Fantasias de Incesto Vol. 1 (I parte)

Esta colección de títulos pretende recoger una selección de historias eróticas publicadas en foros en idioma original inglés. Son traducciones libres de relatos y publicaciones, unas más largas, otras más cortas, escritas por diversos autores.

Sin título

D

iciéndolo bonito, deseé y al fin conseguí tener relaciones sexuales completas con mi madre cuando tenía 44 años y ella 65. Fué el sexo más satisfactorio e intenso que he experimentado nunca, desde el momento de nuestro primer beso en la mejilla hasta que nuestros labios se juntaron envueltos en pasión. No intercambiamos palabras para nada pues ambos sabíamos que era una relación consensuada. Simplemente nos dimos la mano y fuimos directos escaleras arriba a la habitación. Pensé por un momento que había cambiado de idea cuando se detuvo y me dijo que había que cerrar las ventanas. Ya me parecía que estaba tardando demasiado con las ventanas cuando la oí subir y entrar en la habitación muy excitada. Me dijo que tenía que llamar a mi padre para asegurarse que iba a estar en el trabajo hasta el final del día para no ser molestados. Cerré la puerta y le puso el cerrojo diciéndome “no nos molestarán”. Me tomó de la mano y me preguntó si estaba seguro de lo que íbamos a hacer. Me encontré a mi mismo diciéndole que lo deseaba desde que tenía memoria, a lo que me respondió “lo se, lo sé”. En ese momento la atraje hacia mí y nos dimos el beso más apasionado que pude haber imaginado nunca, sintiendo su lengua en mi boca y sintiéndolo como con ninguna otra mujer anteriormente. Sentí como si fuera una experiencia extracorpórea, su olor, su gusto, sus labios, como si estuvieran hechos para hacer ésto. Esa tarde tuvimos el sexo más increíble y la sensación de entrar en ella, honestamente, es indescriptible. Mi pene es bastante grande en longitud y anchura y cuando se lo estaba dando no paraba de decir “oh, dios”. Fue simplemente maravilloso.  Continuamos con esta relación en secreto durante 10 años y todavía hoy lo hacemos cada vez que tenemos oportunidad. Aunque ya tiene setenta y tantos años, todavía le excita el secreto y la emoción del tabú de la relación. Tengo otra relación aparte de ésta pero nada es comparable al amor y el sexo entre una madre y su hijo.

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Soy un profesional casado con cuatro hijas casadas, educadas y en buena posición. Mi esposa es bonita y la quiero profundamente. Pero mi madre, europea, ha sido física e intelectualmente, el mayor placer de mi vida. Durante más de 20 años hemos sido los mejores amigos y amantes, hasta su prematura muerte en una rápida y rara enfermedad que se la llevó en unos días. Ella ha sido y sigue siendo el amor de mi vida. Aún después de muchos años, añoro su presencia.

Relación con mi madre y con mi hermana durante seis años

Me he divorciado después de un matrimonio de 7 años, sin hijos. Estaba recordando los viejos tiempos y pensé que debía quitarme de mi cabeza todo el asunto del divorcio y dejar de sentirme miserable. Compartiré la historia de mi pasado, como empezó todo y responderé a cualquier pregunta que me hagáis.

Mi madre y yo comenzamos a tener sexo cuando tenía 21 años y lo dejamos cuando me casé con 27. Mi hermana apareció en la ecuación  durante unos 3 años en el medio y desapareció cuando ella también se casó. Mi hermana es 2 años mayor que yo, ahora está felizmente casada y con niños. No hemos tenido relaciones en los últimos 8 años. Mi padre murió cuando éramos los dos pequeños. Mi madre nos crió sola y pienso que hizo un buen trabajo. Como muchas familias monoparentales, somos una familia muy unida. Mi madre nunca se ha vuelto a casar, con intermitencia de novios según le venía en gana. Es una especie de espíritu libre, con gran corazón pero que no ha prestado demasiada atención a lo que se denominan normas sociales o estigmas. Pienso que tanto mi hermana como yo hemos heredado esta cualidad de ella.

Todo comenzó después de mi 21 cumpleaños. Estaba en casa después de mi graduación y pensando en mi futuro. Nuestra casa es un apartamento de tres habitaciones. Entre mi habitación y la de mi madre hay un baño en común. Durante años he podido escuchar a mi madre teniendo sexo con su novio de turno. Podía escucharla suspirar, no es demasiado ruidosa ni nada parecido. Además la puerta siempre la tenía cerrada pero aún así se podía escuchar la actividad tras ella.

Tenía su morbo pero lo cierto es que no le prestaba demasiada atención.

Todo cambió un día. Llevaba más de un año estable con un novio. Cuando fuí al baño escuche los suspiros más altos que lo habitual, lo que me llamó la atención. Su puerta estaba entreabierta. No sabía qué hacer, supuse que de alguna manera se olvidaron de cerrar la puerta o cerraron mal después de usar el baño. Simplemente fuí al baño, hice mis necesidades y volví directo a mi habitación.

Pero después de esa vez, la puerta siempre estaba un poco abierta cuando tenían sexo, lo que era casi a diario. A los 10 días no aguanté más y fui a ver a través de la rendija. La imagen aún retumba en mi cabeza. Mi madre le estaba haciendo una mamada a su novio. Llevaba puesto su camisón pero lo tenía subido por encima de la cintura. Estaba a cuatro patas y su culo desnudo apuntaba en mi dirección. No podía creer lo que estaba viendo en la penumbra. Su suave, redondo e increíble culo. Me quedé petrificado durante unos segundos con aquella visión que estaba ocurriendo delante mío. Después volví al baño y me hice una paja de manera salvaje. Entonces pensé “Dios mío, me he masturbado pensando en mi madre”. Me sentí culpable pero me hice la idea de que me masturbé pensando en el increible culo de una preciosa mujer. Un par de noches después la vi de nuevo, esta vez la estaba follando en esa misma posición. No que decir tiene que lo celebré con otra soberana paja.

Pasado un tiempo estaba seguro que dejaban la puerta abierta a propósito. No lo sabía o no estaba seguro obviamente, cuál era el objeto de ello. Tiempo después supe que mi madre y su novio poco a poco fueron poniendo en práctica la idea de que les viera cuando estaban teniendo sexo. Mi madre parece que le ponía jugar a roles, pues de esa forma su novio le hacía llegar a fantásticos orgasmos cuando la llamaba mami o mamá.

De cualquier forma, después de unas cuantas noches, de nuevo en la puerta viéndoles, su novio la estaba follando en la posición del misionero. Ella aún tenía puesto el camisón. Por mi parte cada vez era más audaz por lo que abrí la puerta un poco más para tener mejor vista. Me bajé el bóxer y comencé a pajearme. Pero después de quizás un par segundos mi madre me miró directamente y nuestras miradas se entrecruzaron. Paré un momento, me miró la entrepierna y volvió a dirigirme la mirada a los ojos. Volví a pajearme otra vez con las miradas fijadas mientras a ella era follada por su novio. Entonces le hizo parar, él se volvió y me miró con una sonrisa. Mi madre me hizo seña con la mano para que entrara en la habitación. Yo estaba entonces como hipnotizado. Me quité el boxer del todo y entre en la habitación con la polla dura como una roca. Mi madre me dijo “ven aquí cariño, está bien”. Fuí y me quedé al lado de la cama. Ella tomó su mano encima de la mía y siguió pajeandome. Grité “Ahh, mamá”. En ese medio tiempo su novio volvió a follarla otra vez, mientras ella seguia pajeándome cada vez más fuerte. No aguanté mucho. Fué una experiencia maravillosa.

Salí de la habitación rápidamente y volví a mi habitación. Alrededor de media hora después me picaron a la puerta. Era mi madre, en camisón, entró en la habitación y se sentó en el borde de la cama para asegurarse de que estaba bien, que no estaba disgustado, asustado o algo parecido.  Le dije que me sentía raro pero que no me había asustado, que de verdad me había gustado. Sonrió y me dijo “Qué se puede esperar del hijo de una madre pervertida”. Ambos nos reímos y me atrajo hacia ella. En algún momento comenzó a besarme la frente, las mejillas, diciendome “no me puedo creer lo guapo que eres” y le respondí “tengo una preciosa madre a la que debo agradecérselo”. Al mismo tiempo le acariciaba la espalda y los muslos mientras ella me repartía besos.

Después de un rato en esa posición me aventuré hacia las zonas prohibidas, acariciándole un pecho a través del camisón. No llevaba sujetador. La sensación era fantástica y tenía la polla como una roca de nuevo. Me dijo entonces algo que me hizo ponérmela más dura si cabía: “Cariño, ¿quieres chupar las tetas de mami?” No dije nada, solo le abrí los botones delanteros de su camisón. Dios mío, sus grandes y redondos pechos estaban delante mio. Comencé a acariciarlos y apretarlos con ambas manos. No tenían la dureza de los de algunos de mis novias pero eran suaves y fantásticos. Le pellizqué los pezones que ya estaban duros, muy duros. Me tomó la cabeza y se la llevó a su pecho. Felizmente obligado comencé a chupar el suave pecho de mamá, alternando uno y otro. Chupaba y mordisqueaba con suavidad los pezones. Ella lo estaba disfrutando a su vez y no paraba de decirme “Si cariño, qué rico, cómo me gusta”. Al cabo de un rato me dijo “Cielo, ¿quieres más?”. Yo estaba en el séptimo cielo y le dije “si por favor”. Entonces me atrajo su cara a la mía y nos besamos. Por un segundo pensé que iba a ser raro, pero no lo fue para nada. Le besé los labios suavemente al principio, estaban húmedos, pero al cabo de un rato el beso se transformó en fiero y apasionado, comiéndonos las bocas y las lenguas.

Paramos después de un rato para tomar aliento. Mamá dijo entonces “Oye cariño, ¿quieres follarme?”. No me creía que me dijese eso y la besé con pasión de nuevo y le contesté “Sí, por favor”. Me dijo algo como “de acuerdo, pero no aquí, vamos a mi habitación”. Entonces casi le grité “Pero mamá, John está ahí”. me giño un ojo y me dijo “Es un pervertido como nosotros, a él le gustará vernos haciéndolo. No me hará nada a menos que tu quieras. Se sentará a vernos y probablemente jugará con su cosita. ¿Te parece bien?”. Tardé unos segundos en reaccionar y le contesté “vale, pero no me gustaría que te tocara”. Me sonrió y me dijo “de acuerdo cariño, vamos”. Nos levantamos y nos dirigimos a su habitación.

Tardamos más de 5 minutos en llegar a su habitación. La empujé contra la pared del pasillo y la besé con pasión. Metí las manos bajo el camisón y le acaricié los muslos hasta encontrarme con sus bragas. en ese momento me dijo “Quitamelas, me las puse solo para darte el placer de quitármelas”. Se las bajé despacio y después volvía besarla a la vez que le acariciaba las nalgas. La imagen de su trasero desnudo volvió a mi cabeza y sentirlas en mis manos era sublime. En un momento dado me dijo “ya, controla, vamos”.

Cuando entramos en la habitación la cara de John no tenía precio. Como si se hubiera enterado en ese momento que Papa Noel no existe. Mamá se quitó el camisón y por primera vez la contemplé  completamente desnuda. Era una visión fantástica. me dijo algo como “¿vas a quedarte ahí parado?”. Entonces se echó en la cama y le vi el sexo en su plenitud por primera vez, era precioso. Pulcramente recortado, cubriendo la parte más íntima pero invitando a la zona prohibida. Como si me leyera la mente, se abrió más de piernas para que pudiera verlo mejor. Solo dije “que bonito mamá” y comencé a besarlo. Entonces comencé a pasarle la lengua entre los labios vaginales. Estaba mojada, increíblemente húmeda. Me dijo entonces “Fóllame ya, deja de provocarme”. Me bajé el boxer y me puse encima de ella, besándola. Le pregunté si debía ponerme un condón pero me contestó que tomaba la píldora. mamá no estaba por la labor de perder más tiempo. Me dijo “Puedes correrte dentro de mami, cielo”. Me tomó el miembro entre las manos y suavemente se lo introdujo en su sexo. Dios, caliente y mojado se sentía increíble. Me comencé a mover y ella me animó a darle fuerte, así que lo hice, y de verdad que la empecé a follar con fuerza. Los dos gemiamos sin vergüenza y sin cortarnos. Podría decir que estuve así durante una hora pero no creo que durara más de 3-4 minutos en correrme.

Fue mi primera vez con mamá. Lo hice despues muchísimas veces. Como dije al principio, mi hermana se unió un par de años después. De cualquier manera, gracias por leerme. Trataré de responder a vuestras preguntas en lo que pueda durante los dos próximos días.

Como he recibido varias preguntas sobre mi hermana, trataré de describir como se vió ella envuelta en nuestra relación. Por lo que sé por experiencia, las relaciones entre madres e hijas suelen ser complicadas. Es obvio que no soy un experto pero esa es mi observación. Y es más complicada cuando tienes a una madre muy bonita y tratas de imitarla, pero al mismo tiempo, tratas de tener tu propia personalidad. Sé que mi hermana quiere a mamá como a nadie en el mundo pero a la vez siempre ha tenido su punto de celos hacia ella.

Como somos de la edad, mi hermana y yo siempre hemos sido buenos amigos. Podía contarme como de insegura se sentía cuando traía un amigo a casa. Muchos de ellos le hacían cumplidos a mi madre o le comentaban lo guapa que era. Y esto la volvía loca. Además siempre pensó que mamá me quería más a mí que a ella.

Después de que comencé a tener sexo con mamá tratamos de llevarlo lo mejor posible siempre que mi hermana estuviera en casa. Pero obviamente no lo debimos hacer muy bien. Se dió cuenta de que había algo raro. Durante uno de sus largos puentes (estaba cursando su Grado en ese tiempo) las cosas se volvieron un poco locas. Un día acabó soltando “Ya sé que siempre has tenido preferencia por él pero últimamente os comportais como si fuerais amantes. Dais asco”. Definitivamente, había visto u oído algo. Un día a mi madre se hartó de su actitud y le soltó “Y qué si somos amantes, ¿tanto te preocupa?¿te sientes excluida?. Mi hermana abandonó la habitación como una exhalación.

Mi madre la siguió y yo me fui a mi habitación. Al cabo de una hora más o menos mi hermana vino a mi habitación. Yo estaba acostado tapado tratando de dormir pero obviamente los acontecimientos de la noche estaban haciéndolo difícil. Tenía los ojos hinchados y se metió en la cama conmigo y me dijo “Eh, pensé que era tu mejor amiga, no sabía cuándo había cambiado eso. Mamá me lo ha dicho todo, no me puedo creer que llevéis dos años montándoslo. Pensé que no teníamos secretos entre nosotros, pero ya veo que estaba equivocada. Me siento como un cero aparte en esta familia. Solo estudio y trabajo. Nadie me quiere o me desea. No soy tan guapa como mamá.” En ese momento se le llenaron los ojos de lágrimas.

La abracé y acariciando su pelo le dije “lo siento, busqué el momento de decírtelo pero no sabía cómo ibas a reaccionar, lo siento. Y para tu información, para mis ojos eres la chica más preciosa.” Se apretó hacia mí y me dijo “¿De verdad piensas lo que dices? Pruébalo.” Sus labios estaban muy cerca de los míos y casi me sentí obligado a besarla. La besé suavemente y dije “Ves, pienso cada palabra que dije”. Me devolvió el beso con una pasión increíble. Mientras la besaba comencé a acariciarle el pecho, primero por encima y después por debajo de la camiseta. Su cuerpo era suave y cálido. Mi mano bajó entonces por debajo de su pantalón corto y entre sus piernas hasta sentir su coño mojado. Fue entonces cuando me dijo “hazme el amor como se lo haces a mamá”.

En un par de minutos nos desnudamos y al momento ya estaba dentro de ella. A diferencia del sexo con mamá que era crudo y salvaje, con ella era tierno y dulce.

A día de hoy, no creo que volvamos a tener relaciones mi hermana y yo, al menos en nuestra actual situación y a menos que cambie la misma drásticamente. Quizás en un universo paralelo de fantasía la seguiría amando y haciéndole el amor mientras. Quizás mi hermana debería contárselo a su marido y este fuera comprensivo y la compartiera conmigo de vez en cuando. Pero como dije, es fantasía y la vida real no es fantasía. Ella tiene un matrimonio muy sano y un par de niños de que merece la pena conservar.

Después de hacerlo normalmente en la misma posición, la gente se aburre y empieza a experimentar. Tomando a mi hermana de ejemplo, es joven y para nada venturosa en materia de sexo. Ella es feliz haciendo siempre lo mismo. En cambio con mi madre he experimentado todas las posiciones que yo creo son posibles. No se los nombres de las mismas, lo siento. Algunas veces hemos hecho sexo anal. Me apetecía probarlo después de escuchar a algunos amigos que me dijeron que era fantástico. Está bien pero no es para tanto. Mamá si que lo disfrutaba así que lo hacíamos de vez en cuando para darle gusto. Lo hicimos en el baño de un cine y en el de un tren. También probamos un poco de sadomaso, pero nada de locuras ni parecido.

Es duro decirlo que al principio fue mucho. Cada día los primeros días y a veces hasta 2-3 veces. Tuvimos que parar porque era imposible mantener ese ritmo. Recordar que yo no siempre estaba en casa, pero cuando estaba lo hacíamos con mucha frecuencia.

Como mencioné, mi hermana y yo no vivíamos bajo el mismo techo que mi mamá, pero nos veíamos en las vacaciones y algunos fines de semana. La verdad que era muy diferente de lo que solía ser.

Al principio cuando me la mamaba no me dejaba correrme en la boca. Tenía fascinación por ello, seguramente del porno que veía y había visto, y quería que se lo tragara, además de limpiarme la polla lamiéndola. Ella lo encontraba un poco grosero. Pero no cejé en el empeño y tras dos años lo conseguí.

No he decidido hasta que nivel quiero compartir los detalles de esta relación. Principalmente porque sería muy largo y sería una novela. Escribir es difícil y escribir bien lleva mucho esfuerzo y tiempo. No quiero ofender a nadie pero no creo que pueda escribir post como otros que he visto aquí, con descripciones nítidas de los hechos. Por ejemplo, he tratado de explicar en cuatro o cinco frases como empecé con mi hermana, cuando en realidad el tema llevó más de dos años. Me gustaría narrar cómo fue cambiando de opinión o como fue predisponiéndose a ello, pero como dije, sería un trabajo extenuante. Si en el futuro tengo algo de tiempo libre quizás haga una historia completa por partes.

Durante estos años he viajado a varios sitios. Creo que en un  periodo de 4 años durante los que estaba con ambas, hice alrededor de 15 viajes con ellas. Algunos viajes cortos y algunas largas vacaciones. Como puedes suponer todo se hace más fácil cuando estás fuera de casa. Siempre reservábamos dos habitaciones que estuvieran juntas a poder ser, aunque en la noche solo usábamos una cama.

No he hablado mucho con mi hermana acerca del pasado, y como he mencionado, ahora está felizmente casada y tiene su propia familia. De vez en cuando hacemos memoria y nos reímos. Pienso que para ambos ese recuerdo ha dejado una profunda huella. Y por supuesto, me imagino que sospecha que me he vuelto a liar con mi madre ahora que me he divorciado. hace unos días estaba ella bromeando y riendo, me dijo “que, ¿ahora vas a darle caña a mamá otra vez? Si lo haces supongo que también me echarás de menos.” Le respondí “por supuesto que lo haré.” Ella me dijo entonces “lo siento hermanito, ese barco hace tiempo que zarpó, no vas a montar a tu pervertida hermana express nunca jamás”. Eso me partió en dos.

Estoy seguro que volveré a tener sexo con mi madre, la pregunta es cuando. La verdad que me tiene muy excitado la idea. Tendría que ser de vez en cuando pues vivimos en ciudades diferentes y no nos vemos tan a menudo.

Si está presente mi hermana en una de estas sesiones sería interesante, pero no se si ella estaría por la labor. Estoy seguro que al menos una pequeña parte de ella todavía echa de menos nuestros encuentros. Y vernos a mami y a mí haciéndolo seguro que haría que esos deseos fueran más fuertes, lo que probablemente no querría.

Le he enviado a mi madre el link del post. No lo ha leído aún pero lo hará. Antes de subirlo le he preguntado y si quería que lo hiciéramos juntos, pero odia estar delante de una pantalla, ni del móvil. Me dijo que tenía mejores cosas que hacer aunque tuviera tiempo para ello. No creo que nunca vaya a plasmar su punto de vista. es una pena pues creo que haría mejor trabajo que yo. A lo mejor después de leer este post cambie de idea.

No tengo preferencia de una relación u otra. Cada una es asombrosa con sus particularidades. En el terreno sexual, mi madre es mucho más experimentada que mi hermana. Me enseñó muchas maneras de satisfacer a una mujer. El sexo con mamá era como dije, salvaje y crudo.  De todas las mujeres con las que me he acostado ella ha sido la más salvaje y apasionada en la cama. El sexo con mi hermana tenía su propio encanto. Para empezar era un poco vulnerable. Ambos teníamos poca experiencia. Fue suave y dulce. A veces te gusta así también. Con mi hermana siempre fue hacer el amor más que follar sin sentido.


Continuará en breve


Esta es la primera entrega de una gran serie, sin fin previsto pues semanalmente tengo previsto publicar nuevos relatos.

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Puedes comunicarte conmigo en mi email llopiswriter@gmail.com

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