Fantasia cumplida (1)
De como se cumplio una fantasia , y fué mucho más de lo que esperaba.
Mis años mozos fueron de mucho estudio. Tuve mi primera relación sexual a los 11 años con la muchacha de servicio. Ella tenia 15 años y un Domingo mientras me duchaba, entro al baño. Pero creo que nuca disfruté plenamente de mi sexualidad durante mi adolescencia. De hecho , nunca tuve relaciones sexuales en bachillerato con ninguna de la compañeras de clases. Por eso, no deje de tener la fantasía de tener sexo algún día con una chica vestida con el uniforme del Liceo. Me la imaginaba siempre mientras me masturbaba, con esa falda azul cortita, su piernas blancas depiladas, la franela beige encima de un una franelilla que esconde esos pezones que apenas crecen. Ya pasados los 18 años comencé a tener mucho sexo. Algo de suerte con las chicas. Pero siempre me venia a la cabeza esa chica estudiante que se iba a casa conmigo y terminaba encima de mi en la cama. Quería , necesitaba vivir esa experiencia perdida. Eso que a muchos compañeros les pasó, pero que no tuve la suerte de experimentar.
Así llego el día de mi suerte. Pero nunca imaginé que mi suerte llegara a tanto.
Alicia es la chica de la historia. La conocí por medio de un compañero de trabajo. Son compañeros de clases. Nos conocimos en una fiesta de cumpleaños de este compañero. Creo que hubo feeling, atracción desde el primer momento. Ese corrientazo que rara vez sucede. Pero no es corrientazo de amor. Más bien un corrientazo de pasión. Había aroma de sexo en el ambiente desde que comenzamos a conocernos. Miradas que se cruzaban, labios mojados, una y otra vez miradas esquivas. Calor, vaporon. Otro trago, más charla, sonrisas. Terminó esa primera noche en desenfado, confianza. Seguimos a partir de allí viéndonos. Una chica muy bella, con cara de niña que escondían sus 20 añitos. En un destello me llego la idea. Tenia que cumplir mi fantasía. Mi primera vez con ella estaba próxima , así que debía preparar la obra. Le conté de mi fantasía. Se moría de la risa. No podía creerme. Ante mi cara tan seria debió comprender la seriedad de mi propuesta. Le pedí que fuera vestida como estudiante de bachillerato a casa. Accedió al final gustosa, no sin antes mirarme y soltar otra carcajada.
Llego la noche del Sábado. El día indicado para nuestro primer encuentro sexual. Pudo haber pasado antes, pero yo había dilatado el asunto con el único fin de que ella fuera parte de esa fantasía. No quería tragos. Cero vicios. Preparé todo como si fuera aquel muchacho de 16 años que esperaba a su compañera de clases para que le explicara algunas cosas. Saque varios libros. Los coloque sobre la mesa del comedor. Saque punta de los lápices. Ese olor particular a estudiante haría la atmósfera ideal.
Sonó el timbre. Respire profundo. Abrí la puerta.
La sorpresa fue mayor.
Ella vestida tal cual la esperaba, pero venia acompañada.
Acompañada de una estudiante. Una verdadera estudiante de bachillerato: Ana, 16 años.
Mayúscula sorpresa. Ana y Alicia. Bien vestiditas de Beige y falda corta azul marino. Zapatos Kickers Negros. Medias blancas a los tobillos. El cabello recogido. Olor a colonia de bebes. Aun no lo puedo creer.
Alicia sonrió maliciosamente.
El teatro debía seguir.
Las invité al comedor. Les serví refresco. Nos sentamos supuestamente a estudiar. Yo entre ellas dos. Mi respiración estaba entrecortada. Debía seguir el guión no escrito. Retomar mi personaje de adolescente.
Asumí que debía sentirme así. Total era tan solo un chico estudiante de 16 años.
Ellas me explicaban minuciosamente algunos problemas de Matemáticas.
Yo comencé a tocar con mis manos debajo de la mesa las rodillas de ambas.
Mi corazón a mi millón.
Ellas sonrientes.
En un segundo como sincronizadas, cerraron los libros y al unísono me lamieron ambas orejas. Una por lado. Yo metía mis manos entre sus muslos.
Luego sentí las manos de Ana sobre mi pantalón. Mi verga estaba tiesa. Sentía que rompería la bragueta. Ella buscaba con sus manos la forma de mi vera dura.
Alicia me subió la camisa y acariciaba mi pecho , mientras nos besábamos profundamente. Mi lengua húmeda se hundía dentro de su boca. Frené un instante. Me levanté y las invite a mi habitación. Ellas me siguieron animadas.
Me senté a la cama y ellas se acercaron. De pie ante mi. No retiraba mis ojos de ese par de piernas semi desnudas ante mi. Cada mano siguiendo la forma de sus contorneados muslos. Luego, detrás buscando sentir la curvatura de sus nalgas. Veo hacia arriba
Otra sorpresa.
Ellas se besan dulcemente. Me excito mucho más.
Nunca había visto a dos mujeres besándose.
Es demasiado erótico.
Se tocan, yo no quiero interferir.. Por encima de la ropa se acarician mutuamente sus senos. Pudo apreciar que están muy duros. Por encima de la franela se ven los pezones de ambas sobresaliendo. Yo observo, sin dejar de pasar mis manos por las piernas de ambas, sus nalgas. Meto las manos entre las pantaletas... Siento la piel tersa. Mi verga parece estallar.
Sutilmente sin querer interrumpir sus caricias y besos lesbicos, comienzo a tocar las blumers blancas de ellas....Busco sus tocar sus cucas por encima de la ropa intima.
Están ambas mojadas, Siento de el calor de sus sexos. Siento el rico olor que sale de sus cuquitas humedas. Meto mi cabeza dentro de la falda de Alicia. Quiero bajarle la pantaleta con mis dientes. Hago lo mismo con Ana. Descubro que ambas están rasuradas. Recién rasuradas. Les quito la ropa interior. Subo sus faldas. Ella siguen entretenidas. Se han quitado ya la franela Escolar Beige.
Meto mi cara dentro de la aun más húmeda cuquita de Ana...Paso mi nariz sobre su rosado clítoris. Se siente rígido. Paso mi lengua. Mientras con mi mano derecha juego con el clítoris de Alicia. Siento el gemido de ambas. Siento el rico néctar que sale de esa cuca rasuradita y mojada. Meto mis dedos. Palpo dentro de Alicia. Parece que se moja cada vez más. Ella me ayuda con una de sus manos, como para que no saque mis dedos juguetones.
Ana toca mi cabeza tratando de meterla más dentro de su cuca.
Se arrodilló Alicia y buscó desesperada bajar el cierre de mi pantalón que parece explotar.
Rápidamente me baja el pantalón , el interior y queda mi verga dura al aire. No quiero dejar de lamer aquel duro clítoris de Ana. Siento como Alicia posa su lengua sobre mi verga. Su lengua bordea la cabecita una y otra vez.. Con la mano lo toma y lo pajea. Yo comienzo a meter mis dedos dentro del coñito de Ana. Con mi otra mano ya he tanteado sus firmes senos.