Familia esclava
El nuevo trabajo de mi mujer va a provocar cambios en nuestra familia ...
Mi esposa había empezado a trabajar en esa empresa desde hacía un par de meses, su trabajo es de secretaria del gerente y propietario de la misma. Noté que cambió su manera de vestir al poco de empezar a trabajar… Consiguió el empleo gracias a un ex novio suyo que conocía al dueño.
Empezó a ir a trabajar súper elegante y sexy: falda corta o pantalones ceñidos, medias, tacones de10 cm, blusas escotadas y sugerentes… también se maquillaba, cosa que antes no hacía…
Pasamos de hacer el amor de dos a tres veces por semana a no hacerlo nunca, siempre estaba cansada, nunca tenía ganas de hacerlo, lo máximo que conseguía era que me masturbara, y sin demasiado entusiasmo que digamos ! Yo le preguntaba que le pasaba pero siempre me daba excusas y no quería explicarme nada. Hasta que una noche a la hora de dormir se vistió muy sexy (tacones, medias hasta medio muslo y maquillada como una puta), se estiró en la cama, se abrió de piernas y me dijo: “lame, cabrón !!” (A mí siempre me había puesto mucho el rol de cornudo cabrón y muchas veces fantaseábamos con el tema …) ; ella acababa de llegar a casa hacía unos minutos, yo ya me había encargado de acostar a los niños hacía un buen rato …
Con lo caliente que iba, me puse como loco a lamer el coño de mi mujer, lo llevaba depilado prácticamente del todo (no se lo había visto nunca tan depilado !), metí la lengua dentro y empecé a comérselo, estaba súper húmeda y mojada, como nunca, me apretaba la cabeza contra su coño con las dos manos y me decía : “¿notas algo diferente, cornudo?”, yo notaba que estaba mojada como nunca, tenía la boca llena de sus fluidos … me estiró un poco del pelo para apartarme un segundo de su coño y vi que lo había estado chupando era semen ¡!! Estaba llena de leche ¡! Dentro del coño, en el pubis, regueros de semen le caían piernas abajo… “¿Lo has visto bien, cornudo?, parece que te gusta … “ y se reía … había notado un sabor extraño pero no le había dado importancia, con lo caliente que estaba como para tener remilgos … volvió a apretarme contra su coño y seguí lamiendo, ahora incluso con más ganas.
Me sentía como un cornudo pero tenía la polla más dura que nunca … llevaba más de 10 minutos lamiendo, sorbiendo y comiéndome toda la leche que tenía mi mujer en el coño, que era muchísima … cuando notó que lo tenía bien limpio me volvió a estirar del pelo y me hizo subir a la altura de su cara, me sacó la lengua, súper sexy y me besó … noté el mismo sabor de todo lo que me había comido en su boca. Me puse encima de ella para metérsela, no podía aguantar más pero ella no me dejó : “¿Quién te ha dado permiso para follarme?, estírate a mi lado que voy a hacerte una paja, hoy has tenido suerte “ Me puse a su lado en la cama, obediente, y empezó a masturbarme suavemente … yo le dije: “cuéntamelo todo, va !”, ella siguió masturbándome poco a poco, sabía que estaba muy a punto, y me explicó que la leche que acababa de comerme era la de su jefe, que desde el primer día de su nuevo trabajo se la follaba siempre que quería … Su ex novio la recomendó a Antonio, su jefe, porque eran muy amigos, conocía sus gustos y conocía a mi esposa, en la entrevista durante la cual Fernando, su ex, la presentó se la follaron entre los dos en el despacho !
Yo estaba alucinando con todo lo que me contaba … se ve que desde que lo había dejado con Fernando había estado follando con él a mis espaldas “A ti te quiero como marido y padre de mis hijos pero necesitaba seguir follando con él, me ha tratado siempre como una puta y me encanta .. Cuando me quedé sin trabajo se lo comenté y me buscó el trabajo este de secretaria y puta con Antonio, su amigo, que me folla todavía mejor que él, la tiene más gorda y es muchísimo más morboso. Y encima me paga estupendamente … “ me dijo mientras me daba su lengua para que la chupara. En ese momento me apretó la polla y me masturbó más rápido, consiguiendo que me corriera como un cerdo ¡! Sonriendo me decía: “veo que te encanta ser un cornudo, cariño. Toma, cómete tu leche, cabrón”, me metió los dedos llenos de mi propia corrida en la boca y lamí hasta que los tuvo bien limpios … “Antonio se corre mucho más que tu, amor mío, ahora déjame tranquilita que estoy agotada “, y se dio la vuelta quedándose dormida prácticamente al instante. Yo, todavía con una erección considerable, me dormí también al poco rato …