Fantasía peligrosa

Fue una experiencia atrevida y maravillosa la que se volvería a repetir...

Cualquier semejanza con cualquier persona es pura coincidencia ya que este relato es pura imaginación del escritor. Es ficción..

Fantasía peligrosa

Fue una experiencia atrevida y maravillosa la que se volvería a repetir....

Mi esposa Tamara es rubia , mide cinco pies y seis pulgadas de estatura, tiene una cara muy bonita y un cuerpo maravilloso. Sus piernas son largas, adorables, de carnes firmes su piel tostada por el sol, sus pechos no son muy grandes que digamos, pero perfectamente modelados. A menudo he escuchado el comentario de que mi esposa y yo formamos una buena pareja. Soy delgado y mido seis pies y una pulgada. Tengo el pelo y los ojos oscuros y para la mayor parte de la gente son bien parecido.

Tamara mi esposa y yo siempre en nuestros momentos más íntimos habíamos hablado sobre los intercambios de pareja pero nunca lo habíamos puestos en práctica ya que creíamos que era un peligro para la relación de parejas, además nunca habíamos tenido confianza de decirle a algunos de nuestros amigos casados lo que pensábamos.

Mi amigo Mario y yo trabajamos en una compañía de programación y reparación de computadoras. A menudo salíamos juntos con nuestras respectivas esposas.

Un viernes por la noche nos pusimos de acuerdo para salí a tomar y a bailar. En verdad Tamara y yo nunca habíamos pensado en tener ningún tipo de relación con nuestros amigos, habíamos salidos otras veces nos habíamos divertidos y cada pareja para su casa. Por lo que ese viernes empezó como cualquier viernes social. Tamara se puso un vestido rojo muy provocativo con un escote muy pronunciado, zapatos altos y se dejo su pelo suelto. Yo como siempre me vestí más casual, mi pantalón negro, camisa gris clara con las mangas remangada a medio brazo.

Nuestros amigos nos venían a buscar como siempre, mientras que esperamos yo le serví un brandy a Tamara era la bebida preferida de ella y yo me tomaba un wisky mientras mi esposa tomaba su brandy yo admiraba lo bonita que era. Tiene unos 32 años pero para mi lucia de 20. Ella noto que la miraba quizás medio raro y me pregunto curiosa.

~ Porque me miras así? Té pasa algo?

~ No solo pensaba lo bonitas que estas hoy—ella maliciosa me dijo.

~ Quizás también le guste a Mario.

~ Que tienes entre mano Tamara?

~ Oh nada solo que esta noche tu también estas muy guapo. Y además yo he visto como te mira Rosa cuando Mario no la esta mirando.

~ Y eso no te pone celosa?—Pregunte intrigado.

~ Pues para mi sorpresa no yo creía que me iba a disgustar que le gustaras a alguien que no fuera yo pero no me ha disgustado para nada después de todo no se puede negar que es una trigueña hermosa—Si era verdad Rosa la esposa de mi amigo Mario era una trigueña de ojos grandes negros con el pelo largo y un cuerpo de guitarra riquísimo. No pude mas que imaginarme follando con la mujer de mi amigo. En este pensamiento me encontraba cuando tocaron a la puerta. Vi a Tamara ir a abrir y por un momento me la imagine entre los brazos de Mario. Claro fue un pensamiento fugas por que en verdad no sabia como iba yo a reaccionar si veía a mi mujer con otro hombre.

Rosa y Mario también hacían una pareja muy atractiva. Esa noche Rosa tenia un vestido azul claro de una tela fina que hacia que se notaran mas sus curvas. Él era un poco mas bajo que yo pelo rizado un poco claro ojos verdes, musculoso sonrisa amplia, lo bueno de Mario era eso que siempre estaba de buen humor eran de esos tipos que nunca veían nada malo en la gente. Pero claro de ahí a que aceptara lo que mi esposa y yo pretendíamos había una largo trecho.

Cuando Tamara abrió la puerta ahí estaban nuestros amigos Tamara les mando a pasar.

~ Bueno tómense un trago, que quieren?—les pregunte mientras me servia otro Wisky

~ A mí me da lo que esta tomando Tamara—dijo Rosa acercándose a ella y diciéndole algo al oído.

~ A mí también me das lo que tu estés tomando—Me dijo Mario sentándose en el sofá.

~ Bueno que hacemos. A donde vamos esta noche?—No sé si fue los deseo que yo tenia de formar la fiesta en casa o fue imaginación pero yo hubiera jurado que Mario tenia un pensamiento malicioso cuando hizo la pregunta.

Rosa sin esperar respuesta fue al sistema de CD y puso una música romántica, enviíto a Mario a bailar. Yo ni corto ni perezoso hice lo mismo con mi esposa.

Tamara entre risita me dijo bajito sírveles mas tragos. Y como es natural obedecí a mi esposa brindándole mas trago a nuestros amigos. Así estuvimos bailando y tomando un buen rato. Fue entonces la misma Rosa la que sugirió que nos cambiáramos para bailar la otra pieza con diferentes compañeros. Yo claro me cohibí un poco al no saber como iba a reaccionar mi amigo. Pero él de lo más contento cogió a mi Tamara por la cintura y se puso a bailar. En vista de la situación quise hacer las cosas un poco mas atrevida y baje un poco la luz. Después Rosa y yo nos pusimos a bailar. Apreté su cintura contra mi, mientras que ella me agarraba por el cuello—susurrándome al oído.

~ Tamara y yo estuvimos hablando, me comento la fantasía que ustedes tienen de hace tiempo—yo me que de sorprendido mas porque Tamara nunca me dijo que lo había comentado con Rosa.

~ Y que te parece, que piensa Mario—ella se sonrió.

~ El no sabe lo que piensas tu.

~ Pues yo estoy muy de acuerdo claro si él lo esta.—Sin darme tiempo a nada Rosa se prendió de mis labios metiendo toda su lengua en mi boca. Yo deslicé mi mano por su espalda para acariciar el tentador trasero y mi miembro comenzó a incorporarse cuando Rosa ciño todo su cuerpo contra mi, me empecé a estremecer. Mientras que Mario desabrochaba el vestido a mi mujer besándola en el cuello aquella visión de mi mujer dejándose versar por otro hombre que no fuera yo lejos de enojarme me excitaba mucho. Tome a Rosa entre mis brazos y cuando me disponía a llevarla al sofá ella me dijo—vamos a dormitorio allí estaremos más cómodos. Llegamos al dormitorio cerré la puerta mientras mi adorable compañera prendía la luz, la abrace cuando se me acerco. Nos volvimos a besar mientras yo safaba la cremallera de su vestido y ella mi pantalón.

Cuando estuvimos desnudos en la cama sus manos se abalanzaron a mi tranca enfurecida. En segundos la tuve hinchada, y estirada en segundos también la boca de la chica me la había aprisionado con avidez. Yo estaba tendido de espaldas y ella acostada encima de mí, con sus nalgas redondas vueltas hacia el pie de la cama. Una de sus manos estaba aferrada a la base de mi verga, y los dedos de su otra mano acariciaban mis testículos. Al principio tenia solamente mi hinchado instrumento dentro de su boca, y su lengua lo lamía por todas partes ansiosamente. Luego empozo a mamarlo con mas fuerza, a metiendocelo mas profundamente en su boca, y en pocos instantes su boca recorría ansiosa toda la extensión de mi barra, de arriba abajo.

En ese momento fue cuando le insinué que se volteara de tal manera que yo también la pudiera mamar.Pero ella no lo hizo. Me mamo durante un minuto mas y luego se estiro a mi lado y me rogó que le chupara los pezones. Me voltee hacia un lado y me apoye en un codo mientras mis labios se apoderaban del pezón erecto más cercano y apretaba el otro entre mis dedos expertos. Ella comenzó a gemir profundamente. Sus pechos vibraban y sus pezones parecían haberse vuelto muy sensitivos. Después de chupar y lamer ese enorme pezón hasta que ella se retorcía de la excitación, alce mi cara y poco a poco la fui deslizando hacia su túnel palpitante.

Pero eso no era lo que ella quería en ese momento y agorándome por los cabellos, dirigió mi boca hacia su otro pezón; mientras que mi lengua rondaba su pezón deslice mi mano por su vientre y la resbale hasta posarla en su vulva llameante, ella aparto las piernas automáticamente. Su trasero ya se retorcía en el colchón.

Los vellos de su monte eran cortos y suaves, como felpa bien tupida. Su hendidura se entreabría tentadoramente, caliente y suave. Se arqueo ligeramente y le metí mi dedo largo entre los labios prominente y húmedos de su vulva ya temblorosa. Deslice mi dedo entre los repliegues de su feminidad, y al fin llegue a su clítoris. El rollito de carne estaba tieso y resbaloso.

Después de unos veinte segundos, y de una buena dosis de frotaciones con mi dedo del medio, ella retiro mi boca de su jugoso pezón y trato de introducir toda su lengua en mi boca. Yo le devolví el beso febril. Mas que pedirme me suplico que ahora la mamara. Así que mi boca se fue deslizando hacia donde hacia unos segundos tenia el dedo en acción. Su femenina esencia me iba embriagando y me hacia cabecear mi verga enfurecida estaba a punto de estallar pero estaba seguro de mi fuerza de voluntar para retardar mi clímax. Rosa metió sus dedos en mis cabellos y entre suspiro y gemidos me pido que terminara para que la penetrará.

Le alce el muslo izquierdo y aplique mis labios exactamente en el centro de su vulva, ella echo su pelvis hacia adelante y mi mano se fue resbalando hasta apoderarse de una de sus nalgas firmes y carnosas. Exhale el aire con fuerza y hundí mi lengua entre su cavidad ardiente. Eso le arranco un gran gemido y su vulva tembló, Rosa empujaba hacia mi cara su pelvis a fin de poderle introducir mejor mi lengua y lamerle su clítoris ella se abrió mas y más y luego comenzó a empujar con fuerza sus caderas mientras hundía con desespero sus dedos entre mis cabellos.

Saque mi cara de su raja y me dispuse a penetra mi pené en ese sabroso hoyo que me tenia loco. Ella con su mano guiaba mi verga a hacia el blanco de su raja. Penetre mi verga con gran facilidad, cuando ella sintió el trozo de carne adentro de su raja empezó a bombear y a recibir las estocadas que yo le daba con mí pené con tremendo gustos. Nuestras lenguas se buscaron y se hundieron ambas en su boca mientras mi verga a punto de estallar también embestía hasta lo más profundo de su vagina sus, caderas giraban enloquecidas entonces metí mis manos por debajo de sus nalgas la alce con firmeza hacia arriba así mis embestidas se hicieron más rítmicas y fuerte, bombee aun con mayor rapidez hundiendo mi verga hasta el fondo de su raja eso me produjo una maravillosa sensación, fue cuando sentí que Rosa empezó a derramarse, mi verga bombeo con mas furia derramándome completamente adentro de ella.

Sin fuerza me eche al lado de ella fue entonces cuando vi dos figura en la puerta que nos contemplaban era Tamara y Mario que en silencio había presenciado todo aquel espectáculo de pasión pero Rosa sin inmutarse le guiño un ojo a Tamara invitándola a que se subiera a la cama con ella lo que hizo mi esposa ya desnuda. Mario con una botella de Wisky en una mano y cuatro vasos vació en la otro igualmente desnudo se acerco diciéndome bebamos esto hay que celébralo.

y la fiesta continua...