Fantasía de una Esclava
Desde hacía mucho tiempo en mi mente daba vueltas la idea de cómo sería tener sexo con dos hombres, hasta el día que se presento la oportunidad, aunque mi experiencia en cuanto al sexo no es muy extensa, la idea me excitaba mucho, tenía miedo de que mis fantasías me lleven a un momento incomodo o pe
Desde hacía mucho tiempo en mi mente daba vueltas la idea de cómo sería tener sexo con dos hombres, hasta el día que se presento la oportunidad, aunque mi experiencia en cuanto al sexo no es muy extensa, la idea me excitaba mucho, tenía miedo de que mis fantasías me lleven a un momento incomodo o peligroso.
Un día salimos varios amigos a tomar unos tragos, todos se fueron marchando hasta que quedé sola con dos de ellos, Gustavo que era un gran amigo de hace mucho tiempo y que siempre había estado interesado en mi; dijo que sería buena idea ir a terminar la fiesta en su casa, después de un rato de tragos, charla y risas; Gustavo me beso y comenzó a acariciar todo mi cuerpo, lentamente empezó a desvestirme mientras mi otro amigo Roberto nos miraba, el era uno de mis compañeros de trabajo; Gustavo y yo nos miramos, sonreímos con malicia y decidimos invitarlo; comencé a besarlos alternadamente despacito, mordiendo sus labios.
Mientras besaba a Gustavo, Roberto acariciaba y chupaba mis tetas, comencé a acariciar el pene de Gustavo, mientras Roberto metió la mano entre mis piernas y las separo con fuerza y empezó jugar un poco con mi vagina con sus manos y con su lengua suavemente; Luego puse el pene de Gustavo en mi boca comencé a lamerlo y a chuparlo lentamente, los tragos en mi cabeza me jugaba a favor ya que estaba muy desinhibida. Después de un rato Gustavo me cogió por las caderas y me puso en 4 empezó a penetrarme con fuerzas, con muchas ganas, mientras Roberto se puso frente a mí de rodillas tomé su pene, lo recorrí con mi lengua y lo puse todo en mi boca me puse a chuparla con emoción, intentando hacerlo lo mejor posible, lo que lo hacía temblar de placer, con mi lengua recorría la cabeza sin dejar nunca de masturbarlo con la mano.
Gustavo comenzó a lamer mi vagina, introducía su lengua lo más adentro que podía y con ella, moviéndola rápidamente en el clítoris, sintió como me estremecía de placer; Me di cuenta que debía dejarme llevar y comencé a sentir cada vez mas y mas placer. Luego me acosté sobre Roberto dándole la espalda, el penetrándome suavemente besaba mi espalda, pasaba su lengua por mi cuello, mientras Gustavo con su lengua recorría mi clítoris haciendo círculos alrededor lentamente, tocaba mis tetas, apretando mis pezones suavemente y fue allí cuando no puede mas y acabé estallando de placer, Gustavo me dijo que lo hiciera acabar puse su pene en mi mano y empecé a masturbarlo hasta que sentí su leche caer en mi pecho, Roberto también casi a punto de llegar me pidió que hiciera lo mismo, pero me negué le dije que quería verlo masturbarse para mí, el al ver mi cara de malicia empezó a tocarse; se masturbó hasta que también acabo sobre mí.