Fantasia sexuale (Mi hermanita es una puta)

Siempre es soñado con que me cojo a mi hermana de 18, y una noche en una fiesta descubro que ya está muy recorrida, por muchos.

No se como empezar un relato, tal vez lo mejor sea poner un poco de cómo soy. Me llamo Edgar, tengo 18 años, y soy bien caliente, creo que he leído todos los relatos de amor filial de esta página. Somos cinco hijos, mi hermano mayor ya casado de 26, mi hermana Diana de 22, luego sigo yo de 19, luego mi hermana Brenda de 18 y mi hermanita Karen de 11.

A mí siempre me han encantado mis hermanas, incluso la chiquita, y también mi mamá, que tiene 45 años. Ya imaginaran las masturbadas que me pongo con toda esa ropa interior femenina, y también con alguna que le he robado a la esposa de mi hermano. Pero bueno, todo empieza con mi hermana Brenda. Ella esta hermosa, es de piel blanca, cabello ondulado, castaño claro, ojos miel, nariz chata, muy bonita; además tiene unas preciosas chichis de copa B, pero bien redonditas y paraditas; sus piernas son espectaculares, y su culito está bien firme.

Todo empezó un día que hizo una fiesta en la casa. Mi hermana mayor iba a salir con amigos, y como mi mamá no quería oír todo ese escándalo, se fue con mi hermana menor, a visitar a mi hermano y su esposa; mi papá las alcanzaría allá en la noche. Yo me quedé a cargo, lo cual me gustaba porque mi hermana tiene unas amigas bien sabrosas, paro bueno, tenía planeado masturbarme, con ropa interior de todas, ya que estaba casi sólo, pero me llevé una sorpresa.

Para ser sincero, mi hermana siempre ha tenido fama de ser bastante resbalosilla, y muy cachonda, pero yo nunca me imagine a que grado, de haber sabido lo que descubrí ese día. Bueno, ya eran como las once de la noche, cuando decidí que me iría a mi cuarto a masturbarme, pero como pensé que Brenda estaría abajo con sus amigos, pensé que también podía pasar por unas prendas suyas a su cuarto. Ella siempre cierra su cuarto con seguro, pero desde hace mucho que en unas vacaciones, saqué una llave de cada recamara.

Lego a su cuarto, meto la llave, abro la puerta y que es lo que veo. Mi hermana Brenda esta tirada en su cama, medio de lado, medio boca abajo, con la falda levantada, las bragas sin quitar, pero totalmente echadas a un lado, y un tipo que no conozco le esta dando tremenda cogida, y ella medio gimiendo, por que del otro lado le esta dando tremenda mamada, a un amigo suyo que se llama Pedro. El tipo la sujeta por la cabeza, y le marca el ritmo de la mamada.

Los dos se quedan helados al verme, la única que no se da cuenta es Brenda, quien sigue mamando. Entro, me doy cuenta de que está bien borracha, al igual que ellos, pero al igual que ellos sabe bien que es lo que hace, no la están violando ni nada; la zorra estaba que gozaba de lo lindo. En ese momento decido que hacer.

Se están cogiendo a mi hermana cabrones.

Edgar.

Que zorra, se ve que le encanta.

Nosotros

Quilaté.- Le digo.

Me desabroché el pantalón y me empecé a jalar la verga que ya tenía paradísima. Tomé a Brenda de la cabeza y le acerqué mi pene a los labios.

Se la vas a meter a tu hermana.

Claro si se ve que le encanta la verga.- Le moví la cabeza.- Verdad que quieres que te la meta putita.

Si cójanme.- Gimió mi hermanita.

Ya oíste cabrón, que te la sigas cogiendo.- Le dije al muchacho que aun la tenía prendida por las nalgas.

Le ensarté la verga en la boca, e hice un tremendo esfuerzo por no venirme, no podía creer que mi hermana me pegara una mamada tan riquísima, se veía que era experta; cientos de veces me masturbe pensando eso, y ahora la tenía era mía. Pedro se empezó a masturbar y a jugar con sus tetas, mientras el otro carbón estaba apunto de corréese. Yo estaba literalmente cogiéndomela por la boca, tocando sus tetas, recorriendo su cara. El otro cabrón le sacó la verga y le explotó encima del cuerpo. Era mi turno, me adelante a Pedro, quien ya se estaba saboreando esa panocha tan sabrosa. Tomé a Brenda por las nalgas, le saqué las bragas, mojadísimas, y me las guardé en la bolsa, la puse bien de perrito, ella coopero de inmediato. Le clavé un dedo y de inmediato empezó a gemir. Tomé mi verga y se la fui clavando lentamente, ahora no gemía tan duro, pues ya se la estaba mamando de nuevo a Pedro. Mientras me bombeaba a mi hermana, le decía que si le gustaba que se la cogiera su hermano. Ella sólo respondía que si. Comencé a acariciar sus nalgas y descubrí un hermoso lunar en esas nalgotas ricas, justo sobre el lunar le solté unas ricas nalgadas, que la hicieron gemir de placer.

Así estuve varios minutos hasta que no resistí. La voltee de nuevo y me recosté sobre ella, le doble las piernas casi hasta la cara, donde mis otros dos cómplices, se turnaban para meterle la verga en la boca, tan despiertita estaba ya mi hermana, que sostenía ambas vergas con las mano y se volteaba para mamar una, luego otra. Su piel era deliciosa, sus tetas como las había soñado, las chupé y las mordí, pero por fin sentí la necesidad de correrme. Le saqué la verga y me masturbe sobre su cara, solté chorros y chorros de semen, que le llenaron la cara, la boca y sobre la verga que mamaba, así que le encantó más. Que increíble, mi hermana era una puta de primera, y ahora iba a ser mía siempre.

Luego, Pedro se la empezó a coger, y yo hice que me la mamara hasta que tuve una nueva erección. Pedro se recostó en la cama y mi hermana lo empezó a cabalgar, yo empecé a degustar esas ricas nalgas, le empecé a clavar un dedo en el ano, mientras se lo escupía para lubricar. Cuando estuvo lista, le fui clavando la verga lentamente, el otro muchacho también estaba empalmado de nuevo, y Brenda con gusto se la siguió mamando. Gemía como una perra que está gozando increíblemente, con sus tres hoyos penetrados. Casi le enterré las uñas en las nalgas, y se las dejé rojas de tantas nalgadas, por fin lo tres nos venimos casi al mismo tiempo, la dejamos exhausta y totalmente llena de semen.

Nadie va a decir nada de esto.

No te apures Edgar.

Cuando la fiesta terminó cerré bien la casa, luego fui a tapar a Brenda, pero no resistí y me tuve que masturbar sobre ella, no la quise penetrar de nuevo, pues si la despertaba, esta vez estaría sobria, yo realmente no sabía si se dio cuenta de que era yo. Pero aun así me vine de lo lindo sobre su culo, en especial sobre su lindisimo ano.

Guarde como un tesoro sus panties llenas de semen y de sus jugos. Pero ahora venía la prueba de fuego. Al día siguiente yo me levanté temprano como todos los demás, la única que no se levantó fue Brenda; Imagino que estaba exhausta. Como a las once salieron mis papás con Karen al supermercado, y Diana se salió no supe a dónde.

Como a eso de las doce se levantó mi hermanita, se pasó un rato por la casa con un lindo y corto camisón, y luego se metió a bañar. Se tardo un rato en bajar ya arreglada, se puso unos shorts y una blusa de tirantes, y sandalias, con el pelo suelto. Se veía hermosa. Yo estaba viendo tele en la sala.

¿cómo está la crudita hermanita?

No mucho, regular.

Que buena fiesta.

Buenísima.

¿No estás adolorida?

No. ¿Por?

No sé, por la fiestita privada que te aventaste en tu recamara.- Se quedó de una pieza. La tenía, por lo visto no supo que era yo.

Me viste.

Sí.-Le sonreí.- No sabía que estuvieras tan avanzada a tu corta edad hermanita.

No es mi culpa que tu estés tan atrasado. ¿puedo contar con que nadie se va a enterar?

Eso depende.

No inventes. Ya me imagino que es lo que quieres. No soy inocente.

No, eso ya lo sé Brenda.

¿Hasta dónde quieres que lleguemos?

Hasta todo, y las veces que quiera.- Ella negó con la cabeza.- Si se ve que te fascina.

Pero somos hermanos.

Pues si no quieres que nuestros papás se enteren. Más vale que empieces con una rica sesión de sexo oral, se ve que lo haces muy bien.- Al ver su duda agregué.- Yo soy tu hermano, me conoces, te apuesto a que ni siquiera te acuerdas de quienes te dieron ayer.

Pedro.

¿Y quién más?

No sé.

Anda hermanita, me vas a cumplir un sueño, aunque no lo creas.

Sí lo creo, que crees que no sé que te masturbas con mi ropa interior.- Luego sonrió.- Y con la de Karen… tiene años.

La primera vez que me robé unas bragas tuyas tenías nueve.

Cabrón.

Ándale hermanita.- Sonreí, era el momento.- No sería la primera vez que lo haces.

¿Qué?- Luego entendió.- No inventes, eres un cochino. ¿Ayer?

Sí.

Ustedes dos.

Tres. ¿Quién era el otro?

No sé

Estas inventando.

No Brenda. Me encantó tenerte. Además no estabas tan borracha te encantó.

Claro, pero no con mi hermano.

¿Por?

No sé, está mal. Además no es cierto.

Entonces cómo sé de ese hermoso lunar que tienes en tus nalgas, te apuesto que todavía te duelen de las nalgadas que te dimos.

Cabrón, me la metiste. ¿Te cogiste a tu hermana? No te creo.

Ven.

Fuimos a mi cuarto, y de mi escondite secreto saqué sus bragas todas manchadas, aunque ya secas.

¿No te preguntaste dónde quedaron tus bragas?

No, supuse que se la había llevado uno de los que estuvieron conmigo, pero no creí que tu. Te corriste sobre mí.

Por favor. No fue la primera vez.

¿Qué?

La primera vez que eyaculé en mi vida lo hice sobre ti.

¿No es cierto?

Sí. Yo me robaba tus bragas cuando tenía doce, pero no sabía como masturbarme, lo hacía y no sentía nada. Pero a veces cuando te dormías, y tenías falda, o lo hacías en calzones, yo me subía a la cama y te acariciaba las piernas y las nalgas, y te daba besos en la cara. Una vez me empecé a masturbar, pero esta vez comencé a sentir rico, así que me seguí masturbando mientras con la otra mano, acariciaba tus nalgas sobre las bragas, y después de unos momentos, sentí algo riquísimo, y un chorro de semen salió muy duro de mi pene sobre tus piernas y tus nalgas. Te limpié las piernas y frote tus bragas para que no se notara el semen. – Luego fui de nuevo a mi escondite, saqué las bragas y se las di.- Esas son las bragas que llevabas esa vez, cuando te cambiaste las recogí y las guarde como un tesoro.

Eres un caliente. ¿Le haces eso a Karen?

¿Te estás calentando? Dime la verdad y yo te digo la verdad.

Si, algo.- Me respondió.

Yo me senté en la cama, y le indiqué mi verga con la mirada.

Pásame una almohada.

Toma.

Se arrodilló frente a mí, y como lo más natural del mundo me empezó a bajar los pants. Cuando mi verga brinco, la comenzó a masturbar, y después decididamente la devoro y empezó a darme la mejor mamada de mi vida.

Sí.

Si ¿Qué?- Dijo sacándose mi verga de la boca.

Si hago lo mismo con Karen.

Si quieres que hagamos esto cuando tú quieras, la próxima vez que lo hagas quiero que me avises.

Se metió la verga en la boca y siguió mamando. Luego se oyeron ruidos de que mis papás llegaban. Rayos ya no me la pude coger. Ella intentó separarse, pero como la tenía sujetada por la cabeza no la dejé.

Termina estoy a punto.

Siguió mamando con mas velocidad, su lengua era riquísima, sus labios presionaban con la fuerza justa, no resistí más y me corrí en su boca, y la muy perra de mi hermana, no dejó escapar ni una sola gota.

Cuando se levantó la acerqué a mí, y la besé en los labios, que rica forma de besar.

Así que también te gusta arriesgarte.

Mucho.

Ya sabes en lo que quedamos.

Pero antes te la meto.

Veremos en la noche.

Pronto continuare el relato. Gracias por su tiempo. Bye.