Fantasías adolescentes

Víctor es un chico de 19 años al que le llaman la atención los cipotes. Cuando su amigo Roberto se le lanza, no duda en seguirle el juego

Desperté como de costumbre, con mi miembro "alegre" tras una noche de sueños eróticos. Estuve unos minutos esperando a que se bajase la erección para que mis padres no la notarán al verme. Cuando por fin mi pene volvió a la normalidad, me levanté de la cama, fui al baño y observé con orgullo mi polla flácida. 12cm de falo en ese estado que aumentaban bastante cuando entraba en acción.

Desayuné y me puse el bañador. Era verano, y por tanto tocaba ir a darse un baño a la piscina de la urbanización, donde tenía amigos de todas las edades, desde los 13 hasta los 20. Yo, por mi parte, con 19 años, era uno de los mayores del grupo, por lo que tenía a los demás como a mis hermanos pequeños. Siempre nos vacilábamos y, al conocernos desde que éramos muy pequeños, no faltaban las bromas que implicaban el tema "sexo", a pesar de la edad. Salí a la urbanización y me dirigí a la piscina, donde encontré a Roberto en el agua.

-Buenos días -saludé.

-¡Hola! -respondió él.

Roberto era el pequeño del grupo. A sus trece años, era al que más cuidábamos pero también el que más bromas recibía, precisamente por su edad. Se picaba mucho, pero el jodío devolvía las bromas a traición. En alguna de esas bromas a mi me había parecido que no manejaba mal tamaño de herramienta, pero lo cierto es que al ser más pequeño no había pensado mucho en ello.

-Parece que vienes contento -me dijo guiñándome un ojo, mirando despues a mi entrepierna. Fue entonces cuando me percaté de que se notaba un buen bulto en mi bañador, fruto de una semierección que había surgido sin yo darme cuenta.

-Bueno, llevo ya tres o cuatro dias sin descargar, y ya sabes -contesté riendo.

-Escucha -dijo, cambiando de tema-. Esta tarde, sobre las 6, se van mis padres con mi hermano a no sé dónde. Vente a casa y te doy una paliza al fifa, que la última vez quedamos empate y eso no puede quedar asi.

-Cuando tú quieras, pringao -le respondí burlándome de él.

Justo en ese momento llegó Aitor, otro chaval del grupo. Aitor tiene 17 años, y un hermano de 14 con el que tengo mucha confianza.

-Le estaba diciendo a Víctor que se venga esta tarde a mi casa a jugar al fifa. ¿Te apuntas?

-Puf, pues es que tengo que ir a comprar un bañador nuevo con mi padre. Si no vuelvo tarde me acerco. ¿Sobre las 7 seguiréis dentro?

Roberto pensó un momento antes de responder.

-Sí, yo creo que mis padres llegarán sobre las ocho, así que hasta esa hora estaremos en mi casa.

Aitor asintió y nos metimos al agua. Con las gafas de bucear pude fijarme en los bultos que había en la entrepierna de ambos. No estaban nada mal, sobre todo el de Roberto, que para tener 13 años parecía tener buen tamaño. Tras un buen rato en el agua, nos salimos y nos fuimos cada uno a su casa.

Finalmente llegaron las 6 y me dispuse a ir a casa de Roberto. Llamé y me abrió con unos shorts puestos pero sin camiseta. No le presté atención; al fin y al cabo le veía muchas veces así. Entré en su casa y encendió la play. Cuando puso el fifa, se me ocurrió algo.

-Rober, hagamos un reto. Si marcas gol tienes la oportunidad de retar al otro a hacer algo.

-¿Cualquier cosa? -propuso.

Lo pensé, ya que eso me asustaba. A saber de lo que era capaz el enano ese.

-Sí, por qué no. Total, si tengo que dejar que me pegues, lo aguantaré.

Rober sonrió de manera picarona, dando a entender que no era eso lo que pretendía. Empezó el partido, y fui el primero en encajar gol, por lo que tuve que hacer lo que me pidió Roberto.

-Quédate en calzoncillos -dijo para mi sorpresa.

Lo miré con asombro, pensando que estaba bromeando. Pero él estaba muy serio.

-Total, estamos entre amigos -dije restándole importancia y quedándome en boxers. Roberto fijo su mirada en mi paquete-. Qué pasa, ¿te gusta?

Apartó la mirada de inmediato, algo avergonzado, pero sin poder dejar de mirar de reojo a mi bulto, que crecía poco a poco por la excitación. Retomamos el partido y el siguiente en marcar fui yo. Para darle de su propia medicina, decidí retarle a lo mismo. Y para mi sorpresa, se quitó los shorts sin dudarlo. A la vista quedo su preciosa pelvis, cubierta por la fina tela del calzoncillo. Pude distinguir la silueta de su pene, que parecía querer abrirse paso por entre los recovecos del boxer.

-Qué pasa, ¿te has puesto contento al verme en calzoncillos? -le dije para tomarle el pelo. Él se ruborizó-. Eh, que no pasa nada, es normal. Estás en una edad complicada y puedes sentir curiosidad.

-Es que... -comenzó, pero se calló. Al ver que yo lo invitaba a continuar, añadió-. Parece muy grande.

No pude evitar echar a reír.

-Hombre, para ti será grande. Pero es por la edad. Cuando tengas mi edad, la tuya será así o incluso más grande.

-¿De verdad? -dijo él con brillo en los ojos.

Asentí.

-De todos modos, no parece que tengas mal tamaño -comenté mirando a su paquete.

Él se tapó como acto reflejo y miró de nuevo a mi entrepierna. Mi polla estaba ya morcillona por la excitación del momento. Roberto se acercó tímidamente a mí y, sin previo aviso, comenzó a palpar mi polla por encima de los boxers. Lo miré a la cara, pero él estaba absorto en mi pene. Yo cada vez estaba más excitado, y mi polla empezó a crecer sin parar. Cuando estuvo empalmada del todo, Roberto decidió meter la mano por dentro de mis calzoncillos. Aquello fui un éxtasis para mí. Tener a mi amigo de toda la vida tocándome el cipote me parecía extraño, pero a la vez sentía una excitación como nunca antes había sentido. Empezó a pajearme por dentro de la tela, y comenzaron a brotarme algunas gotas de líquido preseminal. Roberto no lo dudó y se llevó sus dedos mojados a la boca, jugando con ellos saboreando mi esencia.

Me quitó los calzoncillos, liberando por fin mi polla de 19 cm, que había estado apresada por la prenda. Roberto admiró mi pene unos segundos, para luego tomarlo entre sus manos y juguetear con él, subiendo y bajando para dejar al descubierto mi capullo rosado. Antes de que me diera cuenta, se metió la polla a la boca. Y ahí, sentado yo en el sofá, con Roberto chupándome el cipote, vi las estrellas. No lo hacía nada mal para ser la primera vez que se tragaba una polla. No le entraba toda, pero lo intentaba a conciencia, atragantándose de vez en cuando, dándome a mí cada vez más placer, haciéndome gemir como nunca antes.

Así estuvo un buen rato, jugando con mi pene, metiéndolo y sacándolo de su pequeña boca, dándole lametazos con su lengua juguetona, centrándose en el glande y luego recorriendo todo el tronco hasta llegar a mis huevos, que apenas le cabían. Comencé a follarle la boca, decidiendo yo el ritmo de las embestidas. Me follé su boca como a una putita, y lo cierto es que me la comía bastante bien. No pude aguantarme más y, sin poder avisarle, me corrí en su boca. Pensé que no podría aguantarlo y se sacaría mi polla de la boca, pero se tragó todo mi semen como una buena perra. Decidí entonces que era momento de compensarle.

Le saqué mi miembro de la boca y lo tumbé en el sofá. Pude contemplar su figura perfecta y su bulto en la entrepierna, pidiendo a gritos ser liberado. Lamí sus boxers un poco hasta dejarlos mojados, y fue entonces cuando liberé su verga. Unos 14cm, nada mal para su edad. Decidí comenzar por sus huevos, redondos y rodeados por una pequeña mata de pelo que comenzaba a salirle. Primero me metí uno en la boca, luego el otro y después los dos a la vez, al tiempo que le masturbaba con una mano y le acariciaba las piernas y el pecho con la otra.

Tras jugar un poco con sus bolas, me centré en el falo. Observé con detenimiento los rasgos de su pene. 14 centímetros que deseaba meterme en la boca. Sus venas marcadas me ponían muy cachondo. Bajé la piel para poder contemplar su glande, rosado y con algo de líquido preseminal en él. Le di un primer lametazo para saborear el líquido, y él dejó escapar un breve gemido que me puso a mil. Me metí el capullo entero en la boca, jugando con mi lengua dentro de ella, lo que pareció gustarle porque empezó a gemir más. Poco a poco fui introduciéndome su nabo más y más profundo. Hice presión para que pudiera tocar mi campanilla y sentir la polla de mi amigo chocando con mi garganta. Comencé a comerle la polla con mas ganas y rapidez, sabiendo que en cualquier momento podía correrse en mi boca. Aquella idea siempre me había parecido asquerosa, pero en ese momento no quería otra cosa que no fuera sentir su líquido caliente recorrer las paredes de mi garganta.

Roberto tomó el control de la situación y comenzó a embestir contra mi boca, dándome una follada como la que yo le había dado momentos antes. Yo noté que me empezaba a empalmar de nuevo, y tomé mi cipote para masturbarme mientras mi amigo me follaba la boca. El capullo estaba disfrutando, pues no paraba de gemir, cada vez más alto. Su respiración se fue acelerando hasta que soltó un orgasmo al tiempo que de su pene brotaba el primer chorro de leche caliente, que fue directo a mi garganta. Los dos siguientes los recibí en la lengua, mientras le lamía el glande. Cuando limpié por completo los restos de semen, acerqué mi polla a su cara. Él me miró, deseoso de recibir de nuevo mi leche, pero esta vez en su rostro lampiño. La cara de placer que tenía hizo que mi respiración se agitara y me corriera de nuevo sobre él, que abrió la boca para tragarse todo el líquido posible.

Por su cara quedaron rastros de mi semen. Acerqué mi boca a él y comencé a limpiarle los restos de leche con mi lengua, fundiéndola con la suya, mezclando así mi semen para compartirlo con él. Tumbado yo encima suya, me comenzó a acariciar todo el cuerpo, desde la espalda hasta mi trasero. Yo hice lo propio y colé mis manos entre el sofá y su culo, que estaba suave como el de un bebé. Nos besamos durante un rato más. Finalmente me tumbé a su lado y él me rodeó con sus brazos, agradeciéndome la experiencia. Tras un buen rato en esa postura, escuchamos el timbre. Miramos la hora; las 19:10. Era Aitor, que venía a jugar al fifa. Pero Roberto y yo nos miramos, sonriendo; teníamos otros planes distintos.


Espero que os haya gustado esta primera parte de la fantasía. ¿Se unirá Aitor a las aventuras de Roberto y Víctor? Agradezco comentarios y sugerencias.