Familia caliente

Es mejor que lo lean, cualquier palabra es poco para lo que van a leer...

Esta historia es real, y le puede suceder a cualquiera...que bueno que me sucedió a mi...y es 100 real...

Hacia ya seis meses que salía con Alexia y habíamos congeniado a la perfección, tanto intelectual como sexualmente. Ella vivía no muy lejos de casa, nunca antes habíamos conversado, pero nos conocíamos de vista. Al ser un pueblo no muy grande la mayoría de la gente se conoce, por tener lugares comunes donde ir a comprar alimentos o pagar impuestos, etc.

Alexia vivía con su madre que estaba separada desde hacia dos años, y su padre vivía en el sur haciendo su vida y raras veces se comunicaba con su ex familia.

Josefa así se llamaba la madre de mi novia, era una mujer espléndida de cuarenta y pico de años, los cuales no habían mellado sus encantos, es mas le habían dado la belleza y sensualidad que ninguna jovencita por más linda que fuera podría imitar, algo etéreo que se forja con los años y que algunas mujeres lo saben obtener de la vida. Y ella era fiel muestra de mis palabras.

Al hacernos más íntimos, yo entraba en su casa como en la mía. Y muchas veces hicimos el amor en el cuarto de Alexia cuando la madre estaba en el trabajo. No puedo precisar el momento exacto de mi fascinación por la madre de Alexia, pero mis ratones, dieron rienda suelta a mis fantasías. Sin desatender mi papel de novio, mi atención se iba centrando en Josefa.

Una de mis primeras experiencias en ese campo fue, un detalle que anteriormente no había reparado. Ella siempre dejaba los calzones en el baño, después de bañarse al regresar del trabajo. Mi novia y yo siempre la esperábamos con un mate y veíamos televisión en el comedor, comentando las cosas que nos habían sucedido ese día. Cuando ella tomaba asiento en la sala, yo me dirigía al baño, mientras Alexia conversaba con su mamá. Ya antes de entrar estaba excitado, y después sentado en el inodoro tomaba su calzoncito en mi mano, rodeaba mi verga con ella, que ya estaba super caliente y comenzaba a pajearme lentamente cerrando los ojos, tratando de que esos minutos sean los más largos y sentidos, pensaba en que esa tela que se estaba mojando con mis jugos, había estado cubriendo su conchita, y como ya dije, pensaba que con sus cuarenta años estaba de lo más deseable y por ser separada seguramente de lo mas caliente y deseosa, lo cual me propuse descubrir.

Ya no solo me pajeaba con sus calzones, sino que seguía todos sus movimientos, revisaba los cajones en los cuales guardaba su ropa interior, y oliéndolas me la imaginaba y terminaba acabando sobre sus prendas. Llegue a saber que color de calzones llevaba en cualquier momento del día. Cuando cenábamos, si llevaba una pollera corta siempre se me caía algo debajo de la mesa, por que me fascinaban sus prendas pero más me gustaban vérselas puestas. No desperdiciaba un instante con tal de mírale sus calzones, llegando a ver como cubrían su intimidad y ese agujerito que se le formaba entre sus labios vaginales, o alguno de sus vellos pubicos.

Con el tiempo me di cuenta que ella sospechaba de mi conducta y descubrí que estaba muy lejos de su disgusto o desagrado, llegándome incluso a alentarme en ese juego. Me di cuenta de su cambio hacia mí por que me resultaba mucho más fácil encontrar sus prendas y lo confirmo el día que al salir del baño nos cruzamos en la puerta y me dijo:

-Parece que hoy tenemos prisa, por entrar no?

Con una sonrisa tentadora y llena de picardía. Y sonreí rojo de vergüenza.

-Entra, yo a tu edad también estaba siempre apurada...

Cuando entre había dejado su calzoncito recién usada, como regalo sobre la tapa del inodoro, me la acerque a la nariz para oler el flujo de su entrepierna, en parte seco y algo húmedo, envolví mi verga con ella y

Me pajee sin importarme si quedaba llena de leche. En ese instante

Llamo a la puerta Josefa y me apresure a abrirle.

-Vine a buscar mi calzoncito. No la viste?

-Sí, pero se me acaba de caer en el suelo y esta mojada.

-No importa, la tengo que lavar.

Y al verla se dio cuenta de que estaba blanca y llena de leche, entonces agrego mirándome. Juan Pablo yo no me imaginaba que...

-Mamá, ya comenzó tu programa ...

Por suerte interrumpió ese momento, Alexia, desde el comedor.

-Ya voy mi amor. Y sosteniendo la prenda dijo.

-Bueno... de esto vamos hablar otro día, no te preocupes, ahora vamos al comedor.

Al terminar la serie, todo fue normal, mi novia y yo seguimos charlando y mi suegra se dispuso a realizar la cena. Como a lo quince minutos fui hasta la cocina y le pregunte si necesitaba ayuda, pero lo que yo realmente quería era saber como había quedado la situación y adivinar cual iba a ser su proceder.

-la puedo ayudar?

-No la salsa es fácil de hacer...

O mejor si, cuídamela mientras me cambio, revuelve de vez en cuando para que no se pegue abajo.

-nena!!. Llamo la atención de su hija que esta, en la otra habitación.

-Sí ma...!

-Por que no vas a comprar pan?, No pongas esa cara, si es acá nomás.

-Esta bien ya vuelvo.

No habían pasado tres minutos cuando ella regresa de la habitación, cuando la vi tuve que aguantar la respiración y tratar de no parecer un tarado, la situación era normal, pero mi cabeza funcionaba a mil.

Ella se puso una pollerita no muy corta pero con vuelo, que la hacia muy sugerente. Cuando prendió el horno, con el trasluz que provoco la bombilla pude seguir al detalle sus piernas y entrever su calzoncito rosada de algodón. Creo que ese día comenzamos a jugar un mismo juego.

Su carácter no cambio mucho, solo como para que me diera cuenta yo, lo cual me excitaba mucho más.

En la mesa hablábamos y discutíamos algún que otro programa político, pero yo en realidad estaba muy duro, me temblaban las rodillas, no sabia que hacer y a la a vez estaba ansioso por la situación.

-que té pasa Juan Pablo?

-Nada mi amor.

-Quizás no te gusta la comida.

-No para nada, al contrario, ya sabe como me gusta su cocina. Creo que es tan solo un dolor de cabeza pasajero. En realidad eso espero. - - En ese instante, se me cayo un cuchillo y no fue como otras veces ex profeso, fue de distraído.

Quede inmóvil, mientras ellas seguían hablando. - - Por un segundo Si es pasajero, con una aspirina ya esta. Si no es mal de amores.

Mamá. No digas eso que yo lo cuido muy bien.

Agachado debajo de la mesa, no pude evitar tratar de mirar sus piernas, y para mi sorpresa ella las separa un poco mientras continuaba hablando con Alexia, dejándome ver su calzoncito y el vello del pubis que la abultaba un poquito y en ese instante, que para mi duro un siglo, cruzo las piernas no sin antes abrirlas mucho mas pudiendo ver que en el centro de sus labios estaba mojada por sus flujos, dando con ello fin a su función.

Pocos minutos después pedí disculpas y me dirigí al baño y allí, pardo me la saque y comencé a pajearme, todavía no había terminado, cuando oí que tocaban a la puerta.

-Soy yo Juan Pablo, Te sientes mucho mejor ahora?

Ese ahora me pareció con un doble sentido, entonces respondí con la vos ligeramente cambiada, par que pensara realmente lo que estaba haciendo, porque en ningún momento deje de pajearme.

-Si Josefa, ahora me siento mucho mejor.

-Bárbaro! Viste que yo tenia razón. Cuando acabes... vienes a la mesa. Yo voy por el postre y una aspirina, por si todavía te hace falta.

-Bueno, gracias, ya termino.

Lo cual era verdad y de que manera: Un torrente blanco sobre los azulejos!

Estabamos en días de transición entre el otoño e invierno y los cambios de climas bruscos afectaron a Alexia ,y por ello tuvo que guardar unos días de cama, estados de fiebre la llevaron a ser medicada y a prolongar su estadía. Pero con los cuidados de su madre y mi compania la paso lo mejor que pudo. La enfermedad de Alexia nos unió mucho mas a Josefa y a mí, por que los dos nos desvivíamos por que a Alexia no le falte nada. Pasaron los días y el juego nos iba involucrando a ambos.

Por la noche no era extraño que me quedara a dormir en la sala de estar de esa manera pasaba mas tiempo con Alexia. Por ese entonces Alexia había tomado un nuevo vicio que se vino acoplar con los que ya teníamos.

Quizás la proximidad de su madre y el peligro de lo prohibido la excitaban a mas no poder. Para despedirme antes de irme a dormir poniendo un dedo cruzado en sus labios en voz baja me decía:

-Me voy a despedir de ella.

Yo me paraba a la cabecera de su cama, me baja el cierre y sacándomela se la ofrecía a su boquita abierta, para que con la lengua como a ella le gusta jugara alrededor de la cabeza de mi verga.

  • Esta atento por si mi mamá viene. Ella no sé si le va a gustar que su hijita le saque la

leche a su novio estando enfermita. ( Decía con picardía).

Yo no daba mas, - Te voy a acabar...

  • Tíramela todo en la cara mi amor, ella cerrando los ojos y abriendo la boca se disponía a esperar el chorro de leche sobre ella, tome mi verga con la mano y comenze a moverla frenéticamente, cuando siento que la puerta se había entreabierto logrando dejarme ver una silueta, pero lo que tenia entre manos ya estaba muy avanzado como para dejarlo, así que continúe ya poniéndome de costado para que nuestra espectadora tuviera una mejor visión y sin mas lance toda mi leche sobre la cara de mi novia y algunos guascazos cayeron en su pelo y sobre la almohada, mientras se podía notar que bajo las sabanas ella con una mano en su entrepierna se movía como una serpiente.

Josefa golpeo la puerta que estaba entreabierta y entro, apenas tuve tiempo de guardarla y disimulando me senté sobre la cama.

Alexia había tomado un pañuelo y pasándoselo por la cara simulo sonarse la nariz.

  • Es muy tarde chicos, que les parece si la continúan mañana y ahora nos vamos a dormir eh!.

  • Si mamá ya nos despedíamos.

-Nos encontró en plena despedida.

-Te sientes bien Alexia.

  • Si mamá.

-Te saco una manta estas acalorada

-Bueno.

Arropándola quedo contra la pared, Josefa siempre mirardome.

Al quedar de espalda Alexia, se notaron los restos de leche en su pelo y mucho mas en la almohada.

-Qué duermas bien. Que Juan Pablo sabe lo yo quiero ahora.....

Pasando un dedo por la leche y como extrañada lo miro y me miro.

-Qué vayan a descansar. Chau mi amor.

Cerramos la puerta de la habitación.

-Bueno hasta mañana Juan Pablo, como me levanto temprano me voy a dormir chau.

Con un beso nos despedimos .

La mañana siguiente desperté por los ruidos de Josefa que se preparaba para ir a trabajar. la vi cruzar el pasillo semivestida. Llevaba un conjunto blanco hermoso de seda, eran de esos calzones grandes donde la tela sigue todas las formas de una mujer y la hace mas acariciable que si estuviese desnuda. Yo también daría mi show cuando me despertase antes de irse, corrí las sabanas dejando parte de mi slip a la vista, sobre todo la parte interesante y con la verga bien parada, tanto que apenas sobresalía la cabecilla por un costado.

El momento llego, para el cual yo fingí dormir, con las sabanas enroscadas debido a un sueno ( Erótico por supuesto), la sentí llegar y detenerse sentándose a mi lado, sentía su mirada en mi slip ,estuvo un momento ahí después se levanto sin despertarme, cuando regreso yo trataba de entre abrir un ojo para ver su comportamiento. Volvió a sentarse me miraba el slip y mi cabeza asomando por el costado.

-Juan Pablo?

Yo no conteste para demostrarle que estaba profundamente dormido.

  • Juan Pablo?

Miro hacia el pasillo, y después no lo pude creer lo que vi, todavía pienso que fue un sueno. Ella llevaba una pollera con tablas bastante ancha y blanca.

-Juan Pablo? Llamo nuevamente como para asegurarse, después mojo dos dedos en su boca llenándolos de saliva, los cuales los paso, con miedo por mi cabeza, y la rozo dejando saliva en la puntilla, como lubricándola. Para ese entonces, ya sobresalía mucho más que antes, repitió ese movimiento llevándose los dedos a la boca una vez mas, después con la mano izquierda levanto su falda por sobre las rodillas y después corrió su calzoncito y metió su otra mano debajo de ella, ( yo la veía por instantes, pero pude ver su cara afiebrada) al sacarla la olió y me la volvió a pasar por mi cabeza nuevamente, con dos dedos bajo el prepucio lentamente, y sin soltarlo volvió a subirlo, mientas hacia esto, su otra mano estaba debajo de su falda y seguramente corriendo su calzoncito.

La acción de bajar y subir el prepucio se me hizo insoportable, creo que ella se dio cuenta que faltaba muy poco para ver salir la leche que ella había logrado poder sacarme, porque puso su otra mano en el momento justo para recibir los tres lechazos en su mano. Inmediatamente se levanto y salió de la sala.

Yo estaba tan caliente que me pajee nuevamente ni bien se fue acabando otra vez.

Juan Pablo... despiértate que ya me voy. ( Me grito de la cocina).

Tiempo que aproveche como sugería su llamada para que me encuentre visible.

  • Hola buen día.

  • Muy buen día.

  • Eso espero. No te olvides que los espero en el centro a la salida de la oficina para ir al cine esta noche, no me fallen. Chau!

Llegamos con tiempo al centro, lo que nos dio tiempo de pasear un poco hasta que se aproximara la hora de ir a buscar a la madre de mi querida novia.

Ya en la puerta, nos estaba esperando. Tenia puesta la misma pollera blanca tableada, caminamos unas cuadras, hasta la zona de los cines, con el sol de la tarde cayendo entre los edificios, sus rayos tenues se filtraban transparentando su falda pudiéndose ver sus piernas contorneadas y el comienzo de sus bragas blancas.

En el cine nada importante, al salir comentamos la película, mientras comíamos algo liviano. El único contratiempo fue que al llegar a la estación de tren

Ya habían cancelado dos trenes anteriores por una huelga de señaleros y la central estaba repleta de gente y en los andenes no cabria un alfiler.

Logramos ascender y estuvimos demorados media hora mas, antes de salir se corto la luz dentro del vagón y quedamos en penumbras, con tanto movimientos y empujones, quedamos cerca de una puerta que comunica con el vagón continuo. Mi novia quedo abrazada por su mamá como protegiéndola y yo que tras de ella, no había pasado ni la primera estación que me vi obligado a colocar una mano en su cintura.

  • Eres tú Juan Pablo?

-Sí, como están?

  • Bien.

-Y Alexia.

-Acá... estoy bien, apretada y con sueño. Con el amparo de la oscuridad fui, poco a poco apoyándome en la hermosa colita de la madre de Alexia me fui animando cada vez mas, a la vez que sentía que ella hacia recibo de ello sin decir una palabra. Después de la segunda estación que paramos en la cual subió mas gente, la situación me daba excusas ante

cualquier protesta, pero como no las hubo y yo estando bien excitado, al estar tan unidos que su pollera ya se hundía metiéndose entre sus nalgas. Queriéndolas sentir mas y dada su pasividad me arriesgue a comprobar si era realmente aceptación. Me baje el cierre cubierto por la gente y la oscuridad reinante y comencé a frotármela entre sus nalgas, pronunciando los vaivenes del tren, ella contrariamente a lo imaginado aproximó mas su cola dejándose deliberadamente apoyar y librándose a disfrutar con mucho disimulo, cruzando algunas palabras con su hija.

Me di cuenta de su calentura por que apoyo su mano sobre la mía que la tenia en su cintura.

  • Estas bien Juan Pablo?

  • Si Josefa no se preocupe cuídeme a la nena

Como si fuera mi hija.

Mientras intercambiábamos palabras nuestros cuerpos pujaban por estar mas cerca. Al pasar la cuarta estación, no pude mas y le fui levantando su falda hasta que parte de su ruedo quedo a la altura de mí estomago y mi verga quedo sobre su calzoncito y entre sus nalgas. Por los movimientos del tren pude pasarle mi verga por sus cachetes, quedando en ese entonces, piel con piel lo cual aumentaba su desenfreno, dejándosela pasar calladita sin una palabra, como si fuera una colegiala que es manoseada por primera vez por entre las piernas.

En la quinta estación, me la tome con mi mano y se la pase por el lado interior de sus piernas, ella sintiendo esa carne caliente, entreabrió las piernas un poco, permitiéndome llegar a su pubis y hacer presión por sobre su calzoncito blanca, eso sucedió varias veces, el tiempo para mí era interminablemente delicioso.

Pude sentir lo mojada que estaba la zona por sus flujos, al faltar una estación para bajarnos, volví a colocársela entre las nalgas y la fricción de ambos cuerpo llego a ese camino natural, que culmino con mi descarga copiosa, abundante de semen, entre su calzoncito y pollera. No pude desaprovechar la ocasión, una oportunidad como estas no se da todos los días, así que me di el lujo de limpiar y expandir mi leche con mi verga por sus nalgas y piernas y termine de limpiármela con el ruedo de su pollera antes de guardarla, sabiendo desde ya, que al llegar a su casa y sacársela llevaría a su boca los restos de leche de su falda y se haría una paja de lujo, después de esa experiencia de le hizo vivir el novio de su hija, que ni su marido en las buenas épocas, logro despojarla de toda prudencia y llevarla a tal grado de indecencia.

Al bajar del tren, nos adentramos al frío para el cual no estabamos preparados, teníamos que caminar tan solo seis cuadras pero parecieron veinte. El viento nos obligo a abrazarnos a los tres quedando yo por suerte en el medio de ambas mujeres, lo cual nos causo risas y así entre temblores y chistes se fueron pasando las cuadras, antes de llegar a casa pensaba en la leche derramaba, todavía liquida entre su pollera y su calzoncito blanca. Con este pensamiento ya la tenia parada nuevamente.

Al doblar la ultima esquina e internándonos en la calle más oscura e inevitable por ser la cuadra de la casa de Josefa, y hablando del frío y de lo bien que nos caería un café, fuí dejando su cintura bajando mi mano por el fin de su espalda para volver a sentir la falda mojada por mi leche, y animándome a bajarla mas, para poder por ultima vez,

manoseándole lentamente y descaradamente su cola pasándole bien dos dedos por la raya

de la cola llegando casi hasta el final de sus piernas, teniendo en cuenta que tanto su pollera

Era de una tela suave y su calzoncito de raso, la sensación de mi mano ante ese cuerpo fue única. Subí y baje dos o tres veces la mano y apreté con delicia sus cachetes. Ya llegaba a levantar un poco la falda por el movimiento del breve pero intenso manoseo.

  • Bueno... Bueno. (Dijo Josefa como avisándome) ya llegamos chicos. Y yo ahora les voy a preparar un buen café, después de ponerme cómoda por que estos zapatos me están matando, que les parece.

  • Bárbaro mamá yo y Juan Pablo te ayudamos.

Al entrar Josefa inmediatamente se dirigió al baño.

  • Chicos me voy a dar una ducha enseguida salgo. Pueden ir preparando las cosas en la cocina.

  • Sí mamá.

Ya en la cocina la tome a Alexia en mis brazos.

  • Dale Alexia chúpamela antes de que salga tu mamá, que llevo la leche de todo el día mi amor.

  • Humm. Debe ser mucha pobrecita le debe doler tener acumulada tanta leche, yo te la voy a sacar.

Así mi amor pajéamela bien, pásale la lengua como tú sabes, antes de que llegue tu mamá.

  • Y si llegara mi mamá y nos descubriera te gustaría.

Tal comentario me calentó tanto, que Alexia se dio cuenta y me pajeo con mas fuerza para hacerme acabar.

-Y si al verme pajearte y ver tu verga grandota y sus venas hinchadas y me ayudara a chupártela, dándole tu leche en su boca y salpicándole toda la cara.

-Dicho esto acabe en su boca un manantial de leche.

  • Hija de puta que cochinita que Eres.

  • Todo por tu leche mi amor.

Después ya en el comedor, los tres conversamos con el televisor prendido a media voz.

-Llegó carta de mi hermana.

-Sí como esta la tía.

-Bien tiene que hacer unos tramites en capital, y la invite a que pase unos días acá.

  • Y cuando viene.

-No falta mucho, ella piensa que el mes entrante.

  • Mi tía es muy buena, todos los del campo lo son o viven de otra manera.

  • Seguro no tan acelerados como los de la ciudad.

Esa noche hubo una vuelta mas de café y yo me despedí y ellas se fueron a dormir.

De regreso, el frío, la noche y mi casa. Ya en mi cama, pensaba en volver a estar en casa de mi novia. Y como tentar y dejarme tentar, en ese juego sutil que, sin dejar sentadas las

Bases, cada día estaba más candente.

Juego de fuego, de momentos intensos, arriesgados y prohibidos.....continuará....

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