Fantasía (1: La amiga de mi Hermana 2)
Ha pasado mucho tiempo pero aqui esta la continuación a mi primer relato
Fantasía (1) la amiga de mi hermana. 2ª parte
Estaba perdido, la puta de mi hermana había traído a mis padres para que vieran el espectáculo. Yo intente escabullirme pero fue imposible. Mi padre me llamó.
- Mario, sabemos que eres tú. No te escapes y da la cara. Pase que seas un promiscuo y cada semana estés con una chica pero esto ya ha sido el colmo. Has rebasado el límite.
- Papa, ha sido Susana, déjame que te explique.
En ese momento me dio un bofetón que me tiró al suelo, entre lo mal que me encontraba y los tacones no pude mantenerme en pie.
Mi padre de pie delante de mí dijo, míralo al maricon como nos enseña las bragas, que vergüenza de hijo. No quiero verte en casa de momento así que ingéniatelas para convencernos y volver a tener aspecto de hombre si quieres volver a casa.
Mientras se iban me levante del suelo como pude, vi a mi madre mirarme con pena y a mi hermana en el asiento de atrás del coche haciéndome gestos y con una sonrisa de oreja a oreja.
Estaba muerto de cansancio, con una resaca de las de verdad y las botas me estaban matando los pies así que en la plaza que había cerca del hotel me senté en un banco a descansar. No pude contenerme y me eché a llorar. No sabía cómo había llegado a aquella situación, como me había dejado engañar y como había aceptado follar con un hombre. Miraba mis piernas enfundadas en aquellas medias, depiladas, suaves y veía algo que me gustaba pero a la vez odiaba. Entonces se me acerco un chico.
- Hola guapa, ¿Qué te pasa?
Yo no contesté y baje la cabeza, pero él insistió. Se sentó a mi lado y puso una mano en mi pierna, yo me estremecí. Me volví con cara de odio y le dije. "Vete a la mierda, ¿no ves que soy un hombre?"
El se aparto rápidamente, intento pegarme pero le sujeté. Después yéndose empezó a llamarme maricón de mierda, puto y otras lindezas que me trajeron a la cabeza a Ramón, o Mónica mejor dicho, y me sentí la persona más sucia del mundo. A la vez vi un poco de luz en todo y tome un taxi.
Al taxista le di la dirección de Mónica, en el trayecto al principio veía como el no hacía más que mirarme por el retrovisor, me intentaba dar conversación pero yo no contestaba hasta que no pude mas y me dormí. Me despertó el aliento del taxista en mi cara que se echaba encima desde el asiento de delante con su mano apoyada en el asiento donde yo estaba pero tocándome el culo, a la vez que con la otra mano me zarandeaba un poco y ponía su cara cerca de la mía.
Esta vez no dije nada me limite a sacar del bolso un billete para pagarle, el me devolvió el cambio a la vez que me decía, " ¿Una noche dura eh chavala?, yo te quitaba la borrachera rápido guapa". Me volví a asustar así que negué con la cabeza y me baje del taxi rápidamente. Estaba frente a la casa de Mónica. Tuve suerte y el patio estaba abierto así que evite tener que llamar al telefonillo, entré, busqué en el buzón su piso y me dirigí al ascensor.
En el patio había un espejo enorme en el que me vi reflejado, de Mario no había nada en ese reflejo. Había una mujer espectacular y sexy. No me extraña que me intentaran ligar tanto en la plaza como el taxista. Pero no puede contenerme y volví a llorar. Estaba destrozado. Al entrar al ascensor vi en el espejo como tenía la cara, entre la dura noche y los lloros, parecía una muerta, pero estaba guapa.
Frente a la puerta de Mónica estuve un minuto sin hacer nada, pensando que le iba a decir. Al final toque el timbre. Al abrir la puerta volví a ver a ese escultural cuerpo, esa carita de niña mala que tanto me había gustado y volví a bajar la mirada.
- Hola, ¿qué quieres, quien eres?
- Mónica .. soy - dije con voy quebrada
- ¿Qué te pasa niña?
- Mónica, perdóname, soy la peor persona del mundo. Siento mucho todo lo que te he hecho. Pero, por favor ayúdame.
- ¿Mario? Serás cabrón pero que pedazo de hembra tenemos aquí. Ya veo que tu hermana ha cumplido su amenaza. Jajaja
Yo caí de rodillas y le imploré perdón y ayuda.
- Niña, levántate y calla que la vamos a montar. Venga pasa para adentro y cuéntame. Que sorpresa me has dado.
Mónica me llevo al salón y me hizo contarle todo, la verdad es que alucinaba y todo el rato me pidió perdón por ser la culpable de todo. Si no hubiera venido a casa en verano no hubiera pasado nada. Yo le pedía perdón también y acabamos abrazándonos como dos amigas. Yo intenté besarla pero no se dejó.
- A mi me gustan los hombres amiga mía,- me dijo- ya tuviste tu oportunidad.
- No Mónica, es solo gratitud, no puedo pensar en otra cosa que no sea humillarme ante ti.
Mónica tenía previsto salir por la mañana al rastro, ( ¿Cómo no se me había ocurrido ir allí a por ropa?), así que me dejó un pijama rosa de ella y me invito a dormir en su cuarto. Así se me pasaría la borrachera y la resaca. Antes de irse, Mónica me ayudo a quitarme el maquillaje y la peluca, me dijo que tenía un pequeño problema pues Susana me había depilado también las cejas. Me desprendí de las botas y mis pies se liberaron de aquel sufrimiento ,me quite el resto de la ropa, me puse el pijama y me fui a dormir.
Mi despertar fue casi aun peor, tuve una pesadilla en la que aparecía otra vez vestido de María, estaba a cuatro patas en una cama donde había tres hombres tumbados. Al de en medio le estaba chupando la polla, a los de los lados, apoyada en ellos les estaba masturbando con cada una de mis manos y un cuarto me estaba follando de manera bestial. Todos se corrieron a la vez con grandes cantidades de esperma que me llenaron la cara el cuerpo y la espalda. En ese momento desperté gritando.
Fui a ducharme y volví a ver a Mario en el espejo pero feminizado, aquellas cejas no eran precisamente varoniles y no tenía ni un vello en mi cuerpo. Nunca había tenido mucho y la barba casi no me crecía por lo que iba a resultar un problema. Suspiré y me duché. Salí al salón con un albornoz de Mónica y me encontré una de mis mochilas, un DVD y una nota.
" Ha estado tu hermana y te ha traído ropa, tu móvil y este DVD para que lo veas. Vuelvo por la noche. Si quieres comer algo pide una pizza, la nevera está vacía."
Rápidamente me vestí de chico y fue una liberación en aquel momento. Me sentía un poco mejor pero fue poner el DVD y el malestar volvió a mí.
El video empezaba en la discoteca donde estuvimos. Allí estaba yo con mi hermana y sus amigas bailando como una zorra. Ellas se reían y disfrutaban viéndome hacer aquello. Pero ¿Quién habría grabado el video? Pronto cambio la escena y apareció la habitación del hotel donde había despertado. De repente me vi bailando sensualmente ante la cámara y apareció el hombre que me había follado esa noche. Me cogía de la cintura y me apretaba contra él, yo me dejaba hacer mientras seguíamos bailando y frotándonos. De repente yo me tiraba al cuello y metía mi lengua en su boca. Nunca había hecho eso con ninguna chica. Baje poco a poco con mis manos apoyadas en su pecho y al llegar a la cintura le desabrochaba el cinturón tirando de él con boca, le desabrochaba los pantalones dejándolos caer. Por encima del slip le acariciaba aquella polla descomunal que estaba ya muy dura. Le baje los pantalones y empecé a hacerle una mamada desesperada. El me cogía de la cabeza e imponía el ritmo hasta que me hizo levantar.
Estaba yo en el sofá de casa de Mónica y una sensación de ansiedad y tristeza me invadía, hasta que de repente me empalme. Me estaba excitando viéndome a mí mismo como mujer.
En el video el hombre me acariciaba los hombros y estiraba de los tirantes hasta que el vestido cayó por su propio peso. Llevaba un sujetador de encaje negro y aquellos pechos postizos quedaban casi reales. El me los tocaba. En ese momento me agarró y me echó en la cama boca abajo. Se quitó el resto de la ropa y me cogió de la cintura para ponerme a cuatro patas, con el culo en pompa hacia él. Metió su cara y empezó a lamerlo. Se veía como yo estaba derretido y pidiéndole que me follara como un desesperado. El me hizo caso, me cogió de las nalgas las abrió bien y tras escupirme en el ano puso su pollón en la entrada y acometió de golpe contra mí. Yo lance un grito ahogado y vi en la pantalla la cara de vicio y satisfacción que puse. Estaba absolutamente anonadado, ¿cómo podía haber hecho todo eso? El hombre metía y sacaba a toda velocidad su miembro de mi culo hasta que paró y ordenó que se la volviera a chupar, que quería correrse en mi cara. Así lo hice y tras un rato mamando bien a gusto él se corrió en los ojos y la nariz. Yo sacaba la lengua para comerme aquel jugó con cara de puta viciosa. Me deje caer hacia atrás en la cama y me metí un dedo en culo mientras me masturbaba, hasta que yo también me corrí. Estaba con los ojos cerrados pero tenía una sonrisa de placer que me revolvía el estomago verla. El se dio cuenta que me había dormido pues estaba cansado y borracho, pero seguía teniendo el pene como al principio así que se empezó a masturbar hasta que se volvió a correr encima mío. Después se levanto y apago la cámara.
Apagué el video y me quede pensativo, no podía creer lo que había visto. ¿Yo soy así?, ¿me dieron éxtasis o alguna droga que me hizo olvidarme de mis convicciones? En ese momento hice algo que dos meses antes no hubiera imaginado, me masturbé pensando en lo que había visto.
Más tarde vino Mónica y charlamos un poco hasta la hora de dormir de cómo íbamos a afrontar el futuro inmediato.
Decidí no ir a trabajar unos días alegando que debía de hacer un viaje por motivos familiares mientras me crecía el pelo de las cejas. A mis amigos les llamé diciendo que estaba enfermo y que había tenido problemas en casa y me había ido a vivir a otra casa, sin más explicaciones.
Los dos días siguientes pasaron con más o menos normalidad, yo obviaba a Mónica y ella a mí. Pero el tercero recibí una mala noticia, en el trabajo los jefes se habían mosqueado y me habían despedido. Mónica me dijo que si quería seguir allí debería aportar dinero para los gastos así que no me quedó más remedio que salir de casa a buscar trabajo. Con gran pena decidí que era mejor quitarme todas las cejas así que me las depilé por completo. Un error porque el aspecto que ofrecía era casi más extraño que con aquella línea de pelos que me había quitado.
Al poco tiempo encontré trabajo, no ganaba mucho pero me daba lo suficiente para amueblar la habitación de casa de Mónica y pagarle la mitad del alquiler todos los meses. Me había crecido barba que no quise afeitar y me había salido ya pelo por el cuerpo. Todo parecía volver a la normalidad. Mónica seguía quedando con mi hermana pero evitaban que me encontrara con ella a toda costa.
El trabajo no estaba mal del todo, iba por las tardes a un almacén a atender a los camiones que venían a descargar mercancía y preparar pedidos para los clientes. Era una empresa familiar que se había convertido en líder en su sector y el ambiente de trabajo era muy bueno. Un día que hubo huelga de transporte nos dejaron ir casi nada más empezar la jornada asi que me fui a casa temprano.
Mónica ya me había dado llaves así que tenia libertad para entrar y salir así que, sin más, aquella tarde y sin avisar abrí la puerta de casa y al entrar al salón me encontré con aquel espectáculo.
Mónica estaba tumbada en el sofá, solo llevaba puestas unas sandalias con gran tacón y atadas por la pierna hasta la rodilla. Se estaba follando a mi hermana que iba con lencería de látex los pechos salían de aquel sujetador con aberturas y los magreaba Mónica, además llevaba puestas unas botas hasta la rodilla, también de látex. Estaba casi encima de Mónica porque a la vez le estaban dando por el culo. Lo más sorprendente es que era Joaquín, uno de mis amigos. Estuve contemplando aquello a la vez que sorprendido muy caliente. Mónica estaba de infarto, buenísima, pero mi hermana era sublime, nunca la había visto así. Estaba disfrutando como una perra. ¿Lo llevábamos en los genes? Con lo recatados que son nuestros padres. En un momento dado Mónica fijo la vista en la puerta y me vio. Me hizo el gesto de callar y que me fuera. Yo la verdad es que le hice caso y me fui a un bar a tomarme algo.
Continuará...