sin mirar en ningún momento hacia donde estaban Juan y Marta que observaban cómo se frotaba la vulva. Con todo cuando Carlos se tumbó sobre ella y puso su glande contra la entrada de su vagina a ella le dolió la penetración…¡Ahhhh!...cuidado por favor, despacio, dijo Raquel mientras se incorporaba un poco, cogía el pene de él con una mano, abría sus labios vaginales con la otra y se penetraba ella misma.
-¡Oufffff!...ya…le dijo mientras se volvía a tumbar y ponía sus manos sobre la arena a sus costados. Poco a poco comenzaron a follar ante las miradas de Juan y Marta y la verdad que lo hacían bastante bien. A las penetraciones de él respondía ella moviendo las caderas para adaptarse a él.
-¡Buf!, que belleza ver a Raquel follar, ¿eh?, dijo Marta embobada mirando a su chico follársela.
-Si, es increíble verla desde aquí tan hermosa a la luz de la lancha, parece una diosa. Pero no te equivoques, no está follando sino que se deja follar. La conozco y sé que se está dejando hacer. ¿Tú qué piensas, estás celosa?.
-No para nada, mi relación con Carlos es muy abierta y tanto él como yo lo hacemos con otros y ni lo comentamos. Si acaso me preocupa que pueda lastimarla a ella emocionalmente, es mi mejor amiga desde hace años.
Y ambos continuaron viendo como follaban Raquel y Carlos sin que Juan reparase en el pedazo de mujer que tenía al lado ni Marta en él, simplemente la pareja ocupaba toda su atención.
Carlos empezó a acelerar sus caderazos y se oía perfectamente como chocaban el pubis de él y de ella. Intentó besarla pero ella apartó la cara.
-Besos no por favor solo fóllame, le dijo Raquel que ya comenzaba a sentir las sensaciones que su vagina mandaba a su cerebro. Carlos optó por pasar a besar y amasar sus pechos que se comía con hambre hasta hacerla un daño que ella aceptaba, con deseo irrefrenable entre los gemidos de ella que ya apenas podía controlarse.
Entre tanto Raquel pasó a abrazarle por la espalda con los brazos y a apretar con sus muslos las caderas de Carlos para controlar mejor su fuerza y la cadencia de las penetraciones. Ah…ah…mmmm…sigue…mmm…decía ella mirando al lado contrario a donde estaban sentados Juan y Marta mirando embobados como ella aceleraba también los movimientos de sus caderas buscando el orgasmo que se había prometido no tener. Mmmm…oh…oh…mmm…gemía mientras sus muslos apretaban las caderas de Carlos que no paraba de comerle las tetas o morderle los pezones sacándole algún que otro gritito de dolor aunque ella le dejaba continuar.
Raquel pasó a morderle un hombro mientras subía su pubis y dejaba de apretar la cadera de él con sus muslos, así las penetraciones eran totales y controladas solo por Carlos…ah…ah…ah…mmm…gemía mientras su cuerpo era penetrado cada vez más violentamente por él.
-Pues me parece que ahora ella también folla, le comentó Marta a Juan embobada por la fuerza con la pasión y conocimiento con la que Raquel follaba, desde luego era mejor que ella…si eso parece le respondió él sin quitarla vista de la pareja.
-¡Oh…oh…la puta que me corro! dijo Carlos mientras se corría entre gritos y espasmos que casi llegan a hacer que ella le siguiese porque estaba a nada de hacerlo, pero se quedó a medias.
-¿Ya?, dijo Raquel desilusionada cuando Carlos se cayó extenuado sobre ella aplastándole las tetas que le salían por los lados.
-Bufffff…buffff…lo….lo siento chica, es que eres la ostia, dijo Carlos disculpándose y sacando su pene de sus entrañas.
Juan dejó que Carlos se levantara y se dirigió a ocupar el espacio dejado libre entre los muslos de Raquel encontrándose su vagina completamente abierta.
Raquel le acogió con ganas abrazándole con las piernas y los brazos y dándole un muerdo interminable mientras sentía como su pene la penetraba y removía sus tripas por dentro y le llegaba al cérvix provocándole un grito de dolor…¡AH!...cu…cuidado cariño……mmmmm…¡oh Dios, me matas cabrón!...me…me he portado, ¿eh?, le susurró ella al oído muy próxima al orgasmo.
-Como una campeona Raquel, como una campeona, dijo él sintiendo ya los primeros espasmos de ella que anunciaban su primer orgasmo tras solo cinco minutos de estar follando…ah…ah…ah…¡Oh Diosssssss, oh Dios!. El pene de Juan aparecía y desaparecía por su vagina con movimientos lentos pero que a ella le hacían sentir mayor placer que con Carlos al ser algo más largo y grueso, sobre todo le excitaba más por ser más grueso aunque los golpes del glande en su cérvix a parte de dolor también le daban placer.
Tras solo siete u ocho minutos Raquel se corrió como un volcán mientras clavaba sus uñas en la espalda de Juan. Él paró dejando que se recuperara un poco sin sacar el pene y apoyándose en sus largos brazos observó en la cara de ella los resultados del orgasmo. Miraba sin ver…abría su boca a tope buscando aire…estaba preciosa.
Mientras Carlos se sentaba junto a Marta. ¡Bufff!, demonios con la chica no le he durado ni quince minutos…dijo con cierta decepción, ¿estás bien Marta?.
-Si claro pero cachonda como una perra, no tenía ni idea de que esto del porno en directo pusiera tanto, jaja…anda ven a la tienda y dejémoslos solos que me tienes que hacer un favor, dijo sonriéndole y agarrándole de la mano.
Entre tanto Juan comenzó a follarla de nuevo esta vez ya a caderazos más fuertes y seguidos. Los dos estaban encharcados en sudor y de nuevo ella comenzó a sentir que le llegaba otro orgasmo ya que si no se dejaba de estimularla Raquel se corría una y otra vez. Los primeros espasmos empezaron justo con los de Juan al eyacular dentro de ella.
-¡Oh Dios!...si…si…córrete como una perra…oh…oh…ooooh…¡la puta qué bueno! exclamo Juan mientras sacaba el pene, le golpeaba el clítoris con él varias veces haciéndola chillar y se lo volvía a meter de un golpe para que ella se corriera.
-¡UOH!..gritó ella corriéndose por segunda vez entre temblores y espasmos infinitos. El más intenso la hizo arquear la espalda con tal fuerza que Juan cayó a su lado mientras ella se giraba, se ponía en postura fetal, se apretaba el vientre con los antebrazos y seguía temblando.
Juan se tumbó a su lado esperando a que se recuperase sin molestarla, sabía que en esos momentos había que dejarla sola, ni tocarla siquiera. Tras un par de minutos y ya algo más repuesta ella también se tumbó mirando al cielo cogiendo la mano de él ya solos respirando agitadamente aún.
-¿Sabes Juan?, nunca creí que lo haría y ha sido…ha sido…buffff…cielo te juro que lo he pasado fatal pero como Carlos no me ponía me he ido relajando y…y…bueno lo he hecho, jaja.
-Y estás feliz, ¿no?. No te sientes culpable ni sucia ni puta ni nada de esas cosas que temías, ¿verdad?.
- Pues la verdad es que no y creo saber por qué. Porque me he dejado ser yo la que decidiera libremente y abrirme a otro tipo de experiencias. Digamos que por un momento me he dado permiso a mí misma y como sabía que lo deseabas tampoco he sentido que hiciese algo que pudiera dañarte a ti. Bueno y tú qué tal, ¿has disfrutado?.
-Bueno tú sabrás si me he corrido dentro tuya o no, tienes mi semen entre tus muslos, jaja.
-¡Ostras!, dijo ella que ni se había dado cuenta de la cantidad de semen que le salía por la vagina.
Lo que me ha impresionado mucho es la belleza de tu cuerpo cuando follas Raquel. La belleza de tus piernas, la de tu vientre subiendo o bajando según el pene entra o sale, la de tus tetas haciendo círculos cuando tu cuerpo es empujado atrás y adelante, la de tu cara vista de perfil apretando la nuca contra el suelo mientras tomas aire por la boca abierta a tope…he flipado contigo la verdad.
Y de haber estado solo me la habría pelado hasta correrme dos o tres veces. Lo que me he perdido es ver cómo te corres bajo el cuerpo de otro pero eso puedo verlo cuando quiera en casa. Te tumbas en la cama, te masturbas y así veo los espasmos de tu cuerpo, el temblor de tus muslos…¿mola?, dijo con un guiño.
-Si claro, en eso estaba yo pensando, ¡JA!. ¿Sabes?, yo creo que lo tuyo es más voyerismo que otra cosa. Y también sabes que jamás me masturbo delante de ti puerco.
-Pues lo del voyerismo puede ser, reconozco que me gusta verte tomar el sol desnuda cuando venimos solos, andar por casa en bragas, salir del agua del mar toda brillante por el agua en tu piel…ver como follas me ha gustado mucho más de lo que pensaba Raquel, esto ha sido mucho más de lo que imaginaba y no se me borrará de la cabeza mientras viva.
Tras unos minutos tumbada mirando las estrellas pensativa Raquel le dijo:
-Juan, ¿sabes qué?.
-No, ¿qué?, le dijo él ladeando la cabeza para poder mirarla.
-¡Que te quiero un montón cabrónnnnn!, le dijo con una sonrisa mientras le pellizcaba una mejilla.
-Y yo a ti muslazos, le dijo dándole un bocado en una teta.
-¡AH!, serás capullo. ¡Me maltratas! jaja.
CONTINUARÁ…o no, ¿quién sabe?.