Familia VillaDuero. La hermana vuelve a por más

Hoy a venido a FOLLAR!

Episodio 4

—Uy… que tarde se me ha hecho…me tengo que ir volando… si llego más tarde de la hora me dejan sin permiso y no puedo salir de paseo—

Atropelladamente Marta recoge su ropa, se viste y se arregla un poco para que nadie deduzca que ha estado desnuda y que se ha corrido como una perrita mientras me observaba con toda su atención.

—Mañana es domingo y tengo toda la mañana libre. Vendré a hacerte una visita, ¿te parece?

—Aquí estaré… tengo que preparar un examen de “materiales” y lo llevo bastante atrasado. Eres bienvenida y además esta es la casa de tus padres

Acto seguido Marta sale disparada hacia la puerta, sale dando un portazo y me deja sumido en un estado cercano a “total gilipollez”. Comparto piso con Carlos, que es gay al cien por ciento, aunque no lo reconozca abiertamente. Su obsesión por verme desnudo y hacerme esas pajas tan ricas que me hace a mí no me dejan lugar para la duda.

Yo dejo que juegue conmigo y tengo unas corridas sensacionales en sus manos, pero yo no me considero gay… es más…cada vez me gustan más las chicas que veo por la calle, aunque no tenga acceso a ellas. Y ahora aparece su hermana menor, quiere cerciorarse de que lo que su hermano le cuenta es cierto y me obliga a que me pajee delante de ella, y ella hace lo propio mientras me mira.

Todo esto es alucinante… y no acaba ahí…mañana por la mañana vendrá con más ganas de guerra. No cabe duda que la hermana con carácter es ella y hace lo que se le antoja. Siento algo de temor por si algo sale mal y de carambola se fastidia la buena relación que mantengo con Carlos.

Mejor me concentro en los estudios para alejar todos estos pensamientos y dudas, mañana ya veremos que sucede, con un poco de suerte lo pasamos los dos también como con su hermano.

Son las 9:30 am. Todavía estaba sobre la cama medio dormido. Anoche me entretuve haciendo unos ejercicios que entran para el examen y sin darme cuenta se me hizo tarde, así que esta mañana me la he tomado con calma. Abro la puerta de la calle y allí plantada estaba Marta.

—¡Chica… que guapa estas hoy! … ¿dónde has dejado el uniforme del cole?

Marta estaba deslumbrante, vestida a la última moda, el cabello revuelto y encrespado como se llevaba, bien maquillada, con tonos azulados en los ojos y un bonito color de ciruela en los labios con una pizca de brillo. Vestía una minifalda de color naranja que dejaba ver sus bonitas piernas y terminaba con una blusa negra estampada con figuras geométricas de alegres colores.

—Guau! Estas tremenda…te hace un poco mayor…vaya cambiazo… me he quedado seco

—Yo también me he “quedado impresionada” … con ese pijama ridículo que llevas… a quién se le ocurre recibirme así… y mira que sabías que iba a venir — me reprocha tajante poniendo cara de desagrado.

—¿tienes música?... yo sin música no funciono… venga pon algo que me anime­

Pongo el radio cassette en marcha y empieza a sonar el pupurri de canciones que Carlos y yo hemos recopilado: Led Zeppelin, Queen, Deep Purple, David Bowie.  Marta se pone a bailar ella sola dejándose llevar por los ritmos cambiantes de las canciones. Yo la observo detenidamente… que buena está…que guapa es y que bien se mueve la condenada… parece una go-go de discoteca, marcando los movimientos, pasando la mano por su cuerpo y haciendo unos gestos con la boca que me encienden.

Pasa más de media hora bailando, hasta que se detiene y me suelta:

—Me gusta mucho bailar…me encanta…pero hoy no he venido a bailar…

—¡¡¡He venido a F O L L A R !!!

Se acerca, pega su cuerpo al mío, levanta la cabeza desafiante me mira a los ojos, y con la mano me coge la polla por encima del algodón del pijama.

—¿Qué te parece mi propuesta?... ¿estas preparado?... no quiero fallos, ni tonterías… yo ya estoy lista

Ya parece de nuevo la hermana mandona y exigente. No cabe duda que lo lleva en la sangre, no se detiene ante nada por conseguir lo que quiere… hoy está claro lo que es….Me baja el pantalón del pijama de un tirón y me quita la camiseta para dejarme desnudo.

—Uhmmm que buena “cosita” tienes aquí… me trataras con mucho cuidado ¿verdad?

—Mi “chichi” está trabajadito…pero solo con los dedos… y tu la tienes bien gorda, creo...

Me viene a la cabeza un comentario que me hizo Carlos sobre su hermana de cuando eran pequeños que jugaban entre ellos, y que en una ocasión un primo mayor que ellos abusó de ella, siendo esa quizá la única experiencia heterosexual que había tenido.

­ —Tranquila, lo haremos a tu ritmo… no te dolerá…si ves que te molesta me avisas y paramos

—Vamos a la cama…estoy muy mojada

Vamos a mi cuarto y allí como si de un ritual iniciático se tratara, la voy desnudando poco a poco, intercalo besos en sus pómulos, en su barbilla en el cuello y en los labios que saben a fruta y menta.

Siento que se va tranquilizando, relajando y dejándose llevar por el placer que mis caricias le proporcionan. Hoy la ropa interior es de blanco satén con los bordes decorados con bonitos encajes. Primero el sostén, luego las bragas…se queda desnuda ante mí con un intento pudoroso por cubrirse. Ella misma se da cuenta de no ha venido taparse, sino a disfrutar y lentamente deja ir las manos para mostrarse ante mi completamente desnuda.

Uhmmm! ¡que esplendidas tetitas tiene, parecen dos peritas coronadas por un pezón marrón con forma de cono… que ricos! Las caderas redondeadas, perfectas…las piernas son las de una muñeca de la época, y en la entrepierna una zona cubierta de abundante pelo mucho más oscuro que el rubio de la cabeza.

—Échate sobre la cama…ponte cómoda… lo vamos a hacer muy despacio— le susurro.

Marta sabe que está en un terreno desconocido y se deja conducir… su genio dominante deja espacio a la Marta insegura y temblorosa que quiere follar como una mujer adulta.

—He visto fotos…muchas fotos… quiero probar… y averiguar cual me gusta más… hay tantos bulos circulando por ahí… lo mejor es descubrirlo por mí misma

—Deja de hablar…déjate llevar…mejor hacer que decir— le doy un cariñoso empujón que la pilla desprevenida y la echa sobre la cama.

Antes de que pueda reaccionar me tiro encima y empiezo a forcejear con ella pues no se quiere dejar abrazar y besar. Me gusta el juego, me encanta que se resista, que trate de salirse con la suya…aunque en este aspecto ella es la inexperta...y además tengo más fuerza.

Una vez inmovilizada, le miro a los ojos y disfruto por ello. Marta se distrae lo suficiente como para poder robarle un beso en los labios. Esto la enfurece y vuelve a luchar tratando de escapar de mi abrazo y moviendo la cabeza para que yo no pueda volver a besarla.

Cansada del forcejeo y sobre todo de no poder conmigo, se da por vencida…ha llegado mi momento mas comprometido, debo meter mi pollon en un chochito apretadito, quizás virgen, la experiencia debe ser agradable, quiero que lo disfrute de principio a fin, quiero que quiera mas y mas pues Marta me gusta mucho.

Me unto de saliva los dedos y llevo la mano a su entrepierna… ¡que sorpresa! … escondida, debajo del triángulo peludo encuentro unos labios grandes y carnosos, no lo había dicho nunca. Tiene unos labios mayores grandes, parecen hinchados, cuando los toco se separan fácilmente dejando a la vista un buen capullito que debajo tiene como unos faldones que son sus labios menores.

—Me tienes frita…me la vas a meter o no?

La veo tan decidida a tener relaciones sexuales tengo que busca la forma de ganar tiempo, y preparala un poco más, no quiero que sufra con mis empujones. La idea que mejor se adapta para esta situación es dedicarme durante un rato a darle placer a ella, así que le voy a dar un buen baño de saliva.

Marta parece tener cierta prisa y se impacienta, le transmito confianza y seguridad…tenemos tiempo y esta en buenas manos. Por fin se relaja, se despatarra sobre la cama y me pide que se lo coma tal y como yo quiera. Me sorprende la claridad con que expresa sus deseos.

—Quique, cómeme el coño hasta que me canse o me corra. ¿vale?

— Me voy a quedar quieta, sin hacer nada... a ver cuánto tiempo tardas para conseguir llevarme hasta el paraíso— dice mientras me sujeta la cabeza entre sus piernas.

—Mis amigas del cole no se lo van a creer...

Marta sigue hablando mientras yo le como su gran chocho. Me gusta mucho su olor y el gusto que tienen sus fluidos. Me gusta la forma que tienen sus labios y como su pepita se esconde debajo de capullito que la envuelve.

Me gusta mucho jugar con ella y me encanta sentir como se estremece ante mis lamidas y también cuando le meto los dedos buscando su punto mas sensible. De vez en cuando le doy golpecitos sobre el capuchón del clítoris y luego lo chupo con deleite. Sus gemidos me hacen estremecer y me ponen a cien.

—Ummm que gusto…que bien lo haces…sigue…sigue lo haces genial

Después de un buen rato exclama:

— Cariño, estoy deseando que vengas conmigo ya... vamos no puedo aguantar más

Ya hemos tenido tiempo suficiente para que ella se humedezca y me dispongo a metérsela. Juego con ella y le froto los labios con la punta. Ella me abraza y me hace dar la vuelta. Me coloca boca arriba y se sienta sobre mí.

—Hoy tengo ganas de montar... necesito desfogarme... después de tantos nervios tengo ganas de saltar... de brincar... así... así — dice mientras sube y baja sus caderas para dejar que mi polla se introduzca en su coño totalmente dilatado y caliente.

—¿pero tú no eras casi virgen? — le digo con asombro por su atrevida propuesta.

—Con chicos si… pero he jugado con chicas y con algunos juguetes

Se pone a aullar como una loba y a botar encima de mí sin parar. Lo hace con tantas ganas y energía que pronto su piel se reviste de una brillante película de sudor. Le pongo las manos bajo las nalgas y le ayudo en su movimiento. Sabe cómo moverse teniendo dentro mi polla para darse gusto y para dármelo a mí.

Ella se corre mientras me araña el pecho y yo muevo el pubis acompañándola en su delirio. Agotada se echa a mi costado y me besa muy cariñosamente, nos dejamos adormecer disfrutando de la placidez de la situación.

Como no me he llegado a correr todavía luzco una excelente erección. En cuanto Marta se recupere me pondré manos a la obra, este fin de semana que vamos a pasar juntos, vamos a follar practicando todas las posturas que seamos capaces de imaginar, o al menos eso es lo que yo pienso, con lo caprichosa que es y lo mucho que le gusta mandar, no estoy seguro sobre lo que haremos. Lo que si que estoy seguro es que me lo voy a pasar genial.

Deverano.