Fantasía cumplida, historia real II

He compartido a mi esposa con su primo.

Un saludo queridos lectores.

El 13 de Octubre de 2016 publiqué la primera parte de esta historia, para una mejor comprensión os ruego su lectura.

Los que me hayan leído saben que mi fantasía es la de ser un cornudo, y aunque está historia verídica no es de cuernos propiamente dicho, si que he tenido la ocasión de compartir a mi esposa Alba con un primo.

Miguel Angel es primo lejano de mi mujer, en tercer grado, actualmente tiene cincuenta y seis años, muy bien conservado, quedó viudo hace más de quince años y trabaja como funcionario.

No detallaré pormenores, fuimos invitados a una boda de un pariente de mi esposa, en vez de alojarnos en un hotel nos hospedamos en casa de Miguel Angel ya que insistió mucho.

La boda era de tarde, Alba por la mañana fue a la peluquería, para la ceremonia escogió un vestido azul oscuro entallado en la cintura con falda de vuelo con apertura hasta un poquito por encima de sus rodillas. Por debajo un conjunto de lencería muy sugerente, tanga blanca y sujetador a juego y panties de color negro, junto con un zapatos con tacon muy alto y fino.

Después de la ceremonia con más de cien invitados cenamos en un parador y bailamos en la discoteca. Desde siempre me ha excitado enormemente ver a mi esposa bailar con otros hombres, me los imagino haciendo sentir a mi Alba sus enormes bultos, bajando las manos por la espalda de mi mujer hasta acariciar sus nalgas y como Alba cae rendida ante ellos mientras se la llevan a algún lugar apartado para poseerla,...., pero eso son otras historias.

Debo matizar que mi esposa no tolera en demasía el alcohol, sobre todo el champán, aunque en esta ocasión hizo una excepción y podría decirse que estaba un poquito deshinibida.

Miguel Angel y yo también estábamos algo bebidos, y de madrugada tomamos la sabía decisión de volver a casa del primo de mi mujer en un taxi. La noche era algo calurosa.

Ya en casa, nos sentamos a hablar en el sofá mientras Miguel Angel nos preparaba unos gin tonics, aún recuerdo a Alba comentar que no le apetecía y a Miguel Angel insistiendo en una última copa.

No podía evitar mirar de reojo a mi esposa, estaba muy atractiva con su vestido de noche y sus piernas cruzadas mostrando recatadamente parte de sus muslos con sus panties negros.

Alba comentó que le dolían los pies y acabó por quitarse los zapatos haciendo alusión a los malditos tacones.

Los gintonics preparados por Miguel Angel estaban fantásticos debo reconocerlo, quedé sorprendido al ver que mi esposa había consumido bastante más de la mitad.

Por efecto del alcohol, me puse muy mimoso y juguetón intentando dar piquitos a mi esposa a la mínima ocasión, mientras Alba intentaba zafarse de mí cohibida por la presencia de su primo.

Miguel Angel fue al baño y mi mujer me reprendió:

-No te pongas pesado Alfredo.

-No puedo evitarlo amor, - contesté mimosamente poniendo mi mano sobre sus rodillas - estás preciosa esta noche, te deseo.

-En casa de mi primo no, respondió tajantemente.

Miguel Angel volvió pasados pocos minutos, seguimos bebiendo y yo poniéndome cada vez más pesado, intentando besar a mi esposa a la mínima ocasión.

Noté el cambio de actitud de Alba ya que cada vez ponía menos impedimentos a mis piquitos hasta que accedió a un beso largo, profundo y bastante prolongado. Sentí como el corazón de mi mujer latía fuertemente.

Durante el beso abrí los ojos, Miguel Angel nos miraba sonriendo.

-Será mejor que os deje solos pareja, dijo.

Ante mí sorpresa fue Alba la que ruborizándose le pidió que se quedara.

Las palabras de mi mujer me excitaron, mi polla estaba muy dura sintiendo como el precum manchaba mi slip, un pensamiento atravesó mi mente y volví a besar a Alba temiendo que ahora no fuese receptiva.

En principio, Alba intentó negarme el beso pero acabó cediendo, entreabrió la boca permitiendo el acceso de mi lengua mientras se recostada sobre mí de espaldas a su primo.

Abrí los ojos, en el rostro de Miguel Angel se apreciaba un gesto no de diversión sino de deseo, la apertura de la falda de mi mujer estaba escandalosamente abierta dejando a la vista de su primo su muslo izquierdo y la parte de arriba de sus panties de color negro oscuro en contraste con el negro más claro de la media.

Miguel Angel se levantó sentándose a escasos centímetros de nosotros, con el brazo derecho abrazaba la espalda mi esposa mientras que mi mano izquierda subió muy lentamente la falda de Alba dejando a la vista de su primo las nalgas de mi mujer.

Comencé a acariciar el culo de mí esposa, temí en ese instante la reacción pudorosa de Alba, pero no se dió o no se quiso dar cuenta del espectáculo que estábamos ofreciendo a su primo.

Recuerdo como si fuese ahora mismo la mano de Miguel Angel posándose muy lentamente en la parte trasera del muslo de Alba mientras yo sobaba sus nalgas. Fue una sensación muy excitante el ver cómo la mano de otro hombre acariciaba a mi mujer, mi verga estaba más dura que en toda mi vida.

Sentí como mi esposa intentaba reaccionar al sentir la mano de Miguel Angel sobre su pierna, no lo dude la abrazé con más pasión mientras mi mano izquierda asía su cabeza para continuar con nuestro profundo beso.

Ví como la mano de su primo subía muy lentamente por la pierna de Alba acariciando sus muslos hasta llegar a sus nalgas, dejamos de besarnos mientras la cabeza de mi mujer descansaba sobre mí hombro derecho.

Nunca olvidaré las palabras entrecortadas de mi esposa:

-Me está,...., me está,..., acariciando el culo balbuceó.

Mi mano izquierda acarició la cara de Alba, descendió por el cuello hasta sus tetas, las cuales comencé a sobar y acariciar mientras Miguel Angel continuaba sobando a su antojo el culo de mi esposa.

Alba comenzó a jadear incrementando mi excitación.

Miguel Angel se incorporó y mientras su mano izquierda amasaba el culo de mi mujer su mano derecha asiendo la cabeza de mi esposa la hizo girar quedando los dos de frente. La cara del primo de mi mujer se acercó muy lentamente a la de Alba, entreabrió los labios y besó en la boca a mi esposa.

Una descarga sacudió mi cuerpo presenciando a escasos centímetros como Alba besaba a otro hombre. Fue un beso muy dulce, largo y profundo.

Aún retumban en mi cabeza las palabras de Alba:

-Llévame al dormitorio Alfredo.

Los tres nos incorporamos sin decir palabra, de reojo ví la tremenda erección de Miguel Angel. Abrazado a mí esposa cruzamos el pasillo entrando en el dormitorio de su primo quedándose éste en el umbral de la puerta sin saber que hacer.

Nuevamente besé a mi esposa con pasión haciendo una señal a Miguel Angel para que se acercase. Observé como su primo dudaba y preso por la excitación comencé a bajar la cremallera del vestido de Alba, mi mujer no opuso resistencia al sentir el vestido caer a sus pies.

Estaba apunto de correrme, es terrible el morbo que se siente cuando tu esposa está delante de otro hombre en ropa íntima. Observé en el espejo como el hilo del tanga blanco de Alba se ocultaba entre sus nalgas en contraste con los panties e hice un gesto para que su primo se acercase.

Miguel Angel abrazó por detrás a mi mujer, besando el cuello y la nuca de Alba. Los gemidos de mi esposa inundaron el dormitorio.

Desabroché el sujetador de mi esposa y lo dejé caer al suelo, Miguel Angel al percatarse pasó sus brazos por debajo de las axilas de Alba tomando posesión de sus pechos

Otro hombre que no era yo punteaba el culo de Alba mientras magreaba sus tetas con total impunidad. Mi esposa con la cabeza apoyada en mi hombro derecho jadeaba sonoramente.

Giré a mi esposa y se la ofrecí a Miguel Angel, su primo la abrazó tiernamente y la besó. Rápidamente de desnudé dejando mi caro traje tirado en el suelo, mi verga está más dura que en toda la vida, pringosa muy pringosa.

Las manos de Miguel Angel descendieron muy lentamente por la espalda de mi mujer hasta llegar a sus nalgas, Alba levantó una de sus piernas cruzándola sobre la cintura de su primo lo cual facilitó aún más que la metiese mano.

Delicadamente, Miguel Angel tumbó a su prima en la cama desnudándose con rapidez. Su verga no era especialmente grande, pero muy muy gruesa.

Besé a mi esposa acariciando sus pechos, sus manos agarraban fuertemente mi cabeza, por su parte, Miguel Angel tirando de los panties los sacó junto con su tanga por los tobillos de Alba quedando desnuda mi mujer para nosotros dos.

Miguel Angel abrió las piernas de mi esposa besando la parte interna de sus muslos hasta llegar al arreglado coño de Alba. Abrió los labios vaginales y comenzó a saborear el húmedo coño de mi mujer, besé a mi esposa para amortiguar sus gemidos mientras sobaba sus tetas.

Me aparté discretamente para observar con todo lujo de detalles como otro hombre se apareaba con mi esposa, sentí mis cojones llenos de lefa caliente, a duras penas podía evitar mi inminente corrida.

La lengua de Miguel Angel con movimientos circulares acariciaba el clítoris de mi esposa, provocando espasmos incontrolables a Alba, la cuál, con mucha fuerza aprisionaba la cabeza de su primo contra su sexo.

Vista la excitación y entrega absoluta de mi esposa, Miguel Angel sacó una caja de preservativos de un cajón ofreciéndome uno. Con destreza se lo puso abriendo de nuevo las piernas de mi mujer. Su gorda verga jugó con los labios vaginales de Alba, amagando con penetrarla sin hacerlo.

Me puse el preservativos mientras mi esposa, totalmente entregada a su primo, movía las caderas implorando ser penetrada por otro hombre que no era yo, tras varios segundos de tortura Miguel Angel de un vigoroso golpe empaló el coño de mi mujer iniciando un mete saca brutal.

-Ahhhh grito mi esposa, más...., más,..., más duro Miguel Angel,..., más.

Me corrí en ese momento como un verdadero cerdo sin llegar a tocarme, mientras veía cumplida mi mayor sueño, mi mayor anhelo, que otro hombre poseyese a mi mujer.

Miguel Angel folló en las postura del misionero a Alba, con muchísima fuerza, empalando a mi mujer hasta lo más profundo de su útero mientras se bamboleaban sus tetas.

La habitación olía a sudor y sexo mientras Miguel Angel montaba a mi esposa. Alba cruzó las piernas por la cintura de su primo agarrando sus nalgas para que la penetración fuese aún más profunda.

Tras varios minutos de empalar con fuerza y vigor a mi esposa, Alba arqueó la espalda y se corrió como nunca lo había hecho en su vida, arqueó la espalda, convulsionó con fuerza mientras arañaba la espalda de su primo diciendo palabras incoherentes. Miguel Angel sintió como el coño de mi esposa ordeñaba y apretaba su dura y gruesa verga consecuencia del orgasmo de Alba, se corrió como un verdadero animal quedando exhausto abrazando a su prima.

Me quedé observando como los mi esposa y su primo se recuperaban de la tremenda follada, Miguel Angel se salió de mi mujer, el preservativo estaba lleno de su semilla caliente, saber que un hombre había eyaculado en el coño de mi esposa provocó que mi verga se pusiese dura de nuevo.

Alba incorporándose me beso con dulzura y llevando su mano a mi rabo comenzó a pajearme.

-Que tenemos aquí dijo mi mujer mimosamente.

Me tumbé en la cama cerrando los ojos para saborear el momento, mientras Alba a horcajadas y agarrando mi verga se la metió hasta el fondo de su sexo cabalgándome como una experta amazona. Mi esposa jadeaba y gemía fuera de sí, abrí los ojos, la cara de mi mujer reflejaba placer y lujuria, ya no era la recatada esposa sino una hembra complaciendo a sus dos machos.

Las manos de Miguel Angel, pasando por debajo de las axilas de Alba, magrearon las tetas de mi esposa, Alba giró su cabeza besando a su primo. Fue un beso sucio y obsceno, me corrí en ese momento como un verdadero animal.

Miguel Angel tomó mi lugar y volvió a aparearse con Alba, mi esposa montó y cabalgó a su primo hasta que los dos volvieron a llegar casi conjuntamente al orgasmo.

Nunca podré olvidar las palabras de Alba: más Miguel Angel,...., más...., dame más,...., más duro,...., más fuerte,....., me corroooo.

Dormimos hasta tarde, Miguel Angel en el cuarto de invitados y nosotros en su cama.

Las reacciones del siguiente día ya las conté en el relato al que hice referencia al principio, simplemente, comentaros que hemos visitado a Miguel Angel en varias ocasiones y hemos pasado algunos veranos en un apartamento que tiene su primo en la costa.

FINAL