Fantasía o Realidad

Fantasía o realidad, que superaba los más imaginarios sueños de estar dentro de ti.

Despacio y sin prisa nos acercamos, en la distancia veo tu sonrisa y en la cercanía me pierdo en su disfrute. Nos encontramos, el ambiente de armonía se refleja en cada detalle de este lugar, sus flores, el ruido del agua, los pájaros y su alegre vuelo. Nos hacen sentir un paraíso propio de nuestros deseos y fantasías.

Te miro a los ojos, contemplo tu sonrisa, mientras con una mano acaricio tu mejilla la otra te toma por la cintura, me besas suavemente, nuestros labios se unen en un beso calido, tierno y se funden en un constante juego de lenguas que se entrelazan para disfrutar de nuestro encuentro.

Tus manos busca mi cuello y las mías se unen en tu cintura, siento como tus manos me aprisionan hacia ti, levemente juegas con mi cabello en esa presión. Las mías recorren tu espalda, bajando hasta sentir la firmeza de tus glúteos, los acaricio y mi mano se pierde bajo tu falda buscando la calidez de tu piel y la dureza de tu cuerpo. Sientes mis manos en tus caderas, tus glúteos y te agitas aumentando la voracidad de los besos.

Mis manos ayudadas por mis fantasías, pasan de la pura y simple contemplación de tus monumentales contornos. Me deleitan sintiéndote moverte, me absorben contemplando y deteniéndome reiteradamente en la redondez perfecta de tu culo. Y no aparto un momento mi mente de ese placer deseado, de ese tesoro prohibido, de esa penetración inalcanzada, que mientras más te beso, con más fuerza se atraviesa en mi mente con un deseo irreprimible de tenerte.

Entre besos y caricias nos desnudamos, testigo el cielo de nuestro deseo desenfrenado y el fuego ardiente de nuestros cuerpos. Nos inclinamos y nuestros cuerpos caen por el peso de las emociones, te abrazó desde atrás y notas cómo mi miembro duro se pegaba a tus nalgas. Mordisqueo tu cuello, y te estremeces como si de corriente se tratara. Mis manos ahora rodean tus pechos y presionan tus pezones suavemente, comienzas a excitarte al nivel del descontrol, te viras buscando mi boca y te apoderas de mi lengua con una pasión inusitada.

Mi pene duro es tomado entre tus manos mientras nos besábamos y yo coqueteo con tu ropa interior acariciando tus nalgas. El calor de tu deseo comienza a humedecer la tela que separa tu piel caliente de mis manos. Lo notó en uno de los paseos de mis dedos por tu vagina y decido dar rienda suelta a tu imaginación.

Contemplo tu culo maravilloso, con cuidado infinito pongo mi mano sobre uno de tus glúteos ardientes. Y humedeciendo mi dedo entre tus jugos lo llevó directamente al orificio de tu ano que esta apretadito y cerrado. Poco a poco y al contacto con tu piel dulcemente relajada mis dedos se abren paso penetrando en tu gruta que comenzaba a ceder y darte un gran placer.

Vuelvo a ponerme tras de ti pero esta vez reemplazó mi dedo por mi pene, y sin meterla dentro, jugueteó en tu culito a mi antojo, mientras sientes los deliciosos mordiscos en tu espalda, que me excitan al tiempo que lo hacen contigo. Luego de un rato de delicioso jugueteó, me acuesto boca arriba y guió tu cuerpo de tal forma que quedas arrodillada sobre mi cara, mirando mi pene erecto que pedía a gritos ser lamido. Te agachas y lo devoras de un sólo golpe, mientras sientes cómo mi lengua recorre tu culo y esa parte entre los labios de tu sexo y el ano que empieza a gustarte, perdiéndote entre la sensación de mis caricias y el disfrute de mi pene en tu boca. Mi lengua comienza explorar dentro de tu agujero. Encontramos la pose ideal y mientras lamo los límites de tu sexo y tu culo, siento tu boca darme placer y tu mano recorriendo mi pene ardiente de arriba abajo, perdiéndose entre tus labios. Mis caricias te enloquecen y me chupas de una manera que no podría soñar.

Ahora sientes uno de mis dedos entrar en tu culo, es una sensación que te gusta, sientes algo frió y viscoso embadurnado tu culo, mientras mi lengua no deja de jugar entre tu clítoris y el orificio de tu culo. La crema se derrite al contacto con el calor de tu piel y con sumo cuidado la termino de depositar, cubriendo todo el orificio de tu culo, y después de unos momentos ,que me parecieron eternos, introduzco mi dedo pulgar, sientes una leve molestia que pronto cedió a un placer infinito que te quema por dentro. Yo entero estoy tensado al máximo cuando tímidamente inicio un recorrido por el lubricado sendero entre tus nalgas percibiendo en mis dedos esa consistencia y suavidad que tantas veces he soñado desde que recibí tu fotografía pero cuya realidad supera todas mis fantasías. Tus dos masas quemantes presionan sobre mis dedos mientras con ellos avanzo en ambas direcciones con un cuidado delicioso.

Alentado por tu rítmico y agitado respirar, recorro delicadamente en círculo y me detengo de nuevo, sintiendo tus reacciones en la violencia placentera que tus labios imponen sobre mi miembro. El silencio es música, el calor entre nuestros cuerpos es impenitente y mi dedo esta detenido allí en el umbral del paraíso, cuando una orden salida de las profundidades de mi fantasía me ordena avanzar. Presiono con más ansiedad que temor y en ese momento siento que mi corazón parece detenerse, mi dedo avanza abrazado por la deliciosa presión de tu entrada lubricada y ardiente. Lentamente sin detenerme, y retrocedo percibiendo cada segundo como un tiempo de placer supremo y reiniciando la entrada con la felicidad apretada en el alma.

Me chupas con ganas, con pasión y con una devoción casi religiosa. No aguantas más las ganas y, con cierta brusquedad (suficiente para excitarme aún más), me apartas de ti. Yo te tomo de nuevo por la cintura, te beso y te pongos en cuatro ubicándome tras de ti. Con una ansiedad sin límites ni trabas, derramo la crema delicadamente en mi pene, y sin tocarte, para permitir el contacto, ubico mi miembro longitudinalmente entre tus nalgas humedecidas. Te recorro con mi longitud en una tarea de reconocimiento y luego estirando mis piernas al máximo para precisar más mis movimientos pongo la cabeza ardiente en la entrada de tu culo, presiono levemente y luego con algo de fuerza. Siento como mi hierro candente esta aprisionado sin entrar aun por tus nalgas maravillosas.

Y sin pedir permiso, poco a poco, voy introduciéndome en tu cuerpo, que ya arde clamando por más. Y fuertemente me gritas:

-"Metemelo"-

-"Metemelo"-

El dolor es leve, rico, suave, y, poco a poco, te recorre el cuerpo una corriente de placer que sólo se obtiene de esta manera. Comienzo a penetrarte y tu a moverte con una cadencia y un ritmo envidiable. Ese ritmo me excita más y más, y lo meto con firmeza, suavizando nuestros movimientos llevando el placer a la locura. Mientras mi miembro se pierde entre tu culo repetidas veces, hasta salir a buscar tu vagina y regresar dentro de tu culo, alternado los movimientos, queriendo estar en ambos lados al mismo tiempo y tus gemidos alentando mis deseos

Cambiamos de posición y te sientas sobre mi miembro caliente, tus pechos quedan a merced de mi boca, que no tarda en chuparlos como si fueran frutas, deliciosas frutas que te lleva a un éxtasis tal, que sientes un orgasmo inmenso. ¡Sí! Un orgasmo rico y delicioso desde tu culo. Contienes la respiración y aceleras los movimientos, cabalgando, mientras mi pene entra en tu culo y disfrutas al máximo, tomándote los cabellos, para luego caer rendida sobre mi pecho y con pasión serena me miras y nos besamos de nuevo.

Fantasía o una realidad, que superaba los más imaginativos sueños de estar dentro de ti.