Fantasia sorpresa de mi novia
En un viaje a Madrid, mi novia me sorprendió una fantasía que ella había preparado para que yo perdiera mi virginidad anal y ella disfrutara como nunca.
El siguiente relato es completamente verídico. Me llamo Mikel tengo 23 años, desde hace un par de años estoy saliendo con una chica de mi misma edad llamada Marta. Yo soy un chico normalito, con un cuerpo normal y una dotación también de la media, pero ella es una chica muy guapa con un cuerpo muy atractivo, mide 1,63, delgadita pero con unos pechos y un culo de escándalo. En el sexo siempre hemos sido normales, como cualquier pareja de nuestra edad, pero sí que es cierto que desde hace algún tiempo nos gusta pensar en alguna fantasía para poder hacer. Siempre hablábamos de hacer un trio con otro chico y de probar meterme algo por el culo a mí, pero solo lo hablábamos, no era nada serio.
El pasado mes de noviembre aprovechamos para ir a Madrid a pasar un fin de semana, es una ciudad que solemos visitar a menudo. Era sábado por la noche y estábamos tomando algo en un bar cerca de nuestro hotel, teníamos pensado ir a dar alguna vuelta por la ciudad pero con la lluvia que comenzó a caer decidimos volver al hotel.
- Vaya, que coñazo la lluvia, no se puede hacer nada – Dije yo un poco decepcionado.
- Ya, bueno, pero aun nos lo podemos pasar bien – Me contestó mientras me guiñaba un ojo.
Parecía que íbamos a tener una noche muy apasionada de sexo.
- ¿Quieres que tomemos algo del minibar? – Me preguntó mirando los típicos botellines de licores.
- Vale – La contesté mientras iba al baño.
Cuando salí del baño ella tenía ya las dos copas en la mano, me dio una y nos tumbamos en la cama. Bueno, realmente eran dos camas juntas, no quedaban habitaciones con cama de matrimonio cuando llegamos al hotel. Seguimos hablando y bebiendo un rato. Yo cada vez me encontraba más y más cansado, era raro, no habíamos hecho muchos esfuerzos ese día, nos lo tomamos muy tranquilo. El caso es que sin darme cuenta me dormí.
Cuando me desperté me encontraba un poco mareado, la cabeza me daba vueltas. Estaba boca abajo en la cama, pero al intentar moverme me di cuenta de que estaba desnudo y atado por manos y pies en forma de X. Lo primero que hice fue preocuparme por Marta y gire la cabeza buscándola hacia el otro lado de la habitación. Las camas estaban separadas, afine un poco mi vista y allí estaba ella, por suerte en perfecto estado, pero hablando con dos chicos de una edad parecida a la nuestra.
- Hombre, ya estas despierto cariño – Me dijo mientras venia hacia mí - ¿Qué tal estas?
- Bien – la contesté con la voz un poco entrecortada - ¿Qué pasa? ¿Por qué estoy así?
- Ah tranquilo, te presento, estos chicos se llaman Pedro y Juan.
- Hola – me dijeron con una sonrisa visible en su boca.
- Ya, ¿pero qué hago yo así? – la pregunté de nuevo con la voz aun temblorosa.
- Tranquilo, sabes que hemos hablado varias veces de hacer alguna fantasía que tengamos, pues me he decidido a hacerla, pero no quería decirte nada, quería que te sorprendieras por ello.
- Bueno, no se…
La verdad es que no sabía que decir, no sabía que es lo que ella quería, yo me encontraba indefenso completamente, atado y desnudo, con dos chicos vestidos mirándome y escapándoseles alguna que otra sonrisa.
- ¿Pero dime que es lo que quieres, que vamos a hacer?
- Vamos a prepararnos y ahora volvemos.
Ella entró al baño con los chicos, yo no sabía que estaba pasando. Me intentaba soltar las cuerdas que me ataban, pero estaban muy duras, estaba claro que las había atado alguno de los chicos. Girando la cabeza y pudiendo ver poco de la habitación reparé en una pequeña caja que estaba en la mesilla. Era un somnífero, seguramente ella me lo había echado en la bebida y por eso me quede dormido.
- Ya estamos.
De inmediato giré la cabeza hacia la puerta del baño, lo que vi me impresionó. Estaba ella completamente desnuda y los dos chicos también. Los chicos tenían buen cuerpo, pero lo más impresionante de todo eran sus miembros, descomunales, uno mediría unos 22 cm y gorda, y la otra sobre los 23 cm aún más gorda. Era ver esos dos miembros y pensar en mi pene de 17 cm y me sentía completamente impotente.
- ¿Qué te parece? – me preguntó ella con una sonrisa en la boca.
- Hombre Marta, no sé, no sé si voy a poder verte haciendo un trio con los dos chicos, me pilla por sorpresa, no lo habíamos hablado en serio.
- Ah tranquilo, no son los dos para mí, uno es para ti.
Yo no sabía qué hacer, nunca me habían metido nada por el culo, nunca había hecho nada de eso, y al ver esas dos pedazo de pollas, sea cual fuera el chico que me iba a follar yo no estaba preparado. De repente veo que el chico con el miembro más grande se acerca hacia mí. Me bloquee al ver me iba a follar ese pedazo de cosa, me quedé sin habla.
- Mikel – me llamó ella – no te asustes, disfruta, has tenido suerte de que el que la tiene más grande es el gay – me dijo mientras se reía.
Mientras el chico llegaba al lado de mi cama, el otro se tumbó boca arriba en la otra cama, mi novia se subió encima y le empezó a chupar ese miembro de 22 cm. El chico llegó a la altura de mi cabeza y me dijo:
- Tranquilo que tú hoy vas a disfrutar más que ella.
Me agarró la cabeza y me metió la polla en la boca. Nunca había chupado una, el tío empezó a moverla dentro y fuera. Me tocaba con la punta la campanilla y aún estaba la mitad fuera de mi boca, era descomunal.
- ¡Vamos trágatela entera cabrón! – me dijo con un tono autoritario.
Me la empezó a meter más fuerte, mi saliva que salía a borbotones de mi boca actuaba como lubricante para su polla. De vez en cuando oía un fuerte Plass!, no lo podía ver pero supuse que era el otro chico dando azotes al culo de mi novia.
- Joder Marta, tu chico no sabe cómo comer una polla de verdad, pero tranquila que le estoy enseñando bien.
No hubo respuesta por su parte, supongo que no podría hablar con la polla del otro chico en su boca. El tío siguió follandome la boca durante un buen rato. Finalmente se apartó, pude ver como mi novia ya no estaba chupándosela al otro, ella estaba encima de él follando. Pude ver cómo iban despacio, normal, ella nunca había probado algo de semejante tamaño.
El tío me puso un bote en la nariz.
- Huele esto un poco – me dijo.
Mientras lo olía podía sentir como me lubricaba el agujero del culo, cuando terminó retiró el bote y se fue atrás. Yo como no podía ver al estar atado boca abajo supuse que se estaba lubricando su miembro y preparándolo para metérmela. No sé qué tenía ese bote, pero al olerlo sentí que se me relajaban los músculos, los tenía bastante tensos después de todo. Noté como su subía encima de la cama y se ponía encima mío. Yo tenía en parte miedo y en parte excitación, me iban a follar.
El tío me puso la punta de su polla en mi agujero, como si estuviera apuntando, y de repente me la metió de golpe hasta el fondo. Grité de dolor, en ese momento mi novia que seguía encima del otro giro su cabeza hacia mí y me lanzó un beso. Sentía como su polla estaba dentro de mí, me dolía, aunque menos de lo que me esperaba. La dejó dentro completamente unos segundos y empezó a moverla dentro fuera. La verdad es que me estaba empezando a dar placer, yo la tenía un poco dura pero al estar boca abajo no se notaba.
Mire otra vez hacia mi novia y el otro chico, ahora habían cambiado de postura, él estaba arriba. Pude ver que el culo de mi novia estaba un poco rojo por los constantes azotes que el chico la daba.
- Marta – la llamé.
- ¿Sí?
- ¿Qué tal? - la pregunté entrecortado por las sacudidas que me pegaba cada vez que me la metía.
- Bien, ¿y tú? ¿Te gusta que te den por el culo?
- No sé, siento dolor y placer a la vez.
Al escuchar esto el tío cambio de ritmo y me comenzó a follar más fuerte. A duras penas pude escuchar la conversación del otro chico con mi novia:
- ¿Te gusta mi polla eeee? – la preguntó.
- ¡¡¡Si, follame, follame duro!!!
El chico la empezó a follar como yo nunca lo había hecho, no me lo podía creer, parecía imposible la velocidad con la que entraba la polla en su coño. Ella no hacia otra cosa más que gritar y pedirle más caña, cosa que el chico no dudaba en darla. Parecía que la iba a romper en dos con la fuerza con la que la follaba.
- ¡¡Oh sí, me voy a correr!! – dijo el tío que me estaba follando el culo.
Yo no sabía si tenía puesto un condón, empezó a darme aún más fuerte, me estaba dejando el culo con un agujero enorme. En una de las sacudidas metió su polla hasta el fondo y la dejo ahí, pude notar como fluía dentro de mí su corrida. Estuvo unos cuantos segundos en esa posición, jadeante después de haber metido todo su semen en mi culo. Al de un rato saco finalmente su polla y se fue al baño, podía notar como me había dejado el culo súper dilatado.
El otro chico seguía dándole a mi chica, al mismo ritmo, se notaba que estaba en forma, la llevaba dando así de fuerte un buen rato.
- ¡Oh si joder estoy a punto de correrme! – dijo él.
- ¡¡¡Si, córrete en mi coño, reviéntame!!! – le suplicó ella.
El chico la dio tres sacudidas tan fuertes que sonaron todos los soportes de la cama
- ¡¡Toma mi leche puta, siiiiiiiiiiii!!
El tampoco llevaba condón. Estuvieron también unos segundos jadeando los dos hasta que el chico por fin se retiró. Pude ver en su polla rastros de semen, la debía haber dejado una corrida bestial dentro de su coño. El otro chico salió del baño.
- Hombre, ya habéis terminado.
Ambos se comenzaron a vestir mientras comentaban lo que habían hecho. Mi novia seguía aun en la misma postura, visiblemente cansada, yo aún seguía atado a la cama. Ambos chicos se despidieron:
- Adiós, si alguna vez volvéis por aquí y queréis ya tienes nuestro teléfono – dijo mirando a Marta.
Al de un rato de irse, Marta vino hacia mí, yo pensaba que me iba a soltar y íbamos a dormir ya, debía ser bastante tarde, pero no, ella puso su coño encima del agujero de mi culo y empezó a chorrear el semen que tenía dentro de su coño. Sí que la había dejado una buena corrida, podía sentir como el flujo entraba en mi culo aún bastante dilatado.
- Quiero que este tu culo lleno de leche – me dijo.
Al de un rato, cuando ya había salido todo, fue a soltar mis ataduras, pero no las liberó completamente, solo las aflojó un poco para darme un poco libertad de movimientos.
- Ponte a cuatro patas – me ordenó.
- ¿Qué? ¿Para qué?
- Tú aun no has terminado, he visto la cara de placer que tenías cuando te estaban follando el culo, ahora quiero follarte yo.
Me puse a cuatro patas y ella pudo ver como mi polla estaba completamente erecta, todo lo que había pasado me había puesto muy caliente, y yo no me había corrido.
- Mmmm, tu polla esta juguetona, pero hoy no va a ver mi coño.
Marta cogió un condón y me lo puso
- Hoy vas a ser tú el único que uses condón.
Después con la otra mano se cogió un poco del semen que aún quedaba en su coño a modo de lubricante y comenzó a jugar con mi culo.
- Joder, sí que te ha dejado el culito dilatado, deberías verlo – me dijo – entraría cualquier cosa.
Parece que ella quería comprobar tal afirmación ya que comenzó a meterme un dedo, luego dos, y tres. Mientras con la otra mano pajeaba mi polla con el condón puesto. Ella seguía metiéndome tres dedos, pero solo con esos tres era insuficiente, tenía el culo tan dilatado que solo eso no me daba placer, parecía que ella lo sabía, y se negaba a meterme más hasta que me dijo:
- Quiero que me supliques que te meta la mano.
Yo estaba que iba a explotar, seguía pajeandome y estaba cachondísimo, me encantaba que me follaran el culo, pero no quería suplicarla tal cosa, no quería que pensara que era maricón y me gustaba eso, pero ella insistía:
- Vamos pídemelo, sé que lo estas deseando.
Ya no pude aguantar más, me daba igual lo que ella pensara, quería que me follara el culo con su mano.
- ¡¡Si joder, follame el culo con tu mano, métemela toda!! – la supliqué gritando.
Al oír esto ella metió toda su mano, era una mano pequeñita, pero aun así más gorda que la polla que me había follado antes.
- ¿Te gusta eee? Ya lo sabía yo, puto maricón, que te gusta que te den por el culo.
- ¡¡Sí, me encanta dame más, no pares!!
Me estaba metiendo toda la mano y parte del brazo mientras me seguía pajeando, estaba a punto de correrme
- ¡¡Oh sí, me voy a correr!!
Ella aumentó aún más el ritmo de la masturbación y de la penetración que me estaba haciendo, y no la suavizo hasta que empezó a notar como el condón se llenaba de semen. Me corrí como nunca, notaba el peso del condón por toda la leche que tenía. Mi novia se retiró y se fue al baño. Cuando salió fue hacia su bolso, cogió su móvil y le hizo varias fotos a mi culo.
- Quiero que mañana veas como tienes el culo de dilatado.
Me soltó por fin todas las ataduras, y se tumbó a mi lado. Estuvimos hablando un rato de que tal había sido y si me había sorprendido, vaya que si me había sorprendido. Finalmente nos dormimos. Marta y yo seguimos juntos y somos muy felices, nunca hemos vuelto a hacer nada parecido, aunque tenemos pensado volver en unos meses a Madrid.