Falso embarazo

En una fase de su vida, Dory cae en el hoyo de la degradación y la humillación al servir como prostituta extrema de una amante, que se convierte en su Ama, y que la coacciona y obliga hacer ‘cosas espantosas’ en contra de su voluntad.

Falso embarazo

Dory es una mujer divorciada, con 35 años, alta, rubia y elegante… Tiene a su cargo los dos hijos que tuvo con su marido.

Hace más de un año conoció a un hombre en

u

na fiesta y estuvo saliendo con él durante un tiempo, disfrutando del sexo a tope, pero de forma imprudente, fotografió y captó videos en su móvil de estos momentos tan íntimos… Y esto le costó muy caro como veremos.

Sin saber cómo todas estas imágenes cayeron en las garras de una mujer sin escrúpulos que las utilizó para chantajearla consiguiendo, con amenazas, que se entregase a ella para su disfrute e incluso obligarla a ‘prestarse’ a hombres, siempre que esta cruel y despiadada mujer quisiera.

Esta mujer se convertiría en su Ama y Dory conoció el sadismo que ejercía sobre ella y se sometió al uso implacable de los caprichos que le imponía… Y ella lo aceptaba bajo amenaza de que mostraría todo a su hija mayor, que ahora tiene 12 años, y al resto de su familia, amigos y vecinos.

Ahora son las 7,30 h de la mañana de un viernes en su apartamento… Hay revuelo familiar porque su hija quiere quedarse hasta el sábado porque no le apetece ir con su padre… Y su hijo juega al fútbol y tampoco le apetece coger y prepararse la bolsa para ir también con su padre.

Mientras prepara los almuerzos de sus hijos y pone orden, confecciona la lista de artículos que tendrá que comprar durante la hora de descanso de su trabajo.

El teléfono suena y Dory lo coge.

Aquí es donde empezaremos a contar su historia.

  • "¿Dory?... Prepárate para estar aquí a las seis de la tarde y cancela todo lo que tengas que hacer hasta

el d

omingo por la tarde."

-

"Cómo..."

-

"Ya lo has oído… No lo voy a volver a repetir… ¿Guardas algún vestido de cuando estabas embarazada?"

-

"¿Embarazada?"

-

"Sí, trae uno de ellos en una bolsa… ¡Ah!, y también un sostén para amamantar si todavía tiene alguno... Si no, te lo compras.”

  • "Señora... Yo…"

-

"Hasta luego, Dory"… Y cortó la comunicación.

El corazón de Dory se puso acelerado… Ahora todo había cambiado… Y los tres ya tenían cada uno organizado

su fin de semana.

Para Dory, la

mañana transcurrió aturdida y, a la hora del almuerzo, en lugar de ir de las compras anotadas, se fue a una tienda de ropa de maternidad para comprar un sostén de amamantar.

La dependienta la miró y le sugirió que comprara uno de varias tallas más grande porque las mamas tienden a hincharse y siempre es mejor estar cómoda.

  • “¿Va a ser para ti, querida?... Felicidades”, le dijo.

Una vez en su trabajo, llamó a su amigo para decirle que no le era posible estar juntos este fin de semana… Y tampoco podía prometerle los

próximos fines de semana… Él quedó decepcionado ya que esto sucedía con demasiada frecuencia… Y durante la

semana hay niños a los que atender y tareas para hacer, además de enfermería, por

cualquier herida que ella recibía de los clientes que atendía o incluso de su Ama.

En un abrir y cerrar de ojos, ya eran las seis de la tarde y se encontró esperando en la calle fuera de su casa, con una bolsa de plástico en una mano, con un abrigo abotonado hasta el cuello porque iba desnuda debajo y un par de zapatos de tacón alto.

Un coche apenas

se detuvo y ella abrió la puerta y se metía en la parte de atrás…

El conductor nunca le dice nada… Ella se sentó en el amplio asiento de cuero, con la bolsa agarrada a ella mientras el coche se dirigía a la casa de Madame, su Ama.

Su boca estaba seca… Tenía como siempre, miedo… Se vio a sí misma en el espejo del conductor… Se notaba pálida.

Entró en la casa, se quitó rápidamente el abrigo, ayudada por la doncella de

u

niforme negro, y caminó desnuda hasta el salón, con la bolsa todavía en la mano.

Su Ama

l

a vio cruzar el salón hasta llegar a ella… Se fijo en ella cuando la tuvo delante… Dory todavía conservaba una figura bastante agradable y unos bonitos pechos

a pesar del uso que se les estaba dando... Su coño estaba afeitado y limpio… Sus piernas, muy bonitas, son su mejor rasgo… Es rubia retocada con el pelo cayendo hasta los hombros… Era, en la actualidad, lo mejor de su establo.

Dory cayó arrodillada a los pies de su Ama y

l

evantó la vista hacia ella, con la expresión de un animal asustado en sus ojos.

Su Ama alargó una mano y le acarició el hombro, bajando luego para palparle el pecho y se detiene gran parte del tiempo en sus pezones…

La dieta que le ha impuesto ha mejorado

su figura… Su cintura es muy estrecha y sus caderas se abren agradablemente,

apoyando su culo ligeramente caído detrás de ella, lo que a pesar de la

cantidad de abusos a los que se le somete por los castigos que recibe en esa zona, todavía se ve bastante suave y con buen color melocotón.

  • "Sabes que me gusta decirte de antemano lo qué sucederá, ¿no es así?...

Te hace mucho más flexible", le dijo a modo de cruel capricho.

-

"Si señora."

-

"Esta noche voy a dejarte embarazada."

-

"¿Cómo?... Pero... Se necesita..."

Madame se rio ante la confusión de Dory y le aclaró:

  • "No realmente embarazada, tonta… La Dra. Irina

te hará lucir cómo si estuvieses embarazada de seis meses."

Ante la mención de la doctora Irina, Dory se estremeció... Ella la consideraba como una mujer

un tanto

loca y es que

e

n alguna parte oscura de su vida había sido torturada en un campo de prisioneras dirigido por mujeres y se convirtió en una más de las torturadoras.

Irina cura muy bien las heridas de Dory cada vez que esta vuelve

maltratada, pero también tortura a Dory para diversión de su Ama o cualquier otra persona que ella decida…

Irina

es una mujer grande, mayor que Madame o Dory… Su cara

tiene manchas y sus brazos son fuertes y las piernas, musculosas.

Irina entró tranquilamente en la habitación y le dijo mirándola:

  • "Sí, Dory... Te puedo hacer que se te vea muy embarazada

,

incluso de gemelos, si Madame así lo decide."

Los ojos de Madame brillaron y le dijo:

  • "Cuando termines, enséñamela antes de que la vistas… El cliente de esta noche es un

hombre… Un tipo de persona, romántica y agradable... Sin embargo, a pedido una mujer embarazada… Así que,

Irina, tienes menos de tres horas para que cumplamos su gusto.

Dirigiéndose a Dory, su Ama le dijo:

  • “¿Trajiste tu vestido?... Enséñamelo."

Dory sacó su vestido de embarazada de la bolsa con manos temblorosas... Ella

r

ecordaba aquellos años dorados cuando solía usarlo… Le viene

por

sus rodillas y la parte superior esta preparada para desabotonarse para la lactancia materna.

  • "También compré un sostén para amamantar, como usted me ordenó, señora", le dijo Dory.

-

"Es una pena que no tengas los viejos."

-

"Sí, señora"… Dory acacho la cabeza y se tensó por el castigo que en breve iba a sufrir… Los pechos le temblaban y los brazos los tenía apretados con fuerza contra sus costados… Ella

l

evantó la cabeza tímidamente mientras escuchaba lo que su Ama le decía:

-

"Ganso tonto... Ve con Irina al sótano... Te vestiremos aquí."

Dory se levantó… El corazón le latía, e Irina le ofreció una mano.

  • "Vamos, Dory... Voy hacer un buen trabajo con tu cuerpo para que madame quede satisfecha."

‘Que cuerpo tan escultural… ninguna de mis perras la iguala”, pensó Madame mientras observaba a Dory alejarse.

Cuando llegaron al sótano, Dory se fijó en la mesa de operaciones, de acero duro y frío… Ella sabía que no debía

protestar… En breve, sus brazos estuvieron atados a sus costados, un cinturón sobre la frente le sujetaba la cabeza, otro cinturón se lo colocó justo por

debajo de sus senos, otro sobre sus costillas y sus piernas fueron levantadas e

inclinada en la posición obstétrica clásica y sólo atada con fuerza las rodillas

y los tobillos… Su coño, por supuesto, quedó bien abierto.

Ella se estremeció, tanto por

m

iedo como por el frío y sintió que el fresco sobre su coño abierto.

  • "Puedes gritar y suplicar, Dory, querida… Ya sabes que me gusta la forma en que suplicas."

Dory trató de seguirla con los ojos mientras Irina se ponía una bata blanca, moviéndose alrededor de la sala de operaciones... Luces brillantes se encendieron sobre ella... Allí estaba el sonido del metal sobre el metal, el silbido de una llama Bunsen, los olores clínicos agudos.

Irina miró a Dory, sonriendo, y le explicó lo que le iba hacer.

  • "En primer lugar, voy a aumentar el tamaño de tus pechos inyectándolos con una mezcla de solución salina y glicerina... Tu cuerpo lo absorberá en aproximadamente una semana, aunque

esta vez te voy a poner mucho por lo que tardará más tiempo en absorberse... Te verás extremadamente mamelluda."

Dory se esforzó por no gritar al pensar en la desfiguración que iba a sufrir su cuerpo…

Ella se quedó sin aliento al ver la gran jeringa hipodérmica que Irina llevaba y que le mostraba para que la viese bien vista.

  • "Irina... eso es..."

-

"Sólo una, querida Dory... Cada pecho recibirá cinco pinchazos y luego, más tarde, te pincharé dos veces más", le dijo sonriendo.

Dory gimió al sentir la aguja deslizarse en la parte superior de su

pecho y la frialdad de la aguja... Luego sintió frialdad por todo su pecho conforme

e

l líquido era inyectado.

  • "Ahora otra, abajo", le dijo Irina.

  • “Aaaagh”, gritó Dory cuando Irina le clavo la aguja en la parte de abajo de su pecho

.

Para cuando Irina inyectó

la quinta dosis dentro de su pezón, Dory sintió que su seno derecho ya estaba cerca

de estallar.

  • "Irina... Ya no más, por favor", jadeó Dory.

-

"Estamos a mitad de trabajo, querida... Le daré tiempo a que se asiente mientras me ocupo del otro pecho"… Y Irina repitió el mismo proceso sobre su pecho izquierdo.

-

"Ya se ven un poco rojos y tensos, Dory... ¿Quieres verlos?"

  • "Nnn... noo, por favor, no, gracias Irina!", contestó intentando mover la cabeza.

-

"Creo que lo debes ver"… Y le puso ante ella un espejo plano con una luz.

Dory se quedó sin aliento cuando vio a los dos

grandes montículos rojos en los que se habían convertido sus pechos… Sus pezones sobresalían exageradamente.

  • "Déjame pensar un poco sobre cómo te voy a dar un bebé… Mientras tanto dejaremos que tus pechos se ajusten

un poco a su nuevo tamaño."

  • "¿Qué vas a hacer?" preguntó Dory, débilmente, consciente de que aún faltaba mucho pues tenia las

p

iernas bien abiertas y espejo por encima de ella para que viera todo con detalle.

Como respuesta, Irina agitó una gran cosa roja con forma de vejiga delante de su cara.

  • "Voy a meterte

esto en tu útero, querida Dory, y llenarlo luego de glicerina... No es

tan pesado como un bebé, pero será considerablemente más grande... Para ello, en primer lugar, tendré que

abrirte mucho tu vagina", le dijo Irina.

Dory estaba acostumbrada a los calibradores que le abrían los labios de su vagina porque Irina se lo había hecho muchas veces para torturarla, según le ordenaba Madame, que presenciaba cómo se lo hacía y lo mucho que sufría.

Sin prisas, los calibradores iban abriéndose y fue aumentando la presión inexorablemente hasta que Dory sintió que estaba siendo

desgarrada por dentro y comenzó a gritar.

  • "¡Me estás desgarrando!", gritaba Dory.

  • "Esto es bueno para ti, Dory… Si el cliente tiene una polla de caballo, no sentirás desgarro alguno porque ya te he dilatado una barbaridad", le decía mientras abría a Dory cada vez más y más.

-

"Y no digas tonterías, Dory, porque con la dilatación que tienes ahora de tu coño, apenas puedo meter una mano, y mucho menos dos, que es lo que necesito meter... Así que calla y aguanta si no quieres que sea tu hija quien ocupe tu lugar.”

Dory de repente sintió una punzada de miedo y le preguntó:

  • "Mmm... mmy hija?"

-

"Oh, no te preocupes, querida Dory... Mi negocio es contigo, aunque por lo que Madame

dijo..."

Dory rezó que esto fuera una mentira de Irina para hacerla sufrir... De momento, sintió la mano de Irina entrar en su vagina.

  • "Así… Bien abierto el coño… Como me gusta que lo tengas para trabajar a gusto… Te he metido la mano dentro de tu coño y no sentiste nada, ¿ves?... Ahora voy a meterte este balón

p

or tu cuello uterino hasta el útero... Y esto siempre es un poco doloroso."

La boca de Dory se abrió en un grito sin sonido cuando sintió que Irina comenzaba a presionar su cérvix… Su cara era todo un poema expresando muchísimo dolor… Cada movimiento era una agonía impactante... Ella se tensó contra

las correas que la mantenían firmemente atada… Sus músculos estaban contraídos y apretados… Dory sintió que algo estaba siendo introducido de forma forzada

en su útero y su cuerpo se resistía a que se lo metiera pero no pudo evitarlo.

  • "Bien… Ya está… Ahora ya tienes metido el balón dentro de tu útero… Y lo sientes, seguro… Te resulta un poco extraño, lo sé… En un minuto, comenzarás a tener un dolor muy

agonizante… No te aguantes y grita hasta quedarte afónica si es preciso”, le dijo Irina.

-

"Por favor, doctora Irina... Por favor no me hagas más daño”

-

"Es preciso… Tú se fuerte y lujuriosa como siempre lo eres... Tienes un grito especial cuando estás a punto de perder la conciencia por el dolor que te causa y que me gusta mucho escucharlo."

Dory notaba algo que se movía en el interior de su coño… Era un tubo que estaba conectado por un lado a una bomba y por otro a la vejiga metida en su útero…

La bomba se puso en marcha y Dory sintió que

su vientre comenzaba a crecer y sus caderas crujieron.

Irina tenía razón… Podía gritar todo lo que quería… Y lo hizo, intentando

transmitir algo de piedad a Irina... Luego, con ojos r

ojos,

llenos de lágrimas y bañada en sudor, se desmayó.

Pero no fue sólo na vez sino varias las veces que se desmayó durante la operación, e Irina cuidadosamente y

metódicamente la reanimó de nuevo cada vez.

  • "¿Por qué?" murmuró Dory, débilmente, mientras temblaba intentando soportar el terrible dolor dentro de su barriga y sus pechos.

-

"El sufrimiento es bueno para ti, Dory… Lo aceptas muy bien".

En un momento dado, Irina dejó de inflar su útero y reanudó el trabajo en los pechos ya bastante torturados de Dory, quien de nuevo

sintió que las agujas se metían profundamente dentro y el líquido seguía entrando por lo que sus pechos le dolían terriblemente al presionar su caja torácica.

  • "Nunca le he

h

echo a una mujer unos pechos tan grande como estos tuyos, querida… Se te ven enormes… Un poco más y tus pechos tendrían el tamaño de melones, pero no me atrevo a dilatarlos más no sea que te reviente la piel”, le susurro Irina.

Dory gimió, muy asustada.

Finalmente, infló su útero a satisfacción suya y dejó su abdomen muy dilatado también.

  • "Sólo me queda atar el tubo al final para evitar que el líquido que te he metido, se salga, querida... Espero que cuando te folle esta noche y mañana tu cliente, con su enorme polla, no empuje este tubo adentro de tu cuello uterino porque entonces tendré que dilatarte más para poder

para recuperarlo para sacarte el líquido... Ahora vas a ponerte en pie y veremos cómo te ves de preciosa."

-

"Aaaah… Qué dolor" gritó Dory.

Al final logró ponerse de pie con la ayuda de Irina… Dory lanzó un grito poniéndose las manos en la cara cuando vio que sus pechos estaban muy hinchados, deformes, rojos y con enormes pezones…

Luego, al bajar la vista como pudo vio su vientre distendido... Ella no podía creerse como Irina le había deformado su bonito cuerpo… Y además, cada vez que se movía

sus caderas y su columna vertebral crujían y sufría mucho dolor.

Irina la ayudó a caminar descalza escaleras arriba, donde Madame, su Ama, la aplaudió de satisfecha que estaba e incluso hizo que ella, con las manos detrás de la nuca, se diera dos vueltas lentamente para mostrar como quedó de desfigurada.

Luego se puso de pie junto a Dory ante un

e

spejo de cuerpo entero y le dijo:

  • "Somos casi de la misma edad, tú y yo…

Y, sin embargo, nunca me he visto tan guarra como estas tú, ahora!", le dijo su Ama… Y sin más, procedieron a vestirla.

El sostén de lactancia era demasiado

pequeño, pero su Ama e Irina lograron poner sus copas en sus sus enormes senos hinchados, mientras Dory gemía de dolor… Su bonito vestido de embarazada le quedaba bien, pero

Irina le puso medias de descanso ya que Dory apenas podía sentarse, y mucho menos tocarse sus pies.

  • "El coño lo tienes bien distendido" murmuró Irina, mientras le ponía unas bragas pequeñas a Dory.

-

"Debes colaborar, Dory… Ahora estás tremendamente embarazada y

ha

s de esforzarte mucho para hacer que tu cara sea bonita para agradar a tu esposo, que está esperándote para llevarte primero a cenar y luego al Hotel, donde por supuesto te follará hasta cansarse… No hay prisa… El domingo por la mañana, después de pasar con él más de 24 horas, el chofer pasará a recogerte y te traerá de vuelta aquí", le explicó su Ama.

Las cosas pasaron en gran parte como Madame le había explicado. El cliente era un hombre que en

o

tras circunstancias podría haber sido bastante agradables, pensó Dory… Pero tal y como estaba, la noche

fue un autentico calvario ella… Se sentía como una ballena y cada movimiento que hacía, incluso el sentarse, era una agonía.

El personal del restaurante fue muy solicito con ella y su cliente muy amable en público, asistiéndola en todo momento… Pero en voz baja cuando nadie más podía oírle le decía cosas que la aterrorizaban.

Más tarde, se vengaría sobre sus pechos, su culo y su coño, le comentaba sonriendo mientras Dory comía, y trataba de sonreírle.

Cuando llegaron a la habitación y la desnudo, empezó su calvario… El sexo fue una pesadilla de dolor... Ella sufrió una agonía continua de sufrimiento cada vez que a él le apetecía correrse dentro de su coño, pues empujaba su vientre y le mordía salvajemente

sus pezones.

También la hizo ponerse de cuclillas sobre él y notaba su enorme polla cada vez que él empujaba profundamente dentro de ella, provocándole mucho

dolor en el cerxiv… Y le dio mucho por el culo.

El contraste entre su comportamiento amable y atento en público y

su furia reprimida en privado, apareció muy pronto… Cuando menos se lo esperaba le dio una bofetada en la cara y un puñetazo en el vientre… No pudo ser un contraste más

extremo... Y lo hizo varias veces para que Dory comprendiera cual exigente era y cual tenía que ser su obediencia.

A pesar de toda su dureza con la que la trató, no era como la terrible Irina… Dory aguantó, sabiendo

que tarde o temprano, el tiempo pasaría, la cosa terminaría, y ella

v

olvería a estar en manos de Irina para lo que quisiera hacerle… La casa de madame, su Ama, era ya el

lugar donde no sólo disfrutaban con su cuerpo sino donde la preparaban para prostituirla de la forma más degradante posible

.

Cuando llegó, su cuello uterino tubo que ser dilatado y la vejiga se vació por primera vez, tras una agónica espera para poder vaciarla…

Luego, Irina le extrajo de su útero lo que le había metido y Dory vio como su vientre, de repente, rebajo de volumen… Ella gemía de dolor, con su vagina muy abierta… Irina le dio unos puntos para cerrarle el coño al habérselo dilatado tanto.

Sus pechos se veían de color morado oscuro y rojo por las marcas de los dientes al mordérselos… Dory se los acunó en

sus brazos, sollozando en silencio mientras Madame e Irina miraban, fascinadas, lo tremendos que los tenía.

Podríamos seguir y seguir el relato, porque en realidad, estas historias no terminan nunca... No puede haber un final que satisfaga a todos… Pero lo bien cierto es que Dory está atrapada en un círculo infernal en el que no hay escapatoria posible y debe obedecer ciegamente a su Ama en todo lo que desee por degradante que sea…

¿Hasta cuando?... Pues es de suponer que hasta que su cuerpo se deteriore de tanto utilizarlo salvajemente, o se canse de ella y la venda a otra Ama para que disfrute con lo que quede de ella, con lo cual del circulo no se escapará jamás, incluso cuando sea vieja y grotesca para algo servirá.

F I N