Fantasías de alcoba con pareja de Murcia

Conozco a una pareja de Murcia gracias a esta página y consiguen que sea una de las mejores experiencias de mi vida.

Hola, hace mucho que no escribo, pero también porque por desgracia no he tenido ninguna experiencia desde la contada en mi último relato.

Mi nombre es Daniel, y como ya os expliqué es "posiblemente" lo único falso de este relato. Tengo 45 años, soy alto, 67 kilos y moreno. Me considero muy educado y respetuoso, pero también soy muy tímido. Y también debo decir, que adoro a las mujeres, me encantan.

Gracias a esta página, y eso es algo que siempre estaré agradecido, contactaron conmigo una pareja de Murcia diciéndome que se habían excitado mucho con mi anterior relato y que les gustaría leer alguno más.

Dicho esto, y si me lo permitís, me encantaría hacer una mención especial a una autora que tenemos entre nosotros y que os animo a seguir porque os aseguro merece muchísimo la pena. Esa autora es Dolcette, muy grande como autora y alguien super agradable con quien he tenido la suerte de escribirme algunos correos.

Bueno, volviendo al tema, agradeciéndoles el correo, algo que me hizo mucha ilusión, les escribí comentándoles que el motivo de no tener ningún relato más no es otro que el que por desgracia para mí no he tenido ninguna otra experiencia fuera de mi matrimonio. Si, soy casado y la quiero con locura, pero siempre he pensado que, aunque jamás me acostaría con nadie por el simple hecho de tener sexo, sí que necesito sentir ese morbo que ciertas situaciones hacen que sientas, y que, aunque no me crean, entendería que a mi chica le pasase lo mismo.

Mantuvimos varios correos electrónicos y en cada uno de ellos profundizábamos un poquito más en nuestros gustos, morbos y fantasías. Siempre fui muy sincero con ellos, y por lo vivido ellos conmigo. Según me contaban, a Marcos, que digamos es su nombre, le pasa como a mí, nos consideramos heterosexuales, pero si la situación lo pide, no estaríamos incómodos si rebasamos un poco esa línea invisible que nuestra educación nos marcó desde pequeños. A Isa, que digamos es el nombre de esta maravillosa mujer, le recorrían por la mente una serie de situaciones que para ella serían el clímax del morbo y que en sus ratos íntimos había pedido a su esposo. Jamás por correo llegaron a contármelo, y lo cierto es que solo les pregunté una vez, pero entendí que quizás, por su intimidad como matrimonio, preferían guardárselo para ellos.

Después de muchas charlas por e-mail, llegó ese momento en el que nos propusimos quedar, conocernos y charlar un rato, poder hacerlo abiertamente, con la confianza que nuestros correos nos habían dado. Me encantó la idea, por desgracia todos estos temas no es que se puedan tratar como a uno le gustaría y por supuesto estaba deseándolo.

Quedamos un viernes por la tarde, a eso de las cinco, me pasaron dirección de una cafetería, la puse en el GPS, cogí mi moto y me fui deseando que todo saliera bien y poder pasar con esa pareja que hasta ahora me habían parecido encantadores una tarde de charla maravillosa.

Como os digo, soy muy tímido, pero a veces me tengo que empujar a mí mismo y quitarme esos miedos. Estaba muy nervioso, aunque os aseguro que solo hasta conocerlos. A los diez minutos de estar con ellos tengo que reconocer que me parecieron aún más encantadores de lo que ya pensaba que eran.

Isa, sobre metro sesenta y cinco, melena por los hombros, morena, delgada y diría que ochenta y cinco de pecho, aunque para nada soy experto en eso. Pero lo que más me gustó de ella fue sin duda su mirada, preciosa de cara y super expresiva con sus ojos, me encantó.

Marcos, más alto, diría que metro setenta y cinco, también moreno, complexión normal y como yo parecía mucho más tímido por lo que como imaginareis era Isa quien marcaba el ritmo de la conversación.

El lugar era discreto, cosa que me sorprendió, tenía como unos reservados y nos fuimos al fondo, así que estábamos prácticamente solos y muy tranquilos de poder hablar con normalidad de lo que fuese.

Recuerdo que la conversación derivo a mi experiencia contada en mi relato, me pedían que les contase con detalle cómo surgió todo y como me sentí en cada momento. Les explicaba, siempre con la máxima discreción hacia la otra persona, que esa experiencia me hizo darme cuenta de que vivir con tantos tabús no merece la pena, esta vida son dos días, y siempre que no hagas daño a terceras personas, creo que debemos intentar disfrutarla. También les decía que ahí me di cuenta de que cada persona tenemos nuestra propia manera de disfrutar, de excitarnos, nuestros propios morbos y fantasías y que gracias a eso el placer va en ambos sentidos.

Fue entonces cuando Isa me confesó que se había masturbado varias veces leyendo ese relato, cosa que me lleno de orgullo, me comentó que imaginaba a Marcos siendo quien hacía esa mamada y que eso la volvía loca. Marcos reía, pero también lo notaba algo incómodo por lo que su mujer decía, imagino que por esa hombría equivocada que creemos tener. Isa seguía contándome que más que realizar un trío, deseaba verlo a él disfrutando al tocar una polla, que imaginaba que la miraba con cara de vicio y con deseo de llevarla a su boca, verla desapareciendo en ella y poder estar al lado masturbándose y diciéndole a su marido, al que ama con locura (palabras textuales), que la disfrute. Hablaba de que cuando estaban juntos se lo pedía, que cuando ella le realizaba sexo oral siempre lo acompañaba con comentarios como "me encantaría verte a ti hacer esto, metértela en la boca como yo lo estoy haciendo ahora contigo" y que, a Marcos, aunque lo negaba, se le ponía super dura y tenía unos orgasmos bestiales.

El, siempre puntualizaba dejando claro que eso le pasaba porque era muy buena chupándola, y yo, como entenderéis, solo escucharla estaba que explotaba. También me contaron que habían avanzado un poco en eso, y que habían llegado incluso a provocarle una corrida con su boca y dejar caer el semen por un consolador que tienen haciéndolo mamar mientras ella observaba y se masturbaba.

La situación era increíble, hablando abiertamente los tres de sexo y con un morbo en el ambiente como nunca imaginé.

En un momento, Marcos se levanta y nos dice que va a pedir otra ronda y al aseo, me quedé con Isa y seguimos charlando, pero ya...

-Isa: ¿Dejarías a Marcos tocártela para verlo?

-Yo: Diría que sí

-Isa: ¿y chupártela?

-Yo: ¿Aquí? ¿estás loca? No tía, ni de coña.

-Isa: Aunque sea una vez, rápido, necesito verlo con una polla en la boca, necesito que no sea solo imaginarlo, quiero recordarlo siempre que estemos follando, por favor, sé que es una locura, pero es que lo necesito de verdad.

-Yo: Isa no me puedes pedir eso, pueden vernos y te aseguro que me da algo. Además, ¿has pensado que a él no le parece gustar tanto tu fantasía?

-Isa: Lo sé, lo hemos hablado muchas veces, tiene miedo de que no le guste, pero no se niega a probar algún día, y necesito verlo ya. Quiero que pruebe, si no le gusta no volvería a pedírselo, pero para saberlo tiene que probar. A mí por ejemplo nunca me ha atraído que se corra en mi boca, pero me lo pidió y acepté probar, ahora lo deseo porque mis mayores orgasmos son cuando después de correrse nos besamos o lo dejo caer por el consolador.

-Yo: Vale Isa, hablarlo y si queréis lo dejo que me la toque y vamos viendo, pero por favor no fuerces nada, no quiero que podáis tener problemas por esto.

Llegó el camarero y quedamos en silencio, puso esa ronda y acto seguido llego Marcos. Me levanté y fui al aseo, entre otras cosas para que pudiesen hablar de lo que podía llegar a pasar.

Cuando volví, lo que me encontré me dejo de piedra, Marcos tenía una chaqueta de entretiempo que había traído sobre sus piernas, la mano de Isa estaba debajo y mi imaginación resultaba ser real al levantar ella un poco esa chaqueta, Marcos tenía la polla fuera e Isa la agarraba masturbándola muy suavemente. La tenía dura y su rostro intentaba disimular el placer que le provocaba su esposa acariciándosela.

-Isa: Siéntate junto a él. Me dijo.

-Isa: Cariño, tócasela por favor, y te prometo que haré lo que me pidas cuando quieras.

Marcos no se decidía y me miró pidiéndome permiso. Yo me recliné un poco y separé algo más las piernas, señales que entendió como aprobación. Puso su mano sobre mi pantalón a acarició la zona buscando un bulto, cosa que a estas alturas os aseguro encontró.

-Isa: uff, si cariño, acaríciala, hazme feliz y te juro que podrás hacer conmigo lo que quieras a partir de hoy, solo te pido que ahora sea yo quien mande en ti. ¿me lo prometes?

Marcos acariciaba mientras Isa le agarraba la polla, susurrándole al oído.

-Isa: bájale la cremallera cielo, quiero verte hacerlo, por favor hazlo.

Todo pausado, como a cámara lenta, pero Marcos cumplía sus órdenes.

-Isa: Ahora mete la mano y acaríciasela sin la ropa, quiero que sientas lo que yo siento al tocartela a ti, el placer de sentir su calor, quiero que me digas si esta mojada como la tuya.

Marcos lo hizo y enseguida asintió.

-Isa: ¿Te gusta cariño?, ¿la sientes?, ¿está bien mojada?

Asintió de nuevo con la cabeza.

-Isa: Sácasela cariño, quiero verla en tu mano y te juro que vas a tener a la tía más puta contigo para que la folles por donde quieras y como quieras.

Marcos dudaba, pero empecé a notar como quería sacarla, así que le ayudé. Una vez fuera, le situación iba a más.

-Isa: Uff cariño, que morbo, Dios gracias, que placer le estas dando a tu mujercita, te prometo que te voy a recompensar con creces. ¿Te gustaría verme con otra chica? Siempre me lo has pedido y te juro que después de esto voy a hacer todos tus deseos realidad. ¿te apetecería ver a tu mujer chuparle el coño a otra tía? ¿o que te la chupemos las dos?

Isa decía todas estas cosas a Marcos y provocaba en él una excitación que soy incapaz de explicaros, en el y en mí, porque notaba todo ese morbo a través de la mano de su esposo y os aseguro que los tres estábamos a mil.

Ella continuaba con esa especie de chantaje erótico.

-Isa: Cariño tengo el coño empapado, estoy super cachonda. Mírame porque se me va a caer algo...

Ambos la miramos y de repente se agachó y se metió la polla de Marcos en la boca, cosa que a ambos nos provocó un jadeo de forma simultánea, porque os aseguro que para mí fue como sentir la boca de esa maravillosa mujer tragando cada centímetro de mi polla, que imagen...

Se incorporo y escuché.

-Isa: Cariño, ¿puedo pedirte una cosa? El asintió y ella continuó. ¿Por qué no vamos a casa los tres? Me encantaría correrte con mi boca mientras veo como masturbas esa polla, ¿Te gustaría? ¿Te gustaría llenarme la boca de leche y besarme?

Yo solo podía rezar porque la respuesta fuese afirmativa, el morbo y excitación que estaba viviendo era lo máximo, y deseaba ver esa proposición en directo, esa mujer me estaba volviendo loco y os aseguro que su marido estaba en un trance con ella que creo haría lo que le pidiera.

Escuche "vamos" y para mí fue una gran noticia, nos pusimos bien la ropa, pagamos y me invitaron a irme con ellos en su coche. Durante el trayecto, Isa no dejo ni un momento de sobar la polla de su marido, reconozco que este tío tenía un aguante increíble, yo creo que ya hacía mucho me habría corrido, cosa que deseaba que no pasara para que nunca se acabara esto que estaba viviendo.

Llegamos a su casa, Marcos se ausento e Isa me pidió que la acompañara hasta el salón.

-Isa: Gracias porque estoy disfrutando como nunca, se acercó a mí y me dio un beso en los labios. - Espero que no te moleste después de tener la polla de mi marido en la boca. Y puso una cara de picarona preciosa.

Joder, ahí te das cuenta lo bonito que es todo esto, los placeres tan distintos de cada persona y la variedad de situaciones que nos producen morbo, lo que para mí puede ser indiferente, seguro que a alguien lo hace llegar al clímax.

Marcos llego, Isa lo sentó junto a mí y se subió sobre el besándolo con pasión, le agarraba la cabeza y podía ver sus lenguas mezclarse.

-Isa: Cariño, ¿quieres que sigamos por donde nos quedamos? A lo que le contesto - Si.

Isa me miró y me pidió que por favor me la sacase, y al hacerlo Marcos extendió la mano y la agarró, pero esta vez realizándome una paja que me provocaba mucho placer, sobre todo viendo a esta pareja tan desatada.

Isa empezó a separarse de Marcos mirando siempre como su marido tocaba el miembro de otro hombre, se acercó, quería verlo muy de cerca, giró la cabeza hacia él y dijo.

  • Cariño, ven, acércate más. Lo hizo - Mírala, mojada, suave, necesito verte darle un besito, ¿quieres? por favor... y puso nuevamente esa carita picarona.

Marcos se acercó y dio un beso en mi glande. Isa agarro su polla y masturbándolo le dijo -otro de más tiempo, cariño. y Marcos volvió a acercar su boca a mi polla, pero esta vez ella le puso la cara al lado y sujetándole la cabeza le dijo. - quédate así, quiero ver esa polla en tus labios, me estás haciendo la mujer más feliz del mundo, cariño. Y con su mano abarcando ambos mofletes presiono para que abriese un poco la boca, me miro a mí, y con su mirada entendí que presionara un poco para introducirle mi polla dentro. Marcos se dejó hacer, y poco a poco fui introduciendo mi polla en el interior de su boca. Comencé el va y ven y a notar que su lengua comenzó a jugar con ella, Isa tenía una cara de vicio increíble y a la misma vez que lo masturbaba a él, vi como la otra mano se la llevo a su entrepierna comenzando a jadear viendo lo aplicado que estaba su chico, y posiblemente por saber que había sucumbido a los deseos de su querida esposa.

El placer era inmenso, quizás por lo morboso que estaba siendo todo. Marcos dejo de mamar y mirando a su chica le dijo que quería follarla mientras ella tocaba otra polla que no fuese la suya. A mi esas palabras me sonaron a gloria, y cambiando de posición ahora era ella quien estaba sentada en el sofá y Marcos se disponía a follarla.

Agarro mi polla y comenzó a masturbarme diciéndole a su marido si eso es lo que deseaba, verla con otra polla. Marcos la penetraba mientras veía el espectáculo, el mismo que hacía que me sintiese como jamás me he sentido, sinceramente hacia maravillas para no correrme por el placer que todo esto me estaba provocando. Se besaban, y ella apretaba su mano en cada embestida. En ese momento escuche las palabras que deseaba oír y que casi me hacen venirme encima de ambos.

-Marcos: Nena, cómete esa polla mientras te lleno el coño de lefa, quiero correrme viéndote mamársela. E Isa no dudo en acercarse a ella e introducirla en la boca a la vez que me ponía una de mis manos en sus pechos, adoro tocar los pechos de una mujer, me encanta...

Comenzó despacio, saboreándome la polla, sintiendo la lengua en cada penetración y acompañando con la mano, mojándola, a un ritmo que me permitía sentir cada cm que se introducía en su boca, intentaba meterse poco a poco más polla, yo deseaba verla dentro, hasta los huevos, sentía las ganas de acelerar el ritmo porque me estaba volviendo loco el movimiento de su lengua. Marcos observaba y seguía fallándola fuerte, embestida con embestida, quería llenarla de semen y ver a su mujer así lo estaba dejando fuera de sí, jadeaba, gozaba, como todos en ese salón.

Isa cogió su cabeza y la volvió a acercar a mi polla, lo invito a sacar su lengua y pasar ambas por mi tronco, todo era increíble, un éxtasis total. Marcos empezó a acelerar su ritmo más si cabe y exploto dentro de su esposa, jadeando con fuerza, diría que gritando, inundándola de lefa, dándole las últimas embestidas. Isa no lo dudo, agarro del pelo a su marido y le grito que le comiera el coño y su propio semen hasta que la corriera, y como un buen chico así lo hizo, metiendo la cabeza entre sus piernas y haciendo que Isa se volviera fuera de si. Ella atrajo mi polla y entre jadeos volvió a regalarme uno de los mayores placeres de mi vida, volvió a hacerme esa mamada que me iba a provocar un orgasmo increíble.

Yo estaba en ese punto en el que me apetecía apretar su cabeza contra mi polla y sentir la presión de su garganta, con momentos de follada brutal de boca, una y otra vez hasta el fondo, me encanta la sensación de que como siga voy a descargar, me encanta que jueguen con ella, sentía que cada penetración era un clímax para ella también porque su excitación me la transmitía a través de cada lamida. Deseaba llegar al momento de descargar, me vuelve loco hacerlo dentro y deseaba que siguiese mamando con cada latigazo de placer, quería que después abriese la boca un poco, lo suficiente para que la mezcla de semen y saliva se deslizase por el tronco, que siguiese mamando despacio, disfrutando de la suavidad que proporciona esa mezcla y volviendo a metérsela dentro con la continuación de una mamada increíble, verla como saborea, como el premio que se ha ganado haciendo que el placer que me hizo sentir fuese máximo, tomando el semen como el agradecimiento a un clímax que ambos deseábamos. Yo no podía más, y creo que a la misma vez que ella, me corrí como una bestia sin dejarme sacarla de su boca, varios trallazos de semen, yo en su boca, ella en la de Marcos y el tragando los jugos que su esposa le regalaba por el placer que le había proporcionado a su chica.

Para mí la mamada perfecta es cuando se nota que quien hace la felación disfruta igual que quien la recibe, eso es importantísimo, no solo que quiera hacerla, es que desee hacerla, que lo necesite, que su clímax sea cada roce con sus labios, lengua, boca, que no sea una follada de boca, que sea una follada de polla con la boca. Eso me hizo sentir esta Diosa, uff, que mujer, que pareja...

Isa se incorporó, cogió a Marcos y se fundieron en un beso con una pasión infinita, algo que os aseguro me hizo sentir una envidia sana enorme por su complicidad y por ser tan capaces de diferenciar el amor del sexo, compartiendo el placer en pareja, esos juegos, todo.

Este relato se lo pasé para que me dieran el consentimiento de publicarlo, y bueno, quiero aprovechar para darles las gracias, por tanto. Pido perdón porque ni me dedico a escribir ni se expresarme como me gustaría, pero me apetecía mucho compartir con vosotros esta maravillosa experiencia.

Como siempre, estaré encantado de charlar con quien quiera hacerlo y conocer vuestras fantasías en mi correo "danielhe1976@gmail.com".