Fantasía cumplida
Mientras mi novia se come la polla de otro tío to le dey besos en la mejilla.
Hola. Me llamo Denís, tengo 27 años y llevo 6 años de relación con Natalia, mi novia que tiene 25 años. Estos hechos sucedieron el año pasado, por el verano.He de decir que mi mayor fantasía sexual siempre ha sido ver a Natalia entregarse a otros tíos.
Esto nunca se lo había comentado, hasta que una noche en nuestro piso, después de haber cenado con bastante vino y tras echar un par de polvos me pidió que le contase si me llenaba plenamente en el terreno sexual. Yo le contesté que en la cama era muy viciosa y que me daba mucho morbo follarla y ver como disfrutaba con el sexo, pero aprovechando la jugada y teniendo en cuenta que estaba un poco más afectada pr el vino que yo decidí emprender mi estrategia.
-Mi amor, me llenas en casi todos los aspectos-le dije
-ah si? y en que aspecto te dejo insatisfecho- contestó ella, con voz de rintintín
-pues verás, el sexo... en el sexo entran en juego muchas cosas, y una de ellas es el aspecto psicológico, el de las fantasías y fetiches que todo el mundo tiene.- Le decía yo mientras ella ponía cara de no entender nada.
-No te entiendo Denís, explícame lo que tratas de decirme e intentaré ayudarte- me dijo en tono más serio
Yo me decidí a comentarle que lo que me gustaría es verla con la polla de otro tío en la boca.
-Mira Natalia, yo desde hace tiempo me pajeo imaginándote con otros tíos, follando con ellos como una perra- le dije yo con un tono muy sereno, pero que en realidad estaba nerviosisimo.
Ella me puso mala cara, se levantó y fue a la cocina, volviendo a los pocos segundos con 2 copas de vino.
Se acercó a mí, y cuando yo pensé que que estaba a punto de llamarme loco de remate, se acerco a mí y me dijo al oído:
- Si lo que quieres es eso no te preocupes, que lo haré por tí mi amor, y dejaré que tú mismo elijas con quien.
Yo no me lo podía creer, se lo había dicho y había aceptada, mi polla estaba a punto de reventar y estaba tan salido que le propuse que lo lleváramos a cabo ese mismo día.
-Pero como, son las 12 de la noche, de dónde vamos a sacar un tío? me dijo
-Vámonos a la discoteca, que allí seguro que encontramos algo- le propuse
La muy puta no se lo pensó dos veces y en un santiamén estaba preparada.
Antes de marcharnos me dijo que esto también le ponía excitadísima, pero que solo lo hacía por mí, que siempre se mojaba al ver a otros tíos, pero que me quería demasiado como para ponerme los cuernos. Se agachó y se dispuso a hacerme una mamada, pero yo la paré y le dije que no, que así más tarde iba a estar más cargado para ella. Antes de salir le expliqué como lo haríamos ,que ella se acercase a quien yo le dijera para zorrear con él hasta que consiguiera ponerlo tan cachondo que el hecho de decirle que yo debía estar presente cuando se la follase no fuera ningún impedimento. Para darle mayor morbo a la cosa le quité el tanga y le hice una comida de coño que hizo que se corriera al poco. Yo con el sabor de su flujo en mi boca y ella con restos en su coño dilatado y sin bragas nos dirijimos a buscar un ejemplar.
Llegamos a la disco y nada más llegar localicé a una víctima para nuestra trama, un tío fuertorro, muy moreno y musculoso que estaba bailando en la pista en busca de un sitio caliente donde meterla. Nos dirigimos hacia él y le dije que empezara el juego.
Yo me quedé un par de metros hacia atrás y comencé a bailar sin perder detalle.
Natalia comenzó a bailar defrente a él,hasta que se deio cuenta y se le siguió el juego.
Ella iba vestida con una minifalda blanca que enseñaba sus bonitas piernas y una camisa de seda de color rojo muy escotada, que marcaba sus erectos pezones. Él llevaba una camiseta de licra roja y un pantalón ajustado de los que marcan paquete.
Entre baile y baile el tío comenzó a animarse y empezó a sobarla ajeno al hecho de que yo era su novio. Ella disfrutaba dejando que el tío le metiera mano, me miró y yo le guiñé el ojo y le lancé una mirada muy obscena, a lo que ella respondío cogiendo la mano del tío y metiéndola bajo la minifalda. Mi polla estaba a punto de reventar y más aún cuando ví que se dirigían a los reservados de la discoteca, donde estuvieron besándose y sobándse durante 10 preciosos minutos. Tuve que disimular porque me estaba corriendo en medio de la discoteca.
Como habíamos planeado, Natalia puso cachondo al tío y le comentó mi plan, el me miró y yo le saludé haciendo. Le susurró algo al oído a Natalia y la agarró de la mano dirigiéndose hacia mí.
-Quieres que me folle a tu novia?
-Si-le dije
-Quiero que la hagas sentir una puta- añadí
-Deseo cumplido- me dijo metiendo la mano por debajo de su minifalda
-Como está de mojada esta zorra-comentó
Sin más preámbulos nos fuimos en un taxi hacia casa.
Allí empezó la fiesta.
Nos fuimos los 3 a nuestra habitación.
El tío se quitó la parte de arriba de la camiseta y Natalia, que estaba mojadísima enseguida se arrodilló como una esclava anté el.
Yo me sumé a la fiesta, y a pesar de que opuso resistencia, me dejó que fuera yo quien le sacara la polla.
-Esta polla es para mi novia, y yo se la daré-dije
Y empecé a frotarla, en cuestión de segundos comenzó a crecer y se la pasé por la cara a Natalia por la cara., quedando restos por su preciosa piel. La agarré por el pelo y le metí la polla del tío en la boca, mientras yo mismo agitaba su cabeza para ayudarla a hacerle una mamada, y me acercaba hata poder notar el olor del flujo de ambos. Dios que maravilla ver a mi novia mamando como una auténtica puta. de vez en cuando se la sacaba para que me diera un intenso beso.
Mi polla ya parecía que iba a estallar. Les dije que cambiaran de postura y que él tomase la iniciativa.
El tío la puso a cuatro patas y yo me puse delante de ella para verle la cara. Comenzó a chuparle el coño y a lamerle el clítoris, a la vez que le introducía varios dedos en su raja. Yo, en cuclillas, la abrazaba y le daba besitos por la cara y en los labios, como si estuviérmos viviendo el momento más romántico. Ella gemía y me daba besos, pudiendo saborear yo mismo la polla de ese tío desconocido que tanto placer nos daba. Natalia se empezó a correr y me besaba, se bababa y me arañaba la espalda llegando a causarme sangre.
El tío que estaba a cien como nosotros decidió embestirla y se la metió por el coño casi del tirón; Natalia puso su cara al lado de la mía y me abrazaba fuerte mientras jadeaba a mi oído con cada pollazo que le estaban dando. Esos gemidos, muy dulces, me provocaron un gran placer.Me moría de gusto cuando gemía a mi oído como cuando me la follo, solo que ésta vez era muy distinto.
Les propuse que cambiaran de postura de nuevo. Ahora Natalia echada al borde la cama mientras yo le sujetaba las piernas desde atrás era follada por el tío mientras me sobaba mi paquete. El tío ya no aguanto más y avisó de que se iba a correr, momento que mi putita aprovechó para mostrarse de nuevo como una esclava rendida ante su polla. La metió en la boca y comenzó a gemir como si estuviera probando el mayor manjar del mundo, el tio se empezó a correr en su boca y en su cara, quedando semen en alrededor de los labios de Natalia, quien agarrando su polla desde la base esparcía el semen por la comisura de sus labios y jugaba con él como si fuera chocolate.
Yo, mientras le seguía dando besitos, le acariciaba y el pelo, y le besaba en la mejilla, pudiendo sentir en mis propias carnes la enorme polla que mi amor tenía dentro de su boca. Le decía "Te quiero" y ella me daba besos en la boca.
El tío decidió marcharse, algo cortado por la situación que había vivido, y ella estaba exhausta después del derroche de fuerzas que había hecho. Yo me despedí del sujeto y cuando volvía a la cama me la encontré desnuda en la cama, con las patas abiertas y con restos de semen en la cara y en las tetas, en el pelo. Me acerqué a ella y comencé a morderle los labios, a darle de nuevo besos muy tiernos, a mordisquearle los pezones, esparciendo por su cuerpo los restos que había dejado el macho. Su aliento era indescriptible y el olor que su cuerpo había adquirido al mezclarse las químicas de Natalia y ese hombre era nuevo para mí, mitad asco, mitad adicción. Me coloqué con la cabeza entre sus piernas, ella me apretaba con las piernas y me encerraba para que pudiera sentir el olor que había. Era maravilloso. Comencé a chuparle su coñazo, que estaba todavía mojado y muy dilatado, como el de una puta. Así, perdí la noción del tiempo, solo sé que llegó a correrse más de seis veces. Nos quedamos dormidos y así amanecimos al día siguiente.
Desde ese día Natalia y yo somos mucho más sinceros el uno con el otro, y ella me correspondió meses más tarde con una chica, porque parece que le entró la curiosidad de saber qué se siente al ser un cornudo.Ahora tenemos pensado casarnos y seguir con estos festines.