Fantasía en Viaje

Viajando tan cerca del operador del atuobus, sentí mojarme con sus revistas y sus flirteos.

Fantasía y realidad en viaje.

Eran para entonces las 9:30 de la noche, y mi última oportunidad para viajar 180 kms. Desde mi ciudad natal Irapuato, Gto. A la ciudad de Aguascalientes, Ags. En el centro del país México, estaba por perderla, cuando llegué a la central camionera, en el mostrador de la taquilla, pedí un boleto, no obstante mi prisa por abordar el autobús, eché una mirada a un tipo que también se encontraba en el interior del mismo, el cual portaba un uniforme de la misma línea de los autobuses donde iba a viajar, y observé que tenía un bigote enorme como si se hubiera comido un caballo y solo le quedaba la cola en la boca; me preguntó el empleado que estaba platicando con el tipo ¿le doy lugar al fondo del autobús o en los primeros asientos?, El tipo de uniforme que también me había dado una mirada de soslayo, le mencionó al empleado que uno de los cristales corredizos del autobús se había atascado y no se podía cerrar y que se sentía algo de frió por ser una noche de noviembre, y que era preferible que tomara uno de los asientos de adelante del autobús, Yo asentí con la cabeza para asegurarme que estaría cerca del tipo quien había resultado ser el chofer del autobús.

En camino al autobús el amable chofer rompió el silencio con una plática trivial, y yo sin dejar de mirarle el tremendo bulto que se le vía en medio de las piernas, le contesté muy amigablemente, no era difícil hacerme el agradable, ya que normalmente me considero una persona muy introspectiva, y no muy fácilmente me pongo a platicar con un tipo que apenas conozco.

De hecho soy una persona sumamente parca y tímida. Para mí que el chofer se dio cuenta cuando lo miré de reojo hacia su bulto, pero su sonrisa me animó a ser mas atrevido, no obstante que yo había tomado tres copas en la fiesta de un amigo antes de viajar, o sea me encontraba calientito de todo. Al entrar al autobús, tomé mi asiento y el chofer me dio unas revistas para leer mientras los demás pasajeros pensaron que viajábamos juntos o que yo era algún empleado de la línea.

El autobús se encontraba con unos doce pasajeros, por lo que los dos asientos eran para mi solo. Arturo que así se llamaba el chofer, por el gafete que portaba, me había observado una vez mas por el espejo retrovisor que tienen al frente del autobús, y de inmediato desvió la mirada cuando yo lo observé mirándome, en ese momento sentí que la sangre me corría mas rápidamente y mi músculo cardiaco latía mas y mas al mismo tiempo que sentí como un torrente de adrenalina, desprendían mis suprarrenales. Empecé a sentir como mi miembro aumentaba de volumen y hasta me incomodó un poco al crecer tanto que tuve que acomodármelo muy discretamente para que tuviera mas espacio dentro de mis bombachos pantalones.

Había una especie de tensión en la parte delantera del camión, pero Arturo se encargó de romperla, ¿quieres mas revistas? Me preguntó mientras arrancaba el autobús que para entonces ya se había imperado un silencio en el interior pues la mayoría de los pasajeros se habían dormido. Le conteste que sí, mientras el sacaba de una gaveta muy alcanzable sin pararse unas revistas de interés general, estire el cuerpo y la mano para alcanzarlas, y tomarlas desde el mismo lugar que Arturo las estaba sosteniendo, discretamente rocé su mano y en ese momento, mi erección estaba completa, el sonrió y se dio cuenta de mi sonrojada cara que para mi tranquilidad, me hizo otro comentario: te van a gustar. En ese momento él se tocó sobre su grueso bulto para acomodarlo o hacerme saber que también estaba algo excitado.

Regrese a mi respaldo para comenzar a hojear las revistas, cual sería la sorpresa que bajo la portada de una revista de viajes y hoteles, se encontraba una autentica revista de pornografía heterosexual, eso fue como la invitación a masturbarme, estábamos apenas dejando la ciudad para integrarnos a la autopista, cuando Arturo apagó las luces generales dejando solo encendidas las individuales, momento por lo cual yo redireccioné la luz hacia la revista, que prometía tener muy buenas fotos.

Arturo tenía su mirada fija en la carretera, y de vez en cuando me miraba a los ojos como para preguntarme, ¿qué tal? ¿ Le atoras o no?, Pero ¿cuándo fue que yo le dí motivos para prestarme este tipo de revistas?, O ¿cuando le falte al respeto como para que comenzara a flirtearme? No, no lo sé pero seguro que sintió mi mirada en su miembro desde el anden de pasajeros en la central camionera.

Los pasajeros que se encontraban despiertos estaban muy lejos de lo que estaba sucediendo al frente del camión, o sea que era una oportunidad perfecta para masturbarme. Empecé a tocarme el miembro que para entonces ya sentía completamente húmedo del liquido cristalino preseminal, sentí un área bastante grande en mi bóxer mojada. Pero opte por no seguir a delante, que culpa tenían los pasajeros que fuera yo ser la causa de un accidente por un descuido de Arturo, al verme masturbarme, y además todo no estaba claro todavía, no sé si me estaba imaginando las cosas, o que cosa, total opte por cerrar la revista, apagar la luz y dormir.......al momento que decidí hacer esto, Arturo me miró con un aire de duda, como que si se preguntara ¿qué pasaría si todo llevaba buen camino?.

Faltaban unos cuantos kilómetros para mi destino cuando desperté, y vi la escultura roja de Sebastián, uno de los escultores famosos de México, que se yergue a la entrada a la ciudad de Aguascalientes como la puerta de una ciudad industrial. Me incorporé y saludé al chofer con una sonrisa correspondida, se rompió el silencio con unas palabras de Arturo:

-Disculpe si le di demasiadas revistas, al parecer usted estaba cansado.

Yo respondí que sí que en efecto había sido un fin de semana muy cansado entre juego, sol, piscina, y ron.

¿Vive lejos aquí en Aguascalientes?

Aquí, y en Irapuato y en donde quiera que me encuentre vivo lejos. (Es una manera de decir que el miembro de uno es grande, en México.

Soltó una carcajada, y me dijo: Sin albur, joven.

Arturo tenía aproximadamente unos 48 años, con una barba muy cerrada pero afeitada de la gente que tiene que rasurarse dos veces por día, cuando va al volante se quita la chaqueta que le cubre esos pectorales preciosos y denota una barriga de chofer y me imaginé al portento tipo desnudo como si fuera manejando para mi solo y solo con su corbata puesta. Lo imaginé completamente desnudo, lleno de pelo por todos lados, en los brazos, las piernas, la espalda y en el dorso. Esta fantasía me encendió de nuevo y logre excitarme solo de recordar lo que pudo pasar con Arturo el Chofer. Al llegar a la terminal de autobuses, decidí entreterner a Arturo con alguna platica trivial, que si el clima, que si el frío que si hace calor, que la madre, pero todo para que bajara el último de los pasajeros hasta quedarnos solos el tipo y yo.

Arturo se levantó, estirando todo el cuerpo y arqueándolo en señal de cansancio,

Parezco animal dijo, estirándome de esa forma, y yo contesté:

Es normal todo mundo lo hacemos.

Y le di la mano en señal de una buena despedida, a lo cual estiro la suya y me dio un fuerte apretón de mano apoyándose con la otra para envolver mi mano con las dos suyas. No me atreví a hacer nada solo me dejé llevar por mi fantasía y lo solté deseándole un buen viaje. Preguntándole para donde iría ahora o si este era el fin de su viaje.

-Me dijo: sí hasta aquí llego hoy, mañana salgo a las 7:30 de la mañana a Guadalajara.

Le desee buen viaje y buenas noches. Baje del autobús y me dirigí al sanitario, ya que con los tragos que había ingerido ya se habían ido hacia mi vejiga. Sentí la mirada del chofer, cuando me fui alejando. De repente voltee hacia el autobús que ya estaba cerrando y me volteó a ver, con la mano me dijo adiós, un adiós que nunca olvidaría y que me dejaría una huella que hasta la fecha no he podido olvidar.

Una vez que entre al sanitario, ya para entonces eran las 11:30 horas de la noche, y el sanitario se encontraba completamente vacío, llegué a la zona de urinarios y como lo son en la mayoría de estos edificios públicos, un mueble de acero inoxidable para orinar en forma comunitaria al público.

Estaba ya casi terminando y decidí no dejar de sacudirme el pene recordando la situación que había desperdiciado, cuando oí que alguien se acercaba también a orinar, tuve que sostenerme del muro para no caer de la impresión de ver ahí a Arturo, quien llego y se fijó de inmediato en mi pene que para entonces ya estaba completamente erecto, y sonriendo me dijo, si surtieron efecto las revistas señor? Y con la cara roja me dispuse a guardar mi miembro, cuando vi que Arturo se bajaba el zipper para desenfundar aquella mole de miembro que había imaginado y que mi imaginación se había quedado corta, al ver el tremendo cañón con el que contaba, con la mano en mi verga, me decidí a seguir acariciándola al ver aquel mounstro de verga de Arturo, y se acercó hacia mi, y le dije usted es el que vive lejos, don Arturo y sonriendo me agarró mi verga, y empezó a deslizar suavemente mi prepucio que recorrió todo mi glande, hacia la base de mi pito. Al mismo tiempo me dio un beso en la boca que jamás olvidaré, nuestras lenguas se cruzaron una a otra, él me dio su lengua chupando yo toda su saliva, y yo le dí la mía haciendo el exactamente lo mismo que le había hecho.

A pesar que nos encontrábamos completamente solos, le dije, que tenía miedo que alguien entrara y él me comentó que si quería podríamos ir al hotel donde él se hospeda. Y le dije que no me gustaba ir a hoteles, pero en si me dijo, espera, quiero dejar el autobús en la parte trasera de la central para que no estorbe en los andenes de pasajeros, y le dije: esta bien, te acompaño.

Yo no traía mas que una maleta pequeña, la cual me puse al hombro y emprendimos la marcha, me volvió a subir al camión después de él y dirigió el autobús al paradero donde duermen los autobuses. Apago las luces y el motor después de haberlo estacionado y vimos que no había nadie por los pasillos, y me dijo te animas a tirarnos en el asiento trasero del autobús, y afirmativamente me dirigí hacia la parte posterior, seguido de él que ya para entonces me traía sujeto de la cintura, pegándome su bulto ya erecto en mis nalgas ya necesitadas de una verga como esa. Caminamos lentamente despojándonos de nuestras ropas, que íbamos dejando en los diferentes asientos durante la ruta hacia el final del autobús, ya para entones que llegamos a los asientos finales ya estábamos en puros calzones y los pantalones bajados hasta los zapatos, me dio un beso muy largo con intercambio de lengüetazos y saliva, mientras con las manos me agarraba con la derecha el pene, haciéndome una riquísima chaqueta (paja), y con la otra me metía el dedo índice en el ano con todo y calzón, desesperadamente nos quitamos los zapatos los pantalones y los calzones quedando tan naturalitos y nos empezamos a amar.

El ruido de los gemidos empezaron a oírse con eco en el interior del autobús, me volteo de tal forma que quedamos en posición 69 y no pare de mamarle la verga por un buen rato, su sabor era exquisito, el olor a sudor de su ano y de su escroto me puso frenético, y comencé a pasarle mi lengua por su orificio lleno de pelos, que para mi lengua fueron como una red que estaba impidiendo mi labor.

Arturo gemía de placer, se tapaba la boca con mi verga, para evitar sus gritos desesperados por el sabroso beso negro que le estaba dando, desesperado busco también mi ranura la cual pedía angustiada su verga mi pregunta era a que hora me la va a dar, seguro que me romeria todas las entrañas con ese tamaño de pito que tenía, se llevo la mano a su boca para llenarse de saliva sus dedos, los cuales de inmediato empezó a introducirme primero fue el índice, dando vueltas alrededor de mi ano, me hacia gozar como si fuera la primera vez que tuviera algo dentro de mi culo, al principio sentí un dolor pero era soportable, al momento que sintió que ya estaba mi culo un poco relajado, me introdujo el segundo, el de en medio, y sentí que lo que quería era ya su tremendo pito dentro de mí pero me hizo gozar nuevamente dando masaje dentro del orificio, sin dejar de mamarme la verga, dejo de jugar con mi culo mientras se retorcía de placer al sentir toda mi lengua dentro de él, se detuvo por un momento y me dijo:

-quiero tu verga, papá, la quiero ahora, y segundos después se dirigió al frente del camión completamente en pelotas, busco algo dentro de su gaveta, y trajo un tarro de vaselina y una tira de condones, al verlo venir nuevamente con la luz muy tenue que el patio de estacionamiento nos daba, vi a aquel animal enorme, perfectamente erecto y venía ya untándose un poco de vaselina en su apretado culo. Al llegar conmigo, me extendió la mano con la tira de condones, y me dijo:

-Ponte uno, para que estemos protegidos. y yo le respondí

Colócamelo tu papito.

Sin perder el tiempo, me puso el condón y yo recostado en dos de los asientos traseros, con la erección que parecía un obelisco, abrió sus tremendas nalgas y empezó a sentarse en mi tronco duro como la piedra, de un buen golpe se metió mis 19 CMS. De erección. Y sentí un dolor placentero, viendo las nalgas tremendas que me estaba comiendo, en ningún momento dejo de moverse, se erguía y luego se sentaba nuevamente, con un ritmo casi celestial. En ese momento sentí un torrente de semen que iba deslizándose lentamente por todo mi pene, y lo paré, todavía no quería terminar, quería seguir cojiendomelo, él entendió que estaba a punto de venirme, cuando me pregunto que si quería lo mismo, yo ni tarde ni lento, retiré mi verga de su interior y sin sacarme el condón, me voltie hacia su tremenda verga, me untó una generosa cantidad de vaselina, y se puso un condón, y con un movimiento muy delicado empezó a penetrarme.

-Le dije hazlo muy despacio, hace como tres años que nadie me da una buena cojida.

-No te preocupes, gozarás tanto como yo, nos fundiremos en un solo cuerpo, y te dejare tu hoyo muy a gusto.

Lejos de sentir un agudo dolor, porque ya estaba mas que preparado, sentí un enorme placer al deslizar su verga entre mis entrañas, en movimientos muy suaves empezó el mete saca y con mucho más entusiasmo se fue convirtiendo en una lucha de cuerpo a cuerpo, me golpeaba sus huevos contra mis nalgas, y os gritaba de placer.

-Así, papacito, muévete, muévete, quiero que seas mío toda la noche. Quiero que te vengas en mi, en mi pecho, en mi cara, en mi culo, quiero hacerlo toda la noche contigo.

-Ahhhh, todas esa frases me pusieron más caliente, me moví de tal forma que quedé enfrente de él y con las piernas en sus hombros, cuando estuvimos de frente empezó a besarme los pezones, que estaban firmes y bien erectos. Nos dimos un beso prolongado en la boca mientras movía sus caderas hacia mis nalgas, con toda la furia de quien no ha cogido en meses. Así empecé a sentir como su miembro, se dilataba, al momento de su venida, fueron cuatro o cinco chorros que soltó dentro de mi culo, pero quedaron en el condón. Mientras esto sucedía me masturbé con el condón puesto, y él con su mano me lo arrebató para que mi semen bañara su torso espeso de pelos entrecanos, así terminamos de saciarnos en ese asiento donde muchas cosas han pasado desde entonces. Terminamos bañados en sudor y me beso muy cariñosamente en la boca.

Como pudimos nos limpiamos y vestimos, y me dijo:

-Duerme conmigo esta noche, ven a mi hotel, papito.

Contesté que sería fabuloso, pero que teníamos muchas cosas por hacer a la mañana siguiente y que estaríamos muy desvelados, le ofrecí que lo volvería a ver y entusiasmado intercambiamos números telefónicos.

Me acompaño hasta mi taxi y nos despedimos con un abrazo muy tierno.

Desde ese momento gozamos todo nuestros cuerpos cada semana que se acerca por estos lugares. Y nos hemos frecuentado ocho meses llenos de placer.