Fantasías de Luna y Lobo (1)

Dos relatos basados en fantasías mutuas...hechas realidad.

BUENOS DIAS…

(LUNA)

Me  encantaría entrar  en tu habitación por la mañana…

Estás profundamente dormido, me desnudo y me cuelo en tu cama. Puedo sentir el calor de tu cuerpo y me arrimo a ti.

Noto como tu pene empieza a  ponerse erecto.

Claro, estoy tan cerca  q roza con mi vulva, así que me arrimo aun mas, me excita nota como se endurece y me presiona...

Estoy muy excitada y gimo. Entonces abres los ojos, pero no te dejo decir nada, introduzco mi lengua en tu boca y me pongo encima de ti.

Tu pene me penetra con facilidad, solo y sin ayuda, esta tan duro....me llena y me da tanto placer que suelto un gemido sin apartar mi boca de la tuya.

Empiezo a moverme lentamente y tú acaricias mis pezones. Juego apretando mis músculos vaginales en tu pene y eso te hace gemir. Tú me agarras de las nalgas y yo me muevo más y mas deprisa....nos corremos los 2 a  la vez, gimiendo de placer, y caigo sobre tu pecho, extasiada.

Tras  unos segundos  te  miro a  los  ojos,  sonrió y te digo:

"Buenos días"

(LOBO)

Ahora me toca dártelos a mí.

Te echo a mi lado en la cama, me reclino  hacia  ti  y  pongo mi mano sobre tu pubis, paso mi mano por tu rajita empapada con mi semen, meto la mano separándote ampliamente tus labios y reparto todo

el liquido desde tu clítoris hasta tu ano.

Mi mano completamente abierta te lo cubre entero y se mueve arriba y abajo, frotándote y calentando más aún, parece que vaya a salir fuego de tu vulva roja, hermosa, tengo que apaciguar un poco ese ardor y meto mi lengua entre tus labios que calientan más mi  lengua del  ardor que emana de dentro.

Tengo que meter mi lengua por ese  agujerito  y  degusto  el  placer  del  primer  polvo  que me has dado esta mañana.

Saco  la  lengua  y subo a tu clítoris para jugar con él. Meto dos deditos dentro de tu  vulva,  con la

palma de la mano hacia arriba y los muevo dentro buscando tu orgasmo.

Chupo tu clítoris  y  lo meto dentro de mi boca, lo absorbo a tragos grandes y pequeños, te

agarras fuertemente a los barrotes de la cama y empiezas a gritar.

Mis dos dedos se mueven dentro de tu vulva casi salen enteros y entran hasta el fondo,

coloco las yemas del índice y el meñique en tu esfínter y lo presiono ligeramente.

Hecho la saliva que tengo en la  boca sobre los dedeos  y masajeo el esfínter por fuera mientras muevo mis deditos dentro de tu vulva.

Sueltas un  grito de extenuación y cierras las piernas aferrando mis dedos en tu interior para que no se vayan.

Miro las sabanas y están llenas de dulces gotitas de placer que no han dejado de salir. Miro mi verga y está  tiesa, enorme cachondea, con ganas de ti…

Te susurro al oído que aun no te he dado los buenos días y te pido que te pongas a 4 patas, sigues teniendo la vulva húmeda, empapada y preparada para mi saludo formal de hasta  el  fondo.

La  introduzco  en  tu  vulva, sensible y ardiente, mi verga aun duele y  tengo  que moverme  poco

a  poco, sin sacarla del todo, dejando que entre hasta el fondeo y salga hasta las puertas.

Aprieto tus glúteos con mis manos, los masajeo abriéndolos y cerrándolos, dándoles vueltas.

Veo  tu esfínter  apretado disfrutando, hecho saliva sobre él y el reparto con mis dos pulgares.

Mi verga  ya  se ha acostumbrado a tu vulva y empiezo a moverla más fuerte, arrastrando el

glande por toda tu piel, me muevo hacía la derecha y la izquierda para explorarte por todas partes.

Mis  pulgares separan  tu culo y los aprietas. Te penetro con más fuerza, te sacudo de dentro de

fuera, tengo ganas de  correrme, pero el segundo orgasmo me cuesta más.

Gritas, te  agachas sobre la almohada y la muerdes, uno de mis pulgares entra  dentro  de  ti y

siente como abres y cierras el esfínter, y nota como te corres mientras vuelvo a soltar mi semen dentro de ti.

Te tumbas extasiada sobre la cama y te susurro con mi voz grave al oído:

"Buenísimos días".

DULZURA

(LOBO)

Soñaba que llegaba a casa y tú estabas con nuestra niña en el sofá dándole el pecho. Es algo que me encanta, que puedas dar la vida y alimentarla con tu cuerpo. Como alimentas mis sueños por poseerte con tus fotos y tus palabras.

Me acercaba al sofá y te besaba, miraba como mamaba de tu pecho nuestra niña, como lamia esa preciosa montañita.

Yo te hablaba de banalidades mientras te miraba y sonreía de felicidad a tu lado. Te sacabas el otro pecho, sin tapar el primero, y la cambiabas de lado. Momento que aprovechaba yo para mirarlo, momento que aprovechaba para acercar la lengua a la punta de tu pezón y lamía la gota que se había dejado colgando nuestra niña.

Tú me sonreías y yo te preguntaba si no te gustaría tener a tú niño mamando de tú otro pecho. Me decías que sí, pero que preferías tener las manos libres para abrazarme y acariciarme. Te besaba en los labios y me quedaba allí mirándote, mirando tus ojos dulces y apasionados, tus labios rojos y morbosos, tu rostro suave y angelical, tu piel firme y caliente, tus manos tersas y fuertes.

Acabaste de darle el pecho y le ayudaste a eructar con unos golpecitos en la espalda. Llevaste a la cuna a la niña para que durmiera y volviste al sofá a mi lado, con los pechos desnudos deliberadamente.

Te sentaste encima de mí, pude cogerlos con mis manos, los rodeaba por debajo en toda su extensión, con mis manos firmes poniendo los pezones entre mis dedos corazón e índice y acariciándolos, endureciendo un poco más aquella parte de tu cuerpo que de por sí ya estaba excitada. Acerqué primero mi lengua al pecho derecho y lamía tu pezón con dulzura, me encanta mirarlo y ver que me desea, me encanta lamerlo y ver que se endurece, me encanta mordisquearlo y beber mi vida con tu amor.

Después pasé al izquierdo y también lo chupé con pasión, mientras volvía a coger el otro con el índice y el pulgar, lamía tu otro seno, hermoso y dulce, tu precioso seno de mujer, porque eso es lo que eres una mujer, una mujer dulce y una hembra apasionada y el ser madre es un don que muchas otras no pueden tener, pero tú con tu cuerpo de mujer has hecho realidad el milagro de la vida.

Desabrochaste mi pantalón y me pediste que me lo quitara, que querías sentirme dentro de ti ahora, te besé y te acaricié la espalda antes de hacerlo. La piel suave de tú espalda se estremece cuando la recorro con mis manos, cuando mis manos que agarran tu cintura suben por el centro de tu espalda, recorriendo tu columna vertebral. Mientras mi lengua busca dentro de tú boca tus escalofríos y tu pasión.

Me quito los pantalones y tú tus bragas, sigo sin poder ver tu sexo, pero estoy seguro que es precioso como toda tú. Te vuelves a sentar encima de mí, levantando la falda y dejándola a mí alrededor. Bajas la mano, agarras mi falo erecto y lo introduces en tu sexo. Está húmedo, está excitado, me gusta, te gusta lo que te hago. Me apasiona amarte. Me besas en los labios y empiezas a cabalgarme, recorriendo con tu sexo todo mi pene, dejándolo que salga y entre completamente. Te agarro de la cintura y te ayudo a subir y bajar. Al bajar te aprieto hacía abajo, mi falo te atraviesa entera y me muerdes el labio. Eres como mi vampira, tu mirada se vuelve lujuriosa. Tus movimientos mas violentos. Mi yegua salvaje que me cabalgas y me follas hasta conseguir que nos corramos en una unión de dos personas, dos almas y dos cuerpos.

Eres increíble y tengo unas ganas locas de ti. De oírte, de besarte, de amarte.

(LUNA)

La niña está dormida, tranquila y profunda. Yo estoy en la cocina recogiendo unos trastos. Vienes por detrás y me coges por la cintura.

Me besas por el cuello y me vas desnudando, el simple tacto de tus labios en mi cuello me excita.

Me giras hacia ti y me besas, me coges d la mano y me llevas, tú vas en calzoncillos pero se nota tu excitación. Te paras en medio del comedor y me besas, dos gotitas de leche han supurado de mis pezones, las lames con dulzura, besas mis pechos y bajas besando mi

estomago.

Te paras en mi sexo, húmedo y ardiente, deseoso de ti. Lo acaricias con la mano abierta, separando mis labios al pasar uno de tus dedos y tocando mi clítoris. Te levantas y me llevas a la habitación. Me siento en la cama y te pones frente a mí, te acaricio el pene y te

quito lo que te sobra, para poder chuparlo. Deseo tu sexo, lo chupo, lo

lamo y absorbo acariciando tus testículos. Me la quitas de delante y me

tumbas hacia atrás. Te arrodillas y me lames como nunca, con ansia hasta

que me corro en tu boca.

Me colocas bien en la cama, te tumbas sobre mí, besándome y acariciando mi cuerpo con tus manos, estoy a tu merced, sometida a tu cuerpo que me atrapa debajo de ti y me encanta, porque me siento protegida x mi hombre.

Noto como colocas tu pene y lo vas introduciendo lentamente. Moviéndote suavemente, abrazados, besándonos, hasta que nos corremos en ese mar de dulzura, caricias y amor, tan sencillo, tan suave pero intenso.

Y nos quedamos ahí, abrazados, unidos, como si el tiempo no

pasara. Como si solo existiéramos tú y yo.

Ahora desearía estar así, desnuda en la cama y abrazada a ti, disfrutando del calor de tu

cuerpo, de tu fuerte pero tierno cuerpo…