Fantasía medieval (4)
Los dos la follamos al mismo tiempo para complacer su fantasía mas escondida
FANTASIA MEDIEVAL (5)
Nos ponemos a cuatro patas y vamos gateando hasta su lado.
— Ya podéis empezar a lamer. Quiero que me dejéis el cuerpo sin una gota de agua.
Así lo hacemos, cada cual empieza por una pierna, desde los dedos hasta los tobillos, luego la pantorrilla y el muslo.
Me quedo por delante y le chupo las ingles, los pelitos del pubis y luego los labios vaginales. Por detrás Marín hace lo propio dándole unos buenos lametazos en las nalgas y por en medio de ellas.
— Así me gusta… que seáis obedientes y cariñosos— dice ella mientras nosotros no dejamos de lamer todos los rincones de su cuerpo.
— Os quiero a mi disposición y que hagáis de inmediato lo que os mande¬— dice convencida de su poder sobre nosotros.
— Descansad un rato, estoy tan perra que os espero…uno por cada agujero…mientras os recuperáis poder decidir entre vosotros quien tendrá el privilegio de follar este culo— dice al tiempo que se da varias sonoras palmadas en medio de la nalga.
Capítulo 5
Entre nosotros nos miramos inquisitivamente… ¿Cómo lo decidimos? Quien va a tener el privilegio de darle fuerte a ese culo de mármol que tiene nuestra querida Daniela.
A la muy cabrona le encanta exhibirse delante de nosotros. Se mueve a cámara lenta levantando el pie para luego volver a apoyarlo empezando por la punta de los dedos y pausadamente ir apoyándolo progresivamente. Para llamar nuestra atención mas si cabe, de da varias cachetadas en la nalga, uhmmm como suena.
Dándonos la espalda, pone las piernas abiertas formando un triangulo perfecto, se inclina hacia delante, trae ambas manos atrás para sujetar los cachetes y los separa ampliamente para mostrar su ojete y parte de la vulva. ¡Qué imagen tan maravillosa! ¡Qué bien sabe lanzar una invitación!
Ante plato tan delicioso, por donde empezamos: por el apretado y ardiente culo, o por la jugosa y aterciopelada raja, es una difícil pregunta. Y lo más difícil de decidir…quién y cómo. Ante nuestra indecisión, la organizadora del encuentro toma la iniciativa y como es lógico concede a su marido el privilegio de ser el primero.
Lo toma de la mano, lo arrastra hasta la cama y de un empujón lo deja tumbado bocarriba. Como una pantera hambrienta se echa encima y se lo come de arriba abajo consiguiendo que luzca una excelente erección. Daniela, muy autoritaria coloca los brazos de su marido por encima de los hombros haciéndole ver que no tiene que hacer nada, que ella ya se arregla solita.
Se pone a horcajadas sobre la cintura de Martin, se apoya sobre las rodillas lo que le permite acercar su coño hasta ponerlo al alcance de la boca. El marido levanta la cabeza y se amorra desesperado por lamer sus voluptuosos labios y sacar una buena ración de néctar. Ella ya sabe lo que es por lo que se contonea levemente para restregar todo el coño por media cara.
Al mismo tiempo, se coge los pechos se los aprieta haciendo que el pezón se salga de entre los dedos emergiendo orgulloso y desafiante. Daniela lo coge entre sus dedos pulgar e índice, los aprieta hasta casi el dolor, para luego estirar de ellos hacia afuera. Los suelta, unos golpecitos y vuelta a empezar mientras Martin sigue chupa y chupa su mojado coño.
Y yo… ¿Qué hago?... simplemente…miro… y espero. Sé que mi momento llegará un poco mas tarde. Me miro la polla…está perfecta…dura…gorda…con todas las terminaciones venosas al máximo de su capacidad. El pellejo atrás, incapaz de cubrir el enorme capullo en forma de seta que tengo en la punta. La piel esta brillante por la extrema tensión, el color…sangre intenso…y la sensibilidad…a tope. Estoy impaciente por darle satisfacción y compartirlo con Daniela.
Mientras yo me doy unos meneos preparando la herramienta, cambian de postura. Daniela ha retrocedido un poco sobre el cuerpo de su marido colocándose sobre el pubis, de un solo empujón ha hecho que la polla de el se meta dentro de su vagina, y empieza a cabalgar…muy despacio, pero con mucha amplitud. Sabe como mover las caderas a un lado y a otro, adelante y atrás para que la estaca que tiene dentro le frote en cada rincón de su vagina.
Poco a poco va subiendo el ritmo, los suaves movimientos se convierten en pequeños botes que hacen crujir la piel pues sus jugos y han mojado todo el pubis de él. Me acerco, se siento a su lado y empiezo a acariciarle el brazo y la espalda.
Daniela, sin dejar de botar sobre su marido, se vuelve hacia mi y me da un cálido beso de bienvenida. Le cojo un pecho y se lo aprieto hasta arráncale un gemido. La otra mano la desplazo por sus hombros, por la espalda, recorro su cadera y termino con la mano entre las piernas de el y bajo las nalgas de ella.
A cada bote le corresponde un golpe sobre mi mano, la pongo con la palma hacia arriba recibiendo el contacto de sus glúteos y de la zona entre su coño y el culo. Ella sigue cabalgando con un trote alegre, haciendo que sus jugos salgan de forma continuada. Me moja la mano, eso me encanta y no dudo por restregarla para mojarle todo el culo.
Cuando le pongo el dedo medio en el ojete, Daniela se detiene un instante, como si quisiera tomar conciencia de que mi intención en abrirle ese culo tan bonito. Se eleva sobre sus rodillas, yo mantengo el dedo en posición, baja lentamente y si dedo se hunde en su culito.
Uffff, que gusto…su esfínter me atrapa el dedo…a pesar de los jugos, noto la presión alrededor…lo muevo un poco mientras ella gime. Una vez que se ha acomodado a mi presencia vuelve a cabalgar, al principio con cuidado, luego con mas amplitud y fuerza. Acompaño los botes con un movimiento de mano acompasado con ella.
Se vuelve hacia mí, se muerde los labios deja caer los parpados y gime. Es la forma de hacerme saber que esto le gusta y que vamos por buen camino. Me había olvidado de Martin, hace rato que sigue tumbado con la polla clavada en Daniela sin poder moverse. Da señales de que quiere más participación… se incorpora un poco y trata de chuparle los pechos.
Daniela quiere complacerlo, se inclina hacia delante para acercar sus tetas hasta la boca. Eso hace que su culo se separe de las piernas de su marido con lo que su culo maravilloso que totalmente expuesto y disponible para mi.
Esto si que s lo que estaba esperando, me pongo detrás de ella, recojo con la mano jugo suficiente para untarme bien el capullo. Paso la punta rozando la parte interior de los muslos, para a continuación dar unos golpecitos con la punta sobre sus nalgas. Quiero que me sienta venir…que sepa que se la voy a poner en su precioso culo.
Después de tantear durante unos instantes, le pongo la punta frente al ojete, con la otra mano la tomo por la cadera y aprieto. Daniela detiene por un instante su cabalgada y deja que siga empujando, lentamente…retrocediendo y empujando…así hasta que se la meto hasta las bolas.
Uffff, como me quema! Su culo se cierra sobre mi polla y me aprisiona en un fuerte abrazo. Ahora estamos los tres unidos a través de Daniela. Dejamos que ella se acomode y que lleve la iniciativa moviéndose a su antojo. Le gusta llevar la iniciativa, gime, se queja pero sigue moviéndose para sentir como las dos pollas han tomado su culo y su coño simultáneamente.
A pesar de que le gusta mucho, la postura es algo incomoda y cansada por lo que no deja de suspirar fuerte, tratando de abarcar el máximo de aire posible hacia sus pulmones. Es momento para que repose y la ayude.
Manteniendo mi polla bien clavada en su culo, la cojo con ambas manos de las caderas y hago que se cuerpo se mueva arriba y abajo sin su esfuerzo, haciendo que la polla de Martin la folle con intensidad. Luego la dejo caer sobre él, para que su polla quede completamente clavada, y es cuando aprovecho para bombear y follarme ese culo tan prieto y hermoso.
Lento, lento, lento…fuerte, fuerte…ufff ¡cómo me gusta! Mi pubis choca una y otra vez con sus nalgas…mi polla recibe la caricia sedosa, el calor de sus entrañas y mis oídos…los dulces gemidos de una perra bien follada.
Es tal el placer, que estoy varias veces a punto de correrme… me detengo… la cojo fuerte por la cadera y la obligo a que se folle la polla de Martin, sin poder controlar la cadencia ni la intensidad, teniendo la mía alojada en su culo hasta las bolas.
La empujo y la atraigo con fuerza, como si fuera una muñeca que tengo entre las piernas. Mi intención es que se lo folle hasta que él la llene de leche, que ella explote esparciendo sus jugos sobre sus piernas y que yo pueda dejar toda mi leche en su culo y por las nalgas.
— Me mas a romper, cabrón…pero me encanta…sigue…sigue — me grita mientras la sigo maltratando con mis maniobras.
La empujo y la recojo, haciendo que la polla de Martin se clave repetidamente en su coño que ya está a punto de reventar. Yo mantengo la mía bien metida con lo que cada movimiento ascendente o descendente se traduce en un intenso frotamiento entre las dos pollas y las entrañas de Daniela.
— Sigue, sigue…dale más fuerte…le voy a partir el coño con mi polla — grita Martin sintiendo el frotamiento de su polla con la mía cada vez que empujo el cuerpo de Daniela hacia abajo.
Viendo que ambos ya están al límite, incremento el ritmo que los hace llegar al paroxismo más extremo. Cuando soy yo quien empujo contra el culo de Daniela le doy tan fuerte que hago crujir la piel en cada contacto, bambolear los pechos descontroladamente sobre la cara de Martin, y arranco gemidos y gritos de Daniela como si la estuviese penetrando con un hierro ardiente.
El primero en caer es Martin, a su corrida la acompaña con una larga lista de ruidos y palabras que no tienen sentido ni interpretación. Luego viene el grito final de Daniela que dura el tiempo que tarda en expulsar una gran cantidad de flujos que se van escapando a medida que la polla de Matrin se va aflojando.
La sensación de que su esposa se está meando de gusto encima de él, es completamente nueva y los tiene a los dos fuera de control, gozando como dos gorrinos retozando en el barro. Yo también quiero participar de esa apoteosis final, no es momento de volver a bombear, necesito darme un último empujón, y la solución que encuentro es sacar mi polla de su ahora dilatado culo y restregar el glande entre sus cachetes.
Unos cuantos meneos con el puño cerrado alrededor de la polla me terminan de dar la estimulación necesaria para correrme. Dirijo la punta hacia el culo y dejo que la leche salga en varias andanadas sobre las nalgas y l parte baja de su espalda.
Ya tenemos nuestro premio, un orgasmo compartido entre los tres y ha sido casi simultaneo. ¡Uff que bien sienta! Necesitamos un respiro para terminar de disfrutarlo, ahora un poco más calmados.
Se abre la puerta de la habitación de par en par y entra el que antes hizo el papel de padre preocupado por la salud y la virtud de Daniela. Se acerca rápido hasta colocarse junto a la cama y exclama:
— Hija mía…te oigo gritar y sufro…me siento culpable. El tratamiento que te aplica tu primo sé que es difícil…pero es el mejor que puedes recibir —
— Estoy dispuesto a hacer todo lo posible para que recobres la salud. Por eso… mientras que el curandero y su ayudante descansan…voy a continuar con otras curas — dice al tiempo que se levanta las faldas y le enseña la polla más gorda y grande que haya visto en toda mi vida.
Los tres miramos con asombro hacia ese espectacular miembro. Por la cabeza de Martin y la mía pasa un cierto sentimiento de inferioridad, al tiempo que sufrimos pensando que ese pedazo de carne puede dañar a nuestra compañera.
Sorprendentemente, ella no muestra ningún síntoma de preocupación, es más, parece que en cuanto recobre el aliento querrá probar la nueva medicina.
Deverano.