Fantasía cumplida (ii)
( no es necesario leer la primera parte, a no ser que necesites los detalles ) Segunda parte en la que cuento el desenlace y follamos como posesos, creo que los dos nos quitamos una espinita.
Mientras le decía todo esto, fui viendo como cambiaba su gesto, su respiración se agitaba y su pulso se aceleraba. Y mientras yo terminaba de hablar fue incorporándose en mí dirección y quedando de rodillas sobre el sofá a mi lado, mirándome de frente, metió la mano bajo mi bañador y agarro mi polla que ya presumía tiesa como una viga, con la otra mano guió la mía hasta su coño, tapado sólo con un fino pantalón corto de pijama, deslice mi mano por la pernera y por fin, después de tantos años, pude tocar su coño, lo sentí suave, muy suave mientras deslizaba mi dedo entre sus húmedos labios casi gelatinosos, note su clítoris duro y sobresalía abultado, seguí buscando la entrada y metí mi dedo con dulzura, se estremeció, su interior era cálido, un volcán y ella con voz muy suave me dijo:
- Sabes que lo que va a pasar aquí, es sólo deseo, sexo por sexo y nadie, nunca jamás nadie debe enterarse de esto, tu eres un muchacho joven, pero a mi nunca me lo perdonarían. - lo susurró casi entre gemidos.
- Esa es la oscura canción de mi vida. - Le respondí y acerque mi boca a la suya, le di el beso más húmedo y caliente que jamas he dado a nadie, cuando separe mis labios, su boca siguió abierta y sus ojos cerrados durante unos segundos, se puso de pie y se quitó la ropa, ahora si, mostrándome su cuerpo con deseo de que la observase yo hice lo mismo apresuradamente sentado en él sofá, me empujó suavemente hasta que me tubo totalmente a lo largo del sofá, se giró y paso su pierna izquierda sobre mi cabeza, apoyándola de rodillas en el sofá al lado de mi brazo izquierdo y dejando la otra pierna de pie en el suelo fue bajando su culo hasta mi cara, dejando mi nariz incrustada en su ano y mi boca bajo su vulva, después inclinándose hacia adelante dijo:
- Disfrutemos de lo que tanto hemos esperado - y se metió mi verga en la boca hasta los huevos, yo separé sus grandes nalgas con mis manos y comencé a lamer todo aquel dulce jugo que bañaba su brillante y abierto coño, deseoso de que lo comiese,me sorprendía su delicioso olor y sabor, era la primera vez que olía, saboreaba y comía un coño, pero era como instintivo saber donde chupar, lamer y jugar, con mi nariz clavada en su culo y todo el peso de su cuerpo sobre mi, busque su abultado clítoris y lo introduje en mi boca de un chupón, gimió y se retorció y entonces comencé a chuparlo como si fuese una mini polla, con ganas, ejerciendo presión entre mi lengua y él paladar fui mamándolo rítmicamente, su coño emanaba jugos sin cesar, con una de mis manos que separaba sus nalgas deslice uno de mis dedos al interior de su coño, ejerciendo presión en la parte trasera hacia su ano, para acercar su clítoris más a mi boca, mi dedo se empapo dentro de su coño, lo saqué y acaricié su culo, lubricándoselo y comencé a introducirlo lentamente, quería tocar todo su cuerpo, cada centímetro, el deseo contenido durante años, hacia que me sintiese como un niño en una tienda de juguetes, sin saber con que jugar primero, ella tragaba sin descanso mi polla y una de sus manos cogía mi bolsa testicular apretando y tirando, separando así mi pene de mi cuerpo para poder engullirlo mejor, sentía que estaba a punto de perder el control y eyacular brutalmente, entonces la sacó de la boca y me dijo :
- Quiero que me la metas en el culo, chúpamelo bien y lubrícalo - me lo dijo al tiempo que movía su culo para dejarme lo en la boca, yo sin mediar palabra comencé a lamerlo, estaba cubierto por su flujo vaginal y fui lamiendo y saboreándolo, empecé a intentar meter la punta de mi lengua y ella dilataba el músculo facilitándome el acceso a su interior con mi lengua, poco a poco empecé a follarle el culo con mi lengua, se retorcía sobre mi y con mi pene agarrado frotaba con fuerza mi prepucio con su pulgar, como si fuese el clítoris de alguna de sus ligues, arrancándome suspiros involuntarios, disfruté como nunca comiéndome su culo, se levanto y sobre la alfombra hinco sus rodillas y apoyo su hombro izquierdo en el suelo junto con su cara de lado y separando cada nalga con cada una de sus manos puso el culo en pompa, ofreciéndomelo:
- Quiero que me folles, quiero sentirte... aaaah ! !- Antes de que terminase se la enterré en el húmedo coño, arrancándole un alarido placentero, había follado muchos culos, todos de hombres, pero nunca la había metido en un coño, sentía que la sensación era más suave, más dulce, sin aprisionar mi pene lo envolvía y acariciaba dulcemente, más placentera y a Julia parecía gustarle también ser penetrada por mi polla, gemía y se retorcía empujando su culo contra mi, no se cuanto tiempo estuve follándola, pero disfruté enterrando mi polla en ella como nunca y después de dar dos pequeños gritos paro de empujar y su coño empezó a palpitar descontrolado al rededor de mi polla, acababa de tener un orgasmo y la sensación fue muy placentera para mi, empujé con más ritmo y ella viendo lo que se le venía, me pidió que parase e intentando huir de mi polla :
- No te corras en mi coño, las lesbianas no necesitamos píldora anticonceptiva. Y te dije que la quería dentro de mi culo, quiero que me lo folles. - No me lo podía creer, yo tampoco había pensado en eso, las relaciones entre hombres, aunque tienen otros riesgos el del embarazo no es uno de ellos. La saqué de su coño y la apoye en el culo y comencé a ejercer presión muy suave, su culo se tragó mi capullo sin demasiado esfuerzo y detrás fui deslizando lentamente el resto, tras unos segundos disfrutando del nuevo agujero empecé a follarla con calma, sin prisa, paladareando su culo, incluso comparando mentalmente los dos y francamente, para mi polla, coño gana culo, pero para mí cabeza su culo era una quimera, un imposible, algo inalcanzable y estar ahora de rodillas detrás de Julia follándole el culito, se me erizaba el espinazo y en muy poco tiempo estaba regando el interior de Julia con mi esperma, ya no me quedaba nada dentro y ella seguía golpeando su culo contra mi, seguía enterrándose mi polla en el culo sin parar, mi leche se le salía por el culo en cada envestida y poco a poco fue parando, mi polla salió de su culo y detrás flujos anales mezclados con mi semen cayeron en la alfombra y ella también se tiró sobre la alfombra, intuyo que cansada y satisfecha.
Ya era media noche cuando recuperamos el aliento, mientras recogimos el escenario del crimen, era una cálida noche de verano y no echamos de menos la ropa, seguíamos desnudos tirando botellas vacías en una bolsa y limpiando restos de alfombra y sofá, yo seguía mirándola con ojos de goloso, mientras ella se agachaba limpiando la alfombra.
- Vamos a darnos una ducha y preparamos algo de picar, llama a casa y di que te quedas a dormir - Me dijo saliendo de la sala, yo hice lo que me pidió y la alcance en la ducha, me metí bajo el agua con ella, me sonrió y me dio la esponja en la mano para que la enjabonase, yo la dejé caer, me eche gel, mucho gel en la mano y se lo esparcí por los pechos, con las dos manos, empecé a frotar y apretar sus tetas, masajeando cada centímetro de aquellos enormes pechos, yo ya volvía a apuntar al techo con la polla, sus grandes aureolas se habían comprimido formando dos enormes pezones y entonces observé unas pequeñas marcas en ellos cuando el agua ya había lavado casi todo el jabón y jugando con mis dedos sobre ellos note que se estremecía y apartaba cuando mis dedos ejercían presión sobre ellos. Pensé que le hacía daño y solté sus tetas. Pero ella cogiendo mis manos, las puso sobre ellos otra vez.
- No pares cielo, sigue, me excita muchísimo - dijo susurrando
- Creí que te hacía daño al tocarte esas marcas de los pezones - Le comente yo
- Son pequeños mordisquitos que me deja una pezonera especial que tengo arriba, ¿ sabes ? creo que aun puedo sorprenderte más, si te atreves claro. - Mi cara ya le decía la respuesta, pero se lo confirme diciendo.
- Soy todo oídos, pero creo que ya nada puede sorprenderme.
- Sígueme y veremos. - se envolvió una toalla y salió por la puerta y yo hice lo mismo tras ella.
Ya en su habitación tiro la toalla y de rodillas en el suelo se agachó bajo la cama, dejándome ver los secretos que ocultaban sus nalgas y observando el brillo de su coño totalmente abierto, sacó una maleta de cuero negra, abrió las dos correas que la cerraban y la cremallera, me miro y la abrió, en su interior, consoladores de varios tamaños y formas, uno de ellos, enorme, con forma de polla de caballo, esposas aterciopeladas azules, un par de fustas, pequeños enseres, como una joya anal, que apresuró a chupar y mirándome a los ojos, en la posición en la que estaba, de rodillas y sus nalgas sobre sus talones, se lo introdujo sin ni una mueca y de un apartado interior de la maleta sacó dos pequeñas pinzas metálicas con dientes, como las de cargar las baterías de los coches, pero en pequeñito, estaban unidas por una cadena metálica, me las mostró y dijo:
- Estas son las pezoneras que te dije abajo. - Y tan pronto como terminó la frase, abrió una con dos dedos, mientras me miraba fijamente a los ojos y colocándola sobre el pezon fue cerrándola despacio, a medida que esta fue apretando aquel enorme pezon su cara hizo un gesto de dolor y soltó de todo la pinza sobre el pezon soltando un suspiro, abrió la otra e izó lo mismo, su mirada continuaba fija en mi, se sentó en la cama y apoyando su cuerpo recostada sobre los codos abrió sus piernas y me dijo:
- Agáchate y cómeme el coño, pero esta vez quiero sentirlo, no quiero mariconadas. - Antes de que terminase de decírmelo, yo ya estaba de rodillas delante de aquella majestuosa vulva, acerque mi boca, despacio pero con apetito, todavía repleta de flujo desprendía un olor embriagador, a sexo, sudor y con aquella bola metida en su culito y la esmeralda fuera, yo estaba excitado a más no poder, cogí su clítoris entre mis dientes y ejercí un poco de presión, con cuidado, sabiendo que era una zona delicada, la oí gemir diciéndome:
- Siiiii, así, aaaah comételo - Entendido, pensé yo, apreté un poco más y movía mi boca de adelante a atrás, masturbando aquel enorme apéndice - Coge la cadena, coge la cadena - dijo retorciéndose y suspirando, yo entendiendo a que se refería, deje de jugar con los dientes sobre su clítoris y comencé a mamarlo, succionando con fuerza, mamando como con intención de exprimirlo metiendo la lengua en su interior en cada mamada y subí mi mano derecha, pero no agarre la cadena seguí subiendo hasta su pezon izquierdo y poniendo dos dedos sobre la pinza apreté un poco, ella soltó un quejido, y yo apreté un poco más al tiempo que chupaba su coño, que entre mi saliva y su flujo mojaba el edredón de la cama, aprovechándome de esa natural lubricación introduje dos dedos dentro, no era para menos el tamaño que tenía su coño, pronto note que podría meter más, afloje la presión de mis dedos en la pinza y la de mi boca en su clítoris y busque en la maleta que tenía a mi lado, en el suelo, el gran pollon de caballo que había visto antes, quería someterla con tremendo falo, que seguro ya había probado antes, mientras seguía mamando de su vagina fui acercando el gran pene de plástico, en la entrada de su coño empecé a embadurnar la punta con sus flujos y mis babas e intenté introducirlo, poco a poco fue entrando, ensanchando su coño y obligándome a ir apartando mi barbilla para cederle paso, cuando la mitad estaba dentro, retrocedí con el muy despacio y antes de sacarlo de todo comencé a introducirlo de nuevo, ahora un poco más a fondo, era increíble con que facilidad su coño se comía todo aquel trozo de goma, llegando casi a introducir los cerca de 40 centímetros en su interior, en ese punto todo estaba muy bien lubricado y comencé a follarla con la poya de caballo, ella se retorcía y gemía - mételo todo, así, no pares - repetía de vez en cuando entre fuerte suspiros y yo aumentaba el ritmo y la presión sobre la pinza de su pezón.
- Para, para - solté el pezon inmediatamente.
- No es eso, quiero que me lo metas por el culo, quita la joya y méteme la tranca de burro -
- Eso no va a entrar te va a partir en dos - dije en cuanto quite su coño de mi boca
- No es la primera vez, te dije que te iba a sorprender, ya verás como mi culo se lo traga enterito, prueba, yo te ayudo - Puso sus pies sobre mis hombros y empujándose descolgó un poco el culo por el borde de la cama, agarrado la joya anal comencé a describir giros con él en su culo, notando como la bola que tenía dentro del culo iba ensanchando poco a poco su ano, comenzando a salir lentamente de él, con sus piernas elevadas sobre mis hombros facilitaba la acción, salió y volvía a introducirla y vuelta a empezar, estuve así un rato, ella acostada en la cama tenía la cadena de las pinzas cogida con la boca y jugaba con ella dando algún tirón a ambas tetas a la vez, suspiraba con cada tirón, llevaba más de 20 minutos con las pinzas puestas y estas, estaban hincadas en la carne de sus pezones, saqué por ultima vez la joya anal de su agujero y acercando el consolador a su culo, baje mi cabeza hasta su coño y comencé a chuparlo con suavidad, este continuaba muy abierto aun después de un rato ya sin el pollon incrustado, fui lamiendo y chupando al tiempo que empecé a empujar aquella enorme polla por su culo, metía un poco y retiraba, sin terminar de sacarlo comenzaba de nuevo a introducir un poco más adentro, ella se arqueaba con la presión del trabuco en lo más hondo de su culo y su ano aceptaba todo el grosor sin demasiado problema, yo continuaba chupando ya centrado en su clítoris, cuando tubo dentro poco más de la mitad, me incorporé, estiré sus piernas sobre mi pecho y acerque mi polla, que estaba a punto de estallar de lo empalmado que estaba, a su coño sin meterla, con mi mano la sostuve en la entrada de su raja y apoye la base del pollon de burro en mi muslo, ella como si me leyera la mente se preparaba y dando pequeños tirones de la cadena torturaba sus pezones, abría y cerraba sus párpados lentamente con cada tirón de cadena, empuje mi polla dentro de su coño y dejando caer mi cuerpo sobre ella empuje el nabo de burro por su culo con mi pierna hasta enterárselo por completo, dio un chillido y yo mordí con saña uno de sus pezones apretando la pinza más todavía y sin aflojar la presión sobre su culo comencé a follármela sin descanso mi polla entraba en su coño dilatado y chorreando una y otra vez, mi muslo con tanto ajetreo dejo libre la polla de burro que comenzó a salir lentamente de su culo y yo seguía follándola, apretando con mis dientes el pezon, deformado bajo la presión de la pinza y comenzó a gemir note sus convulsiones y las potentes palpitaciones de su coño, que mi polla no pudo resistir, corriéndome al unísono en su coño, la enorme tranca salió de su culo cayendo al suelo y con mis manos liberé las pinzas de sus pezones y ella dio un chillido de dolor, me puse de rodillas a su lado y le dije:
- Es hora de que pruebes a qué sabe - ofreciéndole mi polla se la metió en la boca y me la chupo con fuerza mientras me miraba a los ojos llevándose las últimas gotas que me quedaban dentro, lamió y relamió mi glande, disfrutando sus últimas gotas y dijo jadeando:
- Al final te corriste en mi coño, pero no te preocupes, tengo alguna píldora del día después en el botiquín, antes, en la sala, lo que quería es que te corrieses en mi culo y la excusa de la píldora anticonceptiva me sirvió de pretexto para conseguirlo - Me dijo mientras se acurrucaba en la cama.
Yo me quede mirándola acostada de lado, dándome la espalda, observando sus nalgas, por las que se escurría un poco de mi leche que salía de su coño, era una imagen perfecta.