Fantasias de una jefa 2

Nuestra jefa sueña con situaciones calidas

Estaba repasando los últimos datos, estaba sola en mi oficina, cuando de repente, Ángel entró furioso por la puerta.

-¿¡que le ocurre!? – pregunté con autoridad.

-¿¡que me ocurre!? ¡¿Cree que verla así como la puta que es usted es motivo para despedirme?! – decía Ángel furioso.

Iba a responderle con fuerza, pero el me dio una cachetada que me tiró al suelo, me dolió, sentí miedo, el estaba furioso, siento como su poderosa mano me agarra del moño y me levanta, con su otra mano, me arranca mi traje de jefa, mostrando mi ropa de encaje.

-mírate ¿Por qué vas vestida así? Yo lo se, deseas que te jodan como la puta que eres, muy bien, voy a cumplir tus deseos.

Aún jalándome del cabello, el se sentó en mi sofá.

-vaya, así que este es el sofá del poder, que cómodo es.

Estirándome del pelo me dirigió la boca hasta su paquete, se bajó la cremallera y se la sacó.

Era enorme, sentí una mezcla de miedo y excitación, excitada por que me tocaran por fin, pero… era demasiado grande, me haría daño.

-¡traga puta! – me ordenó.

Apenas cabía en mi boca, me agarraba la cabeza imponiendo su ritmo, el calor de su carne llenándome la boca, siento en mi lengua cada vena de su virilidad, me estoy mojando, cielos, me excito mientras me fuerzan.

-así, así, ¿conseguiste este puesto poniéndote bajo la mesa de tus jefes? ¿Eh? No me extraña que llegases lejos, la chupas de miedo.

Movía mi cabeza con cada vez más violencia, hasta que se descargó dentro de mi boca, siento el sabor del semen recorriendo toda mi boca, obligándome a tragar, en la corrida se relaja, quisiera que me follase, pero no así, soy una mujer que controla su vida, me libero y agarro el teléfono para golpearle.

-¡malnacido! – le grité al golpearle.

Le dolió, pero no lo noqueó, al contrario, se puso más furioso aún, me golpea en el estomago dejándome medio grogui, siento como me arranca el resto de la ropa dejándome con el encaje, me saca una de las medias y me ata las manos a la espalda con ella.

-si, estas pidiendo que te follen con estas ropas, no te preocupes jefa, ahora te sirvo.

Me saca los pechos de los sujetadores de mi encaje y los chupa con ganas mientras su mano se mete dentro de mis bragas, chupa y toca con habilidad, sus dedos recorriendo mi cálido interior y su lengua lamiendo mis sensibles pechos me vuelven loca, pero no puedo ceder a el, no puedo, no esta bien.

Intento darle una patada, pero el la esquiva, me agarra la cabeza y la estrella sobre mi mesa, me mira a los ojos y me dice.

-vamos a hacerlo así, o yo soy el jefe o te haré daño, mucho daño.

Decido dejarme hacer, ahora soy suya, abro mis piernas y oigo como baja su cremallera, siento que se acerca, que se acerca

Con dificultad entra en mí, me bombea mientras acaricia mis pechos que bailan impulsados por las potentes embestidas de Ángel, me dejo hacer, me dejo tomar por la fuerza y me encanta.

Oigo como jadea mientras me bombea, oigo como me dice que mi coñito era muy estrecho y que debía dedicarme a ser una puta de lujo porque le estaba dando mucho gusto.

Esas palabras me humillaban más que la violación y también me excitaban.

Sus envestidas son cada vez más violentas y fuertes, se que se va a correr y se que lo hará dentro.

Y fue así.

Siento como me penetra profundamente, como algo cálido invade mi intimidad me susurra al oído que lo lamenta por el hijo que voy a tener, porque será el hijo de una puta.

Lentamente se separa de mí y contempla su obra, su semen sale de mi vagina lentamente, lo noto saliendo de mi y resbalar por mi ano.

-¿lloras? Te voy a dar un buen motivo para que llores – decía aún furioso.

Me voltea y me arranca las bragas y las pone en mi boca, luego saca la otra media y me la pone en el cuello ¡me va a estrangular!

-Si intentas escaparte, apretaré ese precioso cuello – me decía con crueldad.

Su miembro se acerca a mí, separando mis nalgas, no quiero que me haga eso, pero no puedo hablar, aunque hablase, se reiría, me penetra con fuerza, rompiéndome el culo, siento como me bombea con ganas, siento como me ahoga a veces, siento algo intenso.

La mujer más importante de la empresa tratada como una puta, no, peor que una puta y empezaba a no importarme, me llega el orgasmo, me abandono a el.

No puedo evitar gritar y temblar de placer, abro los ojos, estaba sola, con mis ropas enteras y debajo, mi vestido de encaje, tenia mis piernas descalzadas sobre mi mesa, mi pie izquierdo colgaban mis bragas de encaje y mi mano, toda mojada de mis jugos y mis pechos al descubierto.

Si me hubiera visto alguien, pero imaginarme la situación, no pude evitar excitarme, no me gustaría por nada del mundo que me pasara, pero era una fantasía.

Con el.

En casa, discutí con mi hija sobre el video, ella seguía en sus cabales ¡empiezo a odiarla!

En el trabajo, Ángel me pidió hablar conmigo, en privado.

No lo exteriorizo, pero me excitaba, los dos solos, otra vez tengo puesta la ropa de encaje.

Nos sentamos y el me dijo que lo lamentaba, que no quería ver ese video y que no lo despidiera, que apenas había trabajo, que tenia que pagar la hipoteca, casi me lo pedía de rodillas.

Me daba pena, pero me daba morbo, le toqueteo dulcemente la mano diciendo que no se preocupe, que sabia quien era el responsable (ya lo creo que lo sabia).

El se tranquilizó pero antes de abandonar mi despacho le digo.

-fuera del trabajo, tendrá conmigo la relación que quiera, aquí, usted es un empleado y yo la jefa ¿ha entendido? – dije fríamente.

El dijo que si nerviosamente, de espaldas a el sonrió y me siento en mi mesa cuando el se va y cierro las persianas.

Me lo imagino, de rodillas, suplicando que no le despidiera.

Yo le digo que le daré una oportunidad, pero tiro un informe y le exijo que lo recoja.

El obedece metiéndose bajo la mesa, en ese momento me acomodo y abro mis piernas, mostrándole mis bragas en todo su esplendor.

El tarda en entregar el informe y le digo que estoy decepcionada, el suplica otra oportunidad y yo le digo que ha de limpiar un agujero, me levanto la falda y cojo su cabeza y la dirijo entre mis piernas y le ordeno que limpie.

El retira mis bragas de encaje lentamente, siento como recorren mis piernas abandonándolas, en ese momento, la lengua de mi subalterno recorre el exterior de mi concha, suave, dulce.

-así, así, te estas ganando el sueldo – diría.

Ahora su lengua entra en mi interior, recorriendo mi cálida intimidad mmmm que bien lo hacia, se notaba que no era su primer coño, tenia mucha experiencia.

Acaricio sus cabellos dulcemente a medida que el orgasmo me llegaba.

Pero el sonido de la puerta abriéndose me devuelve al mundo real.

-¡LLAME ANTES DE ENTRAR! – gritaba furiosa mientras me componía como podía.

El hombre tembló y dejó el informe, antes de irse, dijo en voz baja para si.

-necesitas un polvo malfollada.

No me enfado por esas palabras, a lo mejor tenia razón.