Familia esclavizada por Amos negros (parte 4)
Por fin nuestra protagonista ve un atisbo de luz y la posibilidad de vengarse por tanto sufrimiento
En la casa de los moros la vida era bastante rutinaria, el señor se iba sobre las siete de la mañana, normalmente sin
hacer ruido, el hecho de que la señora quisiera que yo durmiera en el suelo a su lado hacia que no me molestara casi nunca,
si bien algun dia se levantaba caliente y requeria mis servicios antes de irse, para una vez haberme follado el culo,
el coño o la boca dejarme volver al suelo junto a mi señora. Sobre las ocho y media o nueve despertaba la señora, justo
en ese momento debia colocarme de rodillas al lado de su cama, y normalmente nada mas girarse y encontrarse mi cara blanca
cogia uno de mis pezones, y retorciendolo decia
-que tal ha dormido mi perra hoy?
-bien, señora, respondia yo.
-pues mete tu cabeza entre mis piernas, cerda, y comeme el coño, ayer mi marido se corrio dentro y lo tengo todo pegajoso.
Yo debia aplicarme bien, lamerselo entero, lo cual incluia normalmente llegar a su ano mientras ella con sus grandes y
gordas manos apretaba bien mi cabeza hundiendomela hasta casi ahogarme, asi durante media hora como minimo, en el momento
en que ella tenia un orgasmo me hacia apartarme e ir hacia la cocina a preparar su desayuno.
Volvia con una bandeja con su zumo, algo de pan, mermelada y un cafe, y ella desayunaba mientras yo con un trapo mojado en
un barreño de agua caliente lavaba sus pies, sus axilas, su coño, su ano, su cara, la mora era bastante sucia y vaga en
eso de la limpieza corporal, y lo de entrar en una bañera era demasiado esfuerzo para ella, y para mi, suponia cargar cubos
de agua hasta el piso, calentarla en el fuego y llevarla al baño...mas de dos horas de trabajo. Como se echaba de menos
la epoca en que los calentadores existian...bueno, yo echaba de menos todo de aquella epoca, sobretodo mi libertad.
A todo esto mi aspecto tambien habia cambiado, la mora no tenia fijacion por las depilaciones y el cuidado del vello
corporal, mas bien al contrario, le gustaba tenerlo por todo el cuerpo, y claro, que yo tambien lo tuviera. Eso significo que
desde el momento en que entre a servirles jamas me depile, mis piernas, brazos, incluso mi bigote, eran facilmente visibles,
asi como una gran mata de pelo en mi coño y en mis axilas, lo cual aumentaba mi olor corporal, ya que tampoco tenia mucho
acceso a la limpieza intima.
Cuando saliamos a la calle, despues de su desayuno, de vestirla y recoger la casa, me veia por el barrio de mi infancia,
donde habia jugado tanto, desnuda, tres pasos detras de la señora, bien vestida, elegante, mientras yo cargaba un cesto de
mimbre y exhibia ante todo el mundo mi cuerpo. Por el camino nos cruzabamos con otras señoras, señores, con sus esclavos y
esclavas, o solos, con los cuales mi dueña se paraba a conversar, normalmente nadie reparaba en mi, aunque siempre habia los
tipicos salidos que me miraban con esos ojos de vicio que tanto asco me daban.
Realizabamos las compras de la casa en los mercados que habian en la calle, cuya paradas dirigidas por moros y negros
eran montadas, desmontadas y atendidas por blancos como yo. Era curioso ver a chicos de mi edad desnudos, llenando cajas
de patatas mientras las moras hablaban del dia que hacia o de que harian esa tarde.
En el mismo mercado habia algun puesto de esclavos y esclavas tambien, amos que se deshacian de sus propiedades para comprar
otras, o como castigo por mal servicio, o para recapitalizarse por algun negocio.
Mi dueña solia parar ante estas paradas, y disfrutaba del espectaculo humillante de como mostraban a los esclavos, desnudos
y avergonzados, ante los señores que alli se reunian. Solia decirme mientras miraba que algun dia, si no me comportaba, me
encontraria ahi subida, lo cual me daba panico, verdaderos sadicos compraban estos esclavos para hacer perrerias con sus
cuerpos hasta matarlos entre tantos sufrimientos. No habia limites para la crueldad humana.
Seguiamos paseando por la calle, de vez en cuando ella se detenia para conversar con alguna amiga, momento en el cual yo
debia dejar los cestos en el suelo y arrodillarme a lamer los zapatos de mi señora, era algo que si no hacia me costaba mas
de un castigo. De esa forma, lamiendo a cuatro patas cualquiera que pasaba por detras de mi podia observar sin problemas
mi coño peludo, mi culo tambien lleno de pelo, algo que a mi ya habia dejado de afectarme, despues de años de esclavitud
formaba parte de mi vida.
De mis padres y hermano no habia vuelto a saber nada mas, unicamente mi amo de vez en cuando , al llegar a casa y sacar su
pene para que directamente lo chupara me hacia algun comentario.
-chupa, perra, acabo hace poco de follarme a tu madre y asi saborearas el flujo de su coño que se me ha quedado pegado.
Yo se lo dejaba bien limpio y reluciente para que cuando se le ponia dura gracias a mi mamada se follara a su mujer mientras
yo seguia con las tareas de la casa.
Asi pase otros dos años, propiedad de aquellos moros que seguian usandome a su antojo, de vez en cuando en sus fiestas
familiares era junto con otros esclavos y esclavas usada para orgias, llegando a ser follada incluso por el padre de mi
amo, un señor de mas de ochenta años pero con una polla enorme que me hacia estar mas de dos horas chupandosela hasta que
conseguia endurecerla. En esas dos horas las manos huesudas y arrugadas del viejo recorrian todo mi cuerpo, pellizcandome,
introduciendose en mis agujeros y siendo objeto de su mayor mania, los pies. le encantaba tocar mis pies, besarlos, los
metia en su boca desdentada, lo cual me daba mucho asco, y asi estaba rato mientras yo chupaba su polla.
Aparte del viejo, muchos moros hicieron uso de mi cuerpo. el cual ya solamente era un objeto mas de la casa.
De esta forma, esos dos años pasaron, estabamos aislados de todo, no sabia lo que era ir mas alla de las cuatro calles que
rodeaban mi antigua casa, y todo parecia rutinario, aunque no debia serlo, porque despues de dias de escuchar murmullos
entre mi amo y mi ama, una tarde, sin mas, aparecio el amo en casa, corriendo, agarro la correa de mi cuello y me saco de la
casa, en la calle me subio al carro, algo extraño, siempre iba al lado, a pie, y me llevo hasta lo que era en la epoca
anterior la carcel modelo. Por el camino cientos de moros y negros llevaban tambien a sus esclavos. Nos iban metiendo
conforme llegabamos en celdas, amontonados, no cabiamos si no era depie, todos desnudos, juntos, hombres y mujeres, sin
miramiento ninguno.
Al cabo de las horas no se oian mas puertas cerrarse ni abrirse, solamente los lamentos de las personas que estabamos dentro
de las celdas, apretujados. De vez en cuando una mano se posaba en mi teta, o en mi coño o ano, pero era imposible
saber de quien era esa mano, de la aglomeracion que habia.
Alli encerrados estuvimos aproximadamente tres dias, en los cuales nos tuvimos que organizar, hombres a un lado, mujeres
al otro, y en ambos rincones de las celdas un espacio para poder hacer las necesidades, aunque el olor a excrementos, pis y
sudor invadia todo el edificio. Tres dias sin comer ni beber, en los que personas mas debiles caian inconscientes al suelo
y eran pisadas por los demas que buscaban aire para respirar.
Al tercer dia escuchamos en el exterior explosiones, algunos gritos lejanos, durante horas no dejaron de sucederse, y casi
al final del dia volvimos a oir puertas abrirse en la carcel. La sorpresa fue que eran blancos, eran soldados americanos,
con sus uniformes, sus armas, habian conseguido liberarnos!
Nos hicieron salir a todos, en fila, de las celdas, al exterior, y alli servicios sanitarios nos controlaban para ver
que tal estabamos, a los mas fuertes nos dejaban ir, la ciudad habia sido conquistada.
Resulto que mientras en Europa los negros y moros eran los dueños, en Estados Unidos habian estado intentando conseguir un
metodo para lograr energia pese a la bomba lanzada por los negros.
Una vez conseguido, fue facil vencerles, disponian de nuevo de tecnologia y frente a las armas rudimentarias de los rivales,
los soldados estadounidenses eran invencibles.
Dos grandes barcos de guerra podian verse en el puerto de Barcelona, columnas de humo por todas partes, la ciudad volvia
a ser nuestra. Entre en la primera edificacion que vi y me hice con algo de ropa con la que cubrirme, habia dejado de ser
una perra. Volver a sentir tela cubriendo mi cuerpo, incluso unas braguitas que pude hallar, y la sensacion de tener los
pies calzados, fue algo maravilloso, no podia creerlo.
Volvi a mi piso, como pude, caminando un par de horas, para descubrir que mis amos no estaban, la casa estaba desierta pero
en buen estado, asi que volvi a la calle para iniciar el camino a los campos donde mis padres habian sido esclavizados.
Al llegar a las puertas de la finca, totalmente destrozadas, corri hacia la mansion, pero estaba destruida por un bombardeo.
Los soldados habian amontonado en los alrededores de la casa los cuerpos de las personas que en el ataque habian muerto,
entre ellas estaban mis padres, no habian podido sobrevivir.
Llorando volvi a casa, por el camino se podian ver moros y negros muertos, torturados, por los laterales de la carretera,
Casi llegando a casa descubri uno de estos moros, lo habian encadenado por el cuello a una farola, y sus manos tambien
esposadas, desnudo, hacia que no pudiera evitar todo lo que le quisieran hacer. En su ano habian introducido un trozo
de madera grande, sangraba por ahi, y su pene habia sido seccionado, sangre a su alrededor hacia presagiar que pronto
moriria desangrado, ya casi solamente valvuceaba.
No pude evitarlo, me acerque a el y comence a darle patadas, puñetazos, arañarlo, insultarlo, escupirle, hasta que dejo
de moverse. Era el principio de mi venganza.
Subi a mi piso, y alli, con calma, me dedique durante unos dias a recuperarme, comer algo de lo que los soldados
suministraban en la ciudad y arreglarme fisicamente, lavarme, asearme, volver a dejar mi cuerpo depilado y en
condiciones de mirarme en un espejo y ver a la chica que hace ya casi diez años fui. Lo que el espejo reflejaba no
era ni la sombra de aquello, pero minimamente volvi a ver una persona alli delante, ya una mujer, y ya sin el brillo
de la inocencia que no volveria jamas.
De mi hermano tarde semanas en saber nada. Por lo visto tambien habia muerto, pero hacia ya tiempo, a manos de aquella
negra amiga de mi primera ama. Se ve que no solian durarle mucho los perros, como ella los llamaba, pero en vez de
destinarlos a otras funciones, los acababa torturando hasta la muerte en mitad de sus juegos sadicos.
La casualidad hizo que un dia, a las pocas semanas de todo esto, rezando en la tumba de mis padres, alli en la misma
casa donde murieron, oyera unos ruidos extraños bajo unas maderas. Las movi un poco y descubri una pequeña puerta metalica,
por la parte exterior un seguro impedia que desde dentro se abriera. Lo descorri no sin antes armar la pequeña pistola
que desde hacia dias llevaba por si encontraba negros o moros, y al abrir la puerta asomaron dos caras conocidas, mi
primera ama y su amiga, la sadica que mato a mi hermano.
A punta de pistola las hice entrar y las espose a las dos a una cañeria metalica del interior.
Por lo visto el marido de mi ama las habia metido alli para que sufrieran daño durante el bombardeo, confiando en ganar
la batalla y luego ir a rescatarlas. Las dos habian estado alli varias semanas, bien provistas de alimentos, pero no podian
salir, la puerta estaba cerrada por fuera. Su marido habia muerto tambien en los combates y ellas no habian podido huir con
los demas negros que si lo consiguieron, en direccion a Africa.
Lo facil hubiera sido pegarles dos tiros e irme, pero decidi que no. Las deje alli esposadas y me fui hacia la ciudad,
para meditar con tiempo que haria con ellas. El lugar estaba abandonado, alli ya no iba nadie, y tenia tiempo y tranquilidad
para hacer lo que quisiera. Volvi al dia siguiente, cargada con cosas que queria usar con ellas.
Ilumine con luces la sala, que estaba en total oscuridad, y apuntando a mi dueña la libere de sus esposas para esposarla en
forma de cruz en el suelo. Una vez alli tumbada me dedique con unas tijeras a cortar su bonita pero ya sucia ropa, la muy
cerda habia conseguido pasar la noche esposada y vestida sin hacerse sus necesidades encima. Sin embargo, por el olor, su
amiga no.
-bien, ama, le dije con ironia...., voy a darte una clase practica de como ser esclava en pocas horas. te parece?
-no, por favor, dijo ella suplicante. Por primera vez la oia pedir algo, siempre tan altiva..
Sin mas coloque en la entrada de su depilado coño un bate de baseball que habia encontrado por la ciudad, y lo introduje
de golpe hasta el fondo, haciendola chillar.
-que? te gusta, cerda? te pone cachonda ver lo que es capaz de resistir dentro un coño? creo que te gustaba comprobarlo
conmigo.....
La pobre gritaba sin poder evitar que aquello la reventara por dentro, pero la insonorizacion de la camara hacia que nada
saliera al exterior.
Dejandola con el palo dentro fui hacia su cara, donde comence a abofetearla sin parar, sentada sobre sus pechos, mientras
repetia una y otra vez que esto era por mi familia.
Su amiga comenzo a chillarme, diciendome que parara, que la iba a matar si seguia asi.
-no te preocupes, le dije levantandome y acercandome a ella, claro que la matare, a ella y a ti, pero todo a su debido
tiempo.
Sin dejar que esta reaccionara le di una patada en el estomago con todas mis fuerzas que la dejo retorciendose.
Me diriji de nuevo a la bolsa que habia traido, y de alli extraje unas cuantas agujas de coser ganchillo, al verlas
mis antiguas torturadoras temblaron de miedo, no era para menos, ya podian imaginarse mis intenciones con ellas.
- a ver, ama, dije acercandome a ella y agarrando uno de sus pechos, que te parece que te haga un piercing a lo vivo,
como tu le hacias a tus perritos?
-por favor, noooo, dijo ella, mientras yo aproximaba la punta afilada de la aguja a su pezon y comenzaba a apretar.
En ese momento ella se meo encima, mientras un chillido salia de su garganta. Tras ese pezon continue metiendo agujas
por su cuerpo, mientras sus gritos cada vez eran menos sonoros, en su otro pezon, en su nariz, en su coño tras extraer
el bate de baseball, traspasando con tres agujas sus labios de lado a lado, dejando su coño cerrado.
Su amiga ya no decia nada, miraba sin creerse lo que les estaba pasando, sabiendo que cuando acabara con mi ex ama
comenzaria con ella.
Cuando esta cayo desmayada me dirigi a la otra, a la antigua dueña de mi hermano, la que ordeno castrarle y acabo con su
vida. Con ella tenia unos planes diferentes.
acercandome con un trapo empapado con cloroformo que habia encontrado en una farmacia abandonada la deje dormida, y
durante un rato me dedique a desnudarla, comprobando que si, se habia cagado la muy asquerosa, y a dejarla tumbada en la
mesa de la sala, boca arriba tambien, con las manos y piernas atadas a las patas y muy tirantes, y con varias cintas
haciendo que su cuerpo y su cabeza quedaran inmoviles. La verdad, tenia un cuerpo perfecto, la cerda. Me sente a fumarme
un cigarrillo americano tambien recibido del ejercito mientras miraba a las dos ex amas, sabiendo que aunque la venganza
no conseguiria que me devolvieran a mi familia, iba a hacer que se arrepintieran de todo lo que habian hecho.
Cuando la amiga desperto, yo estaba frente a su cara, mirandola fijamente.
-Bien, perra, recuerdas a mi hermano, no? como le castraste y mataste? entiendes que debo vengarle?
-por favor, hare lo que sea, te pido perdon, sere tu esclava, pero no me mates, me decia entre intentos vanos de liberarse.
-calla, no lo estropees, le dije mientras metia sus bragas aun con mierda en ellas en la boca y la encintaba.
Fui a la bolsa, y volvi con una cuchilla de afeitar enganchada en un trozo de metal para poder cogerla bien fuerte, me
acerque a sus pies, y mientras la miraba a la cara comence a rajar entre sus agitada respiracion la planta de sus pies.
- vaya, dije, para algo que tenias blanco, voy a dejartelo destrozado, veras como luego caminas muy bien con esos zapatos
de tacon que tanto te gustaba clavar a tus esclavos en el estomago.
Deje sus plantas de los pies en carne viva, toda la piel fuera, pequeños hilos de sangre corrian por las patas de la mesa
hacia el suelo.
Tras eso me diriji a sus perfectos pechos, redondos, duros, firmes, clavando la cuchilla extraje sus dos pezones con aureola
completa, mas sangre por la mesa, mas chillidos ahogados en las bragas llenas de mierda.
-no grites, por favor, imaginate que es solamente un retoque estetico, como los que tu hacias a tus animales, no?
Despues, le toco el turno a sus orejas, tambien arrancadas, y a su nariz, la verdad es que porque no habian camaras de
fotos, si no habria hecho una para poder decir que sabia cual era el ser mas feo del mundo.
La muy guarra aguantaba aun con vida, asi que me dedique a cortar su clitoris y sus labios del coño, poco a poco, como
si fuera jamon, dejandolos en un plato entre sus piernas.
mi mano entraba en su coño ensangrentado facilmente, la sangre aun lo hacia mas sencillo, y a continuacion se me ocurrio
unir coño y ano.
-veras que pedazo de agujero te dejo, le dije, no te vas a enterar ni cuando te la meta un caballo, comente mientras sonreia
y veia sus ojos casi salirse de las cuencas al notar la cuchilla dentro de su coño rajandola.
Estaba ya muy palida, por fin pareceras blanca, le dije, sudaba todo su cuerpo, aproveche su falta de energia para
extraer las bragas de su boca y meterlas en su recien estrenado nuevo agujero enorme, y me acerque a su cara.
-Bien, monstruo, tienes algo que decirme? voy a acabar con tu patetica existencia
No pudo decir nada, solamente sonidos incomprensibles que salian de su delirio.
-Ahora apagare la luz, le dije, y te quedaras aqui, muriendote, cerda, tras lo cual con la cuchilla raje sus ojos de lado
a lado, ya no decia nada, pero su pecho seguia respirando, asi que si era tan fuerte como parecia duraria un buen rato.
Tras esto comprobe que mi exama , en el suelo, con las agujas perforando su cuerpo, seguia inconsciente. Me situe sobre su
cabeza y orine, dejando que la empapara bien mi meada.
Desperto, y como no podia ver a su amiga sobre la mesa, continuo pidiendo clemencia, sin saber que camino seguiria su vida.
-Bien, cerda, tu amiga ya no esta entre nosotros, asi que tu eres mi proxima victima, tengo algo de comida preparada para
ti, para que veas que no voy a dejar morir de hambre.
Le acerque el plato con los trozos de coño de su amiga, al verlos hizo ademan de no comer, pero enseguida, cuando vio
que un cuchillo se acercaba a su garganta, trago todo, obligandola a masticarlo, sin saber lo que era.
-Bien, guarra, ahora me ire a casa un rato, asi que te quedas aqui, ya has comido y estas tumbada, no podras tener queja.
Sali del refugio en direccion a la ciudad, con un objetivo claro. Ya sabia que destino iba a darle a mi antigua torturadora.
Despues de horas buscando, encontre lo que queria. En uno de los hospitales de campaña montados por la ciudad para
ayudar a los antiguos esclavos blancos atendia un chico, joven, sobre los treinta y cinco, me acerque a el y estuvimos un
rato hablando, su familia tambien habia sido masacrada, como la mia, y solamente le quedaba intentar superarlo ayudando
a los demas.
Le explique mi plan, en un principio me trato de loca, pero tras insistirle y darle motivos por los que hacerlo, acepto, no
sin antes decirme que eso me costaria una cena con el. Con un par de sonrisas por mi parte acordamos vernos a la mañana
siguiente en mi piso, adonde llego con una mochila grande, salimos hacia el refugio, la verdad aquella zona era fantasmal,
desde la lucha todo estaba quemado y derruido, y salvo yo que iba a rezar, por alli no se acercaba nadie.
Al entrar en el refugio lo primero que pudimos sentir fue el pestazo que echaba el cuerpo de la amiga negra de mi ama, ya
habia muerto y el olor a sangre y excrementos invadia toda la habitacion. La otra seguia en el suelo, tumbada y atada de
pies y manos, sin darse cuenta de que a pocos metros estaba su compañera muerta.
-uffff, pero que has hecho, me dijo Roberto, mi nuevo amigo medico.
-ella castro y mato a mi hermano, no he hecho mas que lo que debia.
-Bien, esta es la victima de tu locura? dijo mirando a mi ama.
-Aqui la tienes, si. que necesitas?
-no, nada, yo me encargo de todo, tu si puedes saca a aquella de la mesa, la necesitaremos.
Mientras yo sacaba el trozo de carne en que se habia convertido aquella chica de la mesa, el anestesiaba a la del suelo.
-No te preocupes, le dijo, no moriras.
La colocamos en la mesa una vez dormida y me hizo salir de la sala, mientras el se ocupaba de mi encargo.
Al rato salio al aire libre, a respirar, a fumarse un cigarro conmigo y a decirme que lo habia dejado todo acabado,
que los calmantes, el suero y todo estaba colocado y que podiamos irnos.
Me hizo prometer que yo no me acercaria en tres semanas por el refugio, el vendria cada dia y se encargaria de todo, para
que cuando yo regresara todo estuviera como habia pedido.
En esas tres semanas acabo el viviendo en mi piso, y consiguio enamorarme, era un buen chico, y sabia como tratarme, ya
que despues de tantos años de humillaciones, torturas y violaciones, yo no era capaz de concebir el sexo como algo normal,
necesitaba un poco de dureza, un trato algo violento, palabras desagradables, y todo eso el me lo daba.
Al cabo de esos veinte dias me dijo que la siguiente noche vendria a casa con la sorpresa, que esperase un poco mas y veria
lo satisfecha que estaria de el.
Asi fue, al dia siguiente, sobre las ocho de la tarde, mientras yo en casa descansaba en el sofa, se abrio la puerta.
Entro Roberto, con su gran mochila, y la dejo sobre la mesa.
Me miro, no seas impaciente, dijo, mientras abria la mochila.De dentro saco a mi ex ama, todo estaba como yo queria.
Habia amputado sus brazos a la altura de los hombros y sus piernas en las ingles. Asi, solamente era un tronco, con coño,
ano, tetas, y la cabeza sobre el cuello, aunque tambien habia amputado sus cuerdas vocales, no podia emitir sonido alguno.
Sus dientes tambien habian sido extraidos, para evitar mordiscos, pero el resto de su cuerpo, sus pechos, redondos,
preciosos, su coño, rasurado y brillante, su ano, tambien en perfecto estado y su cara, incluso la habia traido maquillada,
no hacian pensar en que su cuerpo habia sido cercenado de esa forma.
-Te presento a tu nueva almohada, me dijo riendo.
En ese momento no se me ocurrio otra cosa que tirarme sobre el y besarlo de una manera obsesiva, alli mismo le quite la ropa,
lo tumbe en el suelo y, tras colocar a mi nueva almohada bajo su cabeza a la altura del ombligo, follarmelo yo misma,
cabalgando sobre su polla mientras no dejaba de mirar la cara asustada de mi cojin, una almohada, negra, suave, calentita,
que el resto de su vida iba a acompañarme.
PD. Hace ya diez años que la vida ha vuelto a la normalidad. Roberto y yo nos casamos, no tenemos hijos, no creo estar
preparada y prefiero vivir la vida sin pensar en nada mas. La ciudad y el pais, todo el continente, el mundo, vuelven a
estar en su sitio. Durante el dia trabajo en un bufette de abogados, he acabado la carrera, y mi marido trabaja en una
clinica privada, asi que economicamente no tenemos necesidades. Cada noche, al llegar a casa, cenamos, en la cocina, mientras
comentamos el dia que ha pasado cada uno, y despues nos dirigimos al sofa, tumbados los dos viendo la tele, no sin antes yo
ir al armarito del recibidor a coger mi almohada, sin ella no se descansar. Tengo que decir que he conseguido que se mantenga
en muy buena forma, esta preciosa, la lavo, la aseo, huele bien, me he encargado poco a poco de hacerle la depilacion laser
en todo el cuerpo, cejas y cabeza incluidas, le doy de comer sus papillitas para que no tenga problemas por la falta de
dientes y unto crema en su cuerpo para que siga suave y tersa.
En invierno, la sensacion de ponerla a mi lado y meter mi mano en su coño mientras mi marido me abraza no tiene comparacion.
Hasta mi marido disfruta a veces introduciendo su pene en ese culito duro negro que tiene mi almohada. La pobre no puede
disfrutarlo, claro, la ablacion de clitoris se lo impide, pero bien, supongo que en sus años disfruto todo lo que tuvo que
disfrutar.
Cuando vamos a la cama, me tumbo sobre ella, y mientras mi marido me folla la agarra por sus pezones, verla como intenta
arquear la espalda es increible, hasta que va a correrse Roberto y lo hace en su boca, creemos que a ella le encanta.
Solo espero que dure mucho, mi almohada, que nos hagamos viejecitas juntas y pueda ver como mi vida ha sido larga y feliz
junto a mi marido, mientras ella es eso....una almohada en un armario del recibidor, para cuando me apetezca hacerla servir.