Familia VillaDuero. Marta, la hemana pequeña

La hermana pija de Carlos quiere comprobar la "calidad humana del compañero de piso de él.

Episodio 2

—Tu hermano no está. Ayer se fue al pueblo — le digo justo después de abrir la puerta del piso y encontrarme frente a Marta.

—Vaya chasco…para una vez que vengo a verlo… y no está—

—¿puedo pasar o no? …no he venido para estar en la escalera—

—Claro, Claro…pasa Marta…como estuvieses en tu casa…no faltaría mas—

Marta es la hermana menor de mi compañero de piso Carlos. Aunque preferiría vivir en un piso como nosotros, vive en una residencia para chicas con muchas restricciones para mantener a raya los amplios deseos de libertad de tantas muchachitas, hijas de buenas familias . Estudia primer curso veterinaria en la universidad pues su mayor ilusión es tomar el control de las tierras y ganados que su familia posee.

A principios de curso, sus padres barajaron la posibilidad de que viniera a vivir con nosotros, en el piso que compartimos Carlos y yo que es propiedad de la familia. Los prejuicios y el temor al qué dirán pronto les hizo desestimar esa posibilidad, a pesar de las buenas referencias que dio su hermano de mí .

Además, ellos dos solos podrían estar juntos, pero solo durante un rato. No creyeron que se pudieran entender tan bien como para como para compartir piso, tareas domésticas y amistades. Sin duda, mi presencia podría facilitar la convivencia y por otra parte eso no estaría bien visto para una familia con costumbres tan estrictas como la suya.

La definición que hace Carlos de su hermana es que Marta es muy mandona y siempre quiere salirse con la suya en todo lo que emprende. Entre sus amigas es la líder, todas hacen lo que ella decide y ordena, ojo de no hacerle caso pues su reacción puede ser tremenda. Es el ojito derecho de D. José, el padre, esta destinada a ser la cabeza de familia siguiendo los pasos de la abuela que sigue siendo quien a estas alturas todavía dirige a la familia.

—Mi hermano y tú os lleváis muy bien, no?

Me ha hablado bastante de ti… y muy bien…jejeje…

Bueno, los dos sabemos como es Carlitos…¿verdad? —

—¿Qué quieres decir?... no te entiendo. —

—Cuando Carlos dice que tu eres su mejor amigo y que eres muy hermoso… ya sabemos lo que quiere decir, ¿no?

Ten mucho cuidado con él… aunque no lo soporto, es mi hermano y haría cualquier cosa por ese estúpido que me ha tocado como familia—

—¿…? No entiendo.

—¿Qué si sois pareja coño?!...pareces jilipollas— ¿te lo estas follando? —

—Noooo… solo somos amigos… yo no soy gay…¿Qué te ha contado?

—No me ha dicho nada…pero esas cosas una hermana las sabe y yo conozco a Carlos—

—pues te equivocas… no tenemos ninguna relación más allá de la amistad, no hay nada sexual entre nosotros… —

—yo se como es él pero yo no soy así— le aseguro tratando de ser lo más convincente posible obviando que me encanta cuando viene y me hace esas pajas que solo él sabe hacer

No me lo termino de creer… te importa si hago mis propias averiguaciones—

Dicho esto Marta se quita el suéter blanco del uniforme, mostrándome su pecho envuelto por un gran sujetador que apenas deja ver nada de sus pechos. A continuación se deshace el botón que mantiene la típica faldilla de pliegues con cuadros que conforma el uniforme de su colegio.

Se planta delante de mi con una bragas blancas, grandes que cubren todo su pubis, unos calcetines grises hasta cerca de la rodilla y unos toscos zapatos de colegiala.

—Vamos a ver como eres…si un chico “normal” o eres un chico muy “amable y simpatico”como dice mi hermano—

también me gustaría verte desnudo para comprobar eso que dice que tienes ahi—

—¡estas un poco loca! … Esto no funciona así… si apenas nos conocemos y eres menor de edad… ¿quieres buscarme la ruina? —

—Primero que nada… ya tengo los dieciocho… segundo… no quiero que me la metas, no quiero quedarme preñada y tercero… tu harás lo que yo diga, salvo que quieras que vaya contando por ahí lo que se de vosotros…no te gustaría ¿verdad?

Pues ya sabes … a obedecer… que aquí, la que manda soy yo… ¡soy la que tiene más cojones y se hace lo que yo diga! —

Me dejó claro lo que quería, cuando lo quería y cómo. En eso su hermano había hecho una descripción muy ajustada a la realidad: tenía mucho carácter, sabía lo que quería y sabia mandar para conseguirlo

—Está bien… ¿qué quieres hacer entonces? —

—Quiero que te hagas una paja delante de mí… igual que dice mi hermano que hacéis … y yo mientras tanto haré lo que me salga del coño—

Para ir a un colegio de señoritas donde se reúne la alta sociedad tiene un vocabulario de lo mas castizo y rudo posible. Se expresa con una rotundidad que no deja lugar a dudas, impone y no deja lugar a la vacilación.

—Vale, tu ganas me hare una paja para que tu lo veas… y espero que te guste

Pero que sepas… no soy gay…mi relación con Carlos es difícil de definir.

Venga, venga ponte en marcha que mi hora de paseo se acaba rápido… ahí mismo de pie junto a la mesa… mirando hacia mi… empieza ya…—

Me ordena mientras ella se echa sobre el sofá de comedor, pone una pierna sobre el apoyabrazos y la otra la deja bien abierta poniendo el pie sobre el asiento. La chica ya esta cómodamente situada, ya está en posición, yo me desabrocho el cinturón, deshago el botón del pantalón vaquero y dejo que caiga hasta mis tobillos. Hoy llevo unos calzoncillos blancos de corte clásico, como los de mi padre, que provocan su sonrisa displicente.

—¿De donde has sacado esos calzones tan pasados de moda?¿no te da vergüenza llevarlos? Vaya elemento me he buscado—

No le doy tiempo para la respuesta, de un rápido tirón los llevo abajo junto al pantalón dejando mi polla al aire ante sus narices. De una abundante bola de pelos negros emerge mi polla proyectándose hacia delante, todavía blanda y flácida pero ya con un tamaño considerable.

—Guau… si que la tienes grande… no he visto muchas en mi vida… pero la tuya es las mayores—

—¿Te gusta?... ¿es cómo te lo imaginabas? — se la muestro tirando hacia atrás del pellejo para que emerja un hermoso capullo

—Mucho mejor de lo que Carlos me había contado…el muy puta…como lo tenía guardado. No me extraña que sea tan amigo tuyo… debe estar feliz cada vez que te ve.

Aunque no lo admite abiertamente es…muy mariquita… yo lo se desde que era pequeño…aunque lo que le cambió definitivamente es algo que no puedo contarte.

Venga, hazte una paja para que yo vea como lo haces… que lo otro que me ha contado no me lo termino de creer—

Este comentario dudando de mí y sobre todo que hayan intercambiado confidencias mías, me toca un poco la moral, así que cojo la polla poniendo la mano en forma de un semi canuto y me doy unos vaivenes para que pueda ir creciendo libremente. Doy un paso hacia delante y me coloco a menos de un metro de su cara. Ahora si que lo va a ver bien de cerca.

A los pocos instantes mi polla ya ha cogido el suficiente tamaño y dureza para poderla presentar… sin manos… a mi inesperada espectadora. Muevo las caderas lentamente para que la punta describa círculos delante de sus narices. Marta no quiere perderse detalle de lo que tiene delante y tiene clavados sus ojos en mi miembro que ya luce esplendido. A tientas su mano baja lentamente sobre su vientre, busca el borde de su braga, mete los dedos debajo de la tela. Se entretiene un momento jugando con sus muchos pelitos para a continuación meter toda la mano alcanzando así su coño.

Es el momento adecuado para que la hermana de Carlos vea lo que ha venido a ver: como el compañero de piso de su hermano se hace una buena paja y saca leche para dar y tomar. No la voy a defraudar… ella me lo ha pedido y yo se lo voy a dar con mucho gusto… igual que hago con Carlos.

Como imagino que esta debe ser de las primeras veces que puede ver una masturbación en vivo y de tan cerca, no voy a escatimar nada de mi repertorio de movimientos y caricias. Le echo un poco de teatro y le pongo sonido a mi brillante actuación.

—Ooooohhhh, que gustooo, que gusto….voy a sacar mi leche para ti…ya verás que rica es.

Ooooohhh, Ooooohhh….¡Ay! ¡Ay!...que me viene… que me viene—

Esto hace crecer todavía más su interés y expectación… que tiene que contentar con frotes enérgicos y seguidos de su mano sobre el coño que sigue tapado por la braga.

—Oooohhhh que gustirinin…. Me vieneeeeee!... ¿te gusta?¿te gusta? — le pregunto con insistencia.

—¿Sigo?¿sigo? — ella va corriendo cuesta abajo y sin frenos a juzgar por la cara que está poniendo. Por momentos creo que se va a correr antes que yo, por lo que retraso lo mas posible mi eyaculación haciendo ver que estoy muy cerca pero que falta…nada…una pizca…casi está.

—Ufffff, si…sigue…sigue…me voy a correr…. Me voy a correr…. ¡Me estoy corriendooooooooo! —

Ooohh, Ooohh, Ooohh, Ooohh…¡que gustoooooo! —dice mientras se sigue frotando con muchas ganas tratando que su orgasmo se prolongue unos segundos más.

—¡Me viene! ¡Me viene! ¡Me viene! — grito superado por la emoción, se acerca mi corrida y no tengo claro donde la debo echar.

Si estuviese Carlos aquí, seguro que intentaría recogerla con la mano para luego tener oportunidad de lamerla despacito, su hermana dominante y viciosa es una incógnita para mi.

Marta deja de gemir, se calla, saca la mano de debajo de la braga, se pone bien sentada en el borde del sofa, se encara hacia mi , echa la cabeza hacia atrás y abre totalmente la boca sacando toda su lengua. Es ahí donde quiere mi corrida… ¡en la boca!.

Me acerco presuroso pues estoy a punto…cojo la polla y con ella le doy varios golpes en la barbilla, en la mejilla y sobre la lengua que tiene totalmente fuera de la boca. ¡Uffff, que corrida me viene!

—¡Abre, abre bien la boca! — le digo mientras me doy unos toques de gracia antes de explotar y dejarme arrastrar por la avalancha.

Evidentemente no puedo controlar donde van las dos o tres andanadas de leche que salen atropelladamente de mi polla. Estas van a parar a su mejilla, a los labios y a su cuello, cayendo algunas gotas sobre su sostén.

—Ufffff, uffff… me he vaciado — le confieso extenuado

—Ha estado bien… muy bien… me lo he pasado bien

solo que me han manchado el sujetador… a ver si tienes más cuidado la próxima vez—

Me sorprende tanto su salida que no puedo evitar la risa, después de que nos hemos corrido los dos como dos cerdos, le preocupa que le hayan caído unas gotas de leche en el sujetador. Mi atolondrada risa no le cae nada bien a Marta y me mira con cierta ira… como si quisiera hacerme o desearme algo malo. He cometido el error de reírme de la “fiera”…su reacción puede ser delicada…

A pesar de eso, yo no puedo dejar de reír, me he corrido como un animal, después he perdido el control, por una tontería me estoy descojonando vivo. Cuanto más enfadada parece, más risa me entra, no lo puedo remediar.

Repentinamente parece que algo se quiebra en el cerebro de Marta, y pasa del enfado mas grave a la risa más hilarante y estrepitosa… parece que se le va a desencajar la mandíbula…

—Jajajaja….jajajaja… ja…ja…ja.

Hacía mucho…mucho tiempo que no me reía tanto y que me quedase tan satisfecha—

Y así concluyó mi primer encuentro con la hermana “arrogante, vanidosa y mandona” de mi compañero de piso. Evidentemente, a partir de ese día encontramos muchas ocasiones para estar juntos, a escondidas de todos, especialmente de su hermano, querido por ambos.

Deverano.