Fantasia erotica ... con mi confidente sexual

Este relato describe la particular relación que tengo con mi confidente sexual y como iniciando con un juego le hice protagonista de una erótica fantasía en la playa...

Le conocí en un chat,  Carl  es el tipo de hombre, que despide coquetería en cada letra que escribe, como tantos otros que deambulan por las salas de interacción en busca de compañía, y a los que generalmente evado por ser muy lanzados.

Pero él tenía algo especial, tal vez esa mezcla de seguridad, sagacidad y fina picardía que hizo que la charla fuera divertida desde las primeras frases que cruzamos; percibí que detrás de aquel hombre de mundo habría cosas interesantes por descubrir y aunque no tenía intención de que la charla trascendiera, aquella noche terminé rompiendo mi primera regla, le di mi correo a un desconocido, a quien  ubique en mi lista de contactos favoritos.

Frecuentemente compartíamos email, mensajes y teníamos charlas ocasionales, abordábamos temas de la vida, del amor, de la amistad, de la sexualidad, en fin era agradable charlar con alguien de mente libre, sin prejuicios y por qué no decirlo, interesante además de fascinador. Solíamos navegar en la sutil línea de la amistad y la seducción,  puesto que como entremés  no faltaban frases de doble intención  y coqueterías, sin embargo  era lo suficientemente listo como para  llevar el juego sutilmente.

No sé exactamente como ni en qué momento nos volvimos confidentes, pero terminé desnudando mi alma y liberándome de todos los secretos de mi vida. Era el confidente perfecto, mi analista personal, podía contarle mis problemas, mis locuras, mis historias de amor, mis más ocultas fantasías, sin sentirme juzgada; tal vez el hecho de saber que estamos en otro país, nos daba la tranquilidad de mostrar lo que somos, lo que hacemos y lo que fantaseamos.

Las confesiones se volvieron más intimas tomando  tintes eróticos, en algunos aspectos éramos sexualmente parecidos: ardientes, apasionados,  imaginativos, locos y hasta algo perversos, pues nos dimos cuenta que  vibrábamos con  la idea de espiar y sentirnos espiados en escenas eróticas, sin embargo no nos interesaba involucrarnos emocionalmente así que pactamos establecer reglas para esa extraña forma de confidencias sexuales.

Acordamos contar nuestras historias, sin que bajo ningún concepto, se diera algún tipo de relación entre nosotros, no tendríamos sexo virtual, simplemente nos deleitaríamos recordando y relatando nuestras aventuras, en ocasiones con detallitos como solía decir él.

Así lo hicimos, algunas  veces mientras compartíamos imaginabamos dejar  una cortina abierta, una puerta mal cerrada, un mueble bien ubicado que sirva de escondite, o simplemente fingimos  no notar la presencia del otro. Nos permitimos ingresar a nuestra intimidad virtual, leer y seguir cada movimiento, satisfaciendo aquel malicioso deseo, de mostrar cuan intensos éramos a la hora de amar.

Más tarde descubrimos una nueva faceta común, nos gustaba plasmar nuestras fantasías  en breves pasajes. Sin tener cualidades de escritora, me ubicaba tras  de mi portátil armando la trama de un episodio real o ficticio, lo cual era compensado con el momento de intercambiar los relatos, esos breves minutos en que devorando las letras éramos trasportados a un historia sexual de la cual participábamos viviéndola  indirectamente, gozándola, espiándola y cuyo clímax sin duda era el efecto que podía causar en el otro y por supuesto su dictamen final.

Era  una experiencia curiosa, que despertaba una mujer atrevida, y claro no puedo negar que me fascinaba la presencia de mi confidente, escondido en cada página, dictando a mi oído algunas frases sucias, mirando a través de alguna esquina, acercándose curioso, inventando ideas, sugiriendo posiciones, haciendo gestos sensuales, guiando a través de la distancia.

Tal vez por eso, quise que alguna vez  fuera el intérprete de alguna de mis fantasías,  pero pese a que trataba de ser  creativa no lograba idear el contexto adecuado,  quizá porque en algo somos diferentes, mi naturaleza no puede dejar de relacionar el sexo con los sentimientos y eso inevitablemente es mi inspiración.

Aún así lo intenté, con un confidente sin  identidad,  sin rostro, uno salido de mi imaginación.

Carl, quizá  a instantes no eres tú, ni tiene tus lindos ojos, pero perdona los momentos en que te hago protagonista o tomo particularidades tuyas y sobre todo disculpa si al inicio tiene tonalidades  románticas, solo es al inicio… traté de no hacerlo aunque a veces no puedo evitarlo…

Por cierto lleva tu nombre en honor a ti.

Carl acaba de iniciar sesión….

  • Hola Aleya

&  Hola…..sucede algo? Es la primera vez que dices  mi nombre

  • Es que la verdad hoy no quisiera charlar con mi confidente... simplemente contigo, con Aleya

&  Suena extraño, me pareces algo diferente

  • Tal vez y para sorprenderte más te invito a hacer algo inesperado, sé que es algo loco, pero siempre charlamos aquí, en la ventana de messenger podríamos ir a otro ambiente, tal vez a caminar, la noche está fresca

&  Mmmm por lo visto tienes cosas que contar, seguro otra de tus aventuras

  • Nooo, hoy es mi día libre, nada de confidencias, pero si gustas acompañarme conocerás un lugar lindo ahhhhhh y te aseguro q no tratare de seducirte.

&  No me interesa que lo hagas, además ni siquiera me pareces atractivo

  • Como digas, pero tú sabes que sí, es más te he pillado algunas veces mirando mis encantos.

&  jajaja vanidoso, al menos me diviertes.

  • Ven, dame la mano,  salta, te sujetaré fuerte…ves que fácil es cambiar de ambiente…

&  Vaya  lugar, la arena aun esta tibia y las olas refrescan los pies, me encantan las luces sobre las aguas…

  • Sí, es genial, pero estas temblando, déjame darte un abrazo de oso… claro como amigos, tan solo hasta que la brisa calme

&  Nop  nada de abrazos, ni como amigos, aunque me congele.

  • Me tienes miedo o te tienes miedo? mmmmmm eso lo podría interpretar como que te inquieto, tal vez soy yo el que está en peligro de ser seducido.

&  Si me atrajeras,  hace mucho te hubiera conquistado, y la verdad resultarías demasiado fácil para mi gusto,

  • Si estás tan segura hagamos un experimento: me pararé frente a ti, daré un paso acercándome, si retrocedes es porque te altera mi cercanía…o temes jugar?

&  No tengo miedo y si eso te complace, hazlo

  • ¡Esa es la chica que conozco!, amante de los retos, igual que yo.Comenzaré despacio... un paso adelante…otro…otro….otro mas. Estoy a 15 cm tuyos, y aún no te haz lanzado sobre mí, vaya que eres resistente

&  Jajaja además de vanidoso eres fantasioso

  • Ahora estoy a 10cm, percibo tu perfume, y oigo tu respiración,..la siento más rápida como si estuvieras agitada…

&  Seré yo la que me acerco, para que te quede claro que no te temo

  • Tampoco yo te temo me acercaré un poco mas…acércate  tú……….yo…..ahora los dos……Tus ojos me dicen que aun estoy lejos… supongo que los míos te dicen lo mismo

&  Lo único que mis ojos dicen es que este juego está yendo demasiado lejos…

  • Mis manos  también quieren decirte algo,  que les gusta la estrechés de tu cintura… la sensación de sobresalto que tienes cuando rozo tu espalda,  y el calorcito de sentir la presión de tus pechos contra el mío…

&  Yaaa…deja de jugar…es suficiente…no mas, creo que mejor volvemos a messenger

  • Huye si quieres, pero aquí, en messenger, en mi habitación, en tu trabajo,  la tentación es la misma,  sé que nos da curiosidad, quizá hemos fantaseado juntos  aunque no lo reconozcamos

&  Somos confidentes … las reglas no se rompen

  • Lo olvidas? Esta noche no somos confidentes, eres Aleya y yo Carl

&  No resultaría,…. somos diferentes…nos gusta de manera distinta

  • Quizá, pero me conoces, te conozco y a mas de ardiente puedo intentar ser dulce  esta noche….

&  Es que…

  • Shhhhh no digas mas, me gustan tus labios, sin haberlos probados se que son húmedos y suaves. Siiii  eso, siente con tus dedos los míos, conócelos explóralos antes de sentir su humedad

La brisa dejo de soplar y la noche empezó a volverse tibia, tan tibia como la arena o como nuestros labios tocándose por primera vez…..en el ambiente vibro aquel acuerdo  fluir… sentir…escapar tan solo por una noche, ya mañana despertaríamos  y lo olvidaríamos todo…

Aquel beso dulce, fue despertando una mujer apasionada, nos besamos nuevamente ahora con el deseo de quienes han esperado mucho por aquello, con la intensidad de quienes saben que esos momentos no volverán….

Me acercó a él con fuerza adhiriéndome, como si necesitara más calor, sus labios resbalaron por mi cuello, mientras sus manos se apoderaban de mi espalda, su pelvis encajada en la mía avivaba el deseo con la furia que describían sus relatos.

Sus labios recorrieron mis hombros, rozando disimuladamente mis pechos, mi mente esta noche no quería poner trabas, dejé que hiciera lo que quizá en alguna fantasía deseo hacer: acariciarlos, apretarlos con fuerza, estimularlos; volvió a mis labios, se adueñó de ellos succionando suavemente, hinchándolos, yo como magnetizada seguía cada movimiento. Retiró su camisa la acomodó en la arena,  su cuerpo iba cayendo sobre el mío …sus manos subían a mis pechos que como montañas de fuego se agrandaban, mi vestido también cayó dejando que mi abdomen reciba sus caricias y mi vientre sus besos, sentí su otra mano subir por mis muslos apretando palpando.De pronto se detuvo, me acarició con sus ojos como aquel hambriento que disfruta de contemplar su alimento antes de engullirlo, lo miré de igual forma, sus pecho fuerte su vientre muy trabajado,…desaté con mi mirada su cremallera e intentaba adivinar qué es lo que ocultaba allí, como si leyera mis pensamientos bajó el cierre de su pantalón, allí estaba tan sensual como en sus fotografías, con un biquini negro con transparencias pero que esta vez mostraba toda la plenitud de su dimensión,   me acerqué  dejando que sintiera mi ansiedad, gire suavemente para que sus ojos se posaran  en mis caderas y  sorpresivamente eché a correr por la playa fingiendo huir .

Su risa y sus pasos tras de mi me deleitaban aunque fácilmente me alcanzo por la cintura, cayó de rodillas, besó mi vientre su lengua jugueteaba al igual que sus dedos cerca de mi intimidad, separó ligeramente mi tanguita y descubrió la humedad que traicionera resbalaba, no se detuvo siguió mas mucho mas, cerré los ojos disfrutando y golpeó en mi mente una escena que yo a escondidas había visto: su oficina…su jefa…él lamiendo hasta sus entrañas, haciéndola gozar intensamente, recordé sus ojos mirándome mientras lo hacía, coqueteando ofreciéndome lo mismo, ahora lo hacía, separaba mis labios con sus dedos  hasta hacerme gemir,  yo producto del placer, allí de pie flexionaba mis piernas dejando que hiciera lo que quisiera en mi intimidad, su lengua  se introdujo en mi orificio, entraba y salía al ritmo de sus dedos en mi clítoris, que mujer podría resistir tantas sensaciones, yo al menos no, y fácilmente alcance un orgasmo que me hizo gemir en la soledad de la playa.

Me abrazó bordeando mi trasero, y volvió a besar bajo mi vientre mientras decía asiii mamita goza… goza rico conmigo…

Dejé que mi respiración se normalizara, lo tomé de la mano obligándolo a ponerse de pie, nos besamos nuevamente y mientras lo hacíamos mis manos hurgaron entre sus piernas había algo caliente, que yo a hurtadillas había visto   en la habitación de una clínica,  y que una fogosa  enfermera se entretenía en masajear, ahora eran mis manos las que tocaban aquellos testículos y para mi satisfacción su pene respondía aun más que con ella… siiiii se ponía muy erecto, se agrandaba como si quisiera explotar a la menor fricción.

Jugué en su pecho, baje a su ombligo, y al deslizarme hacia abajo  me fascinó su intimidad perfectamente cuidada, lamí el vértice del cual varias gotitas de sus jugos se derramaban, lo bebí mientras mi boca se esforzaba en llenarse, suave pero firmemente lo fui introduciendo enterrando, hasta llenar mi garganta de todo siiiii de todoooo  y continúe en aquel vaivén de movimientos que  le hacían cerrar los ojos y pedir más, seguí incansable pese al esfuerzo que tenían que hacer mis maxilares para recibir un masculinidad  de ese tamaño, bajé un poco encontré sus testículos, totalmente endurecidos, los masajeé queriendo relajarlos pero solo conseguía que se incitara más,  era delicioso tenerlo retorciéndose entre mis manos.

Me atreví un poco más, exploré  con mis labios aquel espacio detrás de sus esferas, aquella zona sensible y poco explorada, y como no se opusiera, también recorrí con mi lengua sus glúteos, su entrepierna, succioné suave hasta dejar una ligera marca en sus ingles, que al día siguiente le recordara que yo estuve ahí.

Relamí su falo, chupando, entrando y saliendo, una y otra vez,  tome sus manos y las situé en mi cabeza, brinco solo de pensarlo, dirigió mis movimientos adentro… afuera… adentro… afuera… varias muchas veces, con tanta intensidad que lo sentía a punto de reventar, gimió,  advirtiéndome lo que vendría, pero en lugar de retirarme me engolosiné más. Poco después sentí como borbotones de sus líquidos inundaban mi boca, y continué allí despacio lamiendo hasta dejar que ninguna gota quede por secar…

Se recostó junto a mí en la arena, temíamos hablar, incluso mirarnos, así que optamos por besarnos y compartir el sabor de nuestras mieles.

Fuimos a recoger nuestras prendas, apurada intentaba cubrirme con mi vestido, pero me tomó en brazos, y caminó hacia las aguas, la temperatura era ideal y nuestra piel volvió  a despertar…

Consientes de que sería nuestra única noche  y sedientos de nuevos besos, dejamos que los instintos renazcan, me impulsó tomándome de la cintura, separé mis piernas y abracé con ellas su cadera, sus manos sujetaban mis glúteos y dejando de besar mis pechos, me dijo: recuerdas cuando eras guía de turismo, aquella vez que disfrutabas del amor bajo el agua, me tuve que conformar con mirarte a escondidas y con agradecer a mis manos por darme alivio…

Si… respondí recuerdo tan claramente como la sensación  de humedad entre mis piernas  al mirar lo que hacías con tu amiga en la piscina bajo cada zambullida…

Nos apretamos más, el agua, la posición de nuestros cuerpos y claro mi humedad natural, facilitaban que nuestras intimidades se unieran suavemente, sí, su serpiente masculina buscaba un escondite entre mis piernas. Chocó  su glande en mi entrada, mis gemidos lo animaban, empujo aun más, sentía claramente los movimientos sinuosos que me hacían abrirme aun mas, se detuvo, busco mis labios y me ofreció su lengua, introduciéndomela toda, la chupe,  mostrándole cuan dispuesta estaba, el entendió perfectamente pues a medida que penetraba mi boca con su lengua también me penetró profundamente con su estaca….

Que rico sentía al estar llenita, mis jugos se desbordaban, hasta rodar por su abdomen, en aquel delirio percibí nuevas sensaciones, sus dedos avanzaban  zonas peligrosas,  resbalaban entre mis glúteos, quise poner algo de resistencia pero penetró mi vagina con más intensidad y sus dedos aprovechando mi calentura  también encajaron perfectamente.

Que placer tan delicioso estaba siendo poseída de par en par, gozando totalmente del sexo, pero el tenía aún mas para mí, y yo  gritaba pidiendo maaaas, asiiiiiii, me gustaaaa, siii pappitoo que ricooo….

Así conectados, caminó hacia la orilla, me ubicó, en cuatro como una loba marina dispuesta para el apareamiento,  o como a una perra que va a recibir su merecido, sé que le encanta esa posición, Sandy o Carol  pueden confirmar cuan bueno es para eso, y porque no reconocerlo a mi también me encanta, él lo sabe, me ha espiado en esa posición y no ha resistido agarrar su miembro al ver mi espalda curveada mientras mi trasero se levanta sostenido por mis muslos  mostrando la belleza de mi sexo.

Me lo introdujo rítmicamente, adentro… afuera ….adentro…afuera… el placer de sentir las olas chocar contra mi cuerpo y su instrumento chocar contra mi vagina, ocasionaban espasmos deliciosos en mi vulva, también su cuerpo se aceleró, pero el no quería dejar ningún espacio sin gozar, un par de palmadas en mis glúteos me advirtieron sus intenciones

Realmente temía ser invadida así, como él pretendía hacerlo, me dijo tranquila… iremos suave solo hasta donde resistas, nos acostamos de lado como cucharitas juntas, acomodó perfectamente su pelvis detrás de mis caderas, acariciaba mis pechos mientras lengüeteaba en mi orejita, al ritmo de suaves movimientos de pelvis que intentaban romper la muralla que nos separaba, poco a poco mi puerta  posterior iba cediendo, y como si se tratara de una fortaleza  el caballero logró irrumpir con su armadura.

Las paredes estrechas de mi culito era dilatadas centímetro a centímetro,  gemía despacito en una mezcla de goce y de dolor pero sus dedos   rotando mi clítoris me hacían desear aún cosas perversas,  giré, mis muslos cruzaron a sus hombros  …asiii  mami.. que  ricooo te pones

Aquella posición, lo desquició  y me invadió una y otra vez, como lo hace un hombre cuando se encuentra con una hembra  que ama el sexo.

No resistí mas, simplemente grité como prueba indiscutible de lograr el trofeo de otro orgasmo, el continuó unos segundos más, pero tampoco podía retenerse arremetió con furia, hasta explotar… sus líquidos saliendo de sus entrañas le hacían convulsionar mientras dejaba su leche en mis profundidades.

Fue una noche inolvidable… disfrutaba de un abrazo y del  último beso…cuando el clic del messenger me alertó de la llegada de un nuevo mensaje

  • Linda estas?

& Si claro no me iría sin despedirme

  • Quieres que te cuente algo?

& Dime

  • Aún tengo los pies húmedos y llenos de arena.

& Jajaja

  • Ahhhh y por cierto, como quito esa marca de mis ingles?

&  Malvadoooooooooo

  • Ya hablando en serio quiero opinar sobre tu fantasía

&  Si claro, sabemos que es el momento clímax de nuestros relatos

  • En realidad tu historia me pareció….solo dame unos segundos y te lo cuento todo…

Aquí estoy, frente a la pantalla, en la espera de saber que opina mi confi, mucho más ansiosa que en otras ocasiones  porque esta vez él es mi gran protagonista.

No se si este relato os  guste, quizá si,  tal vez no…solo sé que el abrazo, el besote y los mimos virtuales de Carl hacen que siga  siendo….mi inolvidable confidente sexual...