Familia VillaDuero. Marta y su amiga rellenita

Marta me pide ayuda para solucionar un problema que tiene con una compañera del cole.

Episodio 6

—Hola Quique… esta es mi amiga Marcela…

Miro hacia Marta y hacia la chica que la acompaña alternativamente y no logro salir del asombro. Tenía entendido que sus escapadas eran totalmente secretas, que visitarme a mi en el piso que comparto con su hermano era lo más atrevido y alucinante que se atrevía a hacer pues nadie sabia de sus aventuras. Ahora se presenta en mi casa acompañada de otra chica que dice que es su mejor amiga… ¿dónde esta la discreción? ¿dónde ha quedado enterrado el disimulo?

Yo a Carlos, que es mi amigo íntimo no le he dicho nada sobre mi relación con su hermana, y ella se presenta sin avisar acompañada por una chica.

—Pasad…pasad… no me esperaba visita hoy— le digo para disimular un poco el asombro que me han causado.

—Vosotras diréis…¿Qué os trae por aquí en horas de colegio un día entre semana?

—Hemos pedido permiso para hacer unas compras para la obra de teatro que hacemos en el cole… y hemos pensado que era buena idea venir a verte

—Me pilláis en mal momento…estoy preparando un trabajo que debo entregar mañana

—Eso creo que podrá esperar… en realidad hemos venido a otra cosa…Te he dicho que Marcela es mi mejor amiga… a ella le cuento todo…absolutamente todo…tu ya me entiendes… me ha amenazado… esta puta guarra… puta más que puta… — le dice mirandola a la cara

—que ella también quiere…¿Qué quiere?...pues follar….que va a ser...y que si no… pues se chiva o hace correr el rumor…ya sabes lo que es un colegio de chicas, no?

—así que he pensado…¿Qué mejor solución para este problema que hacer que ella también tenga cosas que ocultar y callar? ...Y aquí nos tienes…

Hasta ahora he seguido sus explicaciones palabra a palabra y no he tenido tiempo para más…en cuanto termina su explicación dirijo la mirada hacia Marcela para verla sonriente y satisfecha por lo que cuenta su amiga respecto de su chantaje.

¿Qué puedo decir de Marcela?...esta chica que se atreve a chantajear a la todopoderosa Marta hasta forzarla a compartir su secreto más preciado… su aventura conmigo. Pues ¿cómo describirla?...es…es la típica amiga de la guapa que no se come un rosco nunca. Marcela, no atraviesa en su vida el mejor momento… ya veremos en el futuro, pero ahora…

Cara redonda como un pan, gafitas de empollona y pelo largo hasta los hombros lacio sin ningún estilo. Su cara simpática y graciosa capta la atención durante un instante hasta que descubres que también es la “gorda de la clase”. Todo su cuerpo es una bolita, todo son curvas y “chicha”. Tiene un par de melones que cada uno no lo puedo abarcar con las dos manos. El resto del cuerpo va en consonancia y ya me imagino un culote gordo y prominente que descansa sobre dos piernas bien rollizas.

—Me harás este favor, verdad Quique?... Porfa…porfa…porfa — Marta insiste viendo la cara que he puesto ante semejante reto.

—Te deberé una…ya lo sabes…hazlo por mi.

—No tengo nada contra ti….pero Marcela…no se si debemos hacerlo.

—Joderrr tio!…me ofendes…que no estoy pidiendo que te cases conmigo… sólo quiero que me desvirgues de una puta vez… quiero sentir una buena polla dentro… y según me ha contado ésta… tu eres el candidato perfecto.

—Vamos Quique…haznos el favor…plis, plisss.

Tanto insistir me dejan si escapatoria posible y accedo a sus descabelladas pretensiones, y ya me veis encima de una “mega chica” tratando de darle un buen pollazo, tal cual ellas desean y me han pedido. Se ha echado sobre la cama boca arriba con las piernas separadas y haciendo el puente. Me aproximo caminando de rodillas sobre la cama, con una mano me la cojo y con otra me apoyo en la rodilla para mantenerme erguido.

—¡Vaya chocho tan hermoso tienes! — exclamo al ver su generosa vulva en la que aparecen unos grandes labios.

—Métesela ya…que lo está deseando… ¿como ves que mojada esta?.

Me inclino sobre el cuerpo de Marcela, dirijo la punta y empujo. Ufff, se hunde como un cuchillo caliente sobre un taco de mantequilla…¡vaya coño tan tragón! Yo creía que tenia un buen miembro, y nuestra amiga lo ha engullido todo sin despeinarse un pelo. Me aferro a sus piernas y comienzo a dar empujones todo lo fuerte y duro que puedo… me va a hacer sudar la gota gorda.

—Dale fuerte…mas fuerte, a mi amiga le gusta bien duro y sentirla bien adentro… venga que tu puedes — me anima Marta como si quisiera que da tanto empujón le rompiera el coño a la osada compañera que la ha estado chantajeando.

—Marcela, ponte en cuatro…ya veras como te gusta más— le ordena en un momento que me he tomado de pausa para recobrar el aliento.

La amiga obedece diligentemente con idea de que lo que Marta le propone va a ser todavía mejor que lo que llevamos. Se coloca de rodillas en el borde de la cama, con el culo bien en pompa y los antebrazos apoyados sobre la sabana para ofrecerme un buen ángulo de penetración. Situado de pie, justo detrás de ella, pongo las manos entre sus muslos y la barriga para afianzarme bien y así poder seguir con la tarea,

Tan pronto como empiezo a bombear duro en esta posición, la chica empieza a gemir y a suspirar como si la estuviese matando… Marta ha acertado… esta postura la va a llevar al climax. Menos mal… follarme a esta yegua me está dejando sin fuerzas… en cada empujón una ola recorre su cuerpo, empezando en sus nalgas y terminando al final de su espalda…junto al cuello.

Me he apalancado tras sus enormes nalgas, me agarro como puedo  a sus caderas y hago estallar su culo al impactar con fuerza mi pubis en cada empujón. Tengo que esforzarme mucho para que la penetración sea honda y esto hace que todas sus carnes entren en vibración moviéndose acompasadamente con mis empujones. No puedo verlo pero imagino que sus enormes tetas deben ir locas repicando como dos campanas.

En medio de esta locura, Marta que andaba por nuestro lado, recogiendo mi sudor o dándole palmetazos por todo el cuerpo, pone su mano entre las nalgas y mis muslos para separarme un poco de ella…con una mano le sujeta el cachete y con los dedos de la otra, empieza a rodear y atacar el ojete de Marcela.

—Escúpele en el culo…más, escúpele más — dice mientras con una mano separa uno de los generosos cachetes y con la otra le pasa el dedo restregando la saliva que he dejado caer.

—Dale fuerte… muy fuerte… es lo que se merece por ser tan puta y querer joderme a mi

Nunca habría pensado que las “señoritas de clase alta” fuesen tan guarrindongas y tan mal habladas,  ahora no quiero quedar como un mojigato…le doy duro …con toda mi alma.

A continuación, Marta le suelta un par de bofetadas en las nalgas que hacer enrojecer la piel. Le escupe ella misma en el culo, lo moja bien y le mete un dedo arrancándole un gemido por no ha tenido miramientos al hacerlo.

—Tu sigue dándole fuerte…yo le voy a follar ese culo de perra que tiene

Marcela no deja de gemir y de culear…en ocasiones pienso que está padeciendo…enseguida cambio de opinión pues veo que está disfrutando como nunca antes en su vida.

Marta me  aparta con una mano, con la otra, coge mi polla que ha salido hirviendo y completamente mojada y la dirije de nuevo entre las nalgas de su amiga…esta vez un poco mas arriba…frente al ojete.

—Vamos…empuja y métesela por el culo — me dice empujando con su mano apoyada en mi trasero y con la otra dirigiendo el misil.

Me viene a la mente la imagen del mamporrero que ayuda al semental a cubrir la hembra, (marta estudia para veterinaria), me empuja y me obliga…es claramente una mandona y hace lo que le da la gana con los que tiene alrededor.

—Venga…ahora tu solo hasta que te corras o se corra ella primero…date prisa …que te lleva delantera y va como loca

La verdad es que enseguida que ha notado la picha dentro, Marcela se ha llevado una mano entre las piernas y se ha puesto a frotar de una forma furibunda…por los quejidos y resoplidos que da…se va a correr casi ya mismo, por lo que tengo que correr un poco para dejar mi lechecita o dentro o sobre esas generosas nalgas.

Llego justo a tiempo, Marcela se deja caer de bruces sobre la cama como un fardo…gimiendo y diciendo barbaridades que no voy a repetir. Me viene y descargo sobre las muy generosas nalgas que tengo delante, por fin…he cumplido bien mi encargo y he ternido la oportunidad de correrme y quedarme bien a gusto.

Necesito refrescarme, tomar un poco de aire y quizás darme una ducha para quitarme el sudor y el olor a culo que me ha quedado metido en la nariz. Voy al baño, después de la experiencia vivida queda poco sitio para el pudor. Meo con muchas ganas haciendo ruido con el agua del váter pero eso no me impide oír sus comentarios en la habitación…

—Ya te dije yo que “el rollo” del chantaje iba a funcionar… menuda follada más rica te ha dado…no te podrás quejar, eh?

—Jejeje…¡que rico ha sido!... ya tenía ganas de pillar cacho como tu…me he corrido como una guarrilla

—¿Cuándo puedo repetir? ¿me lo prestas otro dia?

—Je…je…je…je­ — ríen las dos contentas como unas castañuelas sin pensar que las estoy oyendo.

Vaya con las niñas pijas… esto lo tendré muy en cuenta y procuraré cobrármelo más adelante.

Deverano.