Fantasia compartida (2)
Lo que mi mujer queria no seria facil de asimilar...
Desde esa noche de lujuria y placer, en la practica para mi mujer y en lo visual para mi, no hubo vez en que al tener sexo ella no trajera comentarios de su tony y de su increíble polla.
Claro que esto no hacia mas que ayudar a nuestra relación pues gozamos desde esa ocasión mucho mas y mejor de lo que nunca antes lo habíamos hecho, y luego de hacerlo mientras fumábamos el clásico pero imperdible cigarro después de la corrida jugábamos a que yo tenia que adivinar lo que ella querría hacer conmigo, ya que como recordaran ese había sido el trato.
Las primeras veces yo aventuraba el que quisiera hacer un trío, me daba igual si con tony o si me dejaba traer una puta a casa, no era eso pero ella insistía en que tenia que adivinarlo yo mismo para recién allí hacerlo realidad, era evidente que se trataba de un juego y según lo veía yo de una oportunidad, quería que fuese alguna de mis interminables fantasías lo que ella deseara; así que de a poco y sin demostrar interés le fui diciendo todo y cada uno de mis mas inconfesables deseos.
Así casi con inocencia le fui diciendo: si quería que me follara a su madre, o que me hiciera una mamada alguna de sus hermanas etc. etc., a todo ella reaccionaba de manera feliz con lo que yo solo me calentaba mas, pero siempre me decía que no era por allí que iba el asunto.
Al principio no pensaba demasiado en ello, pero según pasaba el tiempo y se me terminaban los argumentos, comencé a obsesionarme con lo que mi mujer deseaba que hiciera; tanto que le suplicaba que me lo dijese, pero como si algo es mi esposa es testadura, no habría manera hasta que yo mismo de algún modo lo descifrara.
Fue entonces una noche en que la encule con violencia, que mientras lo hacia me dijo se nota que nunca te han dado por el culo, si no empujarías así; y allí como si de una confirmación se tratara supe que lo que ella deseaba de algún modo, era verme a mi en la misma situación que tantas veces la tuve a ella.
Se lo dije luego; como con un poco de miedo a que eso fuese, y si,ella quería volver a llamar a tony, pero para que se despachara con migo; me lo confeso con una cara de puta que me sorprendió casi mas que el pensar que quisiera realmente que me dieran por el culo; y ya que de pareja liberal nos ufanamos, le confesé que la idea no me agradaba, y que para serle sincero si fantasee un par de veces con hacer una mamada, si como lo leen, nunca me han gustado los hombres, pero es que tengo un morbo especial por las pollas, y en mas de una ocasión en las vacaciones cuando en la playa veo a mi mujer fisgonear los bultos de otros tíos, se me a ocurrido como será mamarla.
Bueno queridos lectores/as le propuse que se la mamaria y que solo hasta ahí llegaría, a lo que ella, totalmente dueña de la situación me recordó que el trato era otro, y que si bien ella había disfrutado de su parte, un trato es un trato; allí nos enzarzamos en una mini discusión en la que yo alegaba que era diferente, que ella siendo mujer no había tenido que hacer nada que no fuese habitual etc. etc. y ella solo contestaba que el trato y el trato
Pues culpa del trato de los cojones todo parecía indicar que tendría que tragar mi orgullo de macho ibérico y algo mas, pero aventure una ultima resistencia firme, a lo que ella me desarmo ofreciendo si lo hacia un regalo para mi, uno me dijo que te va a encantar
Pos bien amigo/as el sábado siguiente a eso de las diez de la noche tony se encontraba otra vez ante el portal de mi casa, esta vez fue mi mujer quien lo llamo y quien con el arreglo lo económico, yo era el que esperaba sentado en el sofá, y quien a unos metros trataba de escuchar lo que al oído del negro mi esposa en puntas de pie le decía.
Tony se acerco a mi se sentó a mi lado, no sin antes quitarse toda la ropa, y me dijo a ver mi putito, cuantas veces mandaste arrodillar a una tía entre tus piernas, ahora te toca a ti, yo sin demasiados preámbulos y excitado por la lujuria con que mi mujer miraba expectante, hice lo que"debia" tome esa posición en que tanto me gustaba ver a las tías y cogi con una mano el largo y flácido pene del negro, claro que no necesite consejos, si bien era mi primera vez de sobra sabia lo que hacer, comencé a menearlo con fascinación, mirando hasta con cierta sorpresa como crecía, y cuando considere que era tiempo le di un primer pase de mi lengua por debajo de la negrísima cabeza; el sabor no me desagrado así que seguí a la vez que comencé a escuchar a mi mujer, mira como la chupa de bien, a ver si se la traga también; y dicho eso me dispuse a hacerlo; pueden creer los hombres que lean este relato, que eso no es fácil, en lo absoluto, me encontré con mas de una dificultad, arcadas, dolor de mandíbulas, cansancio, falta de aire etc. etc. pero tony no cedía y a medida que yo con mis limitaciones conseguía progresos su polla también lo hacia, por lo que termine teniendo con las dos manos cogido un mástil que me recordó que el chuparla seria lo de menos