Fantasia incompleta

Aunque no hemos encontrado quien nos cumpla la fantasía de hacer un trío, si le han dado sus buenas cachondeadas a mi esposa.

Hola amigos de todo relatos, es la primera vez que escribo un relato sobre una aventura que vivimos mi esposa y yo.

Desde hace varios años he tenido la fantasía de ver a mi esposa coger con otro, al principio ella se resistía, pero después le fue gustando la idea y un día me dijo que si lo haría, pero tendría que ser con alguien que a ella le gustara y que no supiera de nuestra identidad. Nos dimos a la tarea de buscar al tercero, y aún cuando yo pensé que seria fácil, no fue así y a la fecha no lo hemos encontrado, sin embargo de manera parcial me ha concedido mi fantasía.

Nosotros radicamos en Puebla y por cuestiones de trabajo tenemos que viajar al DF hasta 2 veces por mes, y aunque nos vamos en el carro algunas veces lo dejamos en el estacionamiento de wall mart de aeropuerto y nos vamos en metro al centro. Como mi esposa y yo somos muy cachondos nos dábamos unas buenas agasajadas delante de la gente con el pretexto de lo apretados que íbamos, era una sensación muy rica por el morbo de estar en público.

En una de esas idas al DF, yo le propuse a mi esposa que nos fuéramos en metro pero que en lugar de que yo la cachondeara, permitiera que lo hiciera algún desconocido, al principio como que no quería, pero al fin acepto y ese mismo día tubo su primera experiencia de sentir como se le pegaban por detrás con la verga bien parada provocándole una excitación diferente, al final yo fui el ganon pues en la noche solo de recordarlo se puso súper cachonda e hicimos el amor como locos.

Desde ese día, cada ves que tenemos oportunidad hacemos lo mismo, en una ocasión el tipo que le toco no se conformo con pegársele sino que se atrevió a agarrarle las nalgas sobre el pantalón, pero me platico que le daba unos apretones que le excitaron bastante. Yo le propuse que la próxima ves se pusiera falda, incluso hay ocasiones en que se viste con faldas cortas y blusas escotadas para llamar la atención, hemos tenido aventuras muy excitantes, pues ya le han metido mano debajo de la falda, pero no solo eso.

Un día en la mañana eran como las 7:30, nos subimos en la estación de aeropuerto rumbo a Pino Suárez, iba llenísimo y nos fuimos metiendo como pudimos y trate de que quedara delante de un tipo para que le diera su cachondeada, solo habíamos avanzado una estación cuando mi esposa me hizo señas de que ya se le estaba repegando.

Yo notaba la carita se satisfacción de ella y como llevaba mis manos en su cintura sentí como paraba sus nalguitas para sentir el instrumento del tipo, yo baje mi mano izquierda y para motivarla empecé a acariciar su panochita sobre la falda entonces sentí como mi esposa hacia movimientos leves de vaivén para sentir mi mano por enfrente y la verga del tipo por atrás.

Solo faltaban dos estaciones para llegar a nuestro destino cuando ella me hizo una expresión y abriendo tamaños ojotes que la verdad no entendí que me decía, yo a mi ves con otra mueca le pregunte que pasaba y ella con los ojos me dio a entender que nada sin embargo de repente vi como cerro sus ojos y note en su rostro una mueca de satisfacción que muchas veces he visto, yo imagine que el tipo le había metido mano y ella lo estaba disfrutando.

Al fin llegamos a la estación Pino Suárez y ahí descendimos junto con un montón de gente, nos encaminamos a la salida y ya mas tranquilos afuera le pregunte que había pasado, entonces me contó que cundo yo le empecé a tocar ella sintió mas rico y como se movía, el tipo le empezó agarrar las nalgas, obviamente noto su disposición y poco a poco le fue subiendo la falda, que por cierto era algo corta, así que no le costo mucho trabajo subirla y poder tocar la piel de las nalgas de mi esposa directamente, pero no conforme con eso, cuando sintió mi esposa ya tenia la verga del tipo entre sus piernas, (ese fue el momento en que mi esposa pelo tamaños ojotes) ella las separo un poco para facilitar que se metiera en medio y empezó a moverse y precisamente cuando mi esposa cerro los ojos fue por que el tipo se derramo dejando su tanga y los muslos escurriendo de leche.

En ese momento cambiamos los planes y nos fuimos a un hotel ya que ambos estábamos súper calientes. Nos dieron una habitación en el segundo piso y al ir subiendo las escaleras como ella iba adelante pude ver entre sus piernas el escurrimiento del semen que le había dejado aquel tipo, no pude resistir la tentación y metí mi mano entre sus piernas y me excito sobremanera el sentir lo resbaloso del líquido, así seguimos caminando y yo con mi mano ente sus piernas.

Empezamos a buscar la habitación pero íbamos del lado contrario, en eso encontramos a un empleado y nos indico el pasillo que nos llevaría a la habitación, le agradecí y le pregunte que si el nos podía traer un par de cervezas, me dijo que si, que en un momento las llevaría a nuestra habitación.

Entramos a la habitación y deje la puerta abierta, mi esposa me pregunto que por que la dejaba abierta y le respondí que nos iban a traer las cervezas, la abrase y empecé a besarla en la boca, su respuesta fue inmediata con esos besos que me indican que quiere una buena sesión de sexo, baje mis manos hasta sus nalgas y las empecé a sobar como a ella le gusta y con eso se pone súper cachonda.

Se separo un momento y me dice -cierra la puerta que nos van a ver-, yo le conteste, -si esta bien que nos vean para que se les antoje lo que me voy a comer-, solo sonrió y sin responder nada se volvió prender de mis labios y metiendo su lengua casi hasta mi garganta, de esa manera besa cuando quiere verga, yo respondí al beso y seguí acariciándole las nalgas.

Como ella estaba de espaldas a la puerta no se percato que el empleado llego con las cervezas pero en cuanto lo vi le hice señas de que esperara un momento, el hizo como que se iba pero le volví a hacer señas que no se fuera, así que se quedo parado en la puerta, yo subí la falda de mi esposa para que el joven le viera las nalgas en todo su esplendor pues la diminuta tanga que traía lo permitía, note que el joven se puso muy nervioso y volteaba a ambos lados del pasillo para percatarse que no viniera nadie.

Como mi esposa estaba tan caliente me seguía besando y se movía riquísimo pegando su panocha en mi verga que estaba al máximo por el morbo de que alguien nos estaba mirando. El joven aunque nervioso, también ya se notaba excitado.

Deje de besar a mi esposa y le dije -ya llegaron las cervezas- ella se bajo inmediatamente la falda y volteo hacia la puerta, le dije al joven –pase por favor- entro y puso las cervezas en el tocador, le pague y le dije a mi esposa -tu dale su propina al joven- ella se me quedo mirando como extrañada y yo le hice señas con los ojos hacia el bulto que era muy notorio en el pantalón del joven.

Ella lo miro y se acerco y el joven con un notorio nerviosismo y la vos entrecortada dijo –es que no me puedo tardar- mi esposa empezó a sobarle la verga sobre el pantalón, yo me fui a cerrar la puerta, regrese y ya le había sacado su instrumento el cual estaba masturbando de una manera tan rica que el joven hasta tenia sus ojos casi en blanco.

No se si fue por la preocupación del joven que tenia que regresar a sus labores o por lo bien que mi esposa sabe mover su mano, que no tardo ni dos minutos en derramarse abundantemente, todavía mi esposa le dio unos apretoncitos como para sacarle hasta la ultima gota de semen, le dio un beso en la boca y le pregunto que si así estaba bien de propina, el joven, todavía medio aturdido, solo atino a decir –si, si así esta bien gracias- y salio casi corriendo de la habitación.

Ya a solas mi esposa me pregunto que si estaba satisfecho y yo le dije que no totalmente, que hubiera preferido verla cogiendo con el, sonrió y me dijo -mejor cojéeme tu, en menos de una hora he tenido dos vergas extrañas ahora quiero sentir la tuya adentro.

Nos empezamos a besar nuevamente y yo volví a subir su falda para acariciarle las nalgas, en eso me dejo de besar y me pregunto -¿oye crees que el joven me halla visto las nalgas? Y yo le conteste –no creo, estoy seguro, ya tenia un rato parado en la puerta viéndonos, por eso te levante la falda para que viera lo que me iba a comer- sonrió y me dijo –hay eres tremendo-. De sobra esta decir lo que hicimos con lo calientes que estábamos. Salimos del hotel como a las doce y media y ahora si nos fuimos a hacer nuestras compras.

Si les gusto mi relato o no, esperamos sus comentarios a mi correo semarive@hotmail.com o al de mi esposa golosa_doble@hotmail.com