Fantasía de agua y sado

Pues eso, una fantasía

Fantasía de agua y sado


Título original: A B&D Water Fantasy

Autor: Kenn Doll

Traducido por GGG, septiembre de 2003

Cuando volvió en sí se dio cuenta de que no era buena idea luchar. Las correas de cuero que la ataban estaban muy prietas. A medida que sus sentidos se recuperaban, fue siendo consciente del grueso consolador de goma alojado profundamente en su culo. Con el cuello estirado pudo ver apenas una manguera de goma negra que iba de su culo a un gran contenedor de cristal transparente suspendido del techo. En el fondo del contenedor había una especie de dispositivo cromado erizado de mangueras y herrajes.

La sensibilidad en su ano no había vuelto por completo. Tensó sus músculos rectales todo lo que pudo para probar y expulsar aquel enorme invasor, pero no había manera. Desconocía el hecho de que circundando la cresta superior del macizo rellenador de culos, había unas esposas tipo Bardex, completamente infladas. Se habría vuelto del revés antes de poder liberarse de su ceñido y húmedo hogar.

De momento, se había vuelto casi loca de dolor. Su pequeño y prieto agujero se sentía como si estuviera siendo desgarrado. Ella se revolvía y retorcía, levantando el pecho, gritando de agonía, desesperada por librarse de la fría mesa de acero inoxidable y la enorme polla de goma. Perdida en su lucha por liberarse, no se percató de que un hombre había entrado en la habitación y caminaba hacia ella.

"Me alegro de verte despierta" dijo. "Espero que no estés demasiado incómoda," Se rió cuando examinó a la pobre chica, que estaba indefensa para reaccionar. "Espero que no te importe si reviso mi trabajo." Se rió cuando puso la mano entre las nalgas de su joven culo para menear el gran consolador.

"¡¡UUUNNNGH!!" gruñó cuando el movimiento envió frescas oleadas de dolor desgarrador a su atormentado agujero.

"¡Oh! ¡Cuánto lo siento! ¡Qué falta de delicadeza por mi parte!" Estalló en una risa incontrolable, hasta el punto de que se le saltaban las lágrimas y empezó a toser.

Cuando se recuperó de su pequeño ataque de risa, empezó a manipular algunos controles bajo la mesa, donde ella no podía ver. Oyó un zumbido de motores y notó que el centro de la mesa se levantaba mientras los bordes caían hasta que su culo estuvo unos 60 cm más alto que su cabeza y pies. Con este ángulo, el tubo de su trasero sobresalía casi paralelo al suelo. Además, la tensión en su culo se duplicaba ahora cuando la dura polla de goma presionaba contra las partes internas de su minúscula abertura anal. Las correas que la sujetaban se pusieron aún más tensas cuando fue estirada sobre la fría e inflexible mesa y su piel suave se puso en carne viva por el roce con sus ligaduras. Sus labios estallaron en gritos lastimeros de sufrimiento ante este desconcertante giro de los acontecimientos.

"¡¡Oh, cállate, pequeño coño, todavía no has empezado a sentir nada!!"

Retiró, a continuación, otro gran recipiente de una plancha calentadora y lo llevó a uno de los que colgaban del techo. Cuando lo volcó, ella vio que estaba lleno hasta arriba de un líquido caliente y viscoso y cuando no pudo ver más podía oír como se vertía de un recipiente al otro. Una vez hecho, volvió al culo de la chica y abrió una pequeña válvula situada al final del intruso negro, y liberó el aire atrapado en el tubo. Mientras oía el silbido del aire saliente podía sentir el peso del líquido espeso y caliente del tubo cuando se abría camino hacia su orificio vulnerable y ensanchado.

"¡Ahora, mi pequeña guarra, verás lo que les ocurre a las niñitas malas!"

Con estas palabras abrió otra válvula y dejó que el fluido empezara a penetrar en su bonito culo joven vuelto hacia arriba.

"¡¡Oh, noooooo!!" chilló, pero el caliente líquido ya había empezado su viaje sin descanso en su interior, llenándola. Empezó a sentir la presión y RÁPIDAMENTE. Su barriga empezó a distenderse obscenamente mientras el espeso fluido se abría camino por cada rincón y grieta de su firme vientre.

Ahora sollozaba abiertamente, suplicándole que parara la presión y el dolor casi increíbles que desgarraban sus delicadas entrañas como dedos furiosos.

"¡Oh, deja de gritar! Sólo llevas unos dos litros y tiene que entrar MUCHO más. Pero para demostrarte que no soy del todo malo," sonrió con maldad, "¡veamos si te gusta esto!"

Cortó el flujo de líquido en su interior y manipuló bajo la mesa a la que ella estaba atada. Quitó una pequeña pieza de la mesa que estaba justo debajo de su pubis. Colocó en esta abertura un pedestal al que se sujetaba un poderoso vibrador de 20 cm. Ajustó su posición para que se asentará justamente a la entrada de su estrecho y joven coño. Ella intentó separarse de este nuevo intruso pero se encontró con que subiendo él el pedestal y bajando la mesa no había sitio donde refugiarse y que la casi totalidad de su peso se había convertido ahora, debido al vibrador que la empalaba, en un delicioso tarro de miel. Cuando estuvo satisfecho con su posición, tensó el pedestal para que no se moviera y activó el vibrador.

Las poderosas vibraciones la sobresaltaron inicialmente y combinadas con los dos litros ya en sus intestinos y los enormes consoladores que le llenaban sus orificios más íntimos, le dejaron la boca colgando abierta y un hilillo de saliva bailando en las comisuras de sus perfectos labios. Cualquier débil posibilidad de resistencia que podría haber tenido, dio paso a una marea casi traicionera de inicua lascivia. Su respiración se hizo pesada y en cada suspiró emitía un gemido mientras se retorcía y giraba contra sus ligaduras; su coño, ahora hambriento, aceptando aquel gran vibrador, perdido en el placer y el dolor.

"¡Bien, veo que te gusta, pequeña guarra!" dijo, sonriendo malévolo. Sin más palabras dejó salir nuevamente el caliente y espeso fluido dentro de su culo. Un agudo alarido brotó de sus labios. Estaba ardiendo con una gran presión gritando en su vientre y coño, que ahora provocaban dolor para liberarse.

Sus pechos se levantaban bajo ella mientras gruñía y ajustaba su coño, ahora empapado, al consolador eléctrico, que la llevaba, cada vez más rápido, hacia su liberación. Su excitación crecía como una gran burbuja en expansión, como la que alcanzaba un enorme tamaño en su vientre, haciendo que sus músculos se estremecieran de forma incontrolada en frenesí sexual.

"¡Oooooohhh ... siii, siii, SIII ... SI! ¡¡SIIII!! ¡¡¡¡OH DIOS, SIIIII!!!!" gritó. Y volvió a gritar, más fuerte y penetrante cuando sintió que empezaba a correrse. En ese momento, justo antes del clímax, él pulsó un botón y liberó el aire de las esposas inflables que había sobre el macizo tapón acoplado a su trasero.

Cuando el primer espasmo orgásmico rasgaba su cuerpo, el inyector, junto con un chorro espeso de fluido caliente, salió despedido de su orificio ampliamente dilatado. Chilló de nuevo con lágrimas de éxtasis y alivio corriendo por su cara. Con cada sacudida de los espasmos del orgasmo, el líquido salía vomitado por su culo como de una olla a presión. Su voz se convirtió en un lamento de tono alto cuando ella se curvó sobre la gran polla, ahora salvajemente. Esto continuó durante algún tiempo mientras ella gruñía oleada tras oleada de tormentoso orgasmo. Pasaron muchos minutos y el flujo de su pobre culo sólo rezumaba, haciendo un esfuerzo supremo para expulsar algo sólo cuando otra ola atormentaba su cuerpo exhausto y sudoroso.

La recorrían pequeños estremecimientos. Cuando le desataron las ligaduras de sus muñecas y tobillos, sus miembros colgaron lánguidamente de la mesa. Estaba en un estado semi-insensible cuando él apagó el vibrador y lo retiró de entre sus piernas. Tanto éste como sus piernas hasta las rodillas, estaban cubiertas con una mezcla de su propio dulce jugo y del fluido que la había rellenado por completo. Dándole un ligero beso en la nalga él salió de la habitación mientras entraba otro hombre.

Se acercó a la mesa y contempló la escena que se ofrecía ante él. Tiernamente le apartó el pelo que estaba hecho una plasta sobre su cara y besó su carrillo.

Ella parpadeó e intentó enfocar la vista. Con una ligera sonrisa de reconocimiento dijo ella con un ronco susurro, "¡Fue increíble!" A lo que el hombre replicó, "¡Pues verás lo que te tengo preparado para tu próximo cumpleaños! ¡Te quiero!"