Faje con Maduro en el Metro

Me dejo con ganas de verga, y una rica lechita en mi carita y tetas.

Mi primera historial, debo decir me encanta leer, pero jamás me anime a contar, entonces, por qué no?

Actualmente tengo 26 años, no soy la chica guapa, blanquita y esbelta que todos esperan.

Soy morena, cabello risado y largo, rellenita, no muy alta, piernas bonitas, y con buena teta, 36D para ser exactos.

Cómo saben la cuarentena le ha dado lata a todo el mundo, y a mí, aparte de tenerme con él nervio a contraer el virus, me ha dejado con ganas de una buena verga, una gran cojida, y claro, mi bañito de leche tibia.

La cuarentena aquí en México "a llegado a su fin", por así decirlo, nos vamos reintegrando poco a poco, bueno, yo jamás la mantuve al 100, pues siempre me mantuve trabajando. En fin, al tema que a todos nos concierne, pues con la cuarentena, dejé de viajar en coche al trabajo, pues mi roomie, pasó a hacer home office, así que volví al transporte público, todo tranquilo estos días, hasta el día de ayer lunes.

Salí tarde del trabajo, así que me vi dispuesta a viajar en metro, la verdad, al caminar a la estación del metro, me dio ese calorsito de una rica cogida, y me aventure, por que no, a subirme al último vagon del metro, siendo noche, no tan noche (10pm) pensé que con suerte podría ver algo rico, y con más suerte, podría pasarme algo rico.

Y así fue, me subí en la esquina izq del vagon, al fondo, audífonos puestos. Antes de llegar a la siguente estación me sentía, caliente, y mi panochita ya tirando sus jugos.

La suerte de ese día, después de llegar a la estación y que se llenará un poco el vagon, en su mayoría caballeros, comenzó mi rico encuentro.

Un caballero maduro, de aproximadamente 50 años se coloco detrás de mí. Comenzó a rosarme sutilmente, a lo que respondí quitando me los audífonos y hechando mi cuerpo para atrás.

-que ricas tetas se te ven mamita-

Me encendió como nunca, sonreí, y el comenzó a tocarme con todas las de la ley, me metió mano rico bajo la blusa, tocando mi espalda y mis nalgas

-estas cachonda zorrita?-

En cuanto asentí, pude sentir una de sus manos desabrochando mi sostén.

Sus manos ni lentas ni peresosas fueron directo a una de mis tetas, me apretó rico el pezon, y por nada se me escapa un gemido.

-girate mamita, y vente acá a la esquina-

Sin hablar, le obedeci, me arrinconó tan rico en la esquina, y rápidamente desabrocho mi pantalón metiendo su mano directo a mi panochita

-que húmeda estas putita-

Me metió un dedito y gemi, no pude contenerlo, otro mas y sentía que me caia de rodilla, me recargue en el, y pude ver como otro hombre nos miraba fijamente, el sabia que pasaba y yo antes de pena sentí un morbo inmenso.

-quieres verga mamita? -

Me penetraba rico, suave y a veces rápido con sus dedos.

-si papi, quiero verga-

Le susurre, mientras tocaba su pene por sobre la ropa, rico y tibio, durisimo, pensando en lo mucho que quería que me obligará a ponerme de rodillas y mamarle la verga, que me pusiera a cuatro y me hiciera gritar como loca, rogarle por que me llenará hasta el fondo.

Sus dedos ya en mi clitoris y mi mente me tenían a punto del orgasmo, la voz anunciando la próxima estación, mi estación me hizo suspirar

-Debo irme-

Le dije suave, me pellizco un pezon y me metió los dedos de golpe..

-hoy no abra verga mamita rica, pero si te vuelvo a ver, te parto niña hermosa-

Me soltó y subí mi cierre, le sonreí, y la gente comenzó a acomodarse para descender del vagon

-si nos vemos de nuevo, lo quiero a cuatro papi-

Le di un apretón a su verga y a él, un beso de lengua.

Al final, mi viaje en el metro, me dejó empapada, y con aún más ganas de verga.

Creo que tal vez, ya no necesite viajar en auto con mi roomie mañana.