Fantasía hecha realidad.
Mi pareja Nagore de hace unos años pasados le encanta ser sumisa sexual y yo como buen dominante (Amo), satisfazgo nuestros cuerpos y mentes.
A Nagore le encantaba ser sumisa sexualmente y yo su novio Oscar me ocupaba felizmente de hacerla sentir así. Ella siempre ofrecía una ferviente obediencia hacia quien le gustaba pensar que era su amo-pareja, mostrándose dócil ante el manejo de su pareja sexual. Experimentaba una excitación especial en sentirse usada y en satisfacerme cumpliendo mis caprichos sexuales tan placenteros para ambos.
Una noche del verano 2011 yo y Nagore recibimos en casa a un amigo de mio, que en el pasado habíamos compartido experiencias varias juntos. Se llama Antonio con 67 años muy bien conservado y tan vicioso, pervertido y dominante como lo soy yo. Cenamos los tres acompañando sus charlas triviales con varias botellas de cava rico que tanto nos gusta a ambos. Lo interesante comenzó después de la cena. Como buenos anfitriones insistimos a Antonio en que se acomodara en el salón mientras nosotros acababamos de recoger la mesa. Una vez llevados los últimos platos a la cocina, antes de volver para reunirnos de nuevo con Antonio, me acerqué
a Nagore y la besé con fuerza. Metí la mano por dentro del pantalón de Nagore y acaricié a mano abierta todo su depilado coñito empapado yá, he introduje dos dedos haciendole estremecer y gemir a Nagore.
¿Eres una buena sumisa?
Sí... - Me contestó entre suspiros de excitación.
Nagore me comenzó acariciar mí miembro por encima del pantalón. Nagore sospechaba que se me habría pasado por la cabeza otra de mis perversas ideas.
Te gusta chuparla, ¿verdad?
Me encanta y lo sabes bien, tener tu polla o la polla de quien desees me vuelve loca y total entregada Oscar...
Nagore ya había empezado a desabrocharme el pantalón, deduciendo lo que quería.
No... - Interrumpió él. - Quiero que se la chupes a Antonio y seas nuestra putita sumisa que tanto disfrutas sentirte y te hagamos sentir.
¿Cómo...? - Le pilló por sorpresa esa petición.
Me encantaría ver cómo se la chupas a mi amigo Antonio y nos entregues todo tu cuerpo para nuestro uso y disfrute.
Pero... - El resto de la frase desapareció entre sus suspiros provocados por mis dedos dentro de su coñito de bebé, que ahora no solo acariciaba su coño sino que lo masturbaba y lo follaba metiendo y sacando los dedos sin miramientos a la vez que acariciaba su clitoris con el dedo pulgar.
Pasé a adoptar un tono más imperativo. Lo que antes parecía una petición ahora sonaba como una orden.
- Te digo que le chupes la polla a mi amigo y te entregues a su placer 100% sumisa. ¿Eres una buena sumisa o no?
Nagore estaba cada vez más excitada. yo nunca le había pedido aún una entrega sumisa total así. Su sumisión siempre quedaba entre nosotros dos. Sin embargo, el deseo de satisfacerme sabía bien que superaba cualquier otro pensamiento de Nagore. Aunque su primera reacción fue de asombro, en su interior crecían las ganas de cumplir mi perversión, su entrega y mi capricho.
Nagore y yo nos miramos a los ojos durante unos segundos, sin decir nada, para luego fundirse en otro beso. Saqué la mano de la entrepierna de Nagore y le hice un gesto para que se dirigiera al salón. Aparecimos los dos ante mi perverso amigo que estaba sentado en el sofá. Sin mediar palabra, Nagore se arrodilló y se colocó entre sus piernas. Antonio me miró sorprendido y tenso, y le correspondí con una sonrisa. Antonio se sentía incómodo viendo cómo Nagore, la novia de su amigo le desabrochaba el pantalón, pero no lo impedía. Nagore sacó el buen pollón de Antonio que yo bien sabía tenía y con cara sorprendida, sonriente y después de mirarme girandose hacia mí, se la llevó a la boca. Al principio, tanto Antonio como Nagore estaban algo tensos, pero conforme pasaba el tiempo se iban tranquilizando.
Yo, de pie frente a ellos, disfrutaba viendo así a Nagore, con su entrega total y disfrutando del rico pollón de Antonio.
- Mírale a los ojos.
Nagore clavó sus pupilas en las de Antonio. Ese contacto visual provocó en ella un arrebato de vergüenza, pero al mismo tiempo se sintió tremendamente excitada. Poco a poco, tanto Nagore como Antonio fueron perdiendo la vergüenza y sintiéndose más cómodos, excitados y confianza plena. Nagore cada vez se entregaba más a la mamada con el objetivo de satisfacer a mi amigo y, consecuentemente, a mí.
- Cariño, enséñale las tetas. - Seguía yo ordenando a Nagore.
Antonio sonrió al oír aquello. Estaba deseándolo. Nagore dejó momentáneamente lo que estaba haciendo. Se quitó la camiseta y luego el sujetador, dejándolo caer al suelo. No pudo evitar acariciar sus propios pechos por lo excitada que estaba. Durante unos segundos, se quedó así, viendo cómo el amigo de su novio clavaba la mirada en sus senos. Volvió a sentirse algo avergonzada, pero aquello no hacía más que ponerla aún más cachonda.
- Sigue.
Nagore obedeció de nuevo sumisamente, y retomó la sesión de sexo oral. Yo cachondo perdido no tarde en echar mano a mi miembro. Me masturbaba lentamente observando la mamada que le propinaba a Antonio y como éste agarraba su cabeza y follaba su boca. Nagore a girar a verme se dio cuenta y le encantó. Pese a que estaba realizando sexo oral a Antonio, realmente era a mí quien quería que disfrutara.
Las vistas estaban bien, pero yo no me conformaba con quedarme en el banquillo. Me había excitado mucho con todo aquello, y ahora quería algo de acción. Me arrodillé detrás de Nagore y le bajé el pantalón. Empece usando los dedos pero comprobando que Carlota ya estaba muy mojada, le levante ligeramente el culo y le aparte a un lado la diminuta tanguita. Todo esto, sin que Nagore paraba de chupar la polla de Antonio. Ni siquiera cuando notó mi polla entrando en su coñito. Solo emitió un pequeño gemido que quedó ahogado por la polla que tenía en la boca.
Media hora antes estaban los tres estabamos sentados en la mesa conversando inocentemente, y ahora Nagore entregada totalmente a mis ordenes y deseos, le comía la polla a un maduro que podría ser su abuelo y que acababa de conocer, mientras yo le follaba el coñito peladito como una bebé tiene, a la vez que con una de mis manos la azotaba las nalgas o forzaba su cabeza para que se tragase hasta el pubis el pollón de Antonio. Teníamos a Nagore a cuatro patas en el suelo del salón, con la cabeza entre las piernas de Antonio, que disfrutaba de la mamada sentado en el sofá. Detrás de Nagore yo, que le cogía de la cintura para manejar las duras penetraciones, que eran intensas pero no demasiado para no complicar la mamada que hacía Nagore a mi gran perverso amigo Antonio.
Antonio anunció que se iba a correr, pero Nagore siguió a lo suyo esperando la orden mia, en esos momentos, de su amo, que enseguida le dí.
- Tú no pares de chupar. Que se corra en tu boca y tú no pares hasta que haya acabado.
Eso no iba a ser un problema para Nagore. No iba a ser ni mucho menos la primera vez que se corrieran en su boca, y esperaba que tampoco la última ya que es adicta al sabor y testura del rico semen de los hombres que a complacido desde adolescente en sus comienzos en el sexo. El orgasmo de Antonio fue precedido por unos gemidos que avisaron a Nagore de lo que le esperaba. Empujó con las manos la cabeza de Nagore, la novia de su amigo mientras se corría en su boca. Nagore disfrutaba notando el semen caliente que no paraba de caer sobre su lengua y los primeros chorros en su garganta directas de los potentes que le salieron a Antonio por toda la excitación contenida de esa rica velada.
Antonio ya se había corrido pero Nagore, que no había parado de chupar en ningún momento, aún seguía haciéndolo.
- Enséñame la boca. - Otra orden le dí.
Se giró y abrió la boca, mostrando la corrida de Antonio que le quedaba dentro de ella.
- No te lo tragues. Aguántalo.
Nagore no tenía dificultad en mantenerlo en la boca, ya que nunca le había desagradado el sabor del semen, todo contrario, más se excitaba, más disfrutaba cuando su boca sabe a lefada de macho que acaba de follarle la boca, coñito o culito y ella misma recogía y se llevaba para saborear en su paladar. Sin embargo, había algo de dificultad en no tragar algo accidentalmente, ya que seguía penetrándola duramente a la vez que le preguntaba si le gustó el pollón de mí amigo, si desea más polla de ambos, si deseaba ser follada el culo y coñito por mí amigo Antonio etc. Todo ello me ponía más a mil y la follaba con más violencia y fuerza, Nagore aún con la polla flácida de Antonio en su boca y apoyada para aguantarse y no caer de tanto placer que estaba recibiendo por mi parte en esos momentos y tanta excitación que tenía de toda la velada desde la cena.
Antonio descansaba en el sofá observando el desenlace de esta perversa situación junto a mí y Nagore, a la vez que aún mantenía su polla flácida dentro de la boca de Nagore. Su mirada se encontró con la de Nagore y ambos sonrieron, cómplices por lo que acababa de ocurrir entre ellos, y conocedores de que tanto él como ella habían disfrutado. Yo me follé a Nagore en el suelo del salón hasta que llegó mí momento de clímax.
- Abre la boca... - Le ordené mientras sacaba la polla del interior de Nagore.
Ella se acercó rápidamente a mí, que estaba a punto de correrme, y abrió la boca obediente. Le agarré del pelo con firmeza y apunté a la abertura de sus labios. Mi corrida brotó lentamente y fue cayendo en la boca abierta de Nagore. Desde el sofá, Antonio vio perfectamente los chorros de esperma mios, entrando en la boca de mi sumisa novia. Acabé de correrme y aún me quedaba una última orden para Nagore.
- Enséñale a Antonio cómo te lo tragas todo...
Nagore, que hacía ya tiempo que se había entregado totalmente al morbo, fue gateando hasta el sofá. y abrió la boca para enseñarle a Antonio lo que había en su interior. Antonio sonrió al ver la lengua de Nagore nadando en la mezcla de dos corridas que inundaba su boca. Luego cerró la boca, y cuando la volvió a abrir estaba vacía.
Éste a sido un avance de aquella noche que siguió hasta el domingo que se fué mi amigo Antonio y que seguiré contando si así lo desean y me hacen saber de ello. A sido mi primer relato real y que si los lectores así me hacen saber, seguiré publicando. También abierto a que me escriban por privado al email tanto mujeres, jovencitas, parejas, maduros etc, y si son de Donostia, aún mejor por cercanía. Espero os haya gustado mi primer relato.