Fantasía (1: La amiga de mi Hermana 3)

He sido diligente y a aqui esta la continuación. Solo queda el capitulo final.

Fantasía (1) la amiga de mi hermana. 3ª parte

Ahora si que no entendía nada. Mi hermana follada por todos los lados. Mónica que me había dicho que no le gustaban las mujeres se follaba a mi hermana. Y luego estaba Joaquín. Que callado se lo tenía. ¿Sabría algo de lo mío?, ¿También se tiraba a Mónica?.

Con estos pensamientos decidí irme de marcha esa noche a ver si conseguía ligar y quitarme de la cabeza todo, y lo más importante quitarme el calentón que llevaba encima. Ya habían pasado dos meses desde que sucedió todo y era hora de volver a ser el tío atractivo que volvía locas a las mujeres.

Me fui al pub donde solía quedar con mis amigos, allí estaban casi todos. Me recibieron con grandes gestos de sorpresa. El hijo pródigo había vuelto. Les conté que había estado bastante enfermo pero que ya estaba bien y que a la vez había discutido en casa y me había ido a vivir con una amiga. Todos se sorprendieron y me preguntaron si me había echado novia formal. "No no, dije yo, solo es una amiga de, verdad." "Bueno pues esta noche a por ellas campeón."

Todo volvía a la normalidad, al entrar en la disco volví a sentirme el centro de atención de las mujeres. Y lo era, como antes. La noche se daba bien y estaba contento. Ya había dejado a mis amigos aparte y estaba con dos chicas hablando tranquilamente, echando la red, cundo vi que llegó Joaquín. Le dijeron que estaba en la disco, me buscó con la mirada y vino a saludarme.

  • Mario. Tío que tal estas.
  • Muy bien y tu. ¿ De dónde sales?, Le pregunte con retintín
  • El trabajo que se ha alargado mucho hoy.
  • Ya, ya, que me vas a contar.

Entonces me dijo," dame un abrazo hombre que hace dos meses que no nos vemos". Cuando me lo dio acerco su boca a la oreja y me dijo. Que ganas de verte tenía MARIA. Al separarse me guiñó el ojo y me dijo, bueno te dejo con tus amigas, dale duro. A mí me cambió el semblante, parecía que me hubieran fulminado en ese momento y mis nuevas amigas se preocuparon.

  • Mario, ¿estás bien?
  • No, creo que me encuentro mal
  • ¿Podemos irnos?

Hablaron un momento entre ellas y me preguntaron que con quien quería irme, extrañamente en lugar de elegir a la que mejor cuerpo tenía le dije a Sandra, que así se llamaba, que si no le importaba llevarme ella a casa.

Sandra era guapa pero no era una chica muy delicada, tan alta como yo, con poco pecho y no muchas curvas pues estaba muy delgada, era un poco descarada y le gustaba vestir muy sexy para compensar su falta de cuerpo. Llevaba un vestido muy ceñido que marcaba sus huesos y sin sujetador para que los chicos viéramos sus pezones erectos en cuanto se excitaba un poco. Llevaba unas botas muy altas con mucho tacón que la hacían más alta que yo incluso, muy brillantes y hasta la rodilla. Entre las botas y el final del corto vestido llevaba medias de rejilla. Es posible que alguna vez le hubieran preguntado por la calle cuanto cobraba. Tenía un pelo precioso, muy largo, liso y teñido de negro azulado. La verdad es que no era muy guapa pero me daba la impresión de que lo iba a pasar bien.

Me propuso ir a su casa y por el trayecto yo recobré el color y alma. En el taxi nos besamos y ella disimuladamente llevó su mano al paquete. Me dijo que no se podía creer que estuviera conmigo. Que no era el tipo de chica que solía salir conmigo de la disco. Yo le dije que había cambiado mucho últimamente.

Fuimos a su casa y directamente me llevó a su habitación. Desesperadamente me quitó la ropa, me cogió el pene y se puso a chupármela. Yo me dejaba hacer pero de repente me vino a la mente el video de María. Le hice levantarse y le quite toda su ropa. La eché en la cama delicadamente y me puse encima. La bese por todo el cuerpo, y me paré en su clítoris que lamí con rapidez. Ella gemía y decía que no parara. Conseguí enseguida que llegara al orgasmo y al oírla gritar y sin más yo me corrí también encima de ella. Me quede plantado allí con el semen chorreando y cara de gilipollas. Pero ¿qué había pasado? Ya no fui capaz de empalmarme más. Ella me dijo con mucho cariño que no pasaba nada, que durmiéramos un rato y por la mañana ya volveríamos a intentarlo. Me aseguró que ella estaba muy feliz.

Yo no podía dormirme, no hacía más que mirarla y tocarme pero aquello no funcionaba. Entonces me acorde del patio de casa de Mónica, del reflejo de aquel espejo la mañana que desperté siendo María y me empalmé otra vez. En ese momento, me aseguré de que estaba dormida y me levante, cogí su ropa y me fui a otra habitación. Me puse las medias de rejilla, el tanga y el vestido. Por suerte Sandra tenía un buen pie y sus botas también me valían, así que me las pude poner. Me fui a mirar a un espejo y volví a ver casi a María. Me sobraba la barbita y me faltaba la melena, pero allí estaba de nuevo.

Olvidando donde y con quien estaba me senté en sofá apoyando las piernas en la mesita abriéndome el culo y empecé a meterme los dedos. Qué gozada sentir aquello otra vez. Con la otra mano me masturbaba y justo en el momento que me corrí apareció Sandra delante de mí. Por el susto no pude evitar correrme encima del vestido. Esto enojó aun mas a Sandra que me echó de su casa diciéndome de todo y que iba a ser el marica del barrio, que se iba a enterar todo el mundo de que era una nenaza con eyaculación precoz. Se puso a llorar y a decir que mala suerte tenía, para una vez que se ligaba al tío bueno, se había vuelto maricón. Yo no sabía qué hacer en ese momento pero, seguía muy empalmado, así que me acerque a ella y le dije lo que sentía y que quería hacer el amor con ella.

-Sandra, me ha pasado una cosa horrible y estoy mal. Lo siento, no quería hacerte daño y si vine contigo es porque me gustas. Déjame amarte así vestido.

Ella entre sollozos se giro y me beso apasionadamente.

-Es que eres tan guapo, vaya desperdicio si te has vuelto gay.

  • No lo sé Sandra, estoy hecho un lio. Pero no quiero que tengas un mal recuerdo de hoy.

La verdad es que en esa situación yo si que estaba a mil. Ella estaba desnuda y yo con su ropa. Empecé a acariciarle la espalda y ella se dejaba hacer así que la bese en cuello, ella emitió un gemidito. Le agarre suavemente los pequeños pechos y empecé a tocarle los pezones.

  • Sigue… ¿ cómo te llamo?

  • María dije yo.

  • María, fóllame por favor. Hazme gozar de Mario y de María.

La lleve hasta la pared y de espaldas me levante el vestido y le metí mi polla ardiendo en su vagina ella fue bajando un poco casi formando un ángulo recto con la pared. Yo la tenía cogida de las caderas y metía y sacaba sin parar. Ella se corrió y grito de placer, en ese momento se la saque, abrí su culo y aunque ella, sin mucha convicción, me dijo que no se la metí por el culo. En dos embestidas ya me había corrido. La saque y vi como chorreaba el ano de Sandra. Me agache y se lo limpié con la lengua.

Ella se volvió de frente me cogió del cuello y metió su lengua para saborear ambas el rico néctar.

Como aún era pronto volvimos a la cama y seguimos besándonos hasta que nos dormimos. Yo me quede dormida con el vestido y las botas y ella desnuda. Por la mañana el despertar fue aun más placentero, Sandra me despertó y me dijo: "levanta un poco las piernas cariño". Yo le sonreí y le hice caso. De la espalda saco un consolador que metió de improviso en mi culo, yo grite de dolor y gusto y agarre el consolador y empecé a meterlo y sacarlo. Mi polla se puso erecta de súbito y ella se la metió en la boca hasta que me corrí. En ese momento Sandra me dijo:

  • Bueno, esto ha sido la fiesta final. Ahora debes irte.
  • ¿No quieres que te haga yo nada?
  • No Mario, aquí se acaba todo. Como al final te portaste bien no voy a contar nada pero aquí se acaba todo. Por cierto llévate mi ropa que yo ya no la quiero.

Me vestí de chico y Sandra me dio su ropa en una bolsa, nos despedimos con un largo beso y me fui.

Cuando llegue a casa Mónica estaba desayunando.

  • Hombre. Tú por aquí. Ya me ha contado Joaquín que anoche ligaste.
  • -Pues sí. No quiero preguntarte por lo que vi ayer porque no quiero saber nada pero. ¿Desde cuándo te tiras a mi hermana?
  • Desde que me llamaba Ramón. Ja ja.
  • Que hija de puta eres.
  • Chaval, no te pases que no estás en condiciones de ponerte chulo.

Pasé de ella y me fui a mi cuarto y a ducharme para ir a trabajar. Con un poco de suerte si la huelga seguía tendría fiesta pero debía presentarme allí.

Llegué al trabajo y la huelga seguía, así que el dueño de la empresa aprovecho para darnos una charla y un curso y conocer a los nuevos. Nos llevaron a una sala de proyección y estábamos esperando a que llegara.

El dueño de la empresa entro por la puerta. "Buenas tardes señores, vamos a aprovechar esta situación para que conozcan mejor la empresa, ustedes a mí y yo a ustedes.

Yo quería morirme, no sabía dónde meterme. Era el hombre del hotel. Se fue presentando uno a uno y cuando llegó a mi me dijo:

  • Yo a usted le conozco de algo.
  • No sé. No creo soy nuevo. – Yo estaba como un flan.
  • Pues me es familiar su cara. Ya me acordaré. ¿ su nombre?
  • Mari… MARIO
  • Encantado. Espero que esté a gusto con nosotros.

Y me dio la mano. A la vez que me volvía a mirar con inquietud y se rascaba la barbilla. Noto mi nerviosismo y me tranquilizo.

  • Por cierto, aféitese esa barbilla. En esta empresa queremos dar buena imagen en todos los aspectos.
  • Si señor.

Continuara……….