Fantasía cumplida

Una chica tiene una fantasía que la obsesiona, buscará ayuda para superarla. Este es el primer relato que publico, y está escrito y dedicado con todo mi cariño a mi Ama, espero de todo corazón que le guste. Por supuesto también espero que les guste a todos los que se aventuren a leerlo.

Una tarde de sábado del mes de febrero, en la calle estaba lloviendo y hacía bastante frio como para apetecerme salir de casa, así que decidí conectarme un rato a internet para entretenerme, entré en varios chats, todos ellos de carácter sexual, no era la primera vez que lo hacía, y más que para encontrar algo, lo usaba para entretenerme viendo lo que escribían los otros usuarios, yo siempre he sido más de leer que de escribir, raro es cuando digo algo más que hola, o buenas tardes en los chats, y en eso estaba pasando la tarde, cuando en el chat de sexo de mi ciudad, en el que me encontraba en ese momento, entró un usuario con el nick "Mimi" y que tras saludar por el general, puso que si había alguien en el chat que le pudiera ayudar con un problema que quería solucionar en su vida sexual, al principio pensé que, como la mayoría de nicks que entran con nombre de chica, se trataría de un chico aburrido y con ganas de fantasear por el chat, así que no le hice mucho caso, pero al rato volvió a escribir en el chat que por favor, que necesitaba ayuda para solucionar un problema que la tenia obsesionada, yo llevaba ya algo más de una hora y estaba empezando a aburrirme, así que decidí, sin mucha convicción de que realmente se tratara de una mujer y fuera en serio, de abrirle un privado.

Yo casi siempre en los chats , como no sé que nick poner, entro con nombres de animales, en ésta ocasión me había puesto el nick de "lobo":

lobo: hola, ¿qué tal?

pasaron unos minutos sin recibir respuesta, con lo que pensé que o bien ya estaba en otro privado, o que pasó de mi privado, pero de pronto recibí contestación:

Mimi: hola, perdón, estaba al teléfono.

Mimi: tengo un problema ¿quizás me podrías ayudar a solucionarlo?

lobo: hola, tranquila, no pasa nada, dime de qué se trata y veré si puedo ayudarte.

Mimi: verás, a pesar de que soy bastante joven (aún no he cumplido los veinte años), llevo desde hace 3 años, una vida sexual bastante activa, mis relaciones han sido bastante satisfactorias en general, pero de unos meses atrás, llevo obsesionada con un tema que no he conseguido disfrutar

Mimi: y es que me gustaría poder gozar y correrme, siendo penetrada analmente

lobo: ¿ya has probado la penetración anal y no has sentido placer?

Mimi: Si, bueno, lo intenté, un chico con el que estuve, quiso probar, pero al intentar penetrarme, me hizo daño y no quise seguir.

lobo: ¿pero te había puesto alguna clase de lubricante antes, sabía que eras "virgen por detrás", fue con cuidado?

Mimi: No teníamos ninguna crema, ni lubricante en ese momento, así que lo hizo con la saliva, pero cuando intento meter la punta, me empezó a doler y no quise seguir.

lobo: ya, y no has vuelto a probar

Mimi, si, pero yo sola, mientras me masturbaba, me metía un dedo poco a poco, y aunque no me dolía, pero tampoco lo disfrutaba, y he visto videos en los que revientan el culo a mujeres y estas se vuelven locas del placer, y me gustaría experimentarlo. Hasta ahora he disfrutado mucho con las relaciones que he tenido, pero quiero buscar nuevas experiencias, y esta se ha convertido en una obsesión para mi.

lobo: entiendo, y ¿cómo podría yo ayudarte con tu obsesión? ¿buscas consejos, o alguien con quien "desvirgarte analmente"?

Mimi: Me gustaría encontrar a alguien con quien poder iniciarme, que vaya con mucho cuidado, y me ayude a gozar también por detrás, tanto como disfruto por delante.

lobo: para serte sincero, yo la verdad es que no tengo experiencia con la penetración anal, siempre lo he hecho de manera "tradicional", pero me ha picado mucho la curiosidad y me gustaría probar. Como entiendo tu situación, me gustaría, si estás dispuesta a probar conmigo a ayudarte por todos los medios a cumplir tu objetivo. Aunque debo decirte, que yo soy bastante más mayor que tu, tengo 38 años.

Mimi: mmm... la diferencia de edad no me importa, pero, quiero que quede claro, que no busco una relación de pareja, sólo quedaríamos una vez y si fuera bien, las veces que considere necesarias para poder cumplir mi objetivo y luego cada uno por su lado, ¿estás de acuerdo en esto?

lobo: si, claro, no hay ningún problema por mi parte.

Nos dimos nuestros skype, y quedamos en conectarnos por la noche para vernos por cam, para darnos el "visto bueno" antes de quedar.

Esa noche pusimos nuestras cams, y me sorprendió mucho al verla, era realmente una preciosidad, pelo moreno, liso, por debajo de los hombros, ojos negros, una carita redonda y muy dulce, con una sonrisa muy sexy, no parecía demasiado alta, aunque por la cam no podía saberlo, y por lo que podía ver, pues solo veía de pechos para arriba, parecía tener buen cuerpo, y yo no debí de defraudarle, pues parecía estar conforme con lo que veía por la cam, al menos no me dijo nada que pudiera darme a entender lo contrario. Estuvimos charlando casi una hora un poco de todo, y quedamos en vernos el fin de semana siguiente, ella vive bastante cerca de mi, a unos 2 kilómetros, quedamos en vernos en una cafetería que está a medio camino entre nuestras casas y luego ir a mi casa, pues ella vive con sus padres y yo ese fin de semana estaría solo en casa.

Esa semana, estuve buscando por internet videos y artículos relativos a la iniciación a la penetración anal, quería estar preparado y que la experiencia fuera satisfactoria, para los dos, aunque realmente me preocupaba más que ella disfrutara, lo mío era secundario, me había causado una gran impresión por skype, y realmente quería ayudarla a cumplir su fantasía.

Los días se hicieron eternos, yo no hacía más que pensar a menudo en nuestra cita del fin de semana, y parecía que el tiempo no quería pasar, pero finalmente llegó el sábado.

Según se iba acercando la hora en que habíamos quedado en la cafetería, se iba apoderando de mi un cierto nerviosismo, como si fuera la primera vez que iba a tener relaciones sexuales, ¡a mi edad!, y es que en cierto modo yo también era virgen, nunca había penetrado ningún culo, y no sabía si iba a ir bien, o iba a ser un completo desastre, esas dudas y un cierto temor al fracaso, era lo que me afectaba.

El clima de ese sábado no tenía nada que ver con el de la semana pasada, no llovía, y la temperatura era agradable, para estar en pleno mes de febrero, no hacia viento y se podía pasear por las calles.

Llegué a la cafetería un cuarto de hora antes de la hora acordada, siempre me ha gustado llegar pronto a los sitios, y la verdad que en esta ocasión estaba deseando llegar y que ella llegase también a nuestra cita, pues también había un cierto temor a que finalmente decidiera dar marcha atrás y no presentarse.

Pero mis temores resultaron ser infundados, ya que cinco minutos tan solo después de la hora de nuestra cita, apareció ante mi vista. Iba con una falda negra por encima de la rodilla, una blusa blanca y una chaqueta negra por encima, Se acercó, me dió dos besos y entramos en el local.

Pedimos dos cafés con leche y nos sentamos en una de las mesas disponibles del local, y empezamos a charlas de temas banales, para ir rompiendo el hielo, y poco a poco dimos paso a lo que realmente nos había traído hasta allí.

Yo: ¿estás segura de querer seguir adelante?

Ella: si, claro, sino no estaría aquí, ¿y tú?

Yo: si, yo también quiero hacerlo.

Ella: bien, pues cuando quieras podemos irnos.

pagué los dos cafés y nos dirigimos paseando hasta mi casa, le abría la puerta y nos dirigimos al salón.

yo: ¿te apetece tomar algo antes?

ella: no, gracias, podemos empezar si quieres, irnos calentando para entrar en situación. -- y diciendo esto, se quitó la chaquetilla.

Empezó a desabrochar los botones de su blusa, dejando a la vista sus pechos aprisionados por el sujetador, terminó de desabrocharse la blusa y se la quitó, yo la abracé, y mis manos desabrocharon su sujetador, quitándoselo suavemente, mis manos empezaron a acariciar sus pechos muy despacio, mientras su boca se aproximó a la mía, juntando nuestros labios, y mientras nuestras lenguas se juntaban en un beso apasionado, mis manos seguían masajeando sus pechos cada vez con más fuerza. cuando noté que sus pezones empezaban a ponerse duros, bajé mi cabeza, lamiéndola el cuello, mientras ella echaba su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y mordiéndose los labios, seguí lamiendo su cuerpo, hasta llegar a su seno derecho, la fui lamiendo alrededor de su pezón, para terminar aprisionándole entre mis labios, de di un pequeño mordisco, lo que provocó que un gemido saliera de sus labios, mientras mi mano derecha acariciaba su pezón izquierdo.

No me cansaba de lamer y acariciar aquellos dos preciosos senos, que para mi gusto tenían el tamaño perfecto. Bajé más y desabrochándole la falda, dejé que ésta cayera hasta sus pies, quedando a la altura de mis ojos unas braguitas blancas que ocultaban lo que se me antojaba un delicioso coñito, con mucha suavidad la bajé las braguitas y con dos dedos acaricié su coño, totalmente depilado, pude comprobar cómo estaba de caliente en ese momento, pues mis dedos se mojaron solo con pasarlos a lo largo de su raja.

la tumbé en el sofá y mientras mis manos se dedicaban a acariciar sus preciosos senos, yo hundí mi cara entre sus piernas, lamiéndole el coño que cada vez se iba humedeciendo más y más, ella con sus manos apretaba mi cara contra su sexo, eso me daba una idea de lo caliente que se estaba poniendo.

Le comí el coño hasta que cogiendo mi cabeza, me la apartó y levantándome a la vez que lo hacía ella, me quitó mi camisa, para luego quitarme los pantalones, me acarició mi pene por encima de los slips, hasta que se empezó a poner dura, que con lo caliente que estaba yo, no tardó mucho en hacerlo, me bajó los slips, y me empujó hacia el sofá, se agachó sobre mi miembro y empezó a lamer la punta solo, para ir introduciéndose cada vez más mi miembro, que cada vez estaba más duro, en su boca. Con mis manos, agarré su cabeza y fui marcándole el ritmo, a pesar de su juventud, demostró que no era ninguna principiante en el sexo oral, consiguió que me pusiera a cien en muy poco tiempo, saqué mi polla de su boca, y dándole uno de los preservativos que tenia preparados para la velada, me lo puso envolviendo mi miembro erecto, la llevé a mi cuarto, y tendiéndola sobre la cama, me situé sobre ella, penetrando despacio su húmeda vagina, iniciando un suave movimiento hacia dentro y hacia fuera, mientras ella, con los ojos cerrados, soltaba pequeños gemidos que escapaban de su boca, fui incrementando el ritmo de penetración, y sus gemidos fueron transformándose en jadeos cada vez más fuertes, hice girar nuestros cuerpos, que dando ella sobre mi, y se puso a cabalgar sobre mi miembro, introduciéndose toda mi polla hasta el fondo de su coño, sus senos brincaban al ritmo de la cabalgada, que cada vez era más salvaje, y sus jadeos eran ya gritos descontrolados, cuando estaba ya a punto de correrme, saqué mi polla de su coño, y la tumbé boca abajo, la levanté el culo para tener acceso a su agujerito, que se veía muy prieto, y la visión de su culito, me volvió puso a mil por hora.

Nunca antes había practicado un beso negro, pero estaba muy excitado, y sin pensarlo, hundí mi cara en su culo, y con mi lengua empecé a lamer a lo largo de su raja del culo, buscando su esfínter, y centrándose en ir estimulándolo con mi lengua, llenándolo de mi saliva, dando vueltas con la punta de mi lengua alrededor de éste, notando cómo iba reaccionando a mis estímulos, apretando y abriéndose, intenté abrirme paso con mi lengua en su esfínter, pero la resistencia aún era muy grande para poder conseguirlo, cogí un bote de crema que había comprado para la ocasión, y con un dedo fui extendiéndola en la entrada de su culito, fui masajeando su esfínter sin forzarlo, notando cómo cada vez oponía menos resistencia. Poco a poco mi dedo fue introduciéndose en su interior, fui metiendo y sacando despacito mi dedo índice, y cuando entraba y salía sin apenas resistencia, me unté de crema el dedo medio y intenté irlo introduciendo junto al dedo índice, pero al intentar introducir la punta de los dos dedos, noté cómo dio un pequeño respingo acompañado de un quejido, no quería forzar y que sintiera dolor, así que seguí introduciendo solo un dedo, esta vez el mediano, y una vez dentro empecé a moverlo en pequeños círculos, mientras con el otro dedo acariciaba la entrada de su ano, haciendo presión, intentando poder entrar con su compañero en el interior de aquel esfínter. Saqué el dedo, y poniendo más crema en la entrada, ataqué de nuevo aquel culito con mis dos dedos, esta vez, para mi sorpresa si entraron y no me pareció que hubiera ninguna protesta por su parte, así que seguí introduciéndolos poco a poco, hasta el fondo, fui moviendo despacito en su interior los dos dedos, y noté cómo reaccionaba a mis movimientos con pequeños gemidos, agarrando la almohada con sus manos y mordiéndola, empezaba a excitarse con aquello, y yo estaba dispuesto a darle más, con un movimiento de entrada y salida de mis dedos en su ano, empezó a mover su culo, como queriendo follarse ella misma con mis dedos, momento que aproveché para forzar un poco más e intentar introducir un tercer dedo en su culito, esta vez entró sin apenas resistencia, su esfínter estaba dilatándose y cada vez costaba menos la penetración, hacía un rato que había pasado del dolor, al placer, y era ella quien me pedía más con sus movimientos, con una mano iba introduciendo mis tres dedos en su culito y con la otra cogí mi polla y empecé a masturbarme para volver a ponerla a punto.

Con la polla dura por completo, saqué mis dedos de su culito y me puse más crema en la punta de mi pene, acercando posteriormente mi polla a la entrada del ano, hice presión con la punta, que bastó para que mi polla se hiciera hueco en aquel esfínter, ya penetrado recientemente por tres de mis dedos. Mientras con mis dos manos, una en cada nalga iba abriéndola el culo, mi polla iba hundiéndose más en su interior, mientras escuchaba gemidos apagados contra la almohada, eso me hizo aumentar la fuerza y clavársela hasta que mis huevos chocaron contra su coño. Era la primera vez que penetraba un culo, y la sensación me gustó, como sentía la presión de sus paredes y de su esfínter, intentando cerrarse sobre mi polla, estuve unos segundos con mi polla hundida hasta el fondo en aquel culo, pare que éste se acostumbrara a tener una polla dentro, antes de empezar a follarlo despacio, para ver cómo reaccionaba, y la reacción no se hizo esperar, empezó a gemir y con su mano empezó a masturbarse el coño al mismo tiempo que yo la penetraba su ano, yo estaba excitadísimo y no iba a poder aguantar mucho más sin correrme, empecé a darle cachetes con mis manos en sus nalgas, a la vez que la cabalgaba, mientras ella me gritaba:

  • Siiii, fállame el culo así, más, dame más fuerte,  reviéntame el culo, ahhhh siiiii, me voy a correr

Ella cada vez gritaba y se movía con más fuerza, estaba a punto también de alcanzar el orgasmo, apenas unos segundos tardó en correrse, momento en el que su esfínter apretó con más fuerza mi pene, como en espasmos, yo estaba a punto de correrme, saqué mi polla de su ano, me quité el preservativo, dejando salir de mi polla un largo chorro de esperma caliente que cayó sobre sus nalgas, me tumbé al lado, quedando los dos tumbados boca abajo sobre la cama respirando agitadamente, y sudando, nos quedamos así un rato sin decir nada, y cuando nos hubimos recuperado, ella se levantó, cogió sus prendas de vestir, y fue al baño, oí el agua de la cucha caer, y al rato la volvió a aparecer de nuevo ya completamente vestida y arreglada.

ella: muchas gracias por hacerme cumplir mi fantasía, has estado genial.

yo: gracias a ti, yo también he experimentado sensaciones que nunca había tenido y ha sido fantástico.

ella: ahora tengo que irme. - Y dándome un beso en la boca salió de mi casa, dejándome desnudo, y feliz de haber tenido a una mujer como aquella aunque solo fuera por un día.

FIN