Fantasia a tres realizada
Ya se le pasará el disgusto y seguro que volveremos a disfrutar los dos de mis fantasías
Ayer noche cuando nos disponíamos a dormir, en mi cabeza aún guardaba el recuerdo del enfado que habíamos tenido el día anterior, y aunque mi cuerpo deseaba tener sexo con ella, mi mente aún seguía dándole vueltas a la misma conversación.
Ella trataba de no darle mayor importancia a lo ocurrido, se desnudo y dándose media vuelta hacia mí, me abrazó por la cintura, el roce de su cuerpo y en especial del de sus pezones contra mi pecho, volvía a provocar en mí una nueva erección. Pero mi cabeza no me dejaba pensar, era una olla a presión, aún seguía dándole vueltas a lo ocurrido, y aunque no es lo habitual en mí, decidí pedirle que lo dejáramos, necesitaba aclarar un poco mi mente y sobretodo saber si lo que yo le estaba pidiendo, era lo correcto en una relación como la nuestra con más de veinte años de casado.
Aunque lo mejor será que comience contando tal como ocurrió desde el principio, y como cambiaron nuestras relaciones de pareja a partir de aquí.
Nosotros somos una pareja normal, y aunque no tenemos cuerpos diez, nos gusta mucho cuidar nuestra imagen, sobre todo a mi mujer Ana, ella es rubia, de mediana estatura y muy guapa, si a eso le añadimos que le gusta vestir de minifaldas, zapatos de tacón muy altos, y blusas abiertas que casi dejan ver sus preciosos pechos (gasta una 95 de sujetador), cuando estoy con ella, observo como otros hombres la miran con disimulo, aunque a veces, algunos no son tan discretos y a la hora de mirar no se cortan lo más mínimo, se nota como se la quieren comer con la mirada. A mí esto, no es que no me moleste, es más los entiendo, pues se lo vistosa y llamativa que es mi mujer.
De mi deciros que más o menos igual que ella en cuanto a que también me gusta cuidarme, pero de pelo moreno y un poco más alto.
En lo referente al sexo os diré que los dos somos muy ardientes, no tenemos ni hora ni sitio para practicarlo, pues los dos coincidimos en que hay que tratar de aprovechar cada momento, además ella es una mujer multiorgasmica y no me resulta difícil convencerla para follar cuando lo deseamos.
Todo comenzó a rondar en mi cabeza, desde que me aficioné a la lectura erótica, y en particular lo que más llamaba mi atención era el apartado de los tríos HOMBRE/MUJER/HOMBRE, no paraba de imaginar situaciones en las que siempre acabábamos envueltos mi mujer y yo con una tercera persona. Tanto lo deseaba, que cuando teníamos sexo, mi mente la imaginaba follando con otro hombre o incluso con varios a la vez, así hasta que un día me plantee el comentárselo, no sabía cómo se lo iba a tomar, y la verdad me daba un poco de miedo todo esto.
Era noche de viernes y como no tenía que trabajar a la mañana siguiente, al mediodía le dije que no hiciera planes con nadie, pues esa noche deseaba que saliéramos los dos solos, había reservado mesa en un restaurante que está algo lejos de casa y al que solo hemos ido una vez, pensé que sería el mejor lugar para ponerla al corriente de mis fantasías.
El local estaba casi vacío y nos sentaron en un rincón de lo más apartado e intimo, ambiente acogedor, luz de velitas, música suave y sobre todo muy bien regado con un mucho vino, yo trataba de beber lo menos posible, pues además de tener que conducir, quería ser yo quien manejara la situación en todo momento.
Todo marchaba sobre ruedas, mientras cenábamos y entre vino y vino, fui dejándole caer todas las ideas que tenía guardadas en mi cabeza, para mí sorpresa, a ella no pareció disgustarle mucho ya que cuando se lo conté todo, lo único que me respondió fue un, SI ESO ES LO QUE TU DESEAS, POR MI PARTE NO HABRA NINGÚN IMPEDIMENTO EN HACER REALIDAD TODAS TUS FANTASIAS, mi cabeza y todo mi cuerpo se pusieron a mil por hora, eso era lo que yo tanto había deseado oír de ella, y ahora yo me preguntaba que si cuando me dijo (lo de satisfacer mis deseos, era solo por mí o al contrario era ella quien más lo deseaba).
Continué con mi plan y empecé suavemente a meterle mano, dejándole caer algún beso por su cuello o boca, a la vez le pasaba mi mano por sus muslos, hasta que poco a poco le fui arrimando mis dedos a los labios de su vagina por encima de sus braguitas, las tenía muy pero que muy mojadas, síntoma de que se estaba poniendo muy a gusto.
A medida que la noche pasaba, la iba notando más relajada y desinhibida, ya no mostraba ningún pudor a la hora de dejarse meter mano, al contrario dejaba escapar algún gemido suave haciéndome ver que lo estaba disfrutando.
Ya con más descaro le puse mi mano sobre su coño, le aparté sus braguitas a un lado y a la vez que le daba un beso le introduje un dedo en su coño, estaba tan mojado, que parecía que ya se hubiera corrido, por el interior de sus muslos notaba como le caía algo de flujo de su vagina.
Ella comenzó a tocar mi polla por encima del pantalón, la apretaba como queriendo sacármela y comérsela allí mismo, tenía que pararla o de lo contrario iba a conseguir que me corriera de lo cachondo que ya estaba.
Le dije de irnos a otro sitio para tomar algo a continuar la fiesta, antes de marcharnos, le propuse “ por qué no tomas tu un poco la iniciativa y me sorprendes con alguno de tus jueguecitos ”. No se lo pensó, puso su silla justo enfrente de la mía, se levantó y comenzó a subirse la minifalda, yo miraba a un lado y a otro para comprobar que nadie nos pudiera ver, se quito las bragas y me las puso entre los labios y la nariz, podía olerlas y a la vez notar lo mojadas que estaban, abrió su bolso y sacó su pequeño vibrador de clítoris que siempre lo lleva con ella, puso una pierna a cada lado de la silla y comenzó a masturbarse con él.
Estaba totalmente ida por la calentura que tenía, tengo que decir que eso normal en mi mujer cuando se pone a tono, le gusta disfrutar el sexo y cuando saca a la mujer que lleva dentro uffffffffffffffff es increíble.
Sus gemidos ahora eran mucho más fuertes, terminó por desabrocharse los botones de la blusa y sacándose sus tetas por encima del sujetador, me pidió que se los comiera, los ojos los mantenía cerrados y mientras yo, disfrutando del espectáculo de verla gozando.
No aguantó más de un minuto, comenzó a contraer sus muslos, y pude notar cómo comenzó a correrse, le duró unos segundos y cuando acabó, metió uno de sus dedos en su coño, lo saco y estaba totalmente mojado para a continuación meterlo directamente en mi boca diciéndome “ TOMA SABOREA MI LECHE, QUE ESTA NOCHE ESTOY DISPUESTA A DARTE MAS DE UNA RACION”.
Hizo que se lo chupara una vez y otra, no me lo sacó de la boca hasta que se lo dejé completamente limpio, yo por mi parte, no sabía qué hacer, quería follarmela allí mismo o sacarme la polla para que me la chupara, la calentura no me dejaba pensar.
Me hizo levantarme, pagamos y cogiéndome de la mano, salimos del local, nada más dar la vuelta a la esquina, pasamos por una zona algo oscura y que no se veía a nadie, se agachó, me bajó los pantalones y se la metió en la boca, comenzó a chupármela con un movimiento rápido, y no pude aguantarme, empecé a correrme dentro de su boca, solté tanta leche que podía ver como por los lados de sus labios se le salía, no la dejé apartarse y aguantándole la cabeza se la introduje hasta el fondo, así hasta que conseguí que se tragara hasta la última gota, cuando se levantó, me dio un beso metiendo su lengua en mi boca, se le notaba ese sabor a polla y a leche mezclados. Aquella sensación volvió a ponerme otra vez con la cabeza pensando en mis fantasías.
Llegamos a un pub donde había muy buen ambiente y la música era muy pegadiza animando a la gente a bailar, pedimos unas copas y Ana que ya iba de lo más desmelenada me dijo de ir a la pista, preferí dejarla sola con la escusa de ir al baño y quedarme pidiendo las copas.
La miraba mientras bailaba y sus movimientos eran de lo mas sexi, la veía moverse y mi mente calenturienta ya empezaba a imaginársela en situaciones morbosas, hasta que la veo como se para y comienza a charlar con un chico, algo más alto y más joven que ella, se dieron dos besos y siguieron bailando, charlaban y se reían. Así estuvieron como diez minutos, sus bailes eran de lo más sugerente, él la agarraba por la cintura y ella se dejaba sobar sin cortarse nada al ver que yo la miraba.
Veo como cogidos de la cintura se vienen hacia mí, Ana soltándose de él y agarrándose a mi le dice: “Jorge te voy a presentar a mi marido, este la soltó de golpe y ante tal situación casi dándole vergüenza me extendió la mano para chocarla, tuve que tomar la iniciativa para romper la frialdad del momento y después de chocársela invitarle a una copa, charlamos y bebimos durante un buen rato, hasta que Ana ya desesperada de tanta charla, nos saco a la pista amenazándonos que si no bailábamos s con ella tendría que buscar a otros con quien bailar.
Ahí fue cuando Ana sacó todo su encanto, bailábamos música salsa y ella en medio de los dos no paraba de jugar con uno y otro, se notaba como Jorge tenía el pantalón a reventar y no se separaba de ella, lo mismo la cogía de los muslos y la apretaba contra él, así como del culo cuando ella se daba la vuelta para mirarme a mí. A mi mujer se le notaba en la que lo estaba pasando muy bien y que tenía ganas de marcha.
Llevábamos así como quince minutos, cuando Ana coge de la mano a Jorge y le pide que lo acompañe a los servicios, me mira con cara picarona y esperando mi respuesta, le contesto que bueno yo mientras pediré otra copa. Tardaron como veinte minutos más o menos, hasta que los veo aparecer y Ana se me coge del cuello y me planta un beso en la boca a la vez que me susurra, “ GRACIAS CARIÑO POR ESTO, NO TE IMAGINAS LA COMIDA DE POLLA Y COÑO QUE NOS ACABAMOS DE PEGAR EN LOS LAVAVOS” mi cara era un poema, no salía de mi asombro y ella al ver mi reacción me vuelve a susurrar al oído, “NO HAS NOTADO UN SABOR EXTRAÑO EN MI BOCA” , la muy puta, Jorge se había corrido en su boca y vino a decírmelo dándome un beso, no me lo podía creer.
Acabamos nuestras copas y decidimos irnos para casa, Jorge al ver que aquello podía acabársele, dio un paso adelante y nos propuso que como él tenía su casa cerca, podríamos quedarnos a dormir allí y así no tener que conducir, que ya de mañana y más descansados, podríamos recoger el coche y regresar a casa. (Seguro que lo decía por lo de mas descansados y no por continuar la fiesta, jajajaja), nos pareció bien la idea y nos fuimos para su casa.
Llegamos y una vez nos la hubo enseñado, se ofreció a echarnos una última copa, yo que lo que deseaba era dejarlos solos me anticipé a él diciéndole que mejor las pondría yo, que ya sabía donde se encontraban las copas y las bebidas. Me entretuve todo lo que pude y cuando entré al salón donde me esperaban, vi a mi mujer completamente desnuda y tumbada en el sofá, con las piernas abiertas y a Jorge agachado, dándole una comida de coño monumental, yo me arrimé, solté los vasos sobre la mesa y me quité la camisa, comencé a desabroche los pantalones, y mi mujer estirando los brazos me saco la polla, comenzó a masturbarme y como pudo me fue acercando hasta ella, hasta que se la metió en la boca. Era increíble a mi mujercita le estaban dando una comida de coño y ella a la vez a mí de polla, cuantas veces había tenido esa imagen en mi cabeza, no deseaba correrme, aquello no podía acabar tan pronto, por lo que decidí apartarme y seguir disfrutando del espectáculo.
Ana ya no podía más y su calentura le hacía decir cosas que a mí siempre me costaba sacárselas cuando follábamos, y eso que ella sabe que me gusta oírselas decir.
“VAMOS FOLLAME, FOLLAME”
“DEJA QUE MI MARIDO VEA COMO ME REVIENTAS EL COÑO”
“QUIERO NOTAR COMO ME PONES EL COÑO LLENO DE TU LECHE”
No pude más, la tumbe bocarriba y comencé a comerle el coño yo, quería ver como la penetraba y sentírselo en sus muslos, ella los aprieta cuando se está corriendo y eso me encanta notarlo cada vez que le viene un orgasmo.
Ana le agarró la polla a Jorge y se la metió en la boca, veía como se la tragaba toda, incluso parecía que no le cabía entera, pero ella se la tragaba, cuando se la puso a reventar, cogió mi mano y me dijo.
“QUIERO QUE TU MANO GUIE ESTA POLLA HASTA MI COÑO”
“QUIERO QUE SEAS TU EL QUE LA EMPUJE HASTA ADENTRO”
“COMEME EL COÑO, HASTA QUE NOTES COMO SE CORRE, Y ASI PUEDAS SABOREAR MI COÑO MOJADO CON LA LECHE DE OTRO”
Yo no podía hacer más que todo lo que ella me pedía, él la estaba follando con todas sus ganas y ella no dejaba de tener un orgasmo tras otro, pude contarle por lo menos cinco, hasta que Jorge aceleró el ritmo y vi que se iba a correr, sin despegar mi lengua del clítoris de Ana, veía como le salía leche por los lados del coño, (joder que imagen hubiera podido correrme sin tocarme la polla), la polla le entraba y salía, y a cada envite le salía mas y mas leche de su coño, hasta que quedo agotado y se tumbo junta a ella, yo me incorporé y ahora quería follarla yo, habíamos fantaseado muchas veces con follarmela cuando otro se hubiera corrido en su coño y ahora era el momento.
Solo tuve que metérsela y notar lo mojado de su interior, y al momento comencé a soltar leche, ella que otra vez se estaba corriendo, y me decía.
“HAY TIENES MI COÑO CABRON, MOJADO COMO TU LO PEDÍAS”
“NO TENÍAS TANTAS GANAS DE CORRERTE ENCIMA DE LA CORRIDA DE OTRO”
Nada más acabar me dio el bajón y lo que antes me parecía de lo mas morboso, ahora me resultaba bastante menos atractivo, Jorge que ya había tenido su ración de descanso, no quería dejar pasar este momento y cogió la mano de Ana para que se la empezara a menear, ahora era él quien llevaba las riendas y comenzó a decirle cosas como:
“ ANDA PONMELA DURA, QUIERO QUE TU MARIDO VEA COMO TE VOY A FOLLAR EL CULO”
A mi mujer que ya le daba igual por donde se la follara (disfruta y mucho una buena follada por el culo), me mira y me dice:
“ ANDA COMELE TU LA POLLA Y PONSELA DURA PARA QUE ME LO FOLLE, HOY VAS A SER EL CABRON MAS GRANDE DEL MUNDO ENTERO”
Me puse su polla en la boca y comencé a chupársela, después de unas cuantas folladas de él en mi boca, no tardo es estar otra vez lista para continuar follando, ella mientras se tocaba el clítoris con el vibrador y entre gemidos se le podía oír decir lo caliente que estaba, que nunca se había sentido tan puta y como lo estaba disfrutando gracias al cabrón de su marido.
Se puso a cuatro patas y mirándome le ofreció a Jorge su culo para que se lo follara, este se mojo un poco la polla y apuntándola al centro de su culo, solo tuvo que empujar un poco para clavársela hasta el fondo, esta vez Jorge tardó algo más en correrse, pero cuando acabó al sacársela de nuevo, otra vez pude ver pero ahora de su culo, cómo le volvía a chorrear leche por sus muslos hacia abajo.
Así acabamos la noche, nos quedamos tumbados y el sueño nos pudo, por la mañana y antes de despedirnos, Jorge cogió a Ana y le pidió que le volviera a hacer otra mamada delante mía, para que no se me olvidara lo bien que mi mujer sabía comer pollas. No tardó en correrse y Ana se volvió para mí y plantándome un beso en la boca me dijo:
“PARA QUE NO SE OLVIDE A QUE SABE LA LECHE DE OTRO”
Y al besarme noté cómo nos caía la leche por los lados de los labios.
Esta es la historia de mi fantasía hecha realidad, ahora me queda la parte de mi mujer, ella no lo lleva del todo bien, y me culpa a mí de lo ocurrido cada vez que sale el tema, me dice que fui yo quien la empujo a portarse así, que de ser por ella eso jamás hubiera ocurrido. Desde entonces tenemos un pequeño conflicto, pus yo se que aunque diga lo que diga, ella disfruto, yo vi como se porto cuando estaba en medio de dos hombres y aunque ella lo niegue, la realidad es la que yo siempre me digo:
“CUANDO MI MUJER SACA A LA PUTA QUE LLEVA DENTRO UFFFFFFF ESO ES INCREIBLE, COMO LO DISFRUTAMOS”
Ya se le pasará el disgusto y seguro que volveremos a disfrutar los dos de mis fantasías.