Fantasia o realidad...

Trio preparado por él con el consentimiento de ella pero todo por sorpresa...

FANTASIA O REALIDAD

Era sábado, los nervios estaban a flor de piel. Todo había empezado como un simple juego, un comentario, una curiosidad… Esa noche se podría convertir todo en realidad. Él aprovecho la tarde para salir con los amigos, ella fue a la peluquería y a la estética, quería estar perfecta.

Eran las nueve, tenían mesa en un céntrico restaurante. Todos los detalles estaban cuidados, primero una cena tranquila y después… después estaba todo por escribir. La idea estaba más que hablada pero faltaba ver que pasaría. El vino empezó a tranquilizar los nervios, los dos se observaban, se reían, se analizaban. Fue una cena tranquila, como todas las que habían disfrutado juntos. Salieron del restaurante para dirigirse hacia el hotel. Él se había encargado de prepararlo todo, la habitación estaba reservada con antelación, jugaba con ventaja. Solo le había comentado lo principal, faltaban los detalles.

Empezaron a tontear, a besarse, a acariciarse, las dulces palabras inundaban el ambiente. Una vez ella estaba relajada, disfrutando de cada instante, sus ojo fueron tapados por una fina venda. Todo se volvió oscuro, el sentido del tacto se agudizo, la vista despareció. Los besos y las caricias continuaban recorriendo su cuerpo. En ese momento sonó suavemente la puerta, los dos sabían que esperaban visita, los dos sabían que era ella, pero solo uno sabia quien era… faltaban los detalles.

En un acto reflejo acerco su mano a la venda para hacerla desaparecer, pero no, la separo lentamente ante la mirada de los dos. Con un susurro al oído volvió a entrar en el sueño que tenían pensado. No fue él, ella tenía el control de los dos. De nuevo empezaron los besos y las caricias, pero ahora para su sorpresa eran duplicados, unos dulces otros picaros.

Una hábil mano desabrocho los primeros botones de la camisa, entonces quedo al descubierto el nuevo conjunto que le habían regalado para la ocasión. Negro, ajustado, le quedaba perfecto. La camisa dejo paso a la piel, ahora el tacto podía absorber todo el calor del ambiente.

Suavemente le quito los pantalones, el tanga era negro, con transparencias. Los dos se quedaron mirándola, allí tumbada, semidesnuda, excitada, se besaron y luego la besaron, primero ella. Al no poder verla le acaricio el pelo y suavemente dirigió sus besos hacia el cuello. Él mientras estaba en sus pechos y acariciaba a la invitada. Los tres parecían uno. Todo era muy suave y acogedor.

Ella se dirigía hacía los pechos y su receptora no paraba de suspirar, aquello superaba todas sus expectativas. Al mismo tiempo abrió lentamente sus piernas para que él la llevara al séptimo cielo, y no tardó.

Tras unos segundos, saboreo cada uno de ellos, aun estaba intentando asimilar lo que había pasado, se quito la venda. No se podía creer lo que sus ojos veían. Se rieron, se miraron y se besaron de nuevo. Él se mantuvo al margen, quería ver como esta vez eran solo ellas. Se acariciaron, se recorrieron sus cuerpos desnudos con sus manos, con sus labios. Se miraban cada vez mas descaradamente y de reojo lo controlaban.

Después de susurrarse al oído, de darse tiempo y placer, se tumbaron las dos. Él se acerco lentamente, tímido, pero ellas estaban deseosas de él, mientras se besaban él las amo a las dos.