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Una fantasia que sin querer cumplí una ves y quisiera volverla a experimentar

Que tal, mi nombre es Luis, tengo 22 años, mi vida ha sido hasta cierto punto fácil, he tenido todo, amor de familia, cosas materiales, educación y pareja; ésta última ha sigo el inicio de muchas aventuras y problemas en mi vida. Desde los 14 años siempre tuve una visión diferente sobre las niñas, siempre me han gustado y he admirado la mayor parte de sus características; sin embargo como pareja las cosas siempre cambian al final, explicaré a continuación el porque.

La primera relación sentimental que tuve fue realmente muy inocente, y llena de amor adolescente, donde la vida parecía de color de rosa y no había nada de que preocuparse; todo iba bien hasta que a los 8 meses la niña despertaba en mí uno sentimiento que me causaba mucho enojo y descontrol, me refiero a los celos, éstos me ponían eufórico y de verdad que no los podía controlar; esto llevo a la finalización de esa relación, ya que ella no aguantó mis reproches ni mis constantes quejas; esto para mi fue una injusticia ya que veía normal y de forma justificada todo esos reclamos y malos ratos, pero la relación terminó. Fue hasta un año después cuando conocí a una chica que igual que la pasada nos empezamos a llevar bien y entablamos una relación, se podría decir que al igual que la anterior, todo muy lindo y bonito, hasta que empezaron nuevamente los celos, esto nos trajo algunos problemas sin embargo entró una variable en esta relación y es que a los 6 meses de andar, tuvimos nuestra primer encuentro sexual, fue algo muy lindo y romántico y muy inocente; esto agregó un poco mas de tolerancia por parte de ella pero hizo que mis celos aumentaran gradualmente, esto llevó mi enojo a un punto que no creí, y es que cuando hacíamos el amor comencé a pegarle, quizás primero como "juego" pero realmente era por desquite y ganas de pegarle realmente, así fue aumente mi dureza de golpe y ritmo a la hora de penetrarla, todo con afán de lastimar y desquitar ese enojo por mis tontos celos. Realmente con esa niña no duró mas de 6 meses mas desde que tuvimos relaciones, cuando ella un día no volvió a dirigirme la palabra, fue difícil aceptarlo y vivir con ese enojo y sospecha de que me dejó por alguien mas, aunque ahora se por la forma en que la trate.

Finalmente después de unos meses pude recuperarme sentimentalmente y pudo empezar a salir nuevamente y conocer personas, tenía ya casi 18 años cuando comencé a salir como nunca antes lo había hecho, bares, antros, fiestas, en todos lados me metía con tal de encontrar a una chica que me gustara; al poco tiempo así fue, encontré a una niña que le gustaba andar de aquí para allá, era inteligente, muy dulce y parecía tener una buena química conmigo, así que al poco tiempo empezamos a andar y volvió a pasar lo que he platicado en las líneas anteriores, mis celos, sexo, desquite de mi enojo con ella teniéndolo, se repite la historia, solo que esta ves a ella no le parecía y se desquitaba también. Un día que nos dispusimos a tener sexo, ella se pudo en posición "de perro" en 4 patas, y así la empecé a penetrar, fue cuando comencé a darle nalgadas cada vés mas y mas fuertes hasta dejarla marcada, la última que le di sonó tan fuerte que interrumpió el mismo acto, así mismo me dejo ardiendo la mano del impacto, ella echo para atrás sus glúteos, me quito se puso boca arriba, en su mirada se veía el enojo que le provocaron mis golpes, me dijo "ahora hagámoslo así" (posición de misionero), fue entonces cuando empezamos nuevamente a darle ritmo, ella me pidió que la abrazara fuerte, cosa que hice con gusto y placer, en ese momento ella con uno de sus dedos (con una larga) me quiso penetrar y digo quiso porque no lo logró en primera instancia, pero su insistencia fue tanta que lo logró, eso me produjo un dolo bastante desagradable y con su uña larga aún fue mas doloroso, en ese momento no supe que hacer mas que solo decirle que no lo hiciera, esto no le importó y lo siguió haciendo hasta que no pude mas y termine en aquel momento por el dolo que sentía, la miré a lo ojos y ella reflejaba una satisfacción por haber hecho eso y supe que fue su venganza por mis golpes.

Para la siguiente ocasión que se presentó la relación sabía que podrían venir consecuencias por mis golpes, pero a la hora de hacerlo y con mi coraje y celos realmente se me olvidó mi reflexión y volví a aplicar una buena golpiza, cosa que volvió a enojar a esta chica, que tan solo por ver u mirada supe que tendría que pagar por lo mismo; el punto fue que volvió a aplicar la misma trampa y forma, solo que esta ves me comenzó a pegar en mi nalgas, cosa que me dolía pero a la ves me gustaba.

La relación no duró mucho, pero esta ves no por culpa de mis celos, ya que ella se vengaba como podía y la cosas quedaba a mano, sino simplemente porque no compartíamos otras cosas importantes, eso me orilló nuevamente a buscar una pareja y para sorpresa la encontré al poco tiempo, y para mi sorpresa era una amiga de mi última chica, parece ser que mi ex novia le había contado como era la relación y ella parecía interesada en entablarla conmigo, y como supo del rompimiento pues se presentó ante mi y le dimos seguimiento.

Para no hacer este relato mas largo de lo que debe ser, les contaré que esta chica le gustaba que fuera golpeada, y pues yo de lujo aprovechándome y desquitándome de mis corajes, celos y demás, sin embargo ella le gustaba jugar un poco mas; un día llegó con unas esposas y me dijo "vamos a jugar" me esposo ambas manos y pies, me sujetó a la cabecera de la cama y comencé con su "juego" y es que me hacía cosquillas, me besaba, me acariciaba y me lamía todo el cuerpo a su gusto, para mi acostumbrado a siempre ser el que lleva el ritmo y todo pues en un principio fue algo incomodo pero después me fui dejando llevar. El problema surgió cuando comenzó a nalguearme a su antojo, cada ves mas y mas fuerte, era un locura bastante dolorosa pero excitante a la ves, para esos momentos yo estaba boca abajo recibiendo todo esos golpes en mis nalgas y espalda, fue entonces cuando sentí un líquido frió recorriendo mi ano, y posterior a esto un textura rígida tratando de entrar, y es que tenía un dildo azul con el que me estaba penetrando a su gusto, esto ya no me pareció y comencé a gritarle que no lo hiciera, pero ella siguió haciéndolo cada ves mas constante y mas duro, cosa que me hacía enojar mas y mas, hasta que llegué al punto de insultarle y me comencé a lastimar mis muñecas y tobillos por el roce con las esposas, sin embargo esto no le importo a ella y siguió haciendo cada ves mas duro, recuerdo que me salió una lágrima por el dolor que sentía en ese momento y quizás la humillación y coraje juntos, después de un rato mis resistencia fue inútil y ella dijo "mientras mas pelees mas sufrirás" y tenía razón, como me fui calmando ella dejo de hacerlo mas duro y ahí pasó al importante, yo ya me sentía tranquilo, no estaba enojado ni con ganas de golpear ni ofender, y además me empezaba a gustar esa sensación que me daba su juguetito dentro de mi, tanto fue así que a poco tiempo me vine sobre la cama como pocas veces en mi vida; ella quitó las esposas me dio un beso en la frente y se fue; ese día no pude dormir de solo en pensar en esa experiencia tan rica y que pasaba por mi mente volverla a repetir.

Fue al día siguiente cuando la volví a ver y sentía algo de pena y no sabía como comportarme antes ella después de lo sucedido, pero ella lo hizo fácil, actuó como si nada, pero de ves en cuando me susurraba al oído "me gusta tu culo", eso me excitaba, ya que recordaba lo sucedido y me daban ganas de volverlo a hacer. Para mi fortuna en la ciudad se presentaba una exposición de sex-shops y sexo en general, a lo que propuse a mi novia ir "a ver"; así lo hicimos y cuando estábamos por allá y rodeados por un ambiento tan erótico le comenté que quería comprar algo, algo que pudiéramos usar los dos, ella me dijo ya sé como que; fuimos a varias tiendas a ver que era lo que exactamente buscaba y por fin lo encontramos, era un "strap on" (arnés con dos dildos, uno vagina y otro anal (para penetrar a la pareja) ), en un principio me dio pena pero accedí, yo sabía lo que significaba pero por solo recordar la vez anterior no me podía negar a estas cosas. La siguiente ves que nos vimos yo sabía que lo que pasaría y estaba con unas ansias que pocas veces me había visto de esa manera, ella llegó y empezamos con un ambiente erótico, con poca luz, música de fondo y comenzamos con los besos, de pronto ella tomó la batuta del acto, me puse boca abajo y comencé a besarme y lamerle el cuello, susurrándome al oído "tienes un culo muy bonito" "me gusta mucho tu culo" "me dan ganas de comerte", y cada ves que lo decía que ponía mas y mas caliente. Fue momentos después cuando ella comenzó a montar aquel juguetito que compramos y una ves puesto me dijo "acuéstate y ponte flojita" el simple hecho de decir flojita me cambió por completo, supe en ese momento que yo era la chica y ella el hombre, cuando comenzó a penetrarme, desde el primer momento lo comencé a disfrutar, cada penetración era de gran goce, comencé a gemir de placer por esa acción y ella le gustaba verme así, tanto era su gusto que me decía "te gusta mucho ¿verdad?" "yo sabía que eras todo una niña", esta última frase hizo que de inmediato me viniera, nadie me había dicho algo parecido y fue bastante placentero; cuando me vine pensé que ella dejaría de penetrarme pero no fue así, siguió haciéndolo diciéndome que eso era lo que a mi me gustaba y llego el punto en que volví a tener una erección y me volví a venir, era algo increíble, no cabía de satisfacción, placer y gusto de estar así, me ponía muy tranquilo y sereno, y sobre estar así hasta ella quiso, hasta que se hartó de hacerlo.

Esa semana fue para mi, la mejor de todas, mi satisfacción y serenidad fueron como nunca antes en la vida, solo quería volver a estar en ese momento, pero hubo una sorpresa al final de esa semana, y era la que esta chica, me dejaba, rompía conmigo, sus palabras fueron "yo busco un hombre de verdad y no una niña"; sus palabras provocaron sentimiento encontrados en mi, ya que por un lado era una ofensa grande y por otro era algo excitante; posteriormente me enteré que eso fue resultado de una venganza aún mayor planeada por mi segunda novia; a la cual debe reconocer le salió muy bien y cambió mi vida.

Esta ves la decepción sentimental y la confusión de lo que había acontecido tuvieron su efecto, estaba triste y melancólico, no sabía que hacer, ya no quería salir y los peor de todo es que no sabía si quería tener una niña como pareja o quizás preferiría a un hombre. El tiempo transcurrió y no decidía por ningún lado, pero mis ansias sexuales tuvieron una válvula de escape cuando me decidí ir a una sex-shop y comprar algo para mi, algo para calmar ese deseo sexual que no me dejaba en paz, después de una búsqueda cuidadosa me decidí por un plug anal con vibración, que hasta hoy sigue siento mi juguete preferido y ampliamente recomendado, ya que me hizo pasar buenos ratos y calmó esas terribles ansias de ser penetrado.

En algunas ocasiones he tenido la oportunidad de tener relaciones sexuales con hombre y mujeres, pero no ha sido como aquella ves, donde yo soy la niña y la otra persona es el hombre, no he vivido mi fantasía como la quisiera, como aquella tarde; y espero pronto volver a tener algo así o quizás mejor

Al paso de tiempo fui admirando a los mujeres por todos sus encantos y características, tanto ha sido que comencé a comprarme ropa de niña, como rompa interior, pantalones, blusas etc, y todo para recrear una fantasía en la cual yo soy la niña y alguien me penetra cada ves que juego con mis juguetes. Siempre llevo ropa interior de niña y de vez en cuando alguna ropa exterior para sentirme sexy y esperar que alguien eso le guste y asi mismo le llame la atención y quizás surja algo más, busco una niña que entienda como soy y lo que me gusta ser y que me hagan o un chico lindo que me sepa tratar como toda una niña y me haga sentir una.

P.D. Dedicado a Melisa Viviana, "gracias por recordarme parte de lo que soy"